AERO, adiós y ¡gracias por el legado!

La Asociación Española de Radio Online decidió en su Asamblea Extraordinaria del pasado 20 de junio autodisolverse   

La radio no puede permitirse el lujo de perder embajadores 

El jueves 20 de junio no fue un buen día para la radio. Ese día una reunión extraordinaria de la Asociación Española de Radio Online, más conocida por su acrónimo AERO, decidió inmolarse, después de siete años de esfuerzo por impulsar una causa que, en los principios, estaba en mantillas, en la que casi nadie creía, y por supuesto la industria, la gran industria ‘analógica’, prefería ignorar. Este grupo de animados entusiastas por la radio difundida a través de la red de redes decidieron bajar la persiana de su actividad -en realidad, casi hiperactividad, en proporción al número de actores con que contaba esta película-, por “la insuficiente participación y, por lo tanto, falta de representatividad”, según reza la nota de prensa que ha publicado hoy esta web, al conocerse la noticia.

Presentación, en El Retiro madrileño, del Primer Directorio de Radios Online de España, la iniciativa más ambiciosa de AERO

La misma nota de prensa realiza un exhaustivo recorrido por los logros alcanzados y las metas superadas, una relación de iniciativas que tenían un fin clarísimo: difundir y propagar las bondades de la radio online, pero -y esto lo dejaron meridianamente claro desde sus principios- sin ir contra nadie. Sumando. No restando. Y este principio fue uno de los que más me gustaron de su puesta en marcha. Luego fueron dando muestras, con los hechos, de que esa máxima era fruto de su convicción, y no una pose.

Ha sido un honor conocer, y apoyar, a AERO. Ha sido un honor conocer a Elisa Escobedo, con la que siempre compartiré pasión por la radio, desde diferentes puntos de vista, complementarios: el de contenidos, y el comercial, pareja de hecho

AERO ha sido uno de los actores, humildes pero decididos actores, que más empuje han dedicado estos últimos siete años a la defensa de la radio, hasta el punto de que, sin pretenderlo, ha aunado más adhesiones que la mismísima Academia de la Radio, herida en sus raíces, sin apoyos ni socios, viva solo por intereses particulares. Puerta en la que llamaba, puerta que se abría, de par en par. Porque el entusiasmo, y el liderazgo de Elisa Escobedo, su presidenta, y CEO de Audioemotion, la primera agencia especializada en radio online, era de tal magnitud que nadie podía -ni quería- dejarse impregnar de su arrolladora fuerza en defensa de la radio, y de la radio online.

Han transcurrido solo siete años. A algunos pueden parecerle pocos, pero el ritmo de la historia en este siglo se ha acelerado, casi frenéticamente. Cuando nacieron allá por 2012, la radio online no tenía casi entidad. Y el podcast, ni digamos. Tecnológicamente, no disponíamos del 4G. En el diario 'Expansión', en 2013, se hablaba de la llegada del 4G como “red ultrarrápida para móviles”… Ahora echamos la vista atrás, y somos conscientes de la velocidad con que se han producido tantos avances. Las redes sociales -Twitter, Facebook, Linkedin- no estaban tan desarrolladas, ni contaban con tantos seguidores.  Y por supuesto la radio online era absolutamente residual en audiencia. Sin embargo, la radio convencional, la ‘analógica’, vivía uno de sus mejores momentos, con más de 25 millones de oyentes. En este contexto, casi a contracorriente, nació AERO.

Hoy, la radio online ha pasado a segundo plano, tras el podcast. Del boom inicial de encontrarse radios online como setas en internet -la mayoría playlist musicales-, hemos pasado a situar en el pedestal online a los podcasts. La fiebre de la radio online pasó, con más pena que gloria, y obligó a las grandes cadenas a trasladar sus emisiones a los nuevos postes digitales, con un incremento sustancial de los gastos (costes) de emisión, del que se beneficiaban, directamente, las grandes operadoras de telecomunicaciones. Pero AERO siguió, erre que erre, apostando por la radio online, porque éste era el objetivo fundacional que motivó la unión de muchos promotores de emisoras en internet que, poco a poco, ante la evidencia, se han ido descolgando, a la vista de los difíciles procesos de monetización, que no terminaban de culminar en positivo.

Imagen de los Premios Nacionales de Radio Online, en su primera y única edición, que promovió AERO, con Juanma Ortega como presentador

A modo de adelanto de un post que publicaré en breve, y recurriendo al Estudio General de Medios (EGM), denostado por la mayoría de los ‘actores online’, pero única estadística para describir y valorar el escenario de la radio en España (de momento), la radio online representa solo un 8,1 por ciento de la audiencia total de radio en España, y la frecuencia modulada sigue siendo el gran rodillo que sostiene la industria radiofónica en nuestro país. En 2012, la escucha de radio online representaba un 5,4 por ciento. Residual, como vemos, ¡y muy cara para la industria! Ahora es menos costosa, es cierto, el 4G facilitó las cuentas de resultados, y se espera que el 5G siga el mismo camino. Pero la emisión a través de un poste analógica (éter) sigue siendo sustancialmente más barata que hacerlo por internet. Pero la industria tiene la obligación de estar en todos los canales donde existan oyentes potenciales, incluidos los altavoces inteligentes, la última incorporación, de la que, en 2012, cuando AERO se constituyó, nadie sabía nada.

No es nuevo el problema de las asociaciones en que los socios comprometidos en dirigir el barco son pocos, y no cuentan con el apoyo decidido, ¡y económico!, del resto del colectivo al que representan

Han sido siete años de actividades, de premios -que dejaron de hacerse porque AERO no podía afrontar sus gastos, y nadie les apoyó-, de jornadas, de colaboraciones, de Directorios de Radios Online en España -impresionante el esfuerzo, el trabajo desarrollado, la pasión invertida, inevitable el desgaste, cuando no se reparte la responsabilidad y el esfuerzo recae en los mismos de siempre… No es nuevo el problema de las asociaciones en que los socios comprometidos en dirigir el barco son pocos, y no cuentan con el apoyo decidido, ¡y económico!, del resto del colectivo al que representan. Esta forma de trabajar termina por deteriorar la relación. Y es que, cada uno de nosotros, somos un mundo, y hay que ser tremendamente respetuoso con todas las causas y posturas.

La prioridad de cada uno de nosotros es nuestro trabajo, aquél que nos proporciona el sustento diario, los ingresos a final de mes. El resto del tiempo -escaso- debemos dedicarlo, por oposición al negocio, al ocio. Pero no, hay quienes se empeñan en redirigir sus esfuerzos profesionales -su escaso tiempo libre- a causas que creen merecen la pena. La radio lo merece, no hay duda. Y a ello se dedicaron nombres como José María García Lastra, Nicolás Moulard, Raúl Domingo, Fran Sánchez, y la mencionada Elisa Escobedo, entre otros nombres destacados de AERO, que dedicaron sus energías a esta causa, tan encomiable.

Me consta que ninguno de ellos ha perdido un ápice de interés por el medio, y que seguirán apoyándolo, allá donde sean requeridos. Pero todo tiene un límite, un final. Y, cuando no te sientes cómodo en un lugar -salvo que sea tu trabajo y estés obligado a sobrellevarlo con dignidad- es mejor decir adiós y buscarse otros caminos, y fórmulas.

El liderazgo, y el empuje, de Elisa Escobedo, en AERO, ha sido providencial para esta asociación

Personalmente, me siento más orgulloso que nunca de mi condición de “miembro honorífico” de AERO, junto con mi gran amigo Joaquín Guzmán, e instituciones como la Universidad Carlos III de Madrid, y la Pontificia de Salamanca. Hemos creído en la causa, y la hemos apoyado, posiblemente menos de lo que hubiesen necesitado, pero siempre uniendo y sumando entusiasmos, con la radio siempre presente en nuestra inspiración colectiva. Gracias a Elisa Escobedo y a la Junta Directiva por concederme esta distinción que ahora, tras su disolución, mantendré más viva que nunca, como testimonio de un tiempo en que un grupo de ‘locos por la radio’ decidieron crear una asociación para impulsar el desarrollo de la radio difundida a través de internet, el nuevo escenario en que se mueve el mundo entero, nos guste o no, y en el que la radio tenía que estar presente también. De alguna manera, el online equivale la supervivencia de la radio. Convendría no olvidarlo.

Hoy, la radio online ha pasado a segundo plano, tras el podcast. Del boom inicial de encontrarse radios online como setas en internet -la mayoría playlist musicales-, hemos pasado a situar en el pedestal online a los podcasts

Lo último de AERO es el colofón. Una actividad que merece todo mi apoyo: un libro: “La transición digital de la radio. Diez claves para su comprensión profesional y académica”. Una ambiciosa obra colectiva, en la que he tenido el honor de participar, que verá la luz este otoño, y de la que ya di cuenta en esta web en febrero, cuando se presentó la iniciativa, aprovechando el Día Mundial de la Radio, que celebramos en el CEU San Pablo, el pasado 13 de febrero de este año.

AERO impulsa la reunión de académicos y profesionales para analizar la nueva radio digital que ha llegado para quedarse, pero que no termina de eclosionar, como antes afirmaba, por la omnipresencia de la FM, que todavía supone la zona de confort de la poderosa industria radiofónica española. Luis Miguel Pedrero, profesor de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) y el vicepresidente de AERO, y socio director de Cristaliza, José María García Lastra, coordinan la publicación que editará la prestigiosa Tirant Lo Blanch.

Entre los autores, Luis Vicente Muñoz (Capital Radio), José Mª Legorburu (CEU), José Vicente Dorado (SER), Eduardo Castillo (Nebrija), Pere Vila (RTVE), Aurora Pérez Maíllo (UPSA), Mónica Pérez-Alaejos (USAL), Andoni Orrantia (COPE), Lourdes Moreno (PRISA Radio), Susana Herrera (UC3M), Raúl Domingo (Know Media / AERO), Francisco Izuzquiza (Yes We Cast, Mª Pilar Martínez-Costa (UNAV) y la propia presidenta de AERO, y CEO de Audioemotion, Elisa Escobedo.

Ha sido un honor conocer, y apoyar, a AERO. Ha sido un honor conocer a Elisa Escobedo, con la que siempre compartiré pasión por la radio, desde diferentes puntos de vista, complementarios: el de la creación de contenidos, el de los profesionales de la información, que me honro en representar, y el del imprescindible apoyo comercial que necesitan, como pareja de conveniencia, para subsistir. ¡AERO, adiós y gracias por el legado!

AERO anuncia la publicación de un ambicioso libro sobre radio

AERO en esta web