La extraña y perturbadora intimidad de la radio
https://www.gorkazumeta.com/2019/07/la-extrana-y-perturbadora-intimidad-de.html
Cuando escribo sobre la radio siento que escribo sobre mí. Creo que muy poca gente es capaz de escribir sobre ella sin desnudarse un poco
"No entiendo que, acomplejada por la televisión, la radio renuncie a ese superpoder de electrificar la intimidad del oyente"
ElPaís.com,
El PaísTelevisión, Sergio del Molino, 1 de julio de 2019. Se lamentaba Juan
José Millás el otro día en una hermosa columna de que escribimos mucho sobre tele pero casi nada
sobre radio, “porque la radio es metafísica allá donde solo interesa la
física”. Otra explicación menos elegante tiene que ver con el pudor: la tele es
pública, pero la radio es privada. Por eso es más fácil escribir en los periódicos
sobre la primera.
Sergio del Molino con Carlos Alsina en su especial desde la calle, emitido el 11 de febrero de este 2019 (Fotografía, Onda Cero.es) |
Cuando escribo sobre la tele me llevo la escritura a
cualquier terreno e hilar un discurso sobre la actualidad que puede debatirse
con esa distancia con la que se manejan los asuntos públicos. Esos que, en el
fondo, no van con nosotros, sino con abstracciones lejanas como el gobierno, el
país o el fin del mundo. Cuando escribo sobre la radio, en cambio, siento que
escribo sobre mí, y creo que muy poca gente es capaz de escribir sobre la radio
sin desnudarse un poco, porque los locutores no son para nosotros tribunos ni
figuras públicas, sino voces de las que nos enamoramos y con las que mantenemos
relaciones a veces tórridas, complicadas y vergonzosas.
Por eso no entiendo que, acomplejada por la televisión, la
radio renuncie a ese superpoder de electrificar la intimidad del oyente. Los
estudios, que antes eran covachas con una mesa, unos micros y unos individuos
pálidos que exprimían sin apenas recursos todas las posibilidades expresivas de
sus aparatos fonadores, se han convertido en platós con cámaras y escenografías
luminosas y pirotécnicas que propician un ambiente mucho más dado a la
predicación que a la confidencia, y si algo me han enseñado mis maestros, los
que me han dejado boicotearles los guiones en directo y hacer todo tipo de
gamberradas -Toni Garrido, Juan Carlos Ortega y Carlos Alsina-, es que la radio
vive en ese segundo registro, que no se deja teorizar ni comprender del todo.
El que solo se escucha.