Mi carta a los Reyes Magos
https://www.gorkazumeta.com/2019/01/mi-carta-los-reyes-magos.html
El editor de esta web dirige sus peticiones a sus Reales Majestades Melchor, Gaspar y Baltasar
Yo, en Navidad, soy monárquico
Por eso, estoy seguro de que van a entender y atender mis peticiones.
Ya sé, Majestades, que me van a decir que milagros a Lourdes, que ustedes prefieren no complicarse la vida, que están muy mayores, y que solo traen regalos. La intangibilidad hoy no vende tanto como la realidad, lo material (y lo materialista, más). Y eso que cada vez vivimos más en el mundo virtual, y descuidamos el real. ¡Qué paradoja! Pero, permítanme que me confiese, no sé a quién recurrir. No me quedan muchos más recursos.
La radio ha ido perdiendo tronos, Majestades, los mismos que ustedes mantienen a través de los siglos y que nadie se atreve a disputarles, ni siquiera Papa Noel. Pero la radio se ha encontrado con mucha competencia en su camino reciente, y ha perdido batallas. Ha perdido la batalla de la inmediatez, ha perdido la batalla de la exclusividad en la producción de contenidos sonoros y ha perdido la batalla de la prescripción en radio musical. Y parece que la cuestión va a peor: la radio mantenía la exclusiva, hasta hace poco, de ser el gran soporte de audio más escuchado en los coches, durante los trayectos de casa al trabajo y del trabajo a casa. El lugar donde más radio se escucha en España y en el mundo. Mantenía el liderazgo junto con la escucha de música, primero en casete, y luego en CD. Las circunstancias están cambiando, a marchas forzadas y cada vez hay más confirmaciones de la pérdida, también, de ese trono que ostentaba, apoyado en la tradición.
Dicen, los tecnólogos, que en el futuro todos estaremos ‘conectados’, los automóviles también. Y hablaremos con los altavoces inteligentes, y con su segunda generación: los altavoces con inteligencia artificial, que aprenderán de y con nosotros. Y la radio en directo, perderá posiciones frente a la radio grabada -los podcasts- que serán más demandados por el público, que prefiere elegir a que elijan por ellos. Pero la radio, como medio, mis Reales Majestades, no puede convertirse en un medio residual, testimonial, minoritario. Dicen que las estrellas del futuro del audio lo serán por su adscripción al universo podcast, y no por su pertenencia a la radio, porque ésta se debilitará hasta reducir su visibilidad a un mínimo histórico, desconocido para nuestra generación. Dicen también -continuamente están/estamos diciendo- que los ordenadores y los robots proporcionarán a la radio, y a los podcasts, las mejores voces sintetizadas, de manera que no harán falta locutores. Ni periodistas. Ni siquiera para elegir las noticias, que podrán seleccionar los propios ordenadores, mediante la configuración previa de los criterios oportunos.
Cada uno desde su posición, y medios, debe intentar contribuir a la regeneración de la audiencia de la radio. Personalmente, todavía recuerdo fresca mi charla sobre radio, impartida a unos niños de primaria, cuyos ojos -lo certifico- vi brillar. Se lo recomiendo a todo el mundo, si se presenta la oportunidad. Pero este año 2019, mis Reales Majestades, ya me ha traído un regalo anticipado: la primera edición del Premio Gonzalo Estefanía de Radio Escolar, que hemos conseguido tres de sus amigos, Pilar Pareja, José Luis Pastor y un servidor, como inspiradores, y la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE) como convocante y socio estratégico. Queremos potenciar, bajo el nombre de nuestro entusiasta amigo y radiofonista desaparecido, la radio en los colegios y para eso hemos convocado este concurso que pretende premiar el mejor ‘programa/podcast’ realizado por estudiantes de 3º, 4º de la ESO, Bachiller o Formación Profesional. Y el premio consistirá en un equipamiento de estudio de radio semiprofesional para el centro de enseñanza, valorado en aproximadamente 3.000 euros, que ha aportado la empresa ASPA, líder en la venta de equipamiento de audio a nivel mundial. Ha sido un orgullo liderar este Premio con Pilar y José Luis en homenaje póstumo a Gonzalo, y esperamos que su nombre resuene en el imaginario colectivo de todos los chavales que se inician en la radio en sus colegios.
Reales majestades:
La verdad, no les imagino, viajando desde el lejano Oriente sin radio. ¿Cómo se informan sobre lo que ocurre en el mundo, con la actualidad tan intensa que va sucediéndose, minuto tras minuto? ¿Cómo se entretienen en esos tiempos muertos en los que los camellos descansan y llenan sus jorobas de agua? ¿Cómo se forman en torno a la idiosincrasia de las familias destinatarias de sus ansiados regalos navideños? Me cuesta mucho imaginarles sin radio.
El Rey Gaspar era el invitado estrella en los estudios de Radio Juventud de Zaragoza en los años 50 (Fotografía gentileza de Salvador Asensio para rafaelcastillo.com) |
Quiero que 2019 nos traiga muchos nuevos oyentes de radio. No es un sueño o un deseo propio de estas fechas. Es una necesidad. La radio requiere, para sobrevivir, oyentes. Y, ante la desaparición de los más mayores, los jóvenes deben ir sucediéndoles como nuevos usuarios. Soy consciente de sus limitaciones, pese a su condición de magos. Por eso, quiero ponérselo más fácil. O, cuando menos, voy a intentarlo.
Las nuevas generaciones de oyentes no se sienten atraídos por la radio, porque la radio no se ocupa de ellos, ni de su realidad. La radio en España es mayoritariamente para mayores. Luego, no nos extrañe que no la escuchen
Los oyentes no se acercan porque sí a la radio. Los oyentes se acercan porque la radio les cuenta la vida, les cuenta su vida. Y se sienten identificados, y por tanto cómodos en ese entorno. Levantarse por la mañana, despertar ante un nuevo día y encender la radio. Es un gesto que las nuevas generaciones no tienen, porque no han sido educados en él. Algunos, pocos, lo han adquirido por ósmosis, o por imitación de sus padres. A estos podemos llamarles, hoy, ‘frikis’. Pero, los más, permanecen completamente ajenos a este gesto, y prefieren consultar sus smartphones, entrar en su cuenta de Instagram, bucear por Youtube y repasar los whatsapps que han llegado durante la noche. Consumen wifi en las casas como nosotros consumíamos hace años vinilos, casetes y CD’s, hoy todos ellos prehistoria para esta generación.
Con ustedes, Majestades, no hay problema, porque forman parte, por su provecta e indefinible edad, del club de los oyentes de la radio tradicional. Pero la radio precisa de savia nueva, como Superman debe evitar la Kriptonita para sobrevivir. A ustedes les imagino oyentes fieles de sus emisoras favoritas. Pero ¿han preguntado a sus pajes si continúan escuchándola? ¿Se han dado cuenta de que en la cabalgata real todos ellos van provistos de llamativos y voluminosos auriculares? ¿Por qué no les preguntan qué escuchan? Les apuesto un informe secreto de Papá Noel a que no es radio.
¿Cómo hacemos entonces que se interesen por la radio? A menudo dudo de que, con toda su magia, ni siquiera ustedes sean capaces de cambiar esta situación, en la que varias generaciones, desde luego la ‘Z’, y gran parte de la ‘Y’, han dado la espalda a la radio, por considerarla un medio obsoleto y viejuno, propio de sus padres (y por tanto superado), en el que les resulta inconcebible no poder elegir los contenidos que desean escuchar. Carecen de capacidad de selección, de decisión. Es un medio, para ellos, mutilado. Sin interacción, pese al remedo de las redes sociales utilizada a modo de teléfono y, antes, de carta postal (¡el pleistoceno!).
Una imagen de "La radio del cole", el programa que dirige Daniel Ortuño en Onda Madrid |
Creo en la radio firmemente. Creo en que la radio superará sus propias dificultades, que son muchas. Porque éste ha sido su sino: reinventarse a cada paso tecnológico que se producía. Pero hay que ayudar un poco..
Insisto, se lo quiero poner más fácil. ¿Por qué no regalan a todos los profesores del mundo, a los que se ocupan de formar a las nuevas generaciones, un micrófono y una grabadora? E incluso aún es más fácil: ni siquiera lo necesitan, porque ambos elementos ya están incluidos en sus smartphones. ¡Pueden hacer radio con sus teléfonos móviles! Pero necesitamos que sus Reales Majestades les iluminen con su estrella, les introduzcan el virus de la convicción en esta herramienta docente con la que los chavales alucinan, y se lo confirmo yo que lo he vivido. Aprenden divirtiéndose, como nunca deberían dejar de aprender, gracias a la radio. No hay ninguna contraindicación, ni siquiera la económica. Todas son ventajas. Aprenden a desarrollar sus habilidades de comunicación, a socializarse, a trabajar en equipo, a investigar… ¡Y despiertan vocaciones latentes! Necesitamos, Reales Majestades, introducir en los más jóvenes el hábito de escucha de la radio, para que siga siendo el cordón umbilical que les una con su vida. Así que, lo primero, un regalo para los profesores y maestros: que les ilumine la Navidad.
Pero, Reales Majestades, apelo a su proverbial magnificencia para pedirles un segundo regalo, sin el que en anterior no tendría continuidad y, por tanto, eficacia. Si conseguimos que los más jóvenes empiecen a amar la radio haciéndola, desde dentro, y escuchándola según el criterio de sus profesores, necesitamos que la estrella ilumine también a los productores de contenidos sonoros, sean directivos de grandes cadenas de radio, como a pequeños y modestos radiofonistas: necesitamos programaciones de radio dedicadas ex profeso a los más jóvenes, que construyan un nuevo puente de acceso en el futuro a la radio hablada. Una parrilla que contenga los reflejos necesarios de su vida: las cuestiones que les ocupan y les preocupan, su música -no puede desdeñarse su enorme poder evocador e integrador-, el deporte, el sexo, las relaciones con los padres, la conciencia social, la orientación docente, las series, los videojuegos, la búsqueda de empleo, el tamiz del humor… Todo esto nos lleva a encontrarnos con las nuevas generaciones de oyentes, que no se sienten atraídos por la radio, porque la radio no se ocupa de ellos, ni de su realidad. La radio en España es mayoritariamente para mayores. Y el resto de generaciones son marginadas. Luego, no nos extrañe que no la escuchen.
Imagen correspondiente a la aventura radiofónica desarrollada por M21, la emisora municipal de Madrid, por los colegios de Madrid, a bordo del 'Radiobús' |
Levantarse por la mañana, despertar ante un nuevo día y encender la radio. Es un gesto que las nuevas generaciones no tienen, porque no han sido educados en él. Prefieren coger el móvil y bucear en Instagram y WhatsApp
Dicen, los tecnólogos, que en el futuro todos estaremos ‘conectados’, los automóviles también. Y hablaremos con los altavoces inteligentes, y con su segunda generación: los altavoces con inteligencia artificial, que aprenderán de y con nosotros. Y la radio en directo, perderá posiciones frente a la radio grabada -los podcasts- que serán más demandados por el público, que prefiere elegir a que elijan por ellos. Pero la radio, como medio, mis Reales Majestades, no puede convertirse en un medio residual, testimonial, minoritario. Dicen que las estrellas del futuro del audio lo serán por su adscripción al universo podcast, y no por su pertenencia a la radio, porque ésta se debilitará hasta reducir su visibilidad a un mínimo histórico, desconocido para nuestra generación. Dicen también -continuamente están/estamos diciendo- que los ordenadores y los robots proporcionarán a la radio, y a los podcasts, las mejores voces sintetizadas, de manera que no harán falta locutores. Ni periodistas. Ni siquiera para elegir las noticias, que podrán seleccionar los propios ordenadores, mediante la configuración previa de los criterios oportunos.
Mis Reales Majestades: ¿a dónde nos va a llevar el progreso? ¿A dónde nos va a conducir el reinado de las máquinas? ¿A perder la magia que rodea a la radio? Ustedes son el baluarte de la magia que reina en el mundo. Nos lo recuerdan todos los años, cada 6 de enero. Son Reyes y son Magos. Y nos recuerdan constantemente que no podemos perder la ilusión por la magia de la Navidad. Por eso les he pedido estos dos regalos inmateriales: que la estrella ilumine a los profesores y a los productores de contenidos sonoros. El objetivo, para ambos, deben ser los jóvenes. Es una obligación de la sociedad instruirles de la mejor manera posible para relacionarse con la vida que les tocará resolver. Y la radio, en ese contexto vital, es imprescindible para mantenerse conectado a ella.
Por eso debemos aprovecharnos de que los profesores pertenecen a generaciones maduras, con el hábito de escucha de radio muy interiorizado, para tutelar el acercamiento al medio de los más jóvenes. Y debemos apelar también, como complemento, a la necesidad estratégica de los directivos de las grandes cadenas de radio para construir programaciones ad hoc para ellos. El EGM no los tiene en cuenta hasta que cumplen catorce años. Los menores de esta edad no existen -pero existirán-. Y resultarán decisivos para la supervivencia de la radio. Dedicar recursos a estas parrillas, como ya lo hacen otras radios, públicas y privadas, en el resto del mundo, no puede considerarse un gasto, sino una inversión a futuro.
Imagen de BBC-1 Xtra, la emisora joven de la BBC británica, dirigida a un target de 15 a 29 años. |
Mis Reales Majestades:
Concluyo. Y lo hago dándoles las gracias más efusivas por su aliento, que percibo. Y pidiéndoles disculpas sinceras por la extensión de esta carta. Pero el motivo requería de detalle. Es curioso, pero simplemente haberles escrito estas líneas me ha reconfortado sobremanera. Y hasta ha cambiado mi ánimo inicial, más propenso a la media botella vacía que a la llena, en ese asunto. Creo en la radio firmemente. Creo en que la radio superará sus propias dificultades, que son muchas. Porque éste ha sido su sino: reinventarse a cada paso tecnológico que se producía. Pero le hace falta ayuda, empujones.. Ahora, al final de esta carta, y con vosotros de testigos (paso al tuteo), tengo confianza. Y me alegra haber pensado en vosotros. Yo, en Navidad, soy monárquico. ¡Viva la Radio!
MÚSICA DEL PODCAST
(Creative Commons)
-'Breakfast In New York'-Stefan Kartenberg
-'Oh, Oh, Ah, Ah, Ahh, Ehh'-Jlbrock44_
-'Shopghost_Adventures'-NiGiD
-'The Parting Glass' (Instrumental)-Tobias Weber
-'MWJH' (Instrumental)-Tobias Weber
-'Empires'-Scott_Holmes
-Villancicos populares
MÚSICA DEL PODCAST
(Creative Commons)
-'Breakfast In New York'-Stefan Kartenberg
-'Oh, Oh, Ah, Ah, Ahh, Ehh'-Jlbrock44_
-'Shopghost_Adventures'-NiGiD
-'The Parting Glass' (Instrumental)-Tobias Weber
-'MWJH' (Instrumental)-Tobias Weber
-'Empires'-Scott_Holmes
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