2ª ola EGM: Siguiente round: Barceló-Herrera
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Análisis de los resultados de la segunda ola del Estudio General de Medios
La radio española sigue perdiendo oyentes
Las notas de final de Temporada no han sido malas para la radio española. Las cifras del Estudio General de Medios (EGM) han contentado a la mayoría de los actores protagonistas de esta película que, como el mito de Sísifo, se repite, se repite y se repite, en este caso cada tres meses, con la excepción del verano que tenemos por delante. La industria no tiene especial interés por este período, de ahí el silencio que existe en torno a las audiencias obtenidas por los sustitutos, no vaya a ser que superen en algunos casos (no tengo dudas en este sentido) a los titulares de la plaza. También, y no es baladí, los costes. Realizar casi 90.000 encuestas personales cuesta mucho dinero, que financian los socios de la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC), en proporción a su audiencia. Por fin, dado que el trabajo de campo de la parte más sustancial del estudio se desarrolla en domicilios, tras el sorteo aleatorio de las ubicaciones, durante las vacaciones estivales se complica mucho más encontrar a quienes viven en esas casas donde hay que hacer las encuestas, obligatoriamente, para respetar la representatividad estadística del EGM.
El caso es que, en esta ola, la
segunda del año, con la que concluye la Temporada de radio, el curso escolar,
ha ocurrido lo que era previsible: que la Cope
no ha conseguido dar el “SERpaso”, y superar a su archienemigo amarillo. La
especialidad del EGM es autocorregirse permanentemente, para ajustar datos y
tendencias. De hecho, el EGM más fiable del año sería el acumulado anual de la segunda
ola, que suma casi 90.000 encuestas en total, y que representa auténticamente
los valores más reales de la situación del medio en nuestro país. Pero, claro,
ya se sabe, cada uno destaca, y subraya, las cifras que le van mejor, y
silencia las negativas. Sin embargo, si las cadenas de radio aplicaran los
mismos principios de respeto al dato que se exigen con otras informaciones,
ajenas a sus intereses, deberían aplicarlos también en su comunicación del EGM.
Pero no ocurre así. ¡Qué más quisiéramos!
A lo que iba: sus números (los árboles) les impiden ver el auténtico panorama del sector (el bosque). Y el panorama es de clara tendencia descendente en la audiencia global de la radio española. La radio sigue perdiendo oyentes ola tras ola (con la reciente excepción de la primera ola de este mismo año, en que AIMC actualizó el universo de la encuesta, que subió dos décimas, muy poco). La radio en España ya se sitúa por debajo del 60 por ciento de penetración, y ha vuelto a perder casi 200.000 oyentes (-195.000).
Y por eso, el EGM pierde interés,
por su previsibilidad y rutina. La SER
sigue siendo líder, y lleva más de un cuarto de siglo. Y el resto del ranquin
depende de dónde esté Carlos Herrera, con lo que, quien lo tenga, debe tratarle
muy bien. La cadena de radio de Prisa ha dado un volantazo a sus mañanas,
poniendo la tirita antes de que se produzca la herida. Por si acaso. Y probablemente,
han hecho bien. Pero de momento se mantiene fuerte y ha aumentado la diferencia
con la cadena de los obispos, 960.000 oyentes. Esto le permite afrontar el
cambio de septiembre, y su apuesta por Àngels Barceló, con algo más de
tranquilidad, y sin el agobio de una presión que puede conducir a tomar
decisiones tan urgentes como equivocadas.
Las autonómicas se mueven en cifras verdaderamente insignificantes de audiencia, sobre todo si les aplicamos la ratio oyentes-presupuesto público invertido. Ya he comentado en alguna otra ocasión que los oyentes más caros de la radio española son los de las cadenas autonómicas. No es de recibo que Aragón Radio sume solo 30.000 oyentes, Radio Castilla-La Mancha 34.000, o Radio Principado de Asturias 23.000. En proporción al universo potencial al que puede llegar, Onda Madrid, la emisora dependiente del ente regional madrileño, en la que se ha hecho un esfuerzo (inversión) especial, contratando a Juan Pablo Colmenarejo, Félix Madero o Felipe Serrano, los números no salen. El EGM le concede un exiguo resultado, 19.000 oyentes, -8.000 menos, aunque en acumulado anual, puede presumir de 4.000 oyentes más que en 2018. Claramente, resultados insuficientes para justificar la apuesta. En justicia, también hay que reconocer los crecimientos espectaculares de Onda Regional Murcia, que ha pasado de 6.000 a 25.000 y de la valenciana A Punt, que avanza de 18.000 a 42.000.
La radio española sigue perdiendo oyentes
- El EGM certifica la recuperación de la SER, y el ajuste, a la baja, de Cope
- El estudio de la AIMC continúa autocorrigiéndose ola tras ola
- La radio musical, que se recupera en parte, aumenta distancias con la radio hablada
- La SER afronta el cambio de Àngels Barceló en el “Hoy por Hoy” con más distancia de Cope
- EsRadio crece casi un 40 por ciento en un año
- Onda Madrid no consigue amortizar la inversión en su nuevo equipo de estrellas
Las notas de final de Temporada no han sido malas para la radio española. Las cifras del Estudio General de Medios (EGM) han contentado a la mayoría de los actores protagonistas de esta película que, como el mito de Sísifo, se repite, se repite y se repite, en este caso cada tres meses, con la excepción del verano que tenemos por delante. La industria no tiene especial interés por este período, de ahí el silencio que existe en torno a las audiencias obtenidas por los sustitutos, no vaya a ser que superen en algunos casos (no tengo dudas en este sentido) a los titulares de la plaza. También, y no es baladí, los costes. Realizar casi 90.000 encuestas personales cuesta mucho dinero, que financian los socios de la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC), en proporción a su audiencia. Por fin, dado que el trabajo de campo de la parte más sustancial del estudio se desarrolla en domicilios, tras el sorteo aleatorio de las ubicaciones, durante las vacaciones estivales se complica mucho más encontrar a quienes viven en esas casas donde hay que hacer las encuestas, obligatoriamente, para respetar la representatividad estadística del EGM.
Fotografía de Àngels Barceló (izquierda) realizada por Guadalupe de la Vallina para esta entrevista en Jotdown y de Carlos Herrera, de TVE |
Las autonómicas, salvo excepciones, se mueven en cifras verdaderamente insignificantes de audiencia, sobre todo si les aplicamos la ratio oyentes-presupuesto público invertido
El EGM constituye todavía los Santos
Evangelios de la radio española. Y la radio española sigue siendo una radio
de frecuencia modulada. Una radio anquilosada en una tecnología analógica, que
no evoluciona a digital. La radio es el único gran medio que no se ha digitalizado.
Pero tendremos oportunidad de profundizar más en este aspecto en una próxima
entrega en esta web. No voy a ocultar que cada vez me da más pereza sumergirme en
el EGM. No hace mucho bucear en él me apasionaba; pero algunas tendencias
incomprensibles, márgenes de errores disparados (sobre todo en el fin de semana),
saltos de cifras inexplicables, me cortocircuitan. O tal vez, todo puede ser,
mi capacidad de análisis se está viendo mermada por mi progresiva pérdida de
interés.
Todas las grandes cadenas viven
acosadas por el EGM, y su reflejo en él. Les va la vida. Es comprensible. Los
ingresos publicitarios les mantienen con vida, activos; y las nóminas de final
de mes pueden pagarse gracias a la generosidad de las marcas, y a la
orientación del estudio. El EGM condiciona desde hace muchos años la estructura
mastodóntica de grandes bloques ómnibus, de la mañana, la tarde y la noche.
Todas las cadenas reproducen el mismo esquema programático y nadie se atreve a
darle la puntilla, y apostar por nuevas fórmulas, porque perdería muchas
posiciones en la encuesta de la AIMC. Y con el bolsillo no se juega. Está claro.
En Cataluña sigue liderando RAC1, seguida de Catalunya Radio y la SER, que con Josep Cuní casi duplica sus oyentes, pasa de 23.000 a 40.000
A lo que iba: sus números (los árboles) les impiden ver el auténtico panorama del sector (el bosque). Y el panorama es de clara tendencia descendente en la audiencia global de la radio española. La radio sigue perdiendo oyentes ola tras ola (con la reciente excepción de la primera ola de este mismo año, en que AIMC actualizó el universo de la encuesta, que subió dos décimas, muy poco). La radio en España ya se sitúa por debajo del 60 por ciento de penetración, y ha vuelto a perder casi 200.000 oyentes (-195.000).
La distancia entre la radio
hablada y la musical regresa a sus valores tradicionales y vuelven a separarse en
el gráfico: la radio musical aumenta en casi 300.000 oyentes (298.000),
mientras que la radio hablada pierde seguimiento, casi cien mil oyentes menos (-91.000). La temporalidad
de la segunda ola del año, en donde el tiempo mejora y se consume más radio
musical, se ha vuelto a confirmar. Y, sobre todo, y al margen de
temporalidades, las pérdidas del anterior EGM se han reajustado. La radio
musical sigue en números rojos, pero no está de UVI. De los 563.000 oyentes que
perdió en la primera ola del año, ha recuperado 300.000; es decir, sigue perdiendo
263.000… A la radio hablada le ha pasado justo lo contrario: la espectacular
subida de oyentes en la oleada anterior (732.000) se ha moderado un poco.
Pero Cope
está empeñada en superar a la SER; Onda Cero en empezar a recuperarse después
del vaciado de Carlos Herrera; a Radio Nacional de España no está claro que
le importe mucho el EGM (no debería entrar en la carrera de la audiencia, sino
en priorizar la calidad de sus contenidos) y por supuesto el líder no dormía
con la posibilidad de que en esta ola se confirmara la pérdida (desde luego no
irrecuperable) de su privilegiada posición, que ha vuelto a revalidar.
Alsina está avanzando a buen ritmo, sin hacer mucho ruido, sin alharacas, con altibajos, pero con grandes aportaciones, como la radio en la calle que tanto le gusta... (Fotografía Onda Cero) |
El EGM pierde interés por su previsibilidad y rutina. La SER sigue siendo líder, y lleva más de un cuarto de siglo. Y el resto del ranquin depende de dónde esté Carlos Herrera, con lo que, quien lo tenga, debe tratarle muy bien
La SER ha regresado al valor psicológico de
los 4 millones de oyentes que la sintonizan todos los días, de lunes a viernes
(4.119.000) y cierra la temporada con números negros, tanto en ola como en
acumulado anual, donde ha sumado 30.000 oyentes (lo que significa que hace un
año, exactamente, estaba peor que ahora). Mientras, su eterna rival, la Cope, cierra la ola en negativo (-144.000 oyentes) y el acumulado anual con un
espectacular crecimiento, de 473.000 nuevos oyentes, que suponen un 17,6 por
ciento. Onda Cero, la cadena hablada de
Atresmedia Radio, puede darse también por satisfecha, porque ha hecho tablas
respecto de la anterior oleada, y cierra temporada también en positivo
(61.000), aunque en ola haya perdido 5.000 oyentes
(¡ridículo!). En cuanto a la radio pública, le ha llegado un pequeño batacazo,
es la última de las cuatro generalistas en el ranquin, y cierra temporada en
negativo, tanto en ola (-201.000), como en
acumulado anual (-203.000). Un cambio tal vez
excesivo, pero como debemos esperar al afán corrector del EGM, habrá que estar
muy atento a la ola de diciembre de este año (la tercera) para comprobar si se
confirma o, lo más previsible, se corrige.
El que debe estar contento con el
EGM es Federico Jiménez Losantos, el propietario de EsRadio, y no es para menos,
porque ha visto crecer su audiencia en 91.000 oyentes, hasta llegar a los 624.000
oyentes. Su acumulado anual registra también un aumento de 178.000 oyentes más
que hace exactamente un año. EsRadio
está realizando una eficaz expansión en postes de FM por toda España, como ella
misma indica en su web, de emisoras que están “adquiriendo
derechos de emisión de algunos de nuestros programas”. Sin embargo, todavía
presenta grandes lagunas en Castilla-La Mancha (no hay postes en Toledo,
Cuenca, Ciudad Real), en Extremadura (no emite en Badajoz), en Navarra (donde
carece de poste en Pamplona), está completamente ausente en el País Vasco y,
por supuesto, en Cataluña (donde solo emite en Barcelona a través de una DAB
alquilada). EsRadio se está
beneficiando además, de una regresión ideológica hacia posiciones más
conservadoras, representadas en el arco político por Vox; aunque, que nadie
piense que Jiménez Losantos está en sintonía con sus postulados y maneras. Don
Federico siempre ha sido muy independiente…
En cuanto al resto de emisoras,
la catalana RAC1 ha ganado 11.000 nuevos
oyentes en ola, hasta situarse en los 878.000, aunque en el acumulado anual presenta
números rojos (-30.000). Y en lo que respecta a Catalunya Radio es justo a la
inversa: pierde apoyos en ola (-90.000 oyentes),
hasta situarse en 658.000, pero en el acumulado anual está en positivo, con
3.000 oyentes más. Una de cal, y otra de arena. Quien no se contenta es porque
no quiere. Insisto en que deberíamos poner el foco en el acumulado anual, que representa
el menor margen de error y por tanto la mayor fiabilidad en el dato. En
el pódium de la radio catalana, la SER sigue ocupando el tercer puesto,
pero con una importante novedad: Josep Cuní casi duplica sus oyentes,
pasa de 23.000 a 40.000.
Cope no ha conseguido dar el “SERpaso”, y superar a su archienemigo amarillo. La especialidad del EGM es autocorregirse permanentemente, para ajustar datos y tendencias
Las autonómicas se mueven en cifras verdaderamente insignificantes de audiencia, sobre todo si les aplicamos la ratio oyentes-presupuesto público invertido. Ya he comentado en alguna otra ocasión que los oyentes más caros de la radio española son los de las cadenas autonómicas. No es de recibo que Aragón Radio sume solo 30.000 oyentes, Radio Castilla-La Mancha 34.000, o Radio Principado de Asturias 23.000. En proporción al universo potencial al que puede llegar, Onda Madrid, la emisora dependiente del ente regional madrileño, en la que se ha hecho un esfuerzo (inversión) especial, contratando a Juan Pablo Colmenarejo, Félix Madero o Felipe Serrano, los números no salen. El EGM le concede un exiguo resultado, 19.000 oyentes, -8.000 menos, aunque en acumulado anual, puede presumir de 4.000 oyentes más que en 2018. Claramente, resultados insuficientes para justificar la apuesta. En justicia, también hay que reconocer los crecimientos espectaculares de Onda Regional Murcia, que ha pasado de 6.000 a 25.000 y de la valenciana A Punt, que avanza de 18.000 a 42.000.
Acostumbrados, como estamos
últimamente, a los sustos en el EGM, esta ola nos parece, si me permiten (exagero),
hasta anodina. De ahí mi interés relativo en profundizar más en sus cifras que
serán corregidas cercana la Navidad. Mientras llegan las fiestas, ésta es la
oleada del EGM cuyos datos permanecen más tiempo en vigor, seis meses.
Continúa…