Teo Rodríguez: "¡Ojalá hubiera mil Javieres del Pino!"
https://www.gorkazumeta.com/2019/06/teo-rodriguez-ojala-hubiera-mil.html?m=0
Entrevista
con el escritor, realizador de “A Vivir” en la Cadena SER y de “Informe Z”, en
Podium Podcast (I)
“Por desgracia, el papel del realizador siempre ha sido secundario”
-La radio ejerce un auténtico imán sonoro. Le enviaste un CD a
Juanma Ortega, ¿qué contenía ese CD?
Hablar con Teo Rodríguez, escritor, realizador de
radio y de podcast, sobre audio, es un lujo. Sus ideas, sus análisis, sus
aportaciones están bien orientadas. Cuando menos, duda, lo que dice mucho de su
espíritu crítico e inteligencia. Duda sobre el futuro de la radio, para él
amenazada en parte por los podcasts. Duda de los métodos de producción sonora
imperantes a lo largo de los años, y todavía vigentes, a pesar del paso
inexorable del tiempo, y de la estética que los sostiene, claramente superada
por nuevas narrativas influenciadas por el cine, o las series de televisión. Duda
de que la formación que reciben los futuros periodistas en las Facultades sea
la correcta, la coherente con los nuevos tiempos, porque peca tal vez, piensa,
de anacronismo. Duda luego suena,
podríamos decir, refiriéndonos a su trabajo, en “A Vivir que son dos días”, el programa que realiza cada fin de
semana, y que dirige Javier del Pino en
la SER. Y a su
trabajo en Podium Podcast, la plataforma de contenidos sonoros auspiciada por Prisa Radio. Para él, podcasts es sinónimo de
libertad, y subraya que la radio está cada vez más llena de podcast y menos de
radio. Hoy en día, la creatividad está más presente en el ámbito del podcast
que en el de la radio tradicional, por eso no le extraña que la audiencia le
vaya dando la espalda y se vaya acercando al nuevo modelo de consumo de audio
asincrónico, presentado en cápsulas elegidas bajo demanda. Lo suyo ha sido, de
siempre, el sonido. Les dejo con él, leánlo y reléanlo, es una buena recomendación.
Teo Rodríguez, junto a Javier del Pino (Fotografía, cadenaser.com) |
-En el 91 no tenías ni idea de radio, ni de sonido, no habías
estudiado, pero ya conocías a la gente de Los 40, a (Joaquín) Luqui, a Juanma
Ortega, y tenías muy claro que tu futuro
estaba ahí. ¿Por qué esa insistencia?
-Tenía apenas
18 años. No se me pasaba por la cabeza hacer nada que tuviera que ver con el
sonido, pero sí había escuchado mucha radio. Mi padre siempre andaba con ella
puesta, siempre se dormía con un pequeño transistor que yo escuchaba desde mi
habitación. El mítico ‘muellecito sonoro’ de la SER es imborrable en mis recuerdos. Con apenas 8 o 9 años escuchaba
los partidos de la Real, todavía recuerdo que cuando ganó la primera Liga yo
estaba junto a la ventana de la terraza pegando saltos de la alegría mientras
sonaba la narración. Me acuerdo como si fuera ayer. Desde entonces no me separé
de mi propio transistor. Antes de ir al colegio sintonizaba Radio Minuto, era
hipnótico. Me despertaba una o dos horas antes para escucharla.
“Pasé casi once años visitando Los 40 antes de entrar a trabajar allí, algo que supe que tarde o temprano terminaría pasando”
-Para la edad que tenías, eras un friki.
-Sí! Con el
paso de los años surgieron otras pasiones que siempre estuvieron ligadas a la
radio, sobre todo la música. Y por encima de todo Michael Jackson. No podía comprarme sus discos, así que lo único
que tenía era la radio y una cinta donde grabar todo lo que sonaba.
-¡Ah! ¡Tú también eras de los que te acordabas de la familia del
locutor, cuanto ‘pisaba’ la música que estabas intentando grabar limpia…!
-Fuimos
legión! Y así hasta que una vez allá por el 89 me decidí a ir a Los 40. Conocí a Luqui, con el que
inicié una amistad que duró hasta su fallecimiento. Pasé casi once años
visitando Los 40 antes de
entrar a trabajar allí, algo que supe que tarde o temprano terminaría pasando.
-Estabas predestinado, Teo…
-Son
recuerdos imborrables. Mi padre falleció el pasado mes de febrero, Gorka, y en
mi estudio tengo su pequeño transistor, al que de una manera cariñosa saludo a
diario.
Teo Rodríguez en su templo de creación sonora |
-Sí, antes te
contaré que estudié Magisterio, trabajé en un colegio y varias academias, pero
la radio seguía conmigo. Me convertí en un oyente casi fanático del “Anda Ya!” de Juanma (Ortega). Participé
en un concurso de cuñas de publicidad de coña; la gente llamaba a un
contestador automático y las dejaba grabadas… A mí se me ocurrió grabarlas en
un ordenador. Pero en mi vida había tocado un programa de audio, ni tan
siquiera tenía un micrófono. Me busqué la vida para hacerme con una versión
pirata de Cool Edit y me compré un micrófono. Grabé varias cuñas, las pasé a un
CD y me acerqué de madrugada a la radio para dejárselas a Juanma y Rosa Rosado. Una de estas cuñas era de
una comida de gatos que se llamaba ‘Boombolitas’,
que básicamente hacía explotar por los aires a todo gato molesto que las comía.
“Si trabajas con Javier del Pino debes saber que sonar bien va en contrato. No es negociable”
-¿Y…?
-Pues Juanma
me dijo que tenía dos opciones: o me daban el premio o me iba a trabajar con
ellos. Ya sabes la respuesta.
-¡Pero no sabías nada del medio!
-Sí, llegué
sin estudios ni conocimientos técnicos, pero había escuchado tanta radio que no
tardé en aportar mis ideas. Lo bueno es que las tomaban en cuenta. A partir de
entonces todo ha sido un continuo aprendizaje.
-Ahora te has convertido en un creador de historias, que plasmas
en dos formatos, creo que complementarios: el sonido, y el texto (libros). ¿No
hay nada que pueda competir con la creación de paisajes de cada oyente o lector?
-Cada oyente,
o cada lector, tiene sus preferencias. Al igual que hay múltiples géneros en la
literatura, también los hay para las historias en sonido. No dejan de ser
historias, pero lo que sí hay que tener claro es que son medios diferentes, al
menos para mí. Un libro contado en primera persona en el que el protagonista
habla de sus sentimientos y de cómo se siente puede ser maravilloso.
-¿Y eso mismo plasmado en un audiolibro?
-Pues, Gorka,
tengo mis dudas de que si esas mismas palabras las escuchas en un audiolibro
tengan el mismo impacto sobre el lector. Lo mismo esa historia sólo está
escrita para ser leída, porque lo especial reside en la voz que el lector pone
a su protagonista, en las imágenes que surgen mientras lee. Contra la
proyección del oyente o lector no hay nada que hacer. Nosotros damos pistas de
cómo puede ser o plasmamos nuestra perspectiva. Lo bueno es dejar margen al que
escucha o lee, es la forma de hacerlo partícipe de la historia.
-¿Cómo escribes, Teo? ¿Cuál es tu… método?
-Personalmente
suelo escribir de manera muy visual y directa. Esto es porque antes de escribir
‘veo’ la acción. Para mí resulta mucho más sencillo. Un alto porcentaje de lo
que escribo puede trasladarse al audio, pero no todo. También tengo claro que
el primero que debe quedar satisfecho con una historia soy yo. Si no fuera así
engañaría al lector o al oyente.
-Eres también el realizador de uno de los mejores programas de
radio que se producen actualmente: “A
Vivir que son dos días”, de la Cadena SER, que dirige Javier del Pino. ¿Cómo es trabajar cuando formas
parte consustancial del equipo como realizador y consideran y valoran tu
trabajo?
-Javier (del Pino)
sí valora lo que hago. Lo hace desde el primer día. Y es algo que ha ido a más,
a niveles que no podía imaginar. Supongo que él tampoco. Valora mi función
dentro el programa. Pero también debo decirte que no es algo muy común. Por
desgracia, el papel del realizador siempre ha sido secundario. El de técnico ya
ni te cuento. Y esto es así por mucho que intenten convencerme de lo contrario.
Llevo veinte años trabajando en la radio y sé de lo que hablo. Pasa en todas
las cadenas o emisoras, eso me da igual. Si te sirve como ejemplo, a mí alguien
me dijo ´déjate de historias y dedícate a
lo tuyo, que es subir y bajar regletas’.
Teo entre libros... |
-La ignorancia es muy atrevida…
-Una pena, Gorka. Es una manera de cortar algo tan importante en la radio como la creatividad o la disposición a hacer las cosas de diferente manera. Yo decidí demostrar que sabía hacer algo más. Por eso te digo que ¡ojalá hubiera mil Javieres del Pino!
-¿Y cómo es trabajar con él? Te pide que cuides la antena, pero al
mismo tiempo te deja margen para arriesgar… ¿Es respetuosamente exigente
contigo?
-Si trabajas
con Javier del Pino debes saber que sonar bien va en contrato. Es algo que ni
tan siquiera es negociable. Debe ser así y punto. Y me parece perfecto. Creo
que los dos congeniamos tan bien porque ambos somos muy exigentes, con sus
ventajas e inconvenientes.
-¿Qué es lo que más trabajo te lleva del programa?
-La sección
de Manuel Vilas.
-No has dudado… ¿Por qué?
-Te cuento: cada
semana él escribe una columna sobre una persona, un concepto o un evento en
particular. Él, como escritor, escribe su texto y lo grabamos. Su labor termina
ahí.
-¡Y ahí entras tú?
-¡Exacto! Elijo
músicas, cortes, efectos y otorgo a la pieza una estructura narrativa. Todo lo
que suena, a excepción del contenido del texto, es elección mía al cien por
cien. Fíjate el trabajo que me lleva…
“A mí alguien me dijo: 'déjate de historias y dedícate a lo tuyo, que es subir y bajar regletas’”
-¿Se lo has dicho a Javier?
-Claro, le
digo que es demasiado esfuerzo para cuatro o cinco minutos de antena.
-¿Y qué te responde?
-Pues me dice
que lo mismo se puede hacer de forma más sencilla, pero yo le respondo que no
concibo trabajar de una forma más sencilla. No me sale, es así de simple. Él ya
sabe que soy exigente. Y si me esfuerzo en esta sección, que personalmente me
puede gustar más o menos, es porque la valora. A él le encanta. Valora lo que
hago en ella y el esfuerzo que lleva realizarla. Pero lo más importante de todo
es que él la escucha por primera vez cuando se está emitiendo. Jamás la escucha
antes de la emisión. Eso es confianza. Eso es arriesgar. Eso es favorecer la
creatividad y fomentar las ganas de superarse. Es muy exigente conmigo, pero
jamás me ha dicho algo parecido a ‘esto
tiene que quedar perfecto’ o ‘en esto
tenemos que lucirnos’ o ‘esto debe
sonar de tal manera’. Si algo puede destacarse de Javier es su carácter
respetuoso, primero por las personas, luego por el trabajo. ¡Ojalá hubiera mil Javieres del Pino!
-¿Cómo recuerdas ese viaje con Javier, Luis Merino y Rafa Panadero a Londres, a los estudios Abbey Road, donde grabaron los Beatles, a entrevistar a Giles Martin? Grabaste una entrevista/documental sonoro
redondo…
-Los dos
mejores días de lo que va de temporada. Y también considero que lo mejor que he
hecho en ‘A Vivir’ con mucha
diferencia. Y por descontado lo que más he disfrutado. Con Rafa tengo una
relación muy buena; de hecho, a él le pregunte por Javier como profesional y
como persona antes de decidirme a dar el ‘sí’ a la propuesta de incorporarme a
su programa. Con Luis no había tenido mucha relación, pero ambos hemos pasado
muchas horas en musicales y hemos compartido amistades como la de Luqui, así
que temas de conversación no nos faltaban.
“El primero que debe quedar satisfecho con una historia soy yo. Si no fuera así engañaría al lector o al oyente”
-¡Y lo grabaste en 8D!
-Sí, Javier
no sabía lo que era, así que le mandé una muestra de audio de ‘El Colegio Invisible’, un programa
que dirijo junto a Lorenzo Fernández
Bueno en Podium
Podcast. Tardó un segundo en decidirse: “¡lo haremos en 8D!”, dijo con cara de niño ilusionado.
-¡Menuda experiencia! Además, habéis recuperado el género del
‘documental radiofónico’…
-Fue
maravilloso estar allí, Gorka, y ver como cada propuesta que salía de mi boca
era recibida con entusiasmo. Yo ya lo tenía en mente, así que todo fue muy
sencillo. Ellos tres se encargaron de la entrevista, íbamos grabando aquí y
allá, siempre con buen rollo (con muy buen rollo, todo bromas y alguna que otra
cerveza). Una vez en Madrid, nos juntamos en un estudio para grabar algunas
cosillas más y para puntualizar detalles. El resto fue como hacer un Vilas multiplicado por mil.
Cuando terminamos aquella reunión Luis Merino me dijo: “tío, tú no eres un técnico de sonido. Tú eres mucho más”. Entonces
me acordé de mi amigo el de las
regletas. Pero me animó a esforzarme al máximo. Lo iba a hacer de todos modos,
pero es que encima lo hice feliz.
-¿Lo editaste tú solo?
-Completamente.
Me llevé el bruto de voz a mi casa y monté el especial a mi antojo. Decidí
todo. Responsabilidad completa. Eso sólo pasa con Javier del Pino. Para que
sepas de lo que hablo, cuando terminé el montaje le dije que se lo mandaba para
una primera escucha, Javier me dijo que no, que prefería escucharlo en una
escucha exclusiva y en primicia en casa de Luis. Y allí nos fuimos con unos
buenos auriculares, unas cervezas y jamón. Glorioso.
Continúa…
Muchas gracias por acercanos a Teo y su trabajo. Muy interesante conocer su trayectoria y su punto de vista sobre la radio y los podcast. Yo estoy empezando con un par de podcast y me encanta el trabajo de Teo tanto en A vivir como en Informe Z. Y escuché el 8D del Colegio invisible y me alucinó!!
ResponderEliminarEnhorabuena!
Ojalá sigas su ejemplo Nacho, y disfrutes con ese nuevo lenguaje, que llega directamente al corazón, a través del cerebro...
EliminarMuy interesante la entrevista , creo que los realizadores - técnicos son igual de importantes que la persona que está al otro lado del micrófono y también se le debería de dar la importancia que merecen, son el otro 50% de que las cosas salgan bien así que enhorabuena a Teo por su gran trabajo y a ti Gorka por visibilizar el trabajo de técnico
ResponderEliminarGracias a ti, Andrés, por molestarte en escribirlo. Saludos!
EliminarGorka. Me ha encantado que entrevistes a un realizador de radio. Has dado visibilidad a una persona, Teo, que forma parte de un pilar fundamental de la radio: el técnico de sonido, el realizador. Siempre he respetado el trabajo de un colectivo que siempre permanece oculto y, algunas veces, denostado. Como comenta Teo en la entrevista ... alguien le dijo: "Tú dedícate a lo tuyo. A subir y bajar regletas". Pobre de quien le dijo esa frase. He defendido siempre que la técnica, el buen sonido, la música ... son elementos inseparables de la radio además de la palabra (elemento este último imprescindible). No conocía la labor de Teo pero me he ido inmediatamente a los capítulos de Informe Z y al reportaje de "En el corazón del sonido beatle" . Sencillamente genial. Demuestra su trabajo el gusto por los detalles en el montaje sonoro. Algo casi olvidado en la radio actual porque cuesta tiempo y trabajo, mucho trabajo.
ResponderEliminarSólo tengo que decirte, Teo, que, lamentablemente, ese reportaje grabado en 8 D se emitió en mono. Es algo que me obsesiona: la cadena SER distribuye la señal de su programación "convencional" en mono. ¡¡A estas alturas!! Imagino que lo sabes. Sólo se escucha en estéreo en Madrid.
Por eso, cuando Javier del Pino dice en la intro(de manera ingenua) que mejor ponerse unos auriculares para escuchar el reportaje... sonreí. Hoy, escuchándolo en la página de la SER puedo apreciar, con auriculares, la magnitud del trabajo técnico que encierra. Y, por supuesto, su contenido. Soy acérrimo de los beatles y ha sido como entrar en ese Santuario de la música: Abbey Road. Felicidades, Teo, Javier, Luis y Rafa!!
Me alegra que te haya gustado, Juan Carlos. Siempre he defendido a "las estrellas en la sombra" (los técnicos) y he ensalzado su importantísima labor http://www.gorkazumeta.com/search?q=las+estrellas+en+la+sombra Pero es que en el caso de Teo, además, se da otra circunstancia pluridisciplinar, que le convierte en una especie de 'técnico del Renacimiento', porque no sólo es técnico y realizador, sino escritor, y por tanto hombre de letras. Es doblemente admirable su trabajo. Un abrazo!
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