Carlos Herrera: “No se puede faltar al respeto al oyente”
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Entrevista al comunicador firmada por Hugo Alguacil, en el suplemento ‘Papel’ de El Mundo
María José Navarro: “Herrera pidió cosas para todos los trabajadores, fueran o no de nuestro equipo, que se han cumplido”
El
Mundo, 21.05.2019. Hugo Alguacil. Señales horarias de las seis de
la mañana, "señoras, señores, me alegro, buenos días", sintonía
arriba y despega Herrera en Cope. En la redacción de la
emisora en Madrid se mezclan las caras de sueño de los que llevan poco
despiertos con las de los que llevan demasiado sin dormir. Hay 17 horas de
trabajo ininterrumpido para llegar al punto de no retorno en el que se enciende
la luz roja, justo las que han pasado desde que se apagó. Es la rueda de la radio, que no se detiene, y
tiene enganchado a Carlos Herrera desde hace décadas, pero nunca con un
reto como éste: convertir a
su programa en el más escuchado y abanderar la alternativa de la Cope al
liderazgo de la Cadena SER en la radio española.
Herrera, Carlos, en los estudios de Cope, en Madrid (Fotografías, El Mundo, para esta entrevista) |
El primer EGM de 2019 recortó
como nunca la distancia con Hoy por Hoy.2.640.000 oyentes por los
2.492.000 de Herrera, casi medio millón más que en la anterior oleada,
provocando un escenario de empate técnico en el que por primera vez en
muchísimos años hay posibilidades reales de desbancar al programa hoy dirigido
por Pepa Bueno y Toni Garrido.
Herrera: “Les doy munición para que me acribillen. Me entusiasma y nos humaniza ante el oyente"
"Te metes en la cápsula y puedes caer en la tentación de creer que
estás hablando para los pocos que tienes delante y te ven pero luego hay dos
millones y medio de personas al otro lado, a las que no se les puede faltar el respeto y a las que tienes que contar
cosas interesantes porque si no...", afirma mientras hace el
gesto analógico de cambiar de emisora el -gracias a la división en dos franjas
de la competencia- comunicador más
escuchado de la radio en España.
La cápsula a la que se refiere es
el estudio C -bautizado con el nombre de la periodista fallecida Blanca María Pol- de la redacción de
Cope en Madrid, desde donde hace el programa cuando visita la capital. Recogido
y con poca luz, lo prefiere al galáctico construido en el sótano que evita
porque le parece "un quirófano".
Un flexo ilumina su mano y las notas que toma mientras lee los periódicos del
día. Los horarios no difieren a los de una jornada normal cuando emite desde
Sevilla, donde reside, si bien allí adelanta parte del trabajo en casa: las 3:30 como tarde en pie, repaso minucioso
de la prensa y a las 5:45 El Pulpo le pone en suerte para iniciar
el vuelo 15 minutos después.
La guardia de la noche ha dejado
la mañana orientada pero una última hora puede mandar los guiones a la basura.
Ni en los momentos que parecen más distendidos en antena se relaja la tensión
informativa en la redacción. La jornada está lanzada cuando van llegando
colaboradores y contertulios. Algunos tienen equipos instalados para participar
en el programa desde sus domicilios pero se acercan a Alfonso XI si está
Herrera, que entre abrazos y bromas disfruta del calor humano que recibe en
Madrid. "En Sevilla somos tres o cuatro, aquí está el grueso del equipo. La
metodología de trabajo la tenemos muy desarrollada, me gusta venir y
verles".
La mesa del locutorio, con el inevitable café para sobrellevar la mañana |
A María Luisa Núñez -25 años con Herrera- y Sixto Naranjo, al frente de la producción, y Rocío Fernández en el control técnico, también les gusta que les
venga a ver. Están acostumbrados a la distancia, la exigencia es la misma, pero
no deja de ser extraño hablarle durante tantas horas a una silla vacía. Y que Herrera no esté no significa día libre
en Sevilla. La comunicación entre los dos centros de control es
constante.
Herrera: "En Sevilla somos tres o cuatro, aquí está el grueso del equipo. La metodología de trabajo la tenemos muy desarrollada, me gusta venir y verles"
El tono de Herrera en Cope cambia a partir de las 10. "En seis horas corres el peligro de aburrirte
y si eso a mí no me pasa es gracias, entre otras cosas, a compañeros como María José Navarro o Goyo González", asegura
Herrera, que a esta hora lleva hablado lo suyo, se ha tomado varios
descafeinados y ha desayunado su piña de régimen.
Cualquier cosa sirve, la piña
mismo, para que Navarro dispare contra el 'Líder': "Hoy frutita para
contrarrestar que en la Feria te has puesto como el Tenazas".
Lo hace por él, dice: "Necesita que
se le pique, no soporta la adulación". "Yo lo pongo un poquito a huevo, les doy munición para que me
acribillen. Me entusiasma y nos humaniza ante el oyente", confirma
Herrera.
Fuera del papel de "mujer de 50 un poco loser y con una vida de
mierda" que interpreta ante los micrófonos, la periodista se pone
seria: "La Cope quiere que el programa sea líder, sí, pero en la redacción
el anhelo es que el líder sea Carlos Herrera. Hay un compromiso con él desde el
momento en que volvió a su casa. Pidió cosas para todos los
trabajadores, fueran o no de nuestro equipo, que se han cumplido. Nos hace
mejores, más fuertes y nos da futuro. Queremos llevarle a ser el más escuchado
porque se lo merece".
Herrera en su estudio |
Como ocurre en todos los medios
de comunicación, la Cadena de Ondas Populares Españolas tiene una línea
editorial. Pertenecer a la
Conferencia Episcopal no obliga a sus trabajadores a la misa diaria ni a hacer
ayuno y abstinencia en los viernes de Cuaresma, pero exige unas formas en
antena. "Rozar el límite"
le sienta bien a Herrera en Cope, como confiesa Goyo: "Es un gran encanto estar en el filo de la
navaja, pero hay que hacerlo con arte. En esta casa nos tratan con un respeto
extraordinario y nosotros sabemos hasta dónde podemos llegar. Hay una cosa clara: lo que se dice, y cómo se
dice, en este programa no se dice en ningún otro".