El locutorio ha muerto, ¡viva el plató!
https://www.gorkazumeta.com/2019/11/el-locutorio-ha-muerto-viva-el-plato.html
El editor reflexiona sobre el cambio de estrategia de la radio de principios del siglo XXI, en que se prioriza la imagen frente al audio
Los nuevos periodistas-pulpo de la mediamorfosis
Los nuevos periodistas-pulpo de la mediamorfosis
La Cadena SER ha vuelto a hacer obras en su estudio principal, el A1, que a estas alturas ya debería llamarse “Estudio Iñaki Gabilondo”, como propuse en 2014 a través de esta web, con escasa resonancia entonces, para qué decir lo contrario. El caso es que la SER ya remodeló, hace casi diez años, su estudio principal adaptándolo a las nuevas necesidades, no solo estéticas, con grandes pantallas planas en el fondo que subrayaban visualmente la identidad de los diferentes programas en emisión -puro marketing-; sino también con nuevas herramientas digitales como la instalación de un equipo de cámaras robotizadas de alta definición, conectadas a un control de imagen y realización que compartía espacio con el control de sonido.
El nuevo locutorio/plató central de la Cadena SER después de la remodelación de este verano |
Posteriormente, tanto Radio Nacional de España, como la Cope, como Onda Cero, se pusieron manos a la obra, siguiendo la estela de la cadena amarilla de Prisa Radio. Y todas ellas instalaron cámaras en el locutorio para la realización en directo de su emisión. En la SER ya hubo sus más y sus menos con la instalación de las primeras y rudimentarias webcams. El difunto José Luis Velasco llegó a pegar un chicle en el objetivo para imposibilitar la correcta retransmisión, a modo de protesta. Siempre que se introduce un cambio de condiciones que trastoca el escenario rutinario, en cualquier trabajo, surgen inconvenientes y disparidad de reacciones.
Ya no se cuestiona si los locutorios de radio deben incluir cámaras de video. Ya hemos superado este debate. La preocupación, ahora, es otra: ¿cómo debemos gestionar esa nueva realidad? ¿Cómo debemos producir nuevos contenidos con esta dualidad de lenguajes?
Pero las modas que nos llegaban de fuera, advertían que la radio tenía que acomodarse a los nuevos tiempos, también con la imagen. Hoy, no sorprende a nadie, creo, que programas como “La Vida Moderna” o “Nadie sabe nada”, de la Cadena SER, se vean mucho más que se oigan. Mientras que sus seguidores se cuentan por millones en Youtube, en el EGM se cuentan por unos pocos miles. Esto es un hecho, y contra la tozuda realidad, podemos protestar y airear nuestro malestar, pero no por ello la situación va a cambiar. Corren nuevos tiempos para la radio, en que la imagen tiene mucho que decir. Pero no solo para las radios, también los periódicos se han convertido en soportes multimedia, ¡y ay de quienes no lo hagan!
No solo ocurre en España, no somos pioneros en esto, no vayan a pensar. Seguimos la línea generalizada que está facilitando la tecnología. Las cámaras, en muchos casos, se activan por realización automatizada, en conexión con el micrófono. Cuando éste detecta sonido, conecta la cámara que recoge el plano medio donde se encuentra. La complejidad es mínima y las facilidades son cada vez mayores. Incluso los costes.
Muchas autonómicas, precisamente por estos costes más contenidos, se están lanzando también a la experiencia audiovisual, equipando sus locutorios con cámaras automatizadas para enriquecer sus emisiones, como por ejemplo, Aragón Radio, de la que recogemos una imagen en este post.
Hay otras experiencias que pueden llamarnos más la atención que lo que hasta ahora ha ocurrido en España. La radio pública belga RTBF, por ejemplo, ha creado un estudio visual con tecnología de Blackmagic Design, según detalla el digital PanoramaAudiovisual.com. ¿Qué es lo que logran? Pues el estudio permite, mediante el uso de esta tecnología, gracias a un software específico, activar elementos visuales. Al realizar una entrevista, por ejemplo, se conecta una señal de video que permite seguirla por Internet. Todos los procesos de producción están automatizados y las posibilidades visuales son infinitas. No deja de tratarse de un aliciente más el que aporta a sus oyentes la RTBF.
Aspecto del control de realización de video de la Radio Televisión Belga RTBF |
Reconozco que, a lo largo de los años, y aquí está perfectamente plasmada mi línea de pensamiento, me he hecho más permeable a la incorporación de la imagen a la radio. La propia evolución de los hechos está certificando que términos como la mediamorfosis, creado en 1998 por el periodista e investigador de origen checo Roger Fidler, han llegado para describir con precisión la paradoja que están viviendo los medios tradicionales, en su encuentro con su propia mutación mediática, en la que concurren todos los soportes periodísticos existentes: la televisión, la imagen, el texto y, por supuesto, el sonido, con la llegada del podcast. Todo tiene cabida, y sus consumidores preferentes, en su web. Aunque la imagen predomina.
Un locutorio mutado en plató exige un doble esfuerzo del profesional que trabaja en él: pensar en radio y pensar en televisión simultáneamente. Y quien no lo haga, se quedará cojo de una pierna
No es de extrañar por tanto que la Cadena SER, como el resto de competidores, se haya volcado en la renovación de sus locutorios principales convirtiéndolos de facto en platós de televisión. Es igualmente cierto que no hay cosa más sosa e insulsa que la retransmisión de una emisión de radio, absolutamente estática y carente de interés, desde el punto de vista visual. Salvo que la actitud de los diferentes equipos se adapte a ese lenguaje y, en consecuencia, se ofrezca al consumidor un contenido más coherente con el medio que utiliza para difundirse. Vuelvo a referirme a los casos de “La Vida Moderna” o “Nadie sabe Nada”. En el primer caso, Ignatius Farray es, en sí mismo, todo un espectáculo, que trasciende la radio y conecta muy bien con la imagen. La comunicación no verbal que desprenden tanto Andreu Buenafuente, como Berto Romero, añade un plus a la emisión de radio (aunque también se lo roba a la imaginación del oyente).
¿A dónde voy a parar con esta reflexión en torno a la llamada ‘radio visual’? A que, efectivamente, la instalación de cámaras en un locutorio de radio o la construcción de un decorado a base de superpantallas no garantiza el éxito de una retransmisión en video online. Son dos lenguajes diferentes. De hecho, a menudo los oyentes de los programas citados se pierden algo, cuando lo muestran a las cámaras y el oyente no lo ve (porque tampoco hacen muchos esfuerzos por describirlo, algo que está fuera de lugar en el video). Un locutorio mutado en plató exige un doble esfuerzo del profesional que trabaja en él: pensar en radio y pensar en televisión simultáneamente. Y quien no lo haga, se quedará cojo de una pierna.
Aspecto del nuevo estudio de Onda Cero, que también dispone de un jumbotrón trasero donde se proyecta la identidad corporativa de la cadena y de cada programa |
Más de una vez les he advertido a algunos compañeros (como por ejemplo a José Antonio García, Ciudadano García, de RNE, uno de los más críticos con la presencia de las cámaras) que esos artilugios les estaban dejando en muy mal lugar, porque dejaban entrever, con toda claridad, comportamientos políticamente incorrectos que, de no existir la emisión simultánea en video, no se conocerían (gestos displicentes y maleducados con los oyentes que se enrollan en una llamada, invitando a los técnicos a cortarles; dedos inoportunos que se dirigen a las fosas nasales o a los oídos, etc.). En suma, las cámaras traspasan el límite de la intimidad de un locutorio y de un profesional de la radio. De ahí que resulten imprescindibles las dos aptitudes: el dominio de los lenguajes del sonido y la imagen, juntos y por separado, lo que complica mucho más los procesos, y desde luego la gimnasia del oficio.
Ese ‘ojo electrónico’ que ha incorporado la radio, a los oyentes nos permite espiar, ejercer el rol de voyeurs de los profesionales y aprehender muchos más detalles de una emisión que hasta ahora guardaba, es cierto, muchos secretos; pero que también invitaba a la imaginación de los oyentes a participar como un elemento imprescindible para captar todos los significados posibles de la antena. De ahí que los silencios tengan tanto valor en la radio, si están bien gestionados, y sobren, las más de las veces, en la televisión, donde predomina la imagen: el producto final cerrado y servido en bandeja. Sin espacio frena la imaginación.
El estudio de la Cope, ahora, se ha quedado algo atrasado, porque lo último es el jumbotrón... |
Y no podemos obviar tampoco otro aspecto de la radio que cada vez tiene más valor y trascendencia, como todos los campos de la actividad económica: el marketing. Hay que venderse. La radio, como todo, desde el punto de vista industrial, es un negocio y, como tal, hay que publicitarlo y promoverlo. El marketing se encarga de visualizar -otra vez la imagen- estos aspectos, y gestionarlos.
Programas como “La Vida Moderna” o “Nadie sabe nada”, de la Cadena SER, se ven mucho más que se oyen. Mientras que sus seguidores se cuentan por millones en Youtube, en el EGM se cuentan por unos pocos miles
Todas las imágenes logradas en estos locutorios que parecen más platós de televisión, las de video, pero también las fotografías, tendrán un decorado mucho más moderno y apropiado con los tiempos que vivimos, si se equipan con estas superpantallas, con una producción de contenidos muy cara (lo que proyectan también hay que diseñarlo). No tendría sentido mantener una estética caduca, superada por los tiempos. La reforma del estudio A1 de la Cadena SER que conocí a principios de los 90, hoy sería el decorado perfecto de la serie “Cuéntame” para reflejar un tiempo y un ámbito pretéritos.
Estamos en un punto en que ya no se cuestiona si los locutorios de radio deben incluir o no, en su equipamiento técnico, cámaras de video. Ya hemos superado este debate. La preocupación, ahora, es otra: ¿cómo debemos gestionar esa nueva realidad? ¿Qué es lo que tienen que hacer los profesionales para rentabilizar los dos canales? ¿Cómo debemos producir nuevos contenidos con esta dualidad de caminos? El año pasado, el periodista Tito López, a través de RadioNotas.com, se acercaba a este debate, pero la evolución es tan rápida que hay que ir tomando nuevas decisiones e improvisando casi nuevas estrategias.
La “radio visual” exige nuevas formas de producción, está claro; pero, ante todo, un cambio de actitud de los profesionales de la información que deben adaptarse a esta mediaformosis con eficacia. Las cámaras de un locutorio están para algo más que ejercer de ‘Gran Hermano’, deben aportar, y ofrecer interés por sí mismas. Y solo se logrará si existe una doble realización: la clásica y tradicional, de sonido y la renovada de imagen. Pero, y ésta es la pregunta-clave: ¿dónde está la esencia? No hay duda, tratándose de radio: en el sonido. Este aspecto, a menudo, se olvida. Los propios profesionales llegan a marginar en su cerebro un medio frente al otro, y constituye no un gran riesgo, sino EL riesgo.
Los nuevos estudios de la radio pública también incorporan cámaras automatizadas, aunque de momento no se han decantado por los jumbrotrones |
En definitiva, está bien que cambien y se modernicen los locutorios de la radio a principios del siglo XXI, y que introduzcan un videowall para mejorar los tiros de cámara, que refuercen la iluminación, que se vuelvan pitufos (con predominio de los azules, tanto Cope como, ahora, la SER), que construyan tarimas sobre las que instalan la mesa que soporta los micrófonos. En el futuro, es muy posible -como ya ocurre en otras latitudes- que se supriman los micrófonos de mesa por microcascos, o quién sabe si micros de solapa, en sets con mesa al centro y silloncitos, con lo que se perderá la posibilidad de jugar con los planos… Asistiremos a todos los cambios que se vayan produciendo. Pero lo importante, siempre será qué contamos, y cómo lo adaptamos a cada medio, que dispone de sus propios códigos, y no siempre intercambiables. Por eso, advierto a los jóvenes estudiantes de periodismo que, si pretenden moverse en estos ámbitos, deberán convertirse en periodistas pulpo en la mediamorfosis. No hay otra.
Así hace radio musical el líder en Italia, el grupo RTL102.5, con Freccia y Zeta. Les visitamos hace poco. Ya no usan estudios de radio tradicionales, sólo platós, para su emisión semi-automatizada integrada con videoclips. ¡Una radio imposible sin imagen! https://t.co/shHh066Ppm https://t.co/1RqTMJCeJV— Star Comunicaciones (@star_com) November 7, 2019
Pequeñísimo detalle: Los que vemos por YouTube no escuchamos la publicidad. De vez en cuando nos obligan a ver algún anuncio de 5 segundos, pero no es la publicidad que paga el programa original. Placing anyone?
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