“Radio Repetición”, por Joaquín Martín
https://www.gorkazumeta.com/2019/05/radio-repeticion-por-joaquin-martin.html
Una reflexión de este periodista sobre la decadencia actual de la radio musical
“En la radio apenas se escucha música de calidad y voces que la conozcan y la recreen”
- “No hay mayor pecado para un radiofonista que el desinterés, la falta de curiosidad, y en este caso, de curiosidad musical”
Lo digo con cierta melancolía, pero en la radio apenas se
escucha música de calidad y voces que la conozcan y la recreen. Excepto algunos
islotes que las emisoras públicas (Radio 3, Radio 5 y Radio Clásica) han dejado
flotando a la deriva en el inmenso océano de los sonidos, solo nos queda
sintonizar la cacofónica repetición de la radio fórmula.
José María Íñigo, entre los cantantes Junior (izda.) y Juan Pardo, delante del Palacio de Buckinham, en Londres, en los 60. Entonces la radio musical mantenía a la industria de la música con prescripción (Fotografía 'El Periódico de Aragón') |
La falta de imaginación, de personalidad y, por supuesto, la
escasa cultura musical, han convertido a la radio repetición en un recital de
obviedades, y han obligado a sus locutores/presentadores a erigirse en
perfectas voces de centralita automática o de máquina de tabaco que no se
apartan ni un milímetro de los tópicos más corrientes. Como dicen los
marineros, quien no se arriesga no cruza la mar. Y en esas estamos, ni empresas
ni profesionales del medio se aventuran a enmendar tan decrépita situación.
Quien se mueve, ¿no sale en la foto? Demasiado conformismo y endogamia, diría
yo, pues, por lo que parece, en la radio privada se ha interiorizado que la
música es poco más que un relleno.
“Los locutores se han erigido en perfectas voces de centralita automática que no se apartan ni un milímetro de los tópicos más corrientes”
Por supuesto que los tiempos de Raúl Matas ya pasaron, y también los de Ángel Álvarez, Joaquín Luqui y José
María Íñigo, entre otras cosas porque todos, lamentablemente, ya han
fallecido, lo que me lleva a pensar que la radio musical, como la radio
convencional adolece de cantera y que se hace muy poco para crear y formar a
nuevos comunicadores y radiofonistas. De modo que agradeceríamos que los casi jubilados Carlos Finali, Rafael Revert, José Ramón Pardo y Alfonso Eduardo Pérez Orozco se dieran
un paseíto por las ondas. Sin embargo, no quiero olvidarme de Mariscal Romero, El Pirata y José Antonio
Abellán que siguen batallando, cada uno a su manera y con más o menos
éxito, para ofrecer un producto distinto que podrá gustar más o menos, pero al
que no se le puede negar el ingrediente que reivindico: la originalidad, el
sello de autenticidad.
Joaquín Martín |
En los albores de la radio los agoreros anunciaron que más
tarde o más temprano un medio tan diabólico y de trazas, para aquella época,
tan sofisticadas acabaría con la música, y no quisiera darles la razón cuando
un siglo después el arte sonoro parece tan denigrado. Además, si el oyente culto, formado o exigente
busca el complemento de la voz podrá llevarse la sorpresa de que en
determinadas emisoras hasta se piden disculpas por hablar; sí, sí, lo que
oyen, pedir perdón por hablar, de manera que nos vamos acostumbrando a una
radio sin palabra y de escasa calidad musical. Entonces me pregunto, ¿no cayeron en la cuenta de que las
plataformas Spotify, YouTube y Google Music ya existen? La diferencia que
se busca con la radio es el locutor y sus comentarios, la sabiduría, el
detalle, la anécdota y, por supuesto, un buen tema, una canción que nos eleve y
emocione. La tiritera, el pellizco, la evocación, la sinestesia solo pueden
provocarla la fórmula de música y palabra; la alternativa de las plataformas es
un excelente mapa mudo de músicas y lo que la radio debe ofrecer para
distinguirse de ellas es un atlas sonoro con el mayor número de detalles;
porque ya me dirán ustedes si la radio puede definirse como tal con la ausencia
de la sagrada palabra y los recursos ya mencionados.
“La diferencia que se busca con la radio es el locutor y sus comentarios, la sabiduría, el detalle, la anécdota y, por supuesto, un buen tema, una canción que nos eleve y emocione”
Uno de los primeros radiofonistas, Ramón Gómez de la Serna, tan sabio y resplandeciente en su forma de
manejar el idioma, ya advirtió a mediados de los años 20 que para cumplir a la
perfección su papel la radiodifusión debía de proscribir la repetición de
ideas, que no de mensajes, pues determinada redundancia desnaturaliza la
comunicación. “No me dejéis morir de repetición”, decía de la Serna, con el
entusiasmo de llenar las radiofónicas ondas de imaginación y genio.
Haga memoria y conteste sinceramente a esta pregunta: ¿Cuánto tiempo hace que usted no escucha
por la radio a Chet Baker, Blossom Dearie, Jhonny Hartam, Pat Metheny, Claus Ogerman,
Quincy Jones, Frank Sinatra, Sarah Vaughan, Gal Costa, Caetano Veloso, Anita
O´Day, Manhattan Transfer, Gato Barbieri, Jorge Pardo, Pedro Iturralde,
Marlango… ? La lista de autores y cantantes agraviados es infinita. Y eso
que no nos hemos puesto a hablar de flamenco, música clásica, bandas sonoras
cinematográficas, nueva era… con lo que redactaríamos otra inmensa recopilación
de olvidos.
No hay mayor pecado para un radiofonista que el desinterés,
la falta de curiosidad, y en este caso, de curiosidad musical. Aparte de la
hora y la temperatura hay que contar más cosas, el mensaje debe renovarse. La idea de perder la radio musical me
fastidia tanto como perder la paciencia ante lo que se oye por ahí, porque ni
siquiera el éter merece transportar tanta mediocridad. ¡Qué aburrimiento!
Joaquín Martín es periodista, creativo publicitario y
locutor radiofónico
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Totalmente de acuerdo, comprendo que en el resto de España no es conocido, pero que conste que en Catalunya hace 25 años ininterrumpidos que existe un programa musical de autor llamado "COCODRIL CLUB" donde suenan todos esos intérpretes que se mencionan y muchos más de los años 60,70,80 y que, a pesar de muchos obstáculos, ha conseguido mantenerse y ampliarse hasta la actualidad en que se emite por 100 emisoras. Lo realiza Albert Malla con las colaboraciones de maestros de la radio musical de los 70's como José Mª Pallardó, Rafael Turia y Josep Mª Francino
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