A pesar de todo, la radio no pierde influencia
https://www.gorkazumeta.com/2019/11/a-pesar-de-todo-la-radio-no-pierde.html?m=0
El editor reflexiona en torno a los resultados del próximo Estudio General de Medios que se publicará el 27 de noviembre
La sokatira del Procés no favorece un debate tranquilo
La sokatira del Procés no favorece un debate tranquilo
Faltan veinte días para que la Asociación
para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC) publique las ‘notas
de la radio”, previas a la Navidad. Pero antes se dilucida el destino del país,
y en esto la radio ha jugado un buen papel, el que le corresponde. La
televisión ha tenido su debate, pero, pese a las audiencias millonarias, no ha
tenido la influencia que está teniendo la radio, y que ha tenido siempre.
Nombres como Carlos Herrera, Àngels Barceló, Carlos Alsina o Íñigo
Alfonso, por citar solo los cuatro grandes espadas de las cadenas
nacionales, han revalidado el incuestionable poder del medio. Y, con ellos, los
miles de compañeros que, en otros ámbitos más modestos, pero igualmente
trascendentes, han hecho entrevistas y debates en emisoras regionales o
locales. El
músculo de la radio en España, capilar por estructura, sigue siendo muy potente.
El período que ha analizado el Estudio
General de Medios (EGM) que se publica el 27 de noviembre ha sido un
período convulso. El pasado 4 de septiembre, con el inicio de la Temporada
19-20, los encuestadores salieron literalmente a la calle en busca de sus
interlocutores, y el próximo 12 de noviembre volverán a sus cuarteles para
tabular los datos y ofrecerlos, desnudos, por tramos horarios, a sus socios,
que serán quienes se encarguen de la cocina.
Pedro Sánchez en RNE, ayer: "¿De quién depende la Fiscalía? ¡Pues ya está! (Capturas video RNE) |
Corresponde a los periodistas independientes, que defienden su propia dignidad, poner las vergüenzas de los políticos encima de la mesa, para airear y denunciar sus incoherencias
En este período España ha vivido
las protestas de los independentistas ante la sentencia del Procés, incluidas
las gravísimas algaradas callejeras que para muchos españoles suponen una
afrenta; el ascenso de la ultraderecha, como consecuencia del enconamiento de
los extremos ideológicos, que tensan cada vez más la cuerda; el advenimiento de
una nueva crisis económica cuando muchas familias todavía no han logrado zafarse
de la anterior, con unos datos económicos preocupantes, aunque el país sigue
creciendo, todavía; la inestabilidad política y parlamentaria protagonizada por
unos actores cada vez más desprestigiados, que han provocado apatía y una
presumible alta abstención de los comicios; la polémica y muy tardía exhumación
del General Franco de su mausoleo del Valle de los Caídos y unas nuevas
elecciones generales, con una pseudocampaña electoral desdibujada, donde
Pedro Sánchez, el actual presidente del Gobierno en funciones, salió
favorito y, en el camino, se ha ido desinflando por sus propios errores.
Siempre el contrario crece por demérito del titular en Moncloa.
Este contexto político, económico
y social, augura un alto consumo de radio, a lo que se suma la tradicional
estacionalidad del medio que en su tercer EGM -el que supone el comienzo de una
nueva temporada- establece que el número total de oyentes de septiembre a
noviembre aumenta respecto de la anterior ola, por las rutinas de ‘la vuelta al
cole’, no solo de los más pequeños de la casa. También porque los días se hacen
más cortos y el ocio se retrae. Y se oye más radio. Esto es lo que dice el
sentido común. Pero veamos los datos:
PERÍODO
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2ª 2015
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3ª 2015
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2ª 2016
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3ª 2016
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2ª 2017
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3ª 2017
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2ª 2018
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3ª 2018
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12.042
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11.911
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11.628
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11.508
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11.649
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11.811
|
11.576
|
11.390
|
Fuente: EGM, total
generalista, en
millones
Como puede certificarse, lo
comentado en líneas anteriores solo se refrendó en 2017, y por escasos 160.000
oyentes de crecimiento. Las rutinas de la radio están cambiando. Los hábitos de
escucha también. Los oyentes desaparecen, y no se renueva la audiencia. La curva
vegetativa negativa tampoco ayuda, y la migración de nuestros jóvenes, por falta de trabajo aquí, complica aún
más las cosas. Y ni siquiera los acontecimientos, que son los que, en última
instancia, provocan mayor consumo de información, influyen para avivar el
crecimiento de la radio.
Sí ocurrió en 2012, año
especialmente convulso, con varias huelgas generales, la famosa cacería del Rey
Juan Carlos I y su “yo
es que aquí me equivocado”, que abrió paradójicamente, otra cacería, en
este caso la cacería del Borbón, con continuas turbulencias en la Casa
Real; elecciones vascas, gallegas y catalanas, las más ideológicas, porque Artur
Mas anunció la apertura de un proceso de independencia, caso de lograr la
mayoría absoluta, iniciativa que nos ha conducido hasta donde estamos ahora
mismo. Fue un año en que la radio generalista bordeó los trece millones de
oyentes (12.741.000, media 2012), marca que no ha vuelto a alcanzarse.
Ante el enconamiento que está sufriendo el problema catalán, los grandes beneficiados son los extremos ideológicos. Se rentabiliza mejor desde el radicalismo
Por si fuera poco, la competencia
de los medios digitales, que han arrebatado el trono de la inmediatez
informativa a la radio, se hace cada vez más fuerte y se convierte en una alternativa
atractiva, cómoda y, no lo olvidemos, gratuita, a los medios tradicionales. Los
smartphones se han convertido en auténticos teletipos, que arrojan
noticias y últimas horas como churros, por Google News, o similares. ¿La radio
se está agotando? Sí, y no. Y matizo.
La radio tradicional sigue su
curso de pérdida de oyentes neta a lo largo de los últimos EGMs. Pero no ha
perdido ni credibilidad, ni influencia. Estas elecciones lo demuestran. Es
indudable que las cuatro grandes cadenas han jugado su papel, muy ideológico. Carlos
Alsina sigue sin querer hacer amigos entre los políticos. Se empeña en
poner en uno y dos bretes a sus invitados y acudir a sus entrevistas, como políticos, es como atravesar
el Corredor de la muerte. No es de extrañar el artículo escrito por el prestigioso
periodista andaluz Juan Luis Pavón, en El Correo de Andalucía, que
tituló "Alsina
y el periodismo digno que merece España". Alsina tiene sus
ideas, pero ¿cuáles son? No acostumbra a casarse con nadie, tampoco con (Pablo)
Casado, el líder del Partido Popular. En
la entrevista al presidente Sánchez que tuvo oportunidad de realizarle (Carlos
Herrera no ha tenido la ocasión… y no será
porque no se la ha pedido) el pasado 31 de octubre, se escuchó,
entre otros pasajes, éste:
-Pedro Sanchez: “Hay que acabar con el bloqueo político que tiene el
país..."
-Alsina: "Usted es el inventor del bloqueo político en la vida
pública española, con su ‘no es no’..."
Corresponde a los periodistas
independientes, que defienden su propia dignidad, poner las vergüenzas de los
políticos encima de la mesa, para airear y denunciar sus incoherencias. Merece la pena ver el video para comprobar la cara que se le quedó a Sánchez. Pero no le ha
ido bien al presidente en funciones en esta campaña, no al menos en la radio. Y
me alegra especialmente referirme a esta circunstancia, porque el siguiente
caso se dio en la radio pública, la radio de todos los españoles, por el
significado añadido que supone. Íñigo Alfonso, director del tramo
informativo de ‘Las Mañanas de RNE’, puso al descubierto, una vez más,
la arrogancia (por los gestos) y la ignorancia interesada de Sánchez en
la entrevista que le hizo ayer, 6 de noviembre.
Carlos Alsina entrevistando al presidente Sánchez en Moncloa el pasado 31 de octubre (Fotografía Onda Cero) |
-Íñigo Alfonso: ¿De qué manera va a traer el
Gobierno a Puigdemont?
-Pedro Sánchez: ¡Como lo estamos haciendo! Es
que ¿la Fiscalía de quién depende…?
-I.A.: Sí, sí, depende del Gobierno.
-P.S.: ¡Pues ya está!
Y en la entrevista el presidente,
¡viva la coherencia!, se refirió, expresamente, a la necesidad de “defender
la legalidad”… Alsina le ha rebautizado en su Editorial de hoy jueves como “Sánchez
I”, y le hubiera faltado el sobrenombre del ‘Presidente Sol’
probablemente. Y Alsina encima ha echado un capote a su colega de RNE, añadiendo que el presidente se había
levantado de mal humor esta mañana, “o
enfadado con alguien”, porque le ha tratado muy mal a Íñigo Alfonso durante
la entrevista, cuestionando sus preguntas, “hizo
cuanto estuvo en su mano para ser muy antipático con quien le entrevistaba”,
añadió. Es posible que Sánchez esté nervioso ante el resultado de las urnas. Y esto ocurrió, conviene subrayarlo, en la radio pública que se
encuentra bajo el control del ejecutivo de Sánchez. Pero no se me ocurre ni por
lo más remoto pensar que un periodista de la talla de Íñigo Alfonso fuera a
hacerle un publirreportaje a su jefe. En cualquier caso, sin
restar mérito a mi colega, hay que certificar que fue el propio Sánchez quien se
metió, solito, en el fango, proporcionando unos titulares que han acaparado el
final de la campaña, y que es probable que le resten más apoyos, amén de suministrar
munición a los independentistas para “certificar” la inexistente división
de poderes del Estado español. La radio sigue siendo influyente, y mucho. Por
fortuna. Y hasta puede llegar a marcar el interés y la intensidad de la campaña
electoral que Sánchez, creo intuirlo, estará deseando que se extinga. Es, sin
duda, quien más tiene que perder en esta enésima convocatoria electoral.
En una situación como ésta, tan enconada, y con unos intereses económicos de por medio, es muy fácil -y peligroso- dejarse llevar por posturas radicales con tal de atraer audiencia a la causa
Comentaba el periodista de El
Español, Fernando Cano, el pasado 2 de noviembre, que la Cadena SER estaba preocupada por el ‘efecto
independentista’ en el EGM, y titulaba su reflexión “Nervios
en la Ser: Cataluña y los 'indepes' amenazan el primer EGM de Àngels Barceló en
'Hoy por Hoy'. Y subtitulaba: “La
presentadora catalana se posiciona en contra del ‘procés’
en momentos de máxima tensión política y con Carlos Herrera ganando enteros”.
Alude Cano al supuesto cambio de posición de la cadena de Prisa Radio respecto del proceso
independentista catalán, por un editorial de Àngels Barceló criticando
la deriva violenta del Procés. “El
independentismo ya no tiene complejos, el blanqueo y la justificación de la
violencia ya se hace sin ningún pudor. (…) Buscaban la transversalidad y se han
convertido en un movimiento unilateral y autoritario”, dijo, entre
otras cosas, la periodista catalana en el “Hoy por Hoy”. No observo
ningún giro al centro, como comenta Fernando Cano, sino solo una lógica y
oportuna crítica al apoyo a la violencia y a la presión para conseguir unos
fines políticos. No puede haber equidistancia ante la violencia, y eso es lo
que puso sobre la mesa Barceló que, como catalana, es perfectamente consciente
de que no todos sus paisanos cercanos al independentismo son violentos.
En cualquier caso, sí es cierto
que, ante el enconamiento que está sufriendo este desacuerdo territorial, los
grandes beneficiados son los extremos ideológicos: por un lado, los medios catalanes
que apoyan el secesionismo, que crecieron en apoyos y seguimiento, y por el otro,
las cadenas que se agarran al argumento nacionalista español de recurrir al
artículo 155 como solución a una tozuda realidad que afecta a millones de ciudadanos
catalanes, que se encuentran incómodos en este actual marco constitucional. La
equidistancia, el situarse en un punto intermedio entre los extremos que tiran
de la Sokatira, no resulta tan atractiva como jugar al radicalismo,
exacerbar posturas para rentabilizarlas. Y la Cadena SER sigue optando por la
equidistancia, eso sí, respetuosa con las reglas del juego, o sea, con la
Constitución. Barceló no abdica de esta postura, sino del apoyo oficial
a la estrategia de la violencia y la coerción en Cataluña.
Àngels Barceló entrevistando al presidente Sánchez en Moncloa, el pasado primero de octubre (Fotografía: Cadena SER) |
¿Qué le ocurrirá a la Cadena SER con este discurso? Lo dirá el
EGM el 27 de noviembre. Veremos también qué resultados alcanza su apuesta por “SER
Catalunya” y el programa matinal de Josep Cuní, empeñado también en
la estrategia de una ahora imposible reconciliación de todos los catalanes, sin
violencias ni artículos 155 de por medio. Es ciertamente difícil mantener esta
posición, por cuanto los acontecimientos y las estrategias, de uno y otro lado
(no olvidemos el crecimiento de Vox provocado por la sokatira catalana)
avivan el recrudecimiento del problema, situándolo cada vez más lejos de la
solución, si es que la hay.
Cada emisora juega su baza, con
su consiguiente carga ideológica, y espera resultados. Pero quiero confiar en
la honestidad de mis colegas a la hora de informar de lo que está ocurriendo,
no solo en Cataluña. Ante una situación como ésta, tan enconada, y con unos
intereses económicos de por medio, inevitables porque conforman la propia
estructura de las empresas informativas, es muy fácil -y peligroso- dejarse
llevar por posturas radicales con tal de atraer audiencia a la causa. Y sería
lamentable, y una ruindad, que el EGM fuera el reflejo del oportunismo más
irresponsable ante los problemas acuciantes y urgentes que tiene que resolver
España, empezando por contar con un Gobierno estable. El periodismo digno tiene
que considerar que delante hay ciudadanos inteligentes y críticos, no borregos
ni zangolotinos.
A pesar de todo - diría yo - la radio subsiste. Y me refiero ahora a esta semana "jaqueada" durante la cual, la Cadena SER, continúa emitiendo. ¡A pesar de todo, la radio llega a mi casa!
ResponderEliminarMe resulta casi emocionante.
PODI-.