¿Dispuesto a pagar por contenidos exclusivos de audio?
https://www.gorkazumeta.com/2019/02/dispuesto-pagar-por-contenidos.html?m=0
El editor reflexiona en torno al final del reinado del 'all free' en internet
Mientras la prensa digital toma la iniciativa, y la televisión la secunda, la radio no ha tomado posiciones todavía
- Nuestra conciencia como usuarios/consumidores en internet ha evolucionado en positivo como para no sentirse afectada por la desconfianza o el miedo
Estaba cantado. Tardaríamos más o menos, pero el mundo virtual no podía seguir siendo gratuito. La monetización del modelo trajo de cabeza a muchos medios de comunicación que trasladaron su escenario de actuación del lado analógico de la vida, al digital. Y aún hoy no está nada claro que el modelo prospere. Muchos han sido los intentos precedentes que han intentado triunfar, pero que irremediablemente han terminado condenando al fracaso la iniciativa. El grito de ‘all free’ que retumbó en los inicios de internet, y va camino de los cuarenta años, está perdiendo fuerza. Nadie trabaja a cambio de nada y, aunque la publicidad se está escorando del lado digital, no es suficiente para remunerar todo el esfuerzo y el talento que internet reúne y ofrece.
¿Los podcasts van a ser gratis toda la vida? |
Los grandes diarios tradicionales
apuran estrategias inminentes para empezar a establecer en sus páginas web
muros de pago. Así
lo han ido recogiendo diferentes confidenciales en estos primeros días del año,
y es que los planes previstos se fechan en los seis primeros meses del año
recién comenzado. 2019 va a ser, por tanto, el año del disparo del cobro por servicios en internet. Periódicos
como El País, el Mundo, ABC o La Vanguardia cobrarán por algunos de sus
contenidos digitales. Ya lo hacen en la red de periódicos regionales del Grupo
Vocento y la experiencia no ha resultado tan negativa como en iniciativas similares anteriores.
El grito de ‘all free’ que retumbó en los inicios de internet, y va camino de los cuarenta años, está perdiendo fuerza. Nadie trabaja a cambio de nada
Esto nos lleva a deducir que
hemos tardado casi medio siglo en educar a los usuarios de la red de redes en
que la calidad del producto se paga. Se habla de “movimiento
revolucionario en el sector de la prensa española” que, no podemos
olvidarlo, anda de cabeza, con la soga al cuello, ante la evidente crisis del
papel que vive con innegable preocupación. No es para menos. El papel tiende a
su desaparición o, como apuntaba el antiguo propietario del Grupo Planeta,
José Manuel Lara, hacia su
recolocación/transformación los fines de semana como periódicos arrevistados, que regalen toda
clase de objetos con la edición. Ese
mismo Lara que se declaraba un confeso defensor, en su tiempo, del “matrimonio a tres”, refiriéndose a la suma de Onda
Cero, Cope y Punto Radio (cuando lo dijo todavía existía la cadena de Vocento); es decir, la gran cadena de emisoras del centro
derecha español, que podría hacer frente, por fin, a la Cadena SER. Aquel proyecto no prosperó.
El caso es que las grandes
cabeceras de la prensa española, reconvertidas en digitales desde hace años,
como ocurrió con toda la industria de los medios de comunicación tradicionales,
lleva muchos años trabajando en la viabilidad de sus áreas de negocio
distribuidas en internet. Y este paso, ciertamente histórico, nos avanza
probablemente una nueva era en la relación de los usuarios con internet. La red
de redes seguirá ofreciendo contenidos gratuitos -los mismos periódicos citados
no tienen intención de aplicar el muro de pago a todo, sino solo a una parte de
su oferta-; pero cada vez está más claro que tendremos que pagar por contenidos
premium. Pero, como se ha afirmado en más de una ocasión, resulta imposible, hoy por hoy, transformar las empresas periodísticas tradicionales en digitales. Sus enormes costes estructurales no podrían ser mantenidos con ingresos provenientes de internet. Un grave problema que afecta a la subsistencia del modelo tradicional.
Los podcasts se encuentran todavía en una fase introductoria, todavía resta tiempo para consolidarlos, pero llegará |
Por ello, los modelos de monetización que
nos llegan desde otras experiencias internacionales similares, en el ámbito de
la prensa digital, exponen la necesidad de establecer estructuras que faciliten
la sostenibilidad de las empresas y grupos de comunicación que están detrás de
la producción de contenidos informativos de calidad. Y los muros de pago se han
convertido, así, en una taquilla para facturar pequeñas cantidades. El Diario
Vasco, del Grupo Vocento, cobra 4,95 euros al mes por disfrutar del acceso a
sus informaciones de la home. Si uno
quiere ampliar datos acerca de un titular llamativo dispone de un número
reducido de entradas gratuitas por mes, pero, consumidas éstas, ya solo queda
el pago previo como modo de acceso a la información.
¿Por qué ahora? No deja de ser en algunos casos el enésimo intento por cobrar en internet. Y hay un histórico conocido que habla de múltiples fracasos
¿Qué ocurría hasta ahora? Que,
copiado el titular y trasladado a ‘San Google’, salvo que fuera una información
exclusiva, encontrábamos pronto una ampliación a la noticia en otras cabeceras.
Si ahora todas se unen, como parece evidente que el camino de la supervivencia
aconseja, será casi imposible acceder a la información, salvo, tal vez, en la
prensa digital nativa. En cualquier caso, el paisaje cambiará.
¿Por qué ahora? No deja de ser en
algunos casos el enésimo intento por cobrar en internet. Y hay un histórico
conocido que habla de múltiples fracasos. Porque, transcurrido casi medio siglo
de convivencia con internet, la conciencia del usuario como consumidor, también
online, ha experimentado una evolución. De la desconfianza inicial que generaba
la red a la hora de realizar transacciones con tarjeta de crédito, o la
previsible resistencia al cambio, acentuada por los miedos, se ha pasado a unas
cifras de comercio electrónico espectaculares y, lo que resulta más esperanzador
para este nuevo entorno, en constante crecimiento. Hemos pasado del ‘miedo a
usar la tarjeta en internet’ al ‘yo ya compro solo por internet’, sobre todo de
los más jóvenes.
Solo así, desde esta evolución,
se entiende el creciente aumento en España de la opción Premium de Spotify, la plataforma de audio online líder en el
mercado. La pregunta que me surge en estas nuevas circunstancias es:
¿estaríamos dispuestos a pagar por una radio online? Nuestra tradición no
incluye ‘radio de pago’, que sí existe en otros países como Estados
Unidos, con productos como SiriusXM,
una plataforma radiofónica difundida a través de satélite. Si convenimos en
aceptar como ejemplos similares los casos de microfinanciación, mediante crowdfunding, de “La Cafetera”, de Fernando Berlín
-siempre pionero- y de “Carne Cruda”,
de Javier Gallego, creo que podemos confirmar
que algo está cambiando, también en radio.
Si los periódicos digitales van a capar el acceso a sus informaciones estableciendo un muro de pago, ¿las radios seguirán su estela? No olvidemos que son empresas en busca de beneficios. Pero todavía queda consolidar el podcast
Nunca hasta ahora habíamos pagado
por la radio en España, y ahora, todos los que lo hacen de manera online, lo
están haciendo indirectamente, consumiendo -y pagando religiosamente- su tarifa
de datos. Las operadoras no ofrecen todavía tarifas planas de datos en
movilidad. Tal vez lleguen pronto con el 5G, ojalá. Pero lo dudo. El negocio
es el negocio. Y una de las estrategias que están poniendo en marcha, de manera
soterrada, es la anulación del chip receptor de FM de los smartphones, en beneficio
de la escucha online. Mi hijo, adolescente, antiguo oyente habitual de Máxima
FM, ha dejado de escucharla tras la supresión de sus postes analógicos. Prefiere
consumir su reducida tarifa de datos viendo videos y sacando chispas a sus
redes sociales, especialmente costosa Instagram. Existe una evidente barrera
económica en la escucha de la radio online en itinerancia.
Pero, voy más allá en mi
reflexión. Si los periódicos digitales citados van a capar el acceso a sus
informaciones estableciendo un muro de pago, ¿las radios seguirán su estela? No
olvidemos que se trata de empresas y de que su principal objetivo es la
búsqueda de beneficios. Otra pregunta: ¿cuántos de los millonarios
oyentes/espectadores de ‘La Vida Moderna’,
o del ‘Nadie sabe nada”, de la Cadena
SER estarían dispuestos a pagar por disfrutar de sus programas favoritos?
Cierto que por ahora la financiación la cubren los ingresos de Youtube y de la
publicidad, si la hay; pero ¿y en el futuro? El mismo derecho tiene la Cadena SER a establecer un muro de pago en su web que el diario EL País, compañero de Grupo.
Las mentalidades están cambiando, e internet se está convirtiendo en un enorme escaparate de consumo, ¿por qué los podcasts o la radio se iban a quedar fuera? |
Sigue mi reflexión: si el muro de
pago discrimina contenidos entre los modelos Freemium y Premium en el
caso de la prensa digital, ¿qué impide a las radios producir contenidos
(podcasts) muy específicos, que encajen en el modelo Premium y por tanto se
cobre el acceso? Creo, a la vista de lo que está ocurriendo, que todavía pueden
ocurrir -y ocurrirán- cosas sorprendentes. Debemos entender que, al igual que
nos hemos acostumbrado a pagar mensualmente por la opción Premium de Spotify (y que algunos padres -previa petición- se la
pagan a sus hijos, y se la descuentan luego de la paga), de igual manera
deberemos hacer para disfrutar, por ejemplo, de acceso a una parte de la Cadena SER, de Podium Podcast o del casi infinito,
pero tan poco atractivo (visualmente hablando), archivo sonoro de RNE.
No me lo estoy inventando. Las cadenas de televisión ya han implantado su
propio muro y, aunque las cifras que cobran son -todavía- ciertamente bajas, la
cuestión es que ya han empezado a cobrar sus contenidos distribuidos a través
de sus plataformas destinadas a Smart tv’s. Atresmedia, por ejemplo, ofrece
gratuitamente las últimas ediciones de “El
Hormiguero”, de Pablo Motos,
pero quien quiera ver episodios más antiguos deberá pasar por taquilla. Se
trata de darle una segunda vida a los contenidos. Antiguamente, se emitían y se
perdían. No había forma de recuperarlos. Pero ahora sí, basta disponer de un
ordenador, o de un Smart tv y esa posibilidad es realidad. ¿Por qué gratis?
¿Por qué contenidos de
radio/podcast Premium sería usted
capaz de pagar? Estoy seguro de que esta pregunta formará parte, algún día, de
una encuesta que quiera saber más, y prepararse ante un escenario en que las
empresas de producción de contenidos sonoros estudien ofrecer exclusivas de
pago a sus clientes/usuarios. Es, sin duda, otro nicho. Tiempo al tiempo.
De momento, sigamos disfrutando
de la gratuidad de acceso a los contenidos de la Cadena SER, Onda Cero, Cope
o RNE, pero pensemos que en algún
momento, las cabezas pensantes empezarán a vallar el campo. Luego no nos
llevemos sorpresas.
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