Cambios en RNE: la salida de Pepa Fernández
https://www.gorkazumeta.com/2019/07/cambios-en-rne-la-salida-de-pepa.html
La radio pública ha anunciado cambios importantes en su parrilla de programación que implican entradas y salidas de comunicadores
Y a los veinte años... se abrió la puerta
- Carles Mesa era el mejor recambio que podía buscarse para mantener robusta y unida la familia de "No es un día cualquiera"
- Amaya Prieto sumará frescura y simpatía a las tardes de la radio pública, de 15:00 a 17:00 horas
- Es muy valiente la decisión de la dirección de RNE al aprobar estos cambios en medio de la incertidumbre que rodea a la Corporación, y a sus limitaciones financieras
Al leer la nota de prensa de Radio Nacional de España con los principales cambios en su programación a partir de septiembre, me resultó inevitable recordar las recientes palabras de Iñaki Gabilondo cuando, en la entrevista que le realizó Juan Antonio Alcalá en “La Contraportada”, de “El Partidazo” de Cope, a comienzos de este mes de julio, le contestó: “Tenía necesidad de que mi empresa me dijera cómo se salía del “Hoy por Hoy”, y no quería que fuera en una caja de pino, camino del tanatorio”. Pepa Fernández abandona el fin de semana. Y ha tenido que esperar a los veinte años de “No es un día cualquiera” para salir de ese bucle en el que carecía de fines de semana en su vida privada. No nos olvidemos también de los compañeros de deportes, cuya vida familiar se resiente, inevitablemente, por su trabajo, justamente, sábados y domingos, cuando descansa el 85 por ciento de la población.
Veinte años de "No es un día cualquiera", un recorrido que ha hecho que la familia desarrolle su sentimiento orgulloso de pertenencia a este programa (Fotografía RNE) |
Pepa buscaba una salida digna a
su, al final, confinamiento forzoso en las mañanas del fin de semana. Y, si se
llegan a despistar en los despachos de RNE,
se cumplen los 25 años, y Pepa hubiera celebrado las bodas de plata del
programa. Antes que Pepa, y es duro, pero es ley de vida, se han ido varios de
sus colaboradores, empezando por Antonio Fraguas, ‘Forges’, y el
genial José María Íñigo, cuya aportación al programa iba mucho más allá
de la antena. Y el equipo de colaboradores, por los que siento sincera
admiración, está compuesto por septuagenarios, que han demostrado estar en
plena forma mental, pero siguen siendo septuagenarios. Y la media de edad de
los oyentes se sitúa muy cerca de la sesentena.
"Es muy complicado, por no decir imposible, que Pepa Fernández atraiga nuevos oyentes, salvo los que consiga trasladar de los fines de semana, los fieles, los militantes, del “No es un día cualquiera”
Había que dar un giro. Había que
sacar de ahí a Pepa, buscarle acomodo, digno, relevante, porque su trabajo al
frente del fin de semana ha sido impecable, brillante, y continuado. Nadie lo
niega. Sus oyentes la defienden a capa y espada, no es para menos. ¡Y que no
les toquen a Pepa! ¡Porque nos ha acompañado todos los fines de semana desde
hace dos décadas! Así se han manifestado algunas voces en redes sociales,
subrayando “el gran error” de la radio pública al defenestrar a Pepa
Fernández del “No es un día cualquiera”. Nadie ha defenestrado a nadie;
al contrario, la salida de Pepa Fernández tenía que producirse, tarde o
temprano, y veinte años, aunque como dice el tango, “no son nada”, lo
cierto es que pesan, y si no que lo pregunten a la propia interesada que,
transparente, ya había adelantado de alguna manera que los 20 eran su último
número…
Los tres últimos subdirectores de
“No es un día cualquiera” han sido, por este orden, Juan Yeregui,
que participa desde los estudios de Pamplona, Carlos
Santos y Carles Mesa. Los dos últimos dirigen programas propios en
la madrugada de RNE. La dirección de la
casa se ha decidido por Carles Mesa. Puestos a cambiar, generacionalmente es
más interesante, y dispone de mayor recorrido, Mesa frente a Santos. Y el aire
que le puede imprimir a “No es un día cualquiera” responde a un esquema
menos viciado por la cincuentena larga de Santos. Sin embargo, éste se hubiera
situado más cerca del perfil de los oyentes del programa. Para Mesa no va a ser
fácil conectar con una audiencia mucho más anciana que él. Pero no más difícil
que a Ana Sterling, a Íñigo Alfonso a Chema García Langa o
a David Sierra, que son perfiles jóvenes, que hablan a una audiencia muy
madura, próxima a la jubilación.
Es la oportunidad para apostar por unas mañanas de la radio pública que extiendan sus tentáculos, en forma de unidades móviles, allá donde se produzca un hecho noticiable. Y esto no puede hacerse desde el púlpito de un locutorio
A Pepa le hubieran caído mejor
las tardes de RNE que las mañanas. Unas
tardes que no terminan de cuajar desde que Toni Garrido, que ahora está
de salida en la SER, se ocupó de ellas
desde una original propuesta, algo rupturista, llamada “Asuntos Propios”.
Las mañanas de lunes a viernes, el prime time de la radio, pesan mucho,
vienen cargadas de compromisos y servidumbres, cierto que más en la radio
comercial que en la pública, pero la libertad no es absoluta, y el patrón de la
actualidad obliga a concesiones que no siempre apetecen. Y sobrevivir,
permanentemente en el ojo del huracán, estresa.
Las tardes, sin embargo,
presentan similitudes con la radio de fin de semana. Es una radio menos
dependiente del discurrir del día, de los contenidos frescos (aunque
cada vez hay menos de estos), y más favorable a la sucesión de secciones
cerradas que no son, en definitiva, más que podcast tras podcast. Para hacer
una buena radio de prime time matinal Pepa Fernández y su equipo tienen
que cambiar radicalmente el chip.
Los activos de Radio Nacional: Carmona
Carmona recogiendo el Ondas |
RNE atraviesa
por momentos financieros delicados. Últimamente éste parece ser su sino. Pero en
ocasiones no todos los problemas son de esta naturaleza. Hay personal en la Casa
de la Radio que tiene todavía mucho que decir y, al igual que ocurre en las
cadenas privadas, donde de las musicales, el camino lógico de la promoción interna
pasa por la cadena generalista; en Radio 3 hay valores que deberían, por edad, experiencia
y resultados obtenidos, dar el salto a la antigua Radio Uno y mostrar una cara ‘actualizada’
de la radio pública. Uno de estos nombres, que parece resistirse, es el de Ángel
Carmona, premio Ondas 2015, al “mejor presentador de radio musical”.
Ya nos demostró en el verano de 2013 qué es capaz de hacer en “Las Mañanas
de RNE”, pero aquello quedó en un espejismo, porque regresó pronto al redil
de Radio 3 y nunca hubo más incursiones, salvo, eso sí, tímidos y controlados
acercamientos en forma de secciones, que dejan entrever, solo atisbar, sus
enormes potencialidades.
Y sería la oportunidad, el
momento para apostar por las mañanas de la radio pública que nos brindaron,
años atrás, otros profesionales de la Casa de la Radio, como Luis del Olmo,
Alejo García, o Julio César Iglesias, en las que la radio estaba más
tiempo en la calle, y no me refiero a los tours pseudopublicitarios de
Pepa Fernández en el fin de semana, invitada, a gastos pagados, por
ayuntamientos e instituciones. Me refiero a los tentáculos de la radio, a
través de sus unidades móviles desplazadas en el lugar donde se producen las
historias del día. Me refiero, como defendía Iñaki Gabilondo, a tomarle
realmente, desde la radio, el pulso a la vida. Y esto no se puede hacer exclusivamente
desde el púlpito de un locutorio. Defiendo un "España directo", que ya hace la hermana mayor, TVE, pero en radio.
Pepa Fernández, de espaldas, paseando por Ávila, muy temprano, dirigiéndose hacia el lugar donde iba a realizar "NEUDC" el 15 de octubre de 2017 (Fotografía Twitter 'NEUDC') |
Y otro apunte, nada baladí: es
muy complicado, por no decir imposible, que Pepa Fernández atraiga nuevos
oyentes, salvo los que consiga trasladar de los fines de semana, los fieles,
los militantes, del “No es un día cualquiera”. Lo normal, lo
previsible, es que no tenga más remedio que someterse a Íñigo Alfonso, y
a al primer tramo de “Las Mañanas de RNE”, que él dirige. Alfonso es el
que atrae o pierde oyentes, en primera instancia. A Pepa no le queda más que
tratar de mantener al mayor número posible de todos ellos, pero no incorporar
nuevos, salvo que se los robe a Àngels Barceló, a Carlos
Herrera o a Carlos Alsina, que son, todos ellos, aparte de sus
directos competidores, pesos pesados, que aspirarán, como ella, a robarse
oyentes unos a otros. A esto es a lo que puede aspirar la radio generalista
española, ya lo he escrito en alguna ocasión: a robarse oyentes, porque nuevos
no hay. Peor: desaparecen, mucho por ley de vida. Recuerdo la cifra: en los
últimos cinco años la radio generalista española ha perdido casi 1.500.000
oyentes. Un panorama desolador, que no tiene visos de mejorar.
Había que dar un giro. Había que sacar de ahí a Pepa, buscarle acomodo, digno, relevante, porque su trabajo al frente del fin de semana ha sido impecable, brillante, y continuado. Nadie lo niega. Sus oyentes la defienden a capa y espada, no es para menos. ¡Y que no les toquen a Pepa!
Y desde la dirección de la radio
pública, como no podría ser de otra manera, existe preocupación por la pérdida
de audiencia del medio. Y estarían dispuestos a reescribir una nueva estrategia
que vinculara más RNE con los jóvenes,
a los que hay que ir a buscar con contenidos que les atraigan. De hecho, les
encantaría promover un proyecto que se quedó guardado en algún cajón de
despacho, y del que ya hablé en esta web, como Clan Radio,
Pero la situación financiera en la Corporación es de una permanente
inestabilidad. Cada euro gastado se mira con lupa, las decisiones se toman en modo
superlento, y los nuevos proyectos son entelequias. Ciertamente, da lástima
encontrarse ante este panorama. Por eso, en esta situación de incertidumbre,
con un concurso público para elegir al presidente de la Corporación congelado,
como tantos otros asuntos en esta España sufridora nuestra, a los que los
políticos no encuentran salida, aplaudo los cambios en RNE por lo que comportan de arrojo y de
valentía.
Como ciudadano español, como
oyente de radio, quiero sentirme orgulloso de mi radio pública. Y, a pesar de las
penurias económicas que sufre, hasta
el entorno físico -la Casa de la Radio- que he denunciado, mis colegas están
demostrando una indudable profesionalidad para acometer una programación digna,
en la que destacan algunos grandes espacios, de los que también he hablado en
esta web. No me importaría pagar el canon correspondiente para apoyar la
financiación de mi radio; aunque entiendo que no son momentos para subir
impuestos. Pero cada vez comparto más la reflexión que me hacía Benigno Moreno,
hoy director de Ficciones Sonoras de RNE, y exdirector de la casa, cuando me
dijo “La
radio pública debería ser como la Seguridad Social: todos la podemos criticar, pero nos sentimos
orgullosos de ella”.
Desde la dirección de RNE, que ocupa Javier Hernández, se
han tomado otras decisiones, además de la analizada en estas líneas. Tal vez la
más traumática sea la de José Antonio García, rebautizado por Carlos
Herrera como ‘Ciudadano García’, que deja las tardes, en beneficio
de Amaya Prieto, que asumirá en septiembre el tramo de 15:00 a 17:00
horas, con un programa que todavía no tiene nombre. La radio de García era muy
peculiar, y desde
estas páginas destaqué sus fortalezas en los comienzos, pero no era igual responder
ante una hora de programa, como nació en los principios de “Esto me suena”,
que disponer de cuatro horas para rellenar, se supone que con calidad,
originalidad e interés, y un equipo voluntarioso, pero reducido. No tuvo más
remedio RNE que recortar una hora su
tiempo de antena, sobre todo por la imposibilidad de dotarle de más componentes
de equipo, que hubieran solucionado los problemas de producción y redacción. De
nuevo cuestiones financieras, que son las que han marcado el devenir de muchos
programas que, sin embargo, van piano piano cumpliendo con los mínimos
compromisos requeridos, sobre todo por la enorme profesionalidad de mis colegas
de la Pública. “Esto me suena” estaba cayendo, inevitablemente, en la
rutina, todos los programas se parecían demasiado, cambiaban los invitados,
pero la sensación era de repetición de la fórmula, las secciones formaban parte
del ‘dejá vu’, y necesitaba un revolcón o un cierre de etapa. Se ha
optado por la segunda opción, la más traumática. Ahora, García busca nuevo
acomodo en la parrilla, y en breve lo anunciará RNE, pero estoy seguro de que apostarán
por uno de los géneros donde más fuerte es García y donde más puede aportar:
las entrevistas. Ya no es necesario encontrar un hueco en la antena. El podcast
es una alternativa cada vez más a tener en cuenta.
Menéndez tendrá que atemperar su tono brioso matinal y recargar sus pilas con la complicidad que solo aporta la radio nocturna, y no digamos la radio de madrugada. Pero debería, estratégicamente, pasear sus contenidos, en su versión podcast, en el tiempo de los despiertos, para dejarse oír, y escuchar
Mamen Asencio es un valor
permanente de la casa. Se le ha premiado con una hora más de programa, de 17:00
a 19:00 horas. Amaya Prieto se incorpora a la antigua Radio Uno, y
seguramente se hará querer, porque su radio es muy emocional, muy de tocar
piel, casi táctil con los oyentes. Se ha ocupado esta temporada en “Las
Mañanas”, junto a Alfredo Menéndez, de la sección “Mi pueblo es
el tuyo”, en el que ha reivindicado la España rural, a la que tan bien
llega la red de emisoras de la radio pública. Y es voz habitual también en las “Ficciones
Sonoras” del equipo de Benigno Moreno, al que antes citaba. Es una mujer de
radio, que la ama y que la siente. Se convertirá en un puntal de la tarde, si
sabe acotar bien los temas y canalizar las expectativas de los oyentes vespertinos.
A estas alturas descubrir a
Alfredo Menéndez es una tarea innecesaria. Llegado a RNE procedente de Onda Cero, en 2013, previo paso, breve, por
los Informativos de TVE, sucedió en “Las Mañanas” a un clásico de la
radio pública: Manolo H.H. Y, desde entonces, la radio pública ha superado,
en varias olas del EGM, el millón de oyentes. Para él no fue fácil digerir que
la dirección de los Servicios Informativos, con Raúl Heiztmann a la
cabeza, decidiera que el tramo informativo lo asumiera Íñigo Alfonso esta
temporada. Pero, por el contrario, ganó una hora más de tiempo, robándosela,
de nuevo, a Manolo H.H., al que parece perseguir (pero son solo apariencias…).
Ahora, asumirá “Gente despierta”, la alternativa al deporte que RNE puso en marcha de la mano de Carles
Mesa, que ahora regresa al fin de semana. Menéndez tendrá que atemperar su tono
brioso matinal y recargar sus pilas con la complicidad que solo aporta la radio
nocturna, y no digamos la radio de madrugada (que admite un tono golfo e iconoclasta). Pero, al tiempo, debería,
estratégicamente, pasear sus contenidos, en su versión podcast, con amplitud de
miras, en el tiempo de los despiertos, para dejarse oír, y escuchar.
Porque estoy seguro de que merecerá la pena seguirle, aunque los horarios cronológicos
de la ¿antigua? radio sincrónica nos alejen de él a partir de la próxima
temporada.
A RNE le queda mucho por hacer. Y no todo es
una cuestión económica. No tiene sentido que todavía viva inmersa en la
descoordinación interna. Transcurrieron horas desde que los cambios en la
programación para la próxima temporada se anunciaron en el boletín de las once
de la mañana del día 16 de este mes y la información se completó en la web y en la nota oficial de la
Corporación. No tiene sentido. Aquí sí tiene mucho que aprender de la
comunicación corporativa de las cadenas privadas. Pero a la radio pública le
competen otras responsabilidades, entre ellas liderar la acción, y la
proacción, radiofónica entre la sociedad española, y eso concierne al olvido que
el medio ha dedicado a los más jóvenes (radio infantil y juvenil). El modelo de la BBC, y su BBC One Extra,
podría ser un impulso, en el nuevo escenario de la DAB+ (con nuevas frecuencias) cuyos pasos firmes está
dando Europa, con la mirada displicente desde España. Pero soy pesimista.
27 años de “No es un día cualquiera” (RNE)
“No es un día Cualquiera” nació hace 27 años. En el
año 1992, casi en medio del año olímpico que vivió intensamente Barcelona. Al
director de RNE de entonces, Fernando Delgado, no le gustaba nada que el
título del programa incluyera una negación. Pero finalmente lo aprobó. La
negociación para que lo asumiera Magín Revillo, su primer presentador
matinal, fue complicada: estaba recién casado, en excedencia, y pretendía
hacerlo desde los estudios de Barcelona. Delgado siguió firmando, casi a
regañadientes, e incluyó a Nuria Guitart como copresentadora, en calidad
de colaboradora (que nunca dejó de ser). El “NEUDC” de Magín y Nuria duró siete
temporadas, justo hasta julio de 1999, en que Magín Revillo asumió la
corresponsalía de RNE en Washington. El director de RNE de entonces, Diego
Armario, quiso hacer cambios en contenidos y colaboradores, porque las
entrevistas políticas de Magín y Nuria, hechas con libertad y criterio,
escocían un poco en algunos círculos de poder del PP. Nuria Guitart siguió dirigiendo
en el programa, incluso cuando Pepa Fernández asumió la presentación al
comienzo. Pepa presentaba antes el programa de fin de semana en Radio 4, solo
para Cataluña, en catalán, y coincidía a menudo con Magín y Nuria por los
pasillos de los antiguos estudios de Paseo de Gracia de RNE en Barcelona.