Basilio Rogado: “El periodista nunca hacía publicidad"

Exdirector de "Hora 25" y del programa "Cita a las cinco" en la Cadena SER de los 70 y 80 (y II)

“La radio es mi mejor recuerdo, entre otras cosas porque fue mi primera gran meta”

• “Antonio Calderón supo entender dónde estaba el futuro de la radio: en la información”
• “Joaquín Prat fue el locutor/presentador más simpático que ha habido en la radio española”
• “Internet no puede morir de éxito, pero sí generar tal cansancio que los usuarios terminen por “pasar” de las noticias en la red”

Continúa…

Basilio Rogado, durante la presentación de uno de sus libros (Archivo familiar, años 80)

-Me gustaría pedirte tu opinión, en un par de líneas, si te parece, sobre algunos prohombres muy destacados en la Radio Madrid que tú conociste.

-¡Adelante!

“Los servicios de Manuel Martín Ferrand al periodismo español son impagables y solo con su recuerdo se le puede hacer un homenaje permanente”

-Eugenio Fontán, el director general, ya lo has citado:

-Siempre tuve una relación estrictamente profesional con él. No llegamos a ser amigos, como sí lo fui con Manolo Martín Ferrand, por ejemplo. Era un técnico, en realidad ingeniero de Telecomunicación y noble, Marqués de Guadalcanal. En su haber hay que poner el mérito de haber dejado hacer a los profesionales y de haber aguantado el tipo cuando los censores del ministerio de Información se ponían cazurros. En su debe, hay que restarle su actitud pusilánime al tomar decisiones que costaron la “cabeza” de alguno de los profesionales de la SER, entre los que me incluyo, porque no defendió mi posición crítica cuando dimití como director de “Hora 25”, en septiembre de 1975 y prefirió colocar en mi puesto a periodistas menos rebeldes y más acomodaticios. Pero fue mucho peor su salida de la Cadena SER cuando PRISA se hizo con la mayoría de las acciones. Fontán se preocupaba más por las horas extras de los conserjes que por la situación de los accionistas de la empresa. Así le fue.

-Antonio (González) Calderón:

-Era un gran tipo, con una enorme personalidad. Fue un gran creador radiofónico. Incluso para presentar al Premio Italia -que no se si lo ganó alguna vez- un guión radiofónico sin palabras, solo con sonidos (se refiere a “Pasos”, un dramático basado en pisadas de diferentes naturalezas). Fue el hombre-ancla entre los periodistas y la dirección de la SER durante todo el proceso de creación de los Servicios Informativos. No era periodista, ni tenía demasiado interés por la información, lo que todavía dice mucho más en su favor, porque supo entender dónde estaba el futuro de la radio.

“Lo importante es lo que cuentas y lo que hay que hacer es ser natural cuando lo dices, como lo haces en una conversación con amigos”

Bobby Deglané:

-No tuve demasiado contacto con él. Sin duda fue un revolucionario de la radio, igual que Raúl Matas, y convirtió el sonido en un verdadero espectáculo. Su “Cabalgata fin de semana” era un acontecimiento extraordinario en las casas de todos los españoles. Miguel Ángel Nieto, que escribió un libro sobre Bobby, sí que lo conocía bien. La única vez que intervine como reportero en uno de sus programas cara al público, se olvidó de mi nombre al presentarme. Estuvo un buen rato improvisando y yo notaba que no lo recordaba. Entonces intervine y cuando estaba hablando de “este joven periodista, que se llama… que se llama” yo dije: Basilio Rogado. Y el gran Bobby respiró satisfecho.

-Joaquín Prat:

-Fue el locutor/presentador más simpático que ha habido en la radio española: todo un espectáculo cuando hablaba ante un micrófono, en la línea de los grandes profesionales que improvisaban sobre cualquier tema y que sabía introducir la publicidad en medio de sus comentarios, haciéndola mucho más llevadera y eficaz. En la línea del último de los locutores estrella que aún sigue dando guerra -y que sea por mucho tiempo- y que se llama Pepe Domingo Castaño.

Basilio Rogado, a la izquierda, en "Hora 25" (SER)

-José Luis Pécker:

-José Luis fue un locutor todo terreno que presentó muchos programas en Televisión Española. Yo creo que no tuvo la consideración que se merecía, aunque fue un profesional de renombre, porque tuvo la mala fortuna de encontrarse en medio de dos “monstruos de la comunicación radiofónica” tan distintos: por un lado Bobby Deglané y por otro, Joaquín Prat. Ni era tan dicharachero y popular como Bobby, ni tan simpático como Joaquín; pero era todo un profesional, correcto, educado y culto.

-Manuel Martín Ferrand:

-De Manolo puedo contar todo lo que diría de un hermano. Solo tenía dos años más que yo, pero era tan grandote, física, mental y espiritualmente, que hasta me ayudaba a colarme en el autobús 27 que nos llevaba a la Escuela Oficial de Periodismo, en Madrid, a principios de los años 60, escondiéndome tras él. Como periodista era el mejor; como compañero, insustituible; como amigo, un tesoro… Su labor como articulista permanece en las Hemerotecas y, mientras escribía a diario, trabajaba en su despacho como el gran gestor del negocio periodístico que fue. No solo dirigió periódicos: ‘Nuevo Diario’, en Madrid y el ‘Diario de Barcelona’, sino que creó y presentó programas de radio y televisión. Su labor como periodista de trinchera no le impidió crear de la nada “Antena 3” de radio, aplastada por el entonces imbatible Imperio Prisa, y la cadena de televisión privada, Antena 3. Sus servicios al periodismo español son impagables y solo con su recuerdo se le puede hacer un homenaje permanente.

“Eugenio Fontán, mi director general, nos dejó hacer a los profesionales, pero mantuvo una actitud pusilánime al tomar decisiones que costaron la “cabeza” de alguno de los profesionales de la SER, entre los que me incluyo”

-José Joaquín Iriarte:

-Un periodista serio, sobrio y con unas creencias a prueba de todo escepticismo. Un magnífico compañero y un profesional de cuya boca no habría salido nunca una “fake news”. Si había algún periodista recto, que contrastaba todas y cada una de las noticias que daba, ese era José Joaquín Iriarte.

-Te lo agradezco muchísimo, Basilio, porque –como reconocías- no hay historia suficientemente contrastada de este período, y de algunos de los profesionales citados.

-Tienes razón Gorka. Fíjate que, al acabar de recordar a los que fueron compañeros en mi trayectoria profesional, por los que me has preguntado, me doy cuenta de que todos ellos han fallecido. Como la radio no tiene historia, sino nostalgia, cuando ya no quedemos ni los que la hacíamos, ni los que la escuchaban, se habrá ido toda una época con nosotros.

-Eso es, precisamente, lo que hay que evitar. Hay otra etapa en tu vida profesional en la que me gustaría detenerme: las tardes, con “Cita a las cinco”. El programa nació en 1981. Pusiste en marcha un magacine de tarde en Radio Madrid, que fue un éxito… ¿Cómo fue la génesis de aquel programa? ¿Quién te encargó el proyecto?

-En 1981 yo estaba escribiendo mi novela “Secuestro en el Mundial 82” y durante el verano, con mi mujer, Lourdes Zuriaga, de gira con Jesús Hermida, haciendo el Telediario-1 en zonas de vacaciones, me fui a vivir unos días a casa de Manolo Martín Ferrand. Una mañana, al salir a la calle nos encontramos con Tomás Martín Blanco (subdirector general de la Cadena SER), vecino nuestro, y que, sin bajarse del coche, me propuso volver a la Radio. Yo entonces dirigía una revista del grupo “Gráficas Espejo”, y le dije de inmediato que sí.

Basilio Rogado con el también periodista de RNE, Carlos Santos, en una reciente entrevista a la que acudió a presentar su novela "Algunos hombres deben morir" (Fotografía  RNE)

-Está claro que estabas hipnotizado por la radio, y la echabas de menos…

-Ese mismo septiembre empecé “Cita a las cinco”, que era el programa magacine de tarde que sustituyó a los seriales, las novelas de la radio que tanto éxito tenían. La SER comprendió, a finales de julio, que la competencia de las Telenovelas había acabado con la época de las radionovelas y en ese mismo septiembre comenzó “Cita a las cinco”.

“La radio de hoy solo puede diferenciarse de la de ayer y de la de mañana, en los nombres de los comunicadores y en el ideario político”

-Lo citabas tú mismo. hubo un daño ‘colateral’ de una enorme trascendencia, y es que ‘Cita a las 5’ sustituía, de golpe y porrazo, a los seriales de la SER… Me imagino cómo estaría la centralita de Radio Madrid… ¡echando fuego de reclamaciones de los oyentes!!! ¿No?

-Desde luego fue todo un bombazo para los oyentes de la radio, que dejaron en julio a Guillermo Sautier Casaseca y a Luisa Alberca, para cambiarlos por Basilio Rogado, y a los actores Pedro Pablo Ayuso, Matilde Conesa, Matilde Vilariño, Teófilo Martínez… y se encontraban con noticias no solo de los famosos y sus andanzas, sino con entrevistas culturales -Camilo José Cela y sus libros, Alfonso Guerra hablando de Mahler…- y con los comentarios de Luis del Val, por ejemplo. Pero no fue ningún trauma para la audiencia; es más, las llamadas que colapsaban la centralita eran para darnos la enhorabuena.

-El resultado fue magnífico para la SER, Basilio.

-En el periódico ‘Nuevo Diario’ aparecía un ranquin de programas de radio  y “Cita las cinco” fue siempre -y ahí está la hemeroteca para atestiguarlo- el número uno de esa lista, por encima de Encarna Sánchez en la Cope y del programa de tarde de RNE, que lo hizo durante un tiempo, creo recordar, Alejo (Jesús) García (Ortega).

“A finales de julio de 1981 la SER comprendió que la competencia de las telenovelas había acabado con la época de las radionovelas y en ese mismo septiembre comenzó “Cita a las cinco”

-¿Cómo te fue la experiencia de saltar de la rigidez de la información a la relajación de un programa? ¿Cambiar el registro resultó complicado para ti?

-En absoluto. Yo soy un periodista que busca comunicar algo a la sociedad; en definitiva, el periodista es un intermediario entre las noticias y el público; si hay que hacerlo en un periódico, se escribe; si es en la radio, se habla y si es en la televisión, se cuenta en imágenes. Desde ese punto de vista, el cambio de registro, de la información política, por ejemplo, a la social, no requiere más que adaptarse al tema que se trata. Naturalmente no se ríe uno cuando se ofrece la noticia de un atentado terrorista, ni se pone cara triste cuando en la televisión das una información sobre una boda de famosos; pero al final, lo que cuentas es lo importante y lo que hay que hacer es ser natural cuando lo dices, como lo haces en una conversación con amigos.

-¿Los tiempos están cambiando, y los lenguajes y registros se están entremezclando, las fronteras se están diluyendo… ¿Lo crees así?

-A mí me parece que las mezclas no son buenas; si acaso en algunas recetas culinarias. Pero la información es la información y cuando empezó la información en la radio privada, los periodistas nos dimos a nosotros mismos una regla, no escrita, en la que nos prohibíamos mezclar la publicidad con la información. Nosotros pusimos una frontera bien clara. El periodista daba la noticia y, bien diferenciada, la publicidad era cosa de un locutor, o de una cuña grabada. Pero nunca el periodista hacía mención alguna de empresas o productos. Y que haya informadores que presenten un programa de noticias y que, incluso dentro del mismo espacio, hagan publicidad de determinado producto o de una empresa concreta, no está dentro de lo que yo considero ética profesional, ni compromiso con el lector, el oyente o el espectador. Y eso, corregido y aumentado, cada vez es más frecuente, incluso hasta límites escandalosos, en Internet.

Basilio Rogado entrevistado por Antena 3 TV durante la firma de su novela "Algunos hombres deben morir", en la pasada edición de la Feria del Libro de Madrid

-Tú que, en tus tiempos en activo, eras una auténtica estrella de la SER, ¿cómo ves, cómo analizas la radio que se hace hoy día?

-La radio, con los conocimientos de hoy día acerca del futuro inmediato, creo que va a sobrevivir al papel de los periódicos, condenados a subsistir como magacines los fines de semana, con el ritmo diario en la web; el problema es que la web fagocita todo porque los lectores son incansables y cada vez que entran en un medio de comunicación en Internet quieren encontrar nuevas informaciones… Y eso puede ser cada media hora. Y es imposible. Internet no puede morir de éxito, pero sí generar tal cansancio que los usuarios terminen por “pasar” de las noticias en la red. Pero la información horaria de las emisoras de radio, que sí puede variar porque no necesita más que la palabra, creo que tiene una larga vida asegurada, aunque no se puede nunca decir de esta agua no beberé.

“Bobby Deglané fue un revolucionario de la radio. Su “Cabalgata fin de semana” era un acontecimiento extraordinario en las casas de todos los españoles”

-¿Qué le queda a la radio?

-La radio de hoy solo puede diferenciarse de la de ayer y de la de mañana, en los nombres de los comunicadores. La radio es una voz, no hay otra cosa que una voz porque si se oyen varias a la vez no hay quien se entere. La radio, por su inmediatez, incluso más que Internet -a no ser que la oigamos a través de la red- es la información por antonomasia. Cuando PRISA llegó a la SER, “expertos” hubo que auguraron la muerte de las “estrellas” de la radio; en este caso no de los actores, sino de los periodistas/comunicadores estrella. Muchos años después, la radio informativa nacional tiene su razón de ser en la “estrella” que comunica en cada emisora. Es esa estrella, y no la información, que es prácticamente igual en todas las emisoras, la que atrae a los oyentes -no me gusta la palabra escuchantes, por muy correcta que sea-, al margen del ideario político, que es otro de los atractivos que marcan la diferencia en cada emisora.

-¿Y a quiénes escuchas?

-El listado es largo: Carlos Herrera, Pepa Bueno, Angels Barceló, Carlos Alsina, Federico Jiménez Losantos, Ángel Expósito, Julia Otero, Luis Herrero, Carles Francino, Pepa Fernández, Manolo Lama, Roberto Gómez, Manu Romero, José Ramón de la Morena, Paco González, Pepe Domingo Castaño, Juanma Castaño… Y siento olvidarme de algunos.

“José Luis Pécquer, ni era tan dicharachero y popular como Bobby, ni tan simpático como Joaquín; pero era todo un profesional, correcto, educado y culto”

-¿Te has considerado más periodista que radiofonista, o la radio terminó de engancharte, a pesar de que tu vida profesional circuló también por derroteros como la prensa (‘El Faro de Vigo’, donde empezaste) o las revistas, como director de ‘Interviú”…

-Yo he sido periodista siempre, comunicador en la radio, en la prensa -incluido Internet, donde tengo una web de golf www.golfinone.es desde hace casi veinte años- y en la televisión. Yo he cambiado mucho de medio, pero no de profesión; casi siempre me iba de los sitios porque tenía una oferta mejor.

-Me comentabas que te llegaron a despedir en dos ocasiones…

-…sí solo en dos: me echaron directamente, en “Diez Minutos” -donde me dieron una comida de despedida y me ensalzaron tanto que les pregunté “entonces, si soy tan bueno, ¿por qué me echáis”, y no supieron responderme- y en “Futuro”, poco antes de que cerrara.

-¿Siempre te quedará la radio?

-La radio es mi mejor recuerdo, entre otras cosas porque fue mi primera gran meta. Llegué a “Hora 25” con la treintena recién cumplidos y aún ahora, todavía hay personas que cuando me presento y digo “yo soy Basilio”, me contestan “Basilio Rogado, el de la radio”. Lo que no hace sino confirmar mi teoría de que la radio no tiene historia, sino nostalgia, y se acaba con la desaparición, tanto de los locutores como de los oyentes.

Basilio Rogado junto a Luis del Olmo, Eduardo Sotillos y otros periodistas radiofónicos, durante una de las veladas tinerfeñas que organizaba Cuca Vinuesa en los 70 (Archivo familiar Basilio Rogado)

-¿Tu peor momento en la radio?

- En la SER tuve un bache en mi carrera cuando en 1969, en una etapa que auguraba el auge de la información en la radio privada mi primera mujer murió de un cáncer de páncreas y me quedé con mi hijo Álvaro, de nueve meses. Fue un buen palo del que me recuperé gracias, primero a mis padres, luego a mi profesión y, más tarde, a la llegada a mi vida de Lourdes Zuriaga, con la que me casé y tuvimos a mi hijo Jesús.

-Por último, completa la frase: “La radio es para mí…”

-La radio fue para mí toda mi vida, durante un periodo determinado de mi existencia. Empecé con dieciseis años escribiendo, para Radio Inter los guiones del “Duende Bustillo” que era un diablillo que paseaba por los tejados de Madrid, patrocinado por Pañerías Bustillo, una famosa tienda de la Plaza Mayor de Madrid y terminé, a los 63, como te he dicho, con “El mercado y el dinero”, también en Radio Intercontinental de Madrid.

-Millones de gracias Basilio por tu disposición y sinceridad. Ha sido, además de un placer, un lujo.

-Gracias a ti, Gorka.

Lee la primera parte, si no lo has hecho