Mi pálpito ante el próximo EGM: Carlos Alsina
https://www.gorkazumeta.com/2019/04/mi-palpito-ante-el-proximo-egm-carlos.html?m=0
El próximo miércoles, 10 de abril, se publicará la primera ola del Estudio General de Medios de 2019, la segunda de la Temporada
¿La construcción de un nuevo líder?
En la SER nos encontramos con una extraña pareja, formada por Pepa Bueno y Toni Garrido, que consiguieron remontar sus números en la primera oleada de la Temporada, pero ‘éxitos pasados no garantizan éxitos venideros”, como bien certifica el EGM en cada ola. Y en RNE Íñigo Alfonso lidera un informativo “España a las 6, 7, 8 y 9”, bien construido, bien contado, demasiado institucional tal vez, pero el más voluntarioso en la búsqueda de la subjetividad más objetiva de todos, y en el que la opinión está ausente, más allá de la selección de los temas, lenguaje y tratamiento que, inevitablemente, también proyectan posicionamiento ideológico.
¿La construcción de un nuevo líder?
- Las cadenas se preparan para la llegada de una nueva oleada de la AIMC, en la que buscarán su lado más favorecido de la fotografía
Coincide el EGM, en parte, con el
final de las etapas de un curso escolar ordinario: primeras notas del curso
antes de la Navidad (1ª evaluación); las segundas llegan cercana la Semana
Santa (2ª evaluación) y cierra el calendario escolar la tercera entrega (3ª
evaluación). Pues bien, la segunda evaluación llega el próximo miércoles 10 de
abril, inexorablemente. Ese día todos los jefes, al más alto nivel, de la
industria radiofónica española acudirán a su reunión de maitines, muy temprano,
a la radio, para conocer los resultados del EGM que, tras las últimas filtraciones,
ha omitido el avance previo del día anterior, que abunda en las líneas
generales, y también para establecer la estrategia de comunicación que van a
emplear, a la vista de las cifras, lo que también se conoce como la ‘cocina’
del EGM.
Carlos Alsina está redoblando esfuerzos en busca de buena radio que, por extensión, le hace ganar en notoriedad y visibilidad, lo que mejor le viene para el EGM (Fotografía, Onda Cero) |
En esas estamos, en cada evaluación:
cifras e interpretación de las cifras. Si nos viene mejor el acumulado anual,
tiramos de él; si, por el contrario, la fotografía que nos saca más favorecidos
es el dato de oleada, allá que vamos; pero no podemos mostrar debilidad,
piensan los directivos de la radio española, porque el sector de la publicidad
no puede percibir agotamiento. Sea como sea, pues, todos deben salir bien en la
foto.
La Cadena SER era líder hace 40 años (1979) con 12.893.000 oyentes diarios, la mayoría en Onda Media, según recordaba en Twitter Ángeles Afuera hace unos días
Pero ya forma parte del paisaje
radiofónico español que la Cadena SER
es líder
desde hace un cuarto de siglo, que se dice pronto. Y es algo difícil de
explicar fuera de nuestras fronteras, donde liderazgos de esta contundencia,
continuados en el tiempo, no abundan. Es más, dentro del propio sector, se
reconoce que la Cadena SER es el gran
referente del sector, que su poderío y Escuela son casi incuestionables y, desde
luego, ensalzables; al margen de simpatías ideológicas. Por eso he criticado
tanto la deriva en la que entró en tiempos del Gobierno del Partido Popular, cuando
su debilidad económica, y dependencia financiera de los bancos, le hizo flaquear
ante un poder que no dudó en utilizar todos sus recursos para controlar tanto a
la opinión pública, como a la opinión publicada.
El periodista David Jiménez, exdirector de “El Mundo”,
no duda en imputar a la exvicepresidenta popular, Soraya Sáenz de Santamaría, el control de los medios: “en mitad de la
precariedad, y con miles de despidos en las redacciones, una tertulia podía
bastar para ganarse a un periodista. Moncloa forzaba el despido de periodistas incómodos, utilizaba la
publicidad institucional para castigar a los desobedientes y controlaba las
tertulias políticas en radios y televisión, que se habían convertido en
el principal centro de debate del país y tenían grandes audiencias”.
Haría muy bien la dirección de Onda Cero en reforzar la imagen de profesionalidad y respeto escrupuloso por la calidad de los contenidos, que representa Carlos Alsina, con una fuerte campaña de publicidad exterior
La situación, vergonzante, ahora
destapada por Jiménez, muestra a una Soraya como comisaria política del Partido
Popular, férrea lugarteniente de la doctrina mariana: “era una
guerra donde se humillaba al tertuliano enviándole mensajes con las consignas a
repetir, se exigían lealtades ciegas y se destruían o promocionaban carreras a
capricho, incluidas las de algunos de Los Inspirados, la nueva generación de
columnistas que se abría paso imitando a sus mayores”. Impresentable. Y
en este mar revuelto, Prisa, muy debilitada, era una víctima fácil de
controlar. Pero muchos de sus periodistas, también en la SER, se negaron a ser domesticados por lo
que entendían era una humillación para ellos, y su prestigio personal. Otros,
que todavía continúan sin embargo, se plegaron a fondo a las directrices, sin
dudarlo, con actitud marxista (pero no de Karl, sino de Groucho, “Estos son
mis principios, si no le gustan, tengo otros”).
El caso es que la Cadena SER se devaluó. Resultaba irreconocible
para sus propios oyentes, que dejaron de escucharla. El Estudio General de
Medios reflejaba las pérdidas, que hoy se siguen arrastrando, pero la llegada
de PSOE al poder, y los últimos movimientos empresariales del Grupo, sobre todo
con la salida de su presidente ejecutivo, Juan Luis Cebrián, facilitaron el
regreso a la línea editorial original progresista que impuso
Prisa, precisamente cuando compró en 1985 la Sociedad Española de Radiodifusión,
que hasta su llegada simpatizaba con una línea más moderada, virada más al
centro, y representada, entonces, por la Unión de Centro Democrático, de Adolfo Suárez.
Pero, en el fondo, la pelea es la
misma, y se libra cada tres meses, donde se tiene que revalidar el liderazgo. Y
la Cadena SER lo consigue. Se recortan
distancias en algunos tramos, algunos se han perdido, y se han recuperado, como
la madrugada; o se suman horas en la competencia para intentar infligir una
derrota al buque insignia de la radiodifusión española, como en el caso de Cope con “Tiempo
de Juego”, que cada vez comienza antes su emisión para acumular oyentes.
Revista del Gabinete de Estudios de la SER (1979) |
La SER no está dispuesta a perder su posición
dominante, en la que le va la vida (sus costes estructurales son los mayores de
la radio privada española) y está dispuesta a todo, incluso a cargarse una de
sus radiofórmulas en declive, como lo fue Máxima FM, para engordar con sus postes
su ya de por sí potente red de emisoras. Así nació la alternativa SER+, a la
que todavía podrían sacarle mucho más provecho.
Y en Cataluña, éste va a ser el
primer EGM en que conozcamos datos del trabajo del periodista Josep Cuní, en SER Catalunya. Pero no nos
engañemos, no existe una cadena llamada SER Catalunya, porque carece del número
de horas mínimo para lograr tal consideración, así que sus datos, buenos, o malos
-es previsible que buenos en un territorio donde ha descendido la efervescencia
nacionalista, a juzgar por la última ola- se sumarán a
los resultados de la Cadena SER en
aquella comunidad autónoma, reforzando sus posiciones, más débiles últimamente,
tras el liderazgo indiscutible de RAC1 y Catalunya Radio. Pero sí es cierto
que, de las emisoras ‘nacionales’, la SER,
a distancia, es la más escuchada. De ahí que su histórica apuesta, porque venía
de años atrás, le correspondiera afrontarla a ella, precisamente, la que más tiene que ganar.
Resulta curioso, utilizando el retrovisor,
recuperar los datos de audiencia de la Cadena
SER en 1979. La impecable Ángeles
Afuera hizo este ejercicio hace unos días, en su cuenta de Twitter y nos sorprendió
nada menos que con 12.893.000 oyentes diarios. Hace 40 años también la SER era líder. “¡Quién pillara hoy esa audiencia!“, decía Ángeles en su tuit, y
subrayaba, profesional, la fuente de la imagen que ahora reproduzco en este
post: revista del Gabinete de Estudios de la SER, del año 1979.
Hoy mismo, en la tertulia que Javier del Pino, en “A vivir que son dos días”, ha mantenido
con un grupo de cuatro centenarios que sumaban, entre todos, más de
cuatrocientos años, una de las invitadas recordaba, con lucidez, que su madre
era una devota de las radionovelas de Radio Madrid, y que “cuando venían visitas a casa, se marchaba igual a escuchar su episodio, y las abandonaba”.
Tal era la fuerza de la radio. No podemos perderla. Hay que esforzarse.
Javier del Pino está liderando un "A Vivir que son dos días", en la SER, cada vez más atractivo, superándose a sí mismo cada fin de semana (Fotografía, Lourdes Lancho, Twitter) |
¿Qué me dice el pálpito? Son
intuiciones que puede, perfectamente, traicionar la encuesta trimestral de la
Asociación para la Investigación de los Medios de Comunicación (AIMC), pero que
a mí me llevan a adelantarme a las cifras que conoceremos este próximo
miércoles, 10 de abril, a partir de las ocho de la mañana.
Es previsible que el trabajo de Josep Cuní, en SER Catalunya obtenga buenos resultados, en un momento en que el descenso de la efervescencia nacionalista ha hecho descender los apoyos en las cadenas líderes de audiencia
Carlos Alsina, el director de “Más
de Uno”, en Onda Cero, está haciendo
un enorme esfuerzo por aportar e innovar en antena. Está refrescando el
panorama de la radio matinal, y dotándola de un elemento que no veíamos -ni
disfrutábamos- hacía muchísimo tiempo: la novedad, la sorpresa, la originalidad
y la creatividad. Y en esta batalla confiada al recuerdo pretérito del día
anterior, gana quien más notoriedad logre sumar. Sus entrevistas también
alcanzan un relieve inusitado, insólito, por el envoltorio elegido; pero no
solo las políticas, como la que hizo al president catalán Quim Torra, sino también las firmadas en el segundo tramo, en que denominan
‘más ligero’, con encuentros históricos con Antonio Banderas, Luis Merlo, y un Josep María Pou que reconoció que nunca antes se había caído emocionalmente ante una entrevista
tan bien estructurada y pensada como la que le dedicó Alsina y su equipo de
guionistas, con Jorge Abad a la
cabeza.
Pero no solo han sido las
entrevistas, ha sido mucho más que eso: las salidas del programa con ocasión
del Día Mundial de la Radio, que no
hizo otra cosa que recuperar la calle para la radio, algo que ha perdido desde
la crisis (y no me refiero a realizar el programa desde un local pagado por
publicidad, sino motu proprio, por decisión del propio conductor), o el del 11-M,
15 años después de los atentados yihadistas de Atocha, en Madrid, o más
recientemente, el Alsina
más solidario con las enfermedades mentales, como el TEA o el autismo. Por si fuera poco, Alsina está de paseo
recogiendo premios (APEI, Camilo José Cela, o el más reciente Premio Raúl del
Pozo). Una carrera que comenzó con el Premio
Ondas, que le concedió Prisa en 2015. Alsina está de moda.
Y haría muy bien la dirección de Onda Cero en reforzar esa imagen, cada vez
mejor posicionada y construida, de profesionalidad y respeto escrupuloso por la
calidad de los contenidos, que representa Carlos Alsina al frente del programa
del prime time de la cadena verde,
con publicidad exterior, como acostumbra la Cadena
SER a hacer.
El regreso de Mara Torres a la SER tendrá también un destacado papel en el EGM del próximo miércoles (Fotografía Cadena SER) |
Alsina debería crecer, aunque la
carrera de la radio es lenta a veces, y exige tiempos muy laxos. Carlos Herrera, en Cope, se está escorando más cada día hacia la
derecha, sus editoriales rozan en ocasiones lo incendiario y la llegada de los
socialistas al poder ha radicalizado su discurso. Cope
juega claramente a oposición. Pero no sé si se dan cuenta de que esa postura
aleja a los más moderados, y a quienes no se sienten cómodos en ese barco, y
les arrastra a buscar navíos más tranquilos, que naveguen sin viento en contra,
como Onda Cero. A la cadena de Atresmedia
le viene bien que Cope y Herrera se echen al
monte. “A río revuelto, ganancia de pescadores”.
Carlos Herrera se está escorando más cada día hacia la derecha, y la llegada de los socialistas al poder ha radicalizado su discurso. Cope juega claramente a oposición. Pero esa postura aleja a los más moderados
En la SER nos encontramos con una extraña pareja, formada por Pepa Bueno y Toni Garrido, que consiguieron remontar sus números en la primera oleada de la Temporada, pero ‘éxitos pasados no garantizan éxitos venideros”, como bien certifica el EGM en cada ola. Y en RNE Íñigo Alfonso lidera un informativo “España a las 6, 7, 8 y 9”, bien construido, bien contado, demasiado institucional tal vez, pero el más voluntarioso en la búsqueda de la subjetividad más objetiva de todos, y en el que la opinión está ausente, más allá de la selección de los temas, lenguaje y tratamiento que, inevitablemente, también proyectan posicionamiento ideológico.
Otra apuesta. La del nuevo
-viejo- director general de Prisa Radio
España, Daniel Gavela: “El Faro”, que supone el regreso de la
periodista Mara Torres a la noche. Merece
la pena, y mucho, escuchar este programa, exquisitamente edificado, que tiene
la noche como entorno ideal para las confesiones de sus oyentes. Mara ha
logrado -y tiempo tendremos para abordar el programa con mayor detenimiento-
regenerar la noche en la Cadena SER,
después de que “Hablar por Hablar”
fuera cayendo en la rutina, y el desgaste, a pesar de los esfuerzos de su
último equipo, encabezado por una impecable Macarena Berlín. Mara va a hacer crecer a la SER, porque ha hecho de “El Faro” un refugio para noctámbulos que
buscan luz para sus pensamientos. Y aquí la encuentran. Está recuperando
aquella comunidad que puso en marcha en su primera etapa en la noche de la
cadena de Prisa, en torno al nombre de los ‘chatines’.
Mi pálpito es muy positivo. Cope sigue a
rebufo de la SER.
El resto de las radios, todas,
aguardan unas buenas notas. Se abrirán botellas de cava, y se dibujarán también
rostros contrariados en muchas caras. Pero pasará el día 10, el previsible TT en
Twitter, y las aguas volverán a su cauce. Las preguntas son las mismas de cada
oleada: qué pasará con los programas vespertinos, sobre todo con esa “Tarde de Cope” que inexplicablemente
subió en la última ola tras la marcha de su titular, Ángel Expósito, a la noche; qué pasará con los deportivos del fin
de semana y esa permanente lucha que mantienen “Carrusel Deportivo” y “Tiempo
de Juego”; qué pasará con los informativos nocturnos, donde se está
realizando un buen trabajo en las cuatro grandes cadenas; qué pasará, qué
pasará, qué pasará... ¡Pues aquí lo contaremos!
Pues parece, Gorka, que radicalizarse da buenos frutos...
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