La radio pública como arma política arrojadiza: los argumentos reversibles
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El PP ha anunciado su decisión de cerrar 'M21' si gana las elecciones
’M21’ es la heredera directa de
Onda Imefe (iniciales de Instituto
Municipal de Empleo), que se instaló en septiembre de 1993, en un colegio
público, el Felipe II, en el madrileño barrio de Tetuán, un centro en clara
decadencia entonces, que albergaba a unos cientos de niños, cuando en su época
gloriosa habían sido miles. Empezó a
emitir de forma pirata, en el 107.2 FM, hasta que logró legalizar su
frecuencia. Y el primer entrevistado -¡lo que le gusta a un político un
micrófono!- fue el alcalde promotor de la idea: José María Álvarez del Manzano,
del Partido Popular. Estaba satisfecho, se le veía en la fotografía que se le hizo,
observando una mesa de mezclas de la nueva emisora, junto a la entonces presidenta
del IMEFE, María Antonia Suárez.
Claro que lo de la radio es un
chiste comparado con otros proyectos en los que los millones de euros vuelan, como la
Operación Chamartín, rebautizada como “Madrid
Norte”, por la administración Carmena, que queda otra vez en el aire por
razones electorales (se habla de cerca de 800 millones, de entrada). Un proyecto mastodóntico, que cambiará el aspecto
físico del norte de Madrid, que ha abierto brechas, no sé si insalvables, entre
el PP, que adoraba el proyecto cuando era suyo, hasta que se lo cambió la
actual alcaldesa, y que ha provocado disensiones dentro de la propia izquierda,
que desconfía de la posible especulación de marcas como BBVA, banco propietario
de la promotora Distrito Castellana Norte (DCN) que debe liderar la operación.
Desde fuera, y sospechando una vez más de nuestros responsables públicos, suena a nuevo pelotazo. Pero en el fondo, late la permanente incapacidad de nuestros políticos para llegar a un acuerdo, como éste, que ha ocupado varias legislaturas, sin prosperar; y su enorme facilidad para tumbarlos cuando llega al Gobierno un partido de signo contrario al que impulsó la medida. ¿Y los millones invertidos en la operación? Podría ser el mismo argumento de Onda Imefe y ‘M21’: si deciden cerrarla, ¿quién debe asumir la responsabilidad de ese gasto: quien lo aprobó sin contar con el acuerdo de todos los grupos, como proyecto de consenso que debía ser, o quien decide cerrarlo e invalidar el proyecto? Y así vamos, y así nos va.
La radio en medio de una pelea política sin escrúpulos
Debo adelantar que antes de situarme delante del ordenador, he contado hasta
diez, y hasta veinte; porque el tema que voy a abordar en él me enerva, siendo
eufemístico. Estoy hastiado de la penosa y mediocre labor de nuestros
políticos, sean del signo que sean, me da igual el color en esta ocasión,
porque todos, sin excepción, están maltratando no solo a la radio -que es
objeto permanente y vocacional de esta voluntariosa web- sino a todo aquello
que tocan, con escasísimas excepciones que no hacen sino confirmar la regla.
Aunque ya no conseguimos dilucidar
muy bien cuándo los responsables políticos actúan en ‘modo campaña’, porque de la impresión de que hasta el mismísimo partido
en el Gobierno (sea cual sea la administración en la que ejerce) se permite el
lujo de hacer oposición a la propia oposición; el caso es que ya es moneda de
cambio habitual que las campañas se conviertan en trampolines para machacar al contrario, con independencia de si ha hecho algo bueno...
El PP ha criticado la aprobación de una partida de 140.000 euros para financiar las obras de un tercer estudio, cuando la emisora no tiene aún cobertura total sobre el municipio. Tal vez las prioridades haya que reorientarlas"
Así, el pasado 18 de marzo de este
2019, a las puertas de un nuevo cambio de década en el todavía naciente siglo
XXI, la agencia Europa Press se hacía eco de unas declaraciones de un dirigente político, del Partido Popular en este caso, la concejala Isabel Rosell, que, aparte de dedicarle un piropo a la radio municipal
de Madrid -que nació en 1993, impulsada por su correligionario José María Álvarez del Manzano- de
tildarla de “fondo de reptiles”,
adelanta que, de llegar a ganar las próximas Elecciones municipales, el PP
cerrará ‘M21’.
¡Y seguro que pensó: ya he dado
un titular para que me lo reboten los periodistas! En realidad, lo que hizo fue
confirmar la mediocridad y la irresponsabilidad en la que se mueven los
políticos, a la hora de realizar declaraciones en precampaña, con las que luego
la hemeroteca (esa que utiliza tan demoledoramente Julia Otero en Onda Cero) les
avergüenza: a ellos, y a nosotros, como ciudadanos razonablemente inteligentes
y con sentido crítico, a los que deliberadamente se nos trata como caterva
electoral, sin más miramientos, ni consideraciones.
Manzano inaugura Onda Imefe en 1993 |
"'M21' "no tiene apenas oyentes”, dice el PP. Claro. Nunca los ha tenido, desde su fundación, y a lo largo de su historia. Porque no era su cometido entrar en la pelea comercial de las audiencias con las emisoras privadas. Semejante intención resultaría un suicidio"
Antes, el predecesor de Álvarez
del Manzano, Juan Barranco, del
Partido Socialista, también apostó por la radio, creando ‘Radio 10’, allá por
1986, en unos modestos estudios que el alcalde situó en el barrio de
Carabanchel, y que no tuvo continuidad.
El caso es que la emisora, con
claros fines educativos y culturales -la formación destinada al empleo de los
madrileños interesados en conocer el oficio de radiofonista- funcionó hasta
2005, en que el entonces alcalde, Alberto
Ruiz Gallardón, decidió cerrarla por falta de recursos...
En ningún caso, de todos los
citados, los alcaldes utilizaron la emisora municipal como altavoz de sus obras
y milagros al frente del consistorio de Madrid, como por contra sí hacen los
inquilinos de La Moncloa cuando llegan a este complejo, y les ponen en bandeja
el ‘juguete’ de RTVE (penoso). Quiero decir: nunca la emisora municipal ha sido
un medio de propaganda del alcalde de turno. Y esto, Manuela
Carmena, la actual alcaldesa, también lo respetó,
al resucitar el proyecto, en 2016, aunque nació con responsables que hacían
dudar de la independencia ideológica del proyecto. Era lógico,
ante las reiteradas muestras de nuestros queridos
políticos en sentido contrario, que pensáramos mal. Pero el proyecto, hasta
ahora, sin ser impecable, sí incluye propuestas, y programas, que bien merecen conocerse.
Pero para Isabel Rosell la herencia -su propia herencia- no existe y por supuesto los resultados de ‘M21’ no cuentan. Solo piensa en
cerrarla por cerrarla, porque considera que es un “fondo de reptiles”, que hay que purgar. Obvia un aspecto que tiene
que ver con la más básica humanidad que se supone rodea nuestra condición de
personas (incluidos, quiero pensar, nuestros políticos) y es que semejante
anuncio supone despedir ipso facto a todos los profesionales que, cada uno en
su medida y con su responsabilidad, han dedicado su esfuerzo a hacer grande un
proyecto tan motivador e ilusionante como es una radio municipal. Un poco de
respeto a los que allí trabajan, por lo menos.
'El Radiobús', proyecto propulsado por 'M21' es una excelente idea , muy aplaudida, por el que están preguntando de varios países. ¿Esto también hay que cerrarlo? |
Aduce Rosell que la emisora de
Manuela Carmena “no tiene apenas oyentes”.
Claro. Nunca los ha tenido, desde su fundación, y a lo largo de su historia. Ni con el PSOE, ni con el PP.
Porque no era su cometido entrar en la pelea comercial de las audiencias con
las emisoras privadas. Primero, porque semejante intención resultaría un
suicidio y, segundo, porque el objetivo de una emisora municipal, concebida
como la extinta Onda Imefe, es educativo. Por eso, me repugna el cinismo de los
políticos que utilizan, sin rubor, los mismos argumentos que utilizaron antes contra
ellos, ahora que su adversario político está en la diana electoral. Son argumentos
reversibles. Y se creen, insisto, que
somos imbéciles.
"Me repugna el cinismo de los políticos que utilizan, sin rubor, los mismos argumentos que utilizaron antes contra ellos, ahora que su adversario político está en la diana electoral. Son argumentos reversibles. Y se creen, insisto, que somos imbéciles"
La idea de cerrar ‘M21’ viene de
lejos, no es una ocurrencia de Isabel Rosell. El candidato a la alcaldía del
PP, José Luis Martínez-Almeida, ya anunció hace unas semanas su intención de cerrar la emisora local, a la que califica
de “instrumento de propaganda de Manuela Carmena”. ¿Dónde está la
prudencia que debería mover la acción política? ¿No hubiera sido mucho
más respetuoso declarar algo así como “si
ganamos, revisaremos los trabajos de ‘M21’, valoraremos los resultados y
tomaremos decisiones”, pero sin caer en argumentos tan destroyer como los que están extendiendo cada vez que tienen
oportunidad?
No sé, realmente, si los
sucesivos aumentos presupuestarios que ha protagonizado “M21” en estos últimos
meses, están justificados, o son necesarios para desarrollar su función. El PP
ha criticado la aprobación de una partida de 140.000 euros para financiar las
obras de un tercer estudio, cuando la emisora no tiene aún cobertura total
sobre el municipio. Tal vez las prioridades haya que reorientarlas. Pero apelo
al sentido común para acometer un cambio de Gobierno, sin tener que recurrir a
la estrategia del “elefante en cacharrería”.
La labor de M21 en los colegios es encomiable |
"La actitud de los partidos políticos -de todos- frente a la radio ha sido de juzgado de guardia. Pero no hay ningún político, que yo sepa, en la cárcel por nepotismo en la concesión de las frecuencias a empresas ideológicamente afines al poder de turno"
Desde fuera, y sospechando una vez más de nuestros responsables públicos, suena a nuevo pelotazo. Pero en el fondo, late la permanente incapacidad de nuestros políticos para llegar a un acuerdo, como éste, que ha ocupado varias legislaturas, sin prosperar; y su enorme facilidad para tumbarlos cuando llega al Gobierno un partido de signo contrario al que impulsó la medida. ¿Y los millones invertidos en la operación? Podría ser el mismo argumento de Onda Imefe y ‘M21’: si deciden cerrarla, ¿quién debe asumir la responsabilidad de ese gasto: quien lo aprobó sin contar con el acuerdo de todos los grupos, como proyecto de consenso que debía ser, o quien decide cerrarlo e invalidar el proyecto? Y así vamos, y así nos va.
Los políticos juegan con nuestro
dinero, impunemente. Y luego pretenden que les creamos. Pretenden contar con
nuestro apoyo. Y en los mítines de campaña los hoolingans de cada partido jalearán a sus candidatos, poniéndose
una pinza en la nariz, con un sentido crítico ausente. E insisto en que en mi
descorazonadora idea de la res publica
española, no prioriza ninguna opción, porque todas viven del cortoplacismo y de
la estrategia de llegar para barrer al enemigo ideológico, sin darse cuenta del
enorme peligro que supone enfrentar por extensión a los ciudadanos entre sí. La permanente,
cansina, y desde luego peligrosa e irresponsable, estrategia de fomentar las dos Españas, nos ha traído el regreso al pasado, con opciones que creíamos superadas. Ya no
hablemos de Cataluña. La ineptitud de nuestros políticos, y la falta de honradez
de muchos de ellos, nos condujo al 15-M de 2011, a la llegada de los
indignados, ya domesticados por la sociedad del consumo y del bienestar, dando
ejemplos de incoherencia sin sonrojo; y a la llegada, más reciente, de opciones
que defienden poco menos que la ley del más fuerte -la del Oeste-, preferiblemente armado.
Volviendo a la radio, la actitud
de los partidos políticos -de todos- frente a nuestro medio ha sido de juzgado
de guardia. Pero no hay ningún político, que yo sepa, en la cárcel por nepotismo
en la concesión de las frecuencias a empresas ideológicamente afines al poder
de turno. Los concursos públicos están llenos de dudas, y muchos han sido denunciados y recurridos. A nadie le importa que existan más emisoras piratas que en una
república bananera -el
EGM contabiliza 664 postes ilegales- y tampoco hablemos de la radio digital
terrestre, la DAB, y la actitud del PP y del PSOE, tal para cual. Ambos se
niegan a asumir sus responsabilidades en el escenario nacional y europeo, donde
han apostado decididamente por la modernización de la radio y la superación de
la tecnología analógica que representa la FM. Aquí no. Aquí los intereses
impiden avanzar, hasta que la Comisión Europea decida aplicar el artículo 33,
como hizo con la TDT.
Por todo esto, en lo que la radio
es solo una pequeñísima parte del pastel, una minúscula porción, una anécdota, no es extraño
que más de un intelectual muestre su rechazo a la condición de ‘español’, y sea
tildado poco menos que de antipatriota por los que no ven, o no quieren ver, a
lo que nos está conduciendo la clase política. Lo malo es que en el
escaparate de las próximas elecciones siguen estando los mismos. Y ya estamos votando por eliminación. Es lo que hay...
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