“Comunicar e Informar en español”: El curso tranquilo
https://www.gorkazumeta.com/2019/07/comunicar-e-informar-en-espanol-el.html?m=0
Dedicado a Isidro Sánchez Hernández
En busca de las oportunidades de la radio de proximidad
En busca de las oportunidades de la radio de proximidad
Hacía falta. Hace falta. Y hará
falta. Es necesario arbitrar un espacio para reflexionar en torno al futuro de
la comunicación, y del periodismo (¡y de la radio! ¡Gracias por acordarse de
este medio tan cálido y cercano!) -sin prisas- y compartir los argumentos, las
preocupaciones, las dudas, las esperanzas también, con aquellos que se sienten
atraídos por este mundo, bien en su condición de actores principales o,
simplemente, como consumidores de contenidos.
Gorka Zumeta impartiendo su taller "Del dial al podcast: la nueva radio en español" en el Aula Francisco de Salinas de la Universidad de Salamanca (Fotografías Ignacio Coll Tellechea) |
Los periodistas no tenemos un
termómetro infalible para medir con precisión el interés que nuestras informaciones
generan entre el público. Trabajamos, las más de las veces, con la intuición
como inspiradora de nuestra labor. Y no solo carecemos de evidencias para
apoyarnos en ellas a la hora de elegir qué publicamos, qué emitimos, y qué
dejamos fuera, sino que tampoco tenemos certidumbres en torno a cómo debemos
trasladar esos contenidos a nuestro público: tan importante es, hoy, lo que
contamos, cuanto cómo lo contamos. Y este aspecto se incluye en el capítulo de “comunicar
con eficacia”.
Aquella tarde disfruté de cada minuto, porque vi al otro lado, toneladas de curiosidad, especialmente de Isidro. Y nada puede haber más halagador para un formador que la receptividad militante
La Universidad de Salamanca, la más
antigua de las universidades hispanas, creada a iniciativa del rey Alfonso IX de
León, en el año 1218, y consolidada con el título de ‘Universidad’, por el rey
Alfonso X de Castilla en 1254, ha tenido la feliz idea este verano, los pasados
10 al 12 de julio, de poner en marcha un
curso dedicado a analizar el español, enfocado a través del mundo de la
comunicación y del periodismo. Y, además de feliz, la idea ha sido oportuna,
porque los medios tradicionales están sufriendo un cambio de paradigma radical provocado
no ya por la irrupción de internet, como continuamos leyendo en algunos post trasnochados,
sino por su desarrollo imparable. Una mutación que ha afectado a los
periodistas, para bien, y también para mal.
Internet nos ha proporcionado, especialmente
a las generaciones Y y Z, ante todo prisa: una dependencia desmedida por la inmediatez
en la resolución de nuestras necesidades, tan exigente que, de no lograrse, nos
hace a menudo abortar la tentativa, y tras la frustración, intentar otro
camino, imbuido de la misma celeridad que inspira nuestros movimientos en la
red. Lo que buscamos, lo queremos ¡ya! Y esta prisa, este nuevo ritmo de vida,
trepidante y a menudo irreflexivo, nos conduce a grandes errores, como la
imprecisión, la equivocación, pero también la falsedad interesada.
La mayoría de los ponentes, de
primerísimo nivel, defendieron la necesidad de cursos como éste, organizado por
la Universidad de Salamanca, para abordar esta problemática, y analizar las
consecuencias de este nuevo modelo de las prisas. El periodista bilbaíno
Santiago Segurola afirmó en su intervención que “este nuevo modelo ha
venido para quedarse”, y expresó su pesimismo ante la situación, que “ha
convertido a los periodistas en más débiles y miedosos ante los resortes del
poder, el económico, el político y el deportivo”. El director
del Centro Internacional del Español, de la Universidad de Salamanca, Jesús
Fernández, adjetivó el tono general de la mesa redonda protagonizada por
Segurola, junto con Javier Ares y Danae Boronat, como de “paisaje
apocalíptico”, y nadie vio exageración en su elección.
Gorka Zumeta contó con once personas entre el público que se matricularon en el Taller "Del dial al podcast" |
El objetivo marcado por este
programa de la Universidad de Salamanca, que estaba orientado tanto a profesionales
de la comunicación, como a estudiantes de Periodismo, Comunicación Audiovisual
y áreas afines, era analizar la actividad informativa que se produce desde
nuestro país usando el español como herramienta principal, en todos los
formatos y a través de los medios tradicionales y de los nuevos canales que
están surgiendo de la mano de la tecnología.
Durante tres horas largas fui desgranando el panorama generacional de las audiencias, la curva negativa del crecimiento vegetativo, el DAFO de la radio online, y la concurrencia imposible de la DAB en España
Juan Cruz, el director
adjunto de El País, fue
el encargado de la sesión inaugural. Ya di cuenta de ella en esta web. Titulé
su ponencia, “escrita, porque mi mujer me ha dicho que hablar en la Universidad
de Salamanca requería un nivel superior de exposición”, confesó el propio
Cruz, “el periodismo: el oficio invencible”. Tal vez por eso, porque es
invencible, soportará los embates del progreso, se adaptará y resurgirá -más
fuerte- apoyado en los periodistas que sean capaces de crear una marca personal
potente de credibilidad y confianza. Los demás, los que se dejan impresionar por
las prisas, la inmediatez enfermiza de las exclusivas de un Trending Topic,
los que obvian confirmar las noticias, y hacen del rumor una portada,
terminarán por ser descubiertos e identificados. Y cuando digo periodistas,
marcas personales, también hablo de marcas empresariales, de medios de
comunicación que tendrán la oportunidad de elegir el escaparate en que quieren
exponerse: el del periodismo de prestigio, el que lucha porque la profesión
recupere los principios esenciales que la inspiran (que habrá que pagar), o la del pseudoperiodismo,
que se escuda en las presuntas necesidades del público para darle carnaza y
contribuir a desprestigiar un oficio honesto que cada vez, y esto es cierto,
está más amenazado por el entorno en que se desenvuelve. Tal vez el oficio de
periodista, en este recién estrenado todavía siglo XXI, deba incluir también rasgos
de heroísmo para afrontar el trabajo diario.
Y en este marco “apocalíptico”
de los medios tradicionales, llegaron las cuatro de la tarde del día 11 de
julio, jueves, y me asignaron el “Aula Francisco de Salinas” de la Universidad de Salamanca. ¡Cómo pesa e impone la historia! De Salinas fue un muy
popular músico, organista y humanista de la época (situémonos en el año 1571),
que ganó una cátedra en la Universidad de Salamanca y fue profesor coetáneo de Fray
Luis de León. Releyendo la biografía de este prohombre universitario de
finales del siglo XVI, y rebuscando algún pasaje que le acercara al mundo del
sonido y de las palabras, de la música, que tanto le apasionó, he encontrado
uno que indiscutiblemente, de haber existido la radio, le hubiera enganchado a un
transistor de por vida: a los once años perdió la vista. Y ya sabemos que la
condición de ciego hiperdesarrolla el sentido del oído. Y, estoy convencido, en
el maestro Salinas también ocurrió.
Nada puede haber más inspirador para un profesor que unos alumnos entregados. Esto fue lo que ocurrió en el Aula Francisco de Salinas aquella tarde de julio |
Poco a poco, mis once alumnos
fueron tomando asiento en los bancos del ‘Aula Francisco de Salinas’, y analicé
la expresividad de los rostros, en busca de información acerca de sus
expectativas sobre el taller. Entre el público había muy buenos compañeros de
la radio local salmantina, que lo fueron en otro tiempo también de la Cadena SER, como yo, antes de las salidas
masivas provocadas por la crisis económica. De ahí que, en muchos casos, han
tenido que reinventarse y buscar nuevos caminos, alternativos, emparentados eso sí con el oficio de radiofonista.
También había público en general,
no vinculado con la radio, que quería conocerla más en profundidad. Se
confesaron oyentes militantes de ella y prestaron atención exquisita a mi
exposición. Entre ellos, entre ese público matriculado en este Curso de la
Universidad de Salamanca, quiero destacar a Isidro, próximo a cumplir los
ochenta años, médico traumatólogo jubilado, cuya presencia me sorprendió tanto
como me cautivó. El afán de saber no tiene edad. Solo voluntad. Y ésta, la
curiosidad impenitente por aprender, debe ser una cualidad permanente del buen
periodista. Isidro fue un regalo, que recibí halagado. Al final de la sesión, y
tras las presentaciones, aproveché para hacerle una consulta médica de tipo personal,
que zanjó con gracia y oportunidad.
Y también había gente joven,
aunque no muy numerosa, y desde luego muy minoritaria respecto de la media de
edad del curso, que quiso dedicarme 180 minutos de su tiempo, que al final
superaron los 200, por el interés que logré despertar, creo, y las dudas e
inquietudes que quisieron trasladarme, para las que buscaban respuestas. Confío
en haberlas despejado. Miguel, de treinta años, trabajando en la redacción
deportiva de una importante televisión del país, y Lucía de 24, sirvieron de
contrapunto a un público mayoritariamente maduro.
Gorka Zumeta explicó de dónde venimos, de una radio de 'ustedes', a una radio 'de tú a tú' (los podcast) |
Miguel se confesó un ‘friki’ de
la radio, mientras que Lucía iba asintiendo a mis observaciones en torno al
consumo que hacían los jóvenes de la radio convencional, por otra parte, y como ella también
certificó, inexistente. De hecho, desconocía que, en origen, “Nada sabe nada”,
de Berto Romero y Andreu Buenafuente, es un programa de radio de la Cadena SER, porque ella lo consume habitualmente en Youtube. Pero su sola presencia allí me
animaba, y me retaba. Me animaba a tratar de convencerla acerca de las
excelencias y bondades de la radio, y me retaba a hacerlo apoyado en mis
mejores argumentos para lograrlo. No pudimos hablar después, y lo
lamenté. Me hubiera gustado testar mi sesión con ella. A los profesores, ahora,
también nos ponen nota los alumnos.
Los periodistas no tenemos un termómetro infalible para medir con precisión el interés que nuestras informaciones generan entre el público. Trabajamos, las más de las veces, con la intuición como inspiradora de nuestra labor
Durante tres horas largas, fui
desgranando el panorama generacional de las audiencias, la curva negativa del
crecimiento vegetativo, las ventajas e inconvenientes, el DAFO, de la radio
online, frente a la radio tradicional, y la concurrencia imposible de la radio
digital terrestre, con un paisaje mundial en que pudieron ver los progresos -evidentes-
de implantación en países de todo tipo y condición, que han apostado por la
DAB-DAB+ en el cambio de siglo. Expuse los problemas que acucian a la radio tradicional,
pero al tiempo subrayé las oportunidades que el sector ofrece para los
emprendedores que logren encontrar nichos de oyentes especializados interesados
por alguna disciplina, que represente una salida profesional de autoempleo, y
cité el caso
del Grupo ROM Murcia, liderado por mi admirado José Augusto González,
que ha logrado crear una empresa de comunicación potente, a nivel
local/regional. “Se puede, lo importante es que se puede lograr el éxito”,
les trasladó a través de un micropodcast. La radio, el periodismo de proximidad,
es uno de los campos que ofrecen más posibilidades, si se sabe acertar en el
enfoque. La tecnología facilita la contención de gastos.
En definitiva, aquella tarde
disfruté de cada minuto, porque vi interés al otro lado, entre el público,
compañeros, y estudiante. Y nada puede haber más halagador para un formador que
encontrar receptividad, toneladas de curiosidad, de ganas de aprender, empezando
por Isidro. ¡Quedan tantas cosas por aprender! Gracias a mis once por
haber elegido mi taller, y sentir cariño, estoy seguro, por la radio, mi vida.