Agustín Bravo: “Me parece que todavía me tengo que pellizcar”
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El presentador ha recuperado el género del concurso en la radio, con un espacio diario en Cope Andalucía
“Creo que el concurso es volver a una radio que echo de menos”
“Creo que el concurso es volver a una radio que echo de menos”
Allá por los años 80, un joven de
Almaraz (Cáceres), de signo zodiacal piscis, muy dispuesto, llegó a las puertas
de Radio España, en la calle Manuel Silvela, de Madrid, para hacer
radiofórmula. Le fichó el histórico Raúl Marchant. Era alto, apuesto, y
con una voz profunda, personal, con personalidad. Su primer destino fue ‘Top
40’. Y allí se enamoró del micrófono. El tiempo avanzó, y con él, cambió de
destino, dentro de la misma casa. Intercambió un estudio por otro: dejó atrás la
radiofórmula y pasó a la convencional (“entonces era la Onda Media”)
para hacer informativos en el decano de la radio española, “Radio
Hora”, inventada por “mi querido” Enrique Dausá. Allí
conoció a muchos compañeros, hoy consagrados, como Roberto Arce o JJ.
Santos. “Es que Radio España era un crisol de gente”. Y de pronto la
televisión se le cruzó en el camino: “hice un casting para el programa ‘Por
la mañana’, que presentaba Jesús Hermida, en TVE, y tuve la suerte de que me
seleccionaron”, me reconoce. Su nombre era Agustín Bravo, un piscis
prototipo, “tranquilo, paciente, cariñoso y amable”, que inició hace unos pocos
años el camino de regreso de la televisión a la radio. “Para mí son dos
amores, uno es el auténtico, el de toda la vida, el que te conoces del barrio,
de pequeño, que es la radio; y la tele que es un amor un tanto más caprichoso
por parte de ella, te lleva, te seduce, te abandona, te oculta”. Siguiendo
sus palabras, podríamos decir que Agustín Bravo ha vuelto con su primer amor. “Yo
soy tremendamente feliz en la radio. Nunca pensé que llegaría a sustituir a Carlos
(Herrera)”. Este cacereño que ha trabajado en casi todas las
televisiones de España, y que se llevó la Antena de Oro, en 2001, por su
trabajo en Canal Sur, es un optimista compulsivo, que contagia bonhomía por
donde pasa. Siempre tiene una sonrisa y un piropo para quienes se cruza por los
pasillos de Cope. Sus compañeros le aprecian,
porque se hace querer. Igual que en la antena.
Agustín Bravo en Cope Madrid, durante el programa de fin de año que realizó en 2018, para toda la cadena (Fotografía Cope.es) |
-Este pasado verano, Agustín,
ha sido el segundo que has sustituido a Carlos Herrera, al frente de “Herrera
en Cope”. ¿Cómo te has visto?
-Ante todo, responsabilizado,
Gorka. No lo había ni soñado que podría llegar a ocupar esta silla. Me parece que
todavía me tengo que pellizcar. Yo que era seguidor de Carlos, antes de
conocerle; después de conocerle y ahora que somos compañeros de emisora, ha
sido una experiencia fabulosa. No sé si me da un ataque de responsabilidad tremendo,
pero todavía me digo: ¡vaya atrevimiento!
“No es que haya que recuperar el género, porque no se ha ido del todo, pero sí tal vez, haya que darle más protagonismo”
-Después de tantos años en la
televisión, que tiene un lenguaje, y unos códigos muy diferentes, ¿te has
sentido cómodo?
-Sí, me he sentido bien, cómodo,
porque he tirado de naturalidad, que es la enseñanza que yo recibo de Carlos (Herrera).
Bueno, Carlos es Carlos. Pero el que se ponga delante de un micrófono tiene que
ser como es.
-¿Cuándo terminabas el
programa te pegaba un subidón de adrenalina?
-Totalmente, Gorka. Eso es que
definitivamente me lo pasaba bien.
-¿Por qué le llamabas al
programa “EAH”, como la popular interjección andaluza?
-Pues porque consideraba que mi
labor era ésa, Gorka: ‘EAH’, o sea, “esperando a Herrera”.
-¡Que podía aparecer en
cualquier momento, desde el polígono más inesperado!
-Es que no pretendía otra cosa
que pasar el tiempo con los oyentes de la mejor forma posible, y en esto ha
sido fundamental contar con los colaboradores y compañeros de Carlos, porque al
fin y al cabo estás dentro del equipo de “Herrera en Cope”.
Agustín Bravo con el maestro Herrera, a quien ha sustituido en "Herrera en Cope" los dos últimos veranos, 2018 y 2019 (Fotografía Archivo Personal Agustín Bravo) |
-¿Y cómo crees que te han
percibido los oyentes?
-Bueno, aparte de algunas
opiniones críticas, que de todo hay; la verdad es que me llevo por segundo año
muy buenas sensaciones. Insisto en que no he pretendido más que
hacérselo pasar bien al oyente, y eso creo que se nota. Ha sido un sueño para
mí, de verdad.
“En la Radio España que conocí en los 80, la radio se hacía de pie y cara al público, desde un teatro”
-El pasado 16 de septiembre,
el director regional de Cope Andalucía,
Adolfo Arjona, te encargó poner en marcha un concurso en la radio, recuperar
uno de los géneros que sin duda la radio hizo muy grande de los 50 a los 70, fundamentalmente.
Pero puesto al día, claro.
-Sí, se titula “Tablero”,
y va de lunes a viernes, de 12:20 a 12:30. Son diez minutos en cadena regional,
desde la emisora de Sevilla, en los que juego con los oyentes a través de un
clásico: el teléfono.
-¿En qué consiste?
-Pues es muy sencillo, es un
tablero, como su propio nombre indica, que tiene cien casillas y los oyentes
juegan conmigo eligiendo una de ellas. Y te puede tocar un premio directo, una
eliminación, un seguir concursando, una pregunta o un número de una serie de
cinco que te da derecho a obtener el premio gordo…
-…que es…
-Pues un viaje de un fin de
semana a Tenerife con todos los gastos pagados, para dos personas.
Agustín Bravo, en una fotografía de Fernando Roi (Hearst), para esta entrevista de Rosa Villacastín para 'Diez Minutos' |
-¿Y la respuesta del público?
-Pues fíjate, te cuento: el
primer día tenía preparada la opción B, que intentaba cubrir la posible falta
de llamadas, en la que iba a explicar la dinámica del concurso, hablar de los
patrocinadores -que son los que mantienen la radio, con esta ‘mala salud de
hierro’ que tiene-, y resulta que las llamadas no pararon. Una tras otra. La
centralita se colapsó. Creo que, de alguna forma, es volver a una radio
que echo de menos. Yo no tuve la suerte de escuchar a los clásicos, a Bobby
Deglané o a Joaquín Prat, al frente de sus concursos. En la
actualidad, Pepe Domingo Castaño, cómo hace las menciones, cómo vende la
publicidad… No es que haya que recuperar el género,
porque no se ha ido del todo, pero sí tal vez, haya que darle más protagonismo.
“El que se ponga delante de un micrófono tiene que ser como es”
-Y cómo te has sentido
recuperando un viejo género radiofónico, como es el del concurso, que yo creo
que la radio no ha perdido nunca, aunque siempre como sección de diferentes
programas, no, tal vez, con la entidad de un programa propio, aunque solo sea
de diez minutos, como es tu caso.
-Pues tengo que confesarte algo:
yo he hecho el programa de pie. Me he puesto los auriculares, he subido la
jirafa del micrófono, me lo he puesto a mi altura, y me he movido como si
estuviera en un plató de televisión. Yo recordaba cómo en aquella Radio España
que conocí en los 80, la radio se hacía cara al público, desde un teatro, ¡y de pie!
-¿Cómo se llega a ser un buen
comunicador?
-Yo creo que comunicar tiene que
ver mucho con el movimiento, con abrir los brazos, con sonreír, con expresarte
a través del cuerpo. Yo soy comunicador desde hace cuarenta años, me apasiona
lo que hago, bien sea radio o televisión, las diferencio, obviamente, pero
biológicamente estoy igual en una que otra.
-Has hecho este verano “Herrera
en Cope”, en cadena; pero ahora estás, con el concurso en cadena regional
para Andalucía, y con el programa local en Cope Sevilla. ¿Cambia algo tu forma
de comunicar según el ámbito o la cobertura geográfica?
-Para mí es exactamente lo mismo,
es igual de gratificante. Puede cambiar que en cadena te conviertas en una pieza
del engranaje de una máquina más compleja, donde los temas son más amplios, por
decirlo de alguna forma; mientras que en local me lo como y me lo guiso yo, por
esta parte tengo más autonomía, aunque también la tengo en cadena, nunca me han
puesto ningún tipo de limitaciones. Y en regional, desde el año pasado, donde
ya hacía “Bravo por Andalucía”, y ahora “Tablero”, lo mismo, me
da tiempo para incluir los personajes y los temas que creo que debo introducir.
-¿Dónde está tu nivel de exigencia,
como profesional?
-Siempre que comunico, sea en
radio o en televisión, intento contentarme a mí mismo, y la verdad es que soy muy
autoexigente.
-Ha sido un placer charlar
contigo, Agustín.
-Te sigo leyendo, Gorka. Gracias
a ti!