La radio en 2019 en España: contraste de augurios
https://www.gorkazumeta.com/2019/01/la-radio-en-2019-en-espana-contraste-de.html?m=0
Varios cierres de emisoras, y dificultades económicas en otras, adelantan tiempos difíciles para el sector que, sin embargo, sigue creciendo
La radio sigue siendo un buen negocio
La radio sigue siendo un buen negocio
2019 ha empezado mal para la
radio. Gestiona
Radio ha cerrado sus puertas después de no poder hacer frente a su concurso
de acreedores, que arrastraba desde hacía dos años. Su satélite -Qué radio!- también ha dicho adiós a sus
oyentes, sin que nada se pueda hacer. Por el camino, cuatro técnicos, ocho
redactores, ocho presentadores y unos doce programas con sus equipos externos se
han quedado en el paro, lo que constituye siempre un drama, y miles de oyentes
se han quedado huérfanos de su radio,
como ocurre siempre. Además, a menor escala, OID
Radio Cantabria también ha cerrado definitivamente sus micrófonos, y ha incrementado
las cifras del paro en cuatro personas más. Tampoco le va mucho mejor a José Antonio Abellán, y su Radio 4G, cuyo nuevo propietario está prescindiendo de personal muy vinculado históricamente a la emisora. Como consecuencia de este
naufragio, cerca de una treintena de emisoras repartidas por toda España,
desasistidas de su emisora/marca de referencia, a la que estaban asociadas, han
tenido que buscarse la vida, después de un primer momento, lógico, de
desorientación.
La radio ha terminado mal el año 2018: he perdido más oyentes y se han cerrado emisoras |
En Linkedin, mi querido y permanentemente
admirado Juanma Ortega, a propósito
del cierre de Gestiona Radio comentaba: “El
mensaje está muy claro: la radio está cambiando como medio. La ola pasó por la
prensa escrita, ahora va a por la radio, y pronto, poco a poco a por la TV...
Es un buen momento para releer aquel viejo libro de “¿Dónde
está mi queso?”. Evolución.
Revolución. Cambio. Oportunidad”. Y Paco
Gandoy, el director de la red de
emisoras de Kiss FM, añadía: “No es el
soporte el que está llevando a la Radio a una enorme desafección con los nuevos
oyentes, sino los contenidos. No hay relevo por abajo en la gente joven, porque
no conectan con el modo que tiene la Radio de contar las cosas. No se reconocen
en los comunicadores, porque no pertenecen a su generación. Y por arriba, los
oyentes envejecen. El cambio profundo en la Radio está por hacer. A ver quién
le pone el cascabel al gato”.
Solo teniendo como aliada a la industria privada del sector el despliegue de la DAB+ en España tendrá sentido. Hay que ofrecerles garantías de que dispondrán de las frecuencias que necesitan
Y, sin embargo, pese a las
alarmas que están sonando, pese a los indicios que se van confirmando, pese al
aumento de esa desafección por la radio por parte de los jóvenes, de la que
hablaba Paco Gandoy, y que también otras voces han certificado, como la de Daniel Martín, el presidente de la Asociación de Radios Universitarias
(ARU), en esta misma web -“Se
palpa un desapego de los jóvenes por la radio tradicional”- o el estudio
de la Universidad de Valladolid, firmado por los profesores Nereida López Vidales, Leire
Gómez Rubio y Marta Redondo García, fechado en 2015, en el que
se hacía una seria advertencia: “Si
no logramos atraerles, perderemos a esta generación como audiencia radiofónica”,
la radio (tradicional) que recibimos en 2019 es la misma de 2018, de 2017, de
2016, de 2015… y así varias décadas atrás.
A final de este mes de enero, los días 24, 25 y 26 de enero, España
será el país invitado (junto con Portugal) de la European Radio Show 2019 de París, como ya informé hace algunas
semanas. Y me pregunto, ¿qué músculo van a mostrar? ¿Su modernidad, su apuesta
por el futuro, sus proyectos/realidades para captar a las nuevas generaciones
de oyentes? De entrada, el calificativo que se dedica a la radio en España, a
la que se denomina “radio tradicional”,
recoge ya connotaciones claramente peyorativas, huele desde hace tiempo a
viejuna, a amortizada, a reiterativa. En la European
Radio Show de París tendrá un protagonismo especial, como está previsto, el
despliegue de la radio digital terrestre en el Viejo Continente, la apuesta
decidida del Estado francés por la DAB+, en la que acumulan un evidente retraso
con respecto al resto de países europeos, donde la cobertura sobrepasa
ampliamente el 95 por ciento de la población. Francia quiere superar el 20 por
ciento en 2019. Los radiodifusores privados -RTL, Europa 1, RMC…- se mostraban
reticentes hace meses a la llegada de la DAB+, pero en las últimas semanas, han
dado un giro a su postura y ahora ven la radio digital terrestre como una
oportunidad para revitalizar un sector que necesita, como agua de mayo, recuperar
una visibilidad que ha perdido.
España tiene que volver a ilusionar con su radio, y esto exige reformas de calado |
En este escenario, de defensa de la DAB, que representa, en definitiva,
la salvaguardia decidida por la radio universal y gratuita, del que va a ocuparse
-también- la European Radio Show de
París, que va a reunir a más de 7.000 profesionales procedentes de todo el
mundo, ¿qué pueden ofrecer España y Portugal? Según las previsiones, allí
estarán, como invitados, los principales responsables de las empresas
radiodifusoras españolas, públicas y privadas. RNE, que tradicionalmente lideraba los
procesos de vanguardia tecnológica del sector, lleva años parada (el Gobierno
no ha tenido la mínima intención de reeditar su papel impulsor) y los privados
no muestran ningún interés por el despliegue de la DAB, cuya cobertura en
España, que llegó a superar el 51 por ciento de la población, se redujo al 20
por ciento actual (Madrid y Barcelona) a instancias de los propios
radiodifusores.
“No hay relevo por abajo en la gente joven, porque no conectan con el modo que tiene la Radio de contar las cosas. El cambio profundo en la Radio está por hacer. A ver quién le pone el cascabel al gato” (Paco Gandoy, Kiss FM)
Algo parecido ocurrió en Portugal con la radio digital terrestre, donde
la radio pública invirtió 11 millones y medio de euros en establecer su red de
DAB por todo el país, que el 1 de abril de 2011, el RTP (el organismo público
que controla las redes de radio y televisión de Portugal), apagó para contener
los costes, que se disparaban. Pero el modelo español se reeditaba: “la escasez de
receptores en el mercado aliada a la escasa oferta de radios y al desinterés de
las radios privadas en el sistema llevaron a que la aplastante mayoría de la
población jamás tuviera contacto con la radio digital”. El caso es que
el DAB se convirtió en “una tecnología
cara para una audiencia bastante escasa”.
Lo último de que puede alardear
España en la European Radio Show de
París es el portazo
impresentable que el Partido Popular le dedicó a la DAB en el Senado. Los
senadores del Grupo parlamentario mayoritario en la Cámara Alta impidieron la
creación de una Ponencia (propuesta
de Compromís) para analizar el
fenómeno de la radio en España: simplemente, para sentarse a hablar. No se
trataba de aprobar un nuevo Plan de Radiodifusión
Sonora Terrenal Digital, ni nada por el estilo, sino para debatir en torno
a una mesa, a la que sentar a diferentes expertos en la materia. No pudo ser,
y, como escribí en mi post, esta
actitud recalcitrante y retrógrada realimentó la frustración en muchos sectores
relacionados con la comunicación de nuestro país.
Dos canales diferentes de recibir la radio... |
Por lo que hemos podido saber, a raíz del anuncio de la senadora
socialista Elena Víboras realizado en la misma Comisión de Industria, Turismo y Comercio, de que iba a proponerle
al presidente Sánchez reavivar el proyecto de la radio digital terrestre
en España, aletargado por intereses oscuros, ya se han movido algunos resortes
en la Secretaría de Estado para la Agenda
Digital, que
dirige Francisco Polo, al que solo parecen interesarle los temas de
emprendimiento y startups. No se
sabe hasta dónde llegará la promesa de la senadora del PSOE. La European Radio Show de París, en la que
España se convertirá en el centro de atención del sector a nivel europeo, y
mundial, sería el marco ideal para comunicar el cambio de actitud del Gobierno
español en torno a este tema y su voluntad de relanzarlo. Pero antes, como ha
ocurrido en Francia, los radiodifusores privados deben convencerse de las
bondades de la DAB+. Dicho de otra forma, hay que ofrecer garantías, por parte
del Estado, a los Grupos de radio de que dispondrán de las frecuencias necesarias
para alojar todos sus productos actualmente difundidos por frecuencia modulada;
cuestión que con la DAB no estaba garantizada, y fue uno de los grandes
detonantes de la disconformidad y el desinterés de la Cadena SER, Onda Cero y Cope,
las tres grandes marcas que copan prácticamente el mercado de la radiodifusión
en España, junto con RNE y Radio Blanca
(Kiss FM). Solo teniendo como aliada a la
industria privada del sector el despliegue de la DAB+ en España tendrá sentido.
Es comprensible, hasta cierto punto, el conservadurismo de la industria radiofónica española. El crecimiento de la inversión publicitaria es discreto. Está en positivo, se mantiene. Pero sin grandes alegrías
Pero mientras esto llega, en la European
Radio Show de París España seguirá aportando su ‘radio tradicional’, la que
reúne a 23.795.000 de oyentes (EGM, 3ª ola 2018) sumadas la radio hablada y la
radio especializada, fundamentalmente musical, la que tiene una audiencia media
-en radio generalista- de 51,7 años (EGM) y sigue contando con los mismos
profesionales que hacían radio hace una o dos décadas, con escasa renovación de
contenidos y de audiencia. Pero una radio que mantiene unos ingresos estables,
con los que se mantienen miles de puestos de trabajo y, como negocio, sigue
siendo atractivo, frente al pesimismo que reina en torno, por ejemplo, a la prensa
escrita.
Según datos de Infoadex, correspondientes a 2017, la industria
radiofónica se lleva unos 465,8 millones de euros (77.500 millones de las
antiguas pesetas) de la tarta publicitaria, un 8,7 por ciento del total de la
inversión. La tradición mantiene que la radio se mantenga en torno al 10 por
ciento de cuota publicitaria del total de la inversión en España. Entre los
ejercicios de 2015 a 2017, y según Infoadex, la inversión publicitaria aumentó
un 2,5 por ciento, y entre 2016 y 2017, un 1,7 por ciento. En lo que respecta a
las previsiones, el Informe Zenthinela, elaborado a partir de las opiniones de
destacados anunciantes españoles, establece unas previsiones del 1,4 por
ciento, ligeramente por debajo de los resultados históricos de Infoadex, pero
en positivo, cuando la inversión publicitaria se mantiene en un ambiente muy
plano (incluso negativo, si excluimos el escenario digital). Estaríamos hablando,
para la radio, de un crecimiento modesto, por debajo incluso del IPC, o del
PIB, pero, insisto, en positivo.
Con estos márgenes, no está el horno para bollos. Es comprensible, hasta
cierto punto, el conservadurismo de la industria radiofónica española. La
crisis, galopante, corroborada por Infoadex, marcada ya como una tendencia
clara, afecta sobre todo a diarios, dominicales y revistas, cuya inversión está
claramente en recesión, en cifras cercanas al 10 por ciento, en el caso de los
dos primeros y del 5 por ciento negativo en el de las revistas. La inversión
publicitaria en televisión todavía está en positivo, pero crece a un ritmo cada
vez menor. La radio, como vemos, se mantiene. Pero sin grandes alegrías.
Hay que acometer cambios, pero las circunstancias no son las mejores. en los mejores tiempos no se afrontaron, solo se hizo caja |
En un marco como éste en el que el mercado publicitario no termina de
asentarse en el caso de la radio, pensar en grandes inversiones (despliegue de
la DAB+, asunción de nuevos productos de cara a la renovación de la audiencia,
actualización de formatos, apuesta por la producción de podcasts nativos, etc.)
se les atraganta. Y eso que, en algunos casos, como por ejemplo la Cadena SER, con Podium Podcast, ya se ha posicionado
claramente en este escenario de ‘radio on
demand’ y todavía no es un negocio rentable. Pero el líder tiene sus
obligaciones y compromisos, y éste -el del universo podcast- era uno de ellos. Precisamente
la SER ha sido la que más movimientos
ha hecho en 2018, como la reconversión online de Máxima FM (y la creación de la cadena SER+,
copia directa, y sin rubor, de Cope+) y la renovación de la marca M80 por Los 40 Classic, a modo
de marca satélite de Los 40 Principales más
clásicos, para beneficiarse de su posicionamiento
y visibilidad. El tiempo dirá si estas operaciones acertaron o no. Pero la
decisión se tomó, y se ejecutó. Y todo movimiento de esta envergadura, implica
grandes riesgos. Y arrojo.
La radio en España, por lo demás, no se ha movido mucho más, salvo la
asunción por parte de Carlos Alsina de las mañanas de Onda Cero, con resultado a la baja en el
primer EGM y la partición de las mañanas de RNE,
con Íñigo Alfonso en el tramo informativo y Alfredo Menéndez relegado
al magacine, eso sí, con una hora de más, de 12:00 a 13:00, cuyo anterior propietario, Manolo HH., se ha
integrado en el nuevo magacine como reportero. No les ha servido de nada sumar
una hora más, porque todos los tramos registran pérdidas, a excepción, precisamente
de la nueva hora sumada.
Veremos qué nuevos hitos nos proporciona este 2019. No pidamos desde
luego grandes pasos. Pero, aunque el avance sea apocopado, será bienvenido. La
radio necesita de muchos esfuerzos, aunque el escenario económico no permite ni
mucha flexibilidad ni experimentos. No olvidemos que todo negocio necesita nuevas
inversiones para regenerarse. Y hace demasiados años que las únicas inversiones
que se realizan en la radio española son para pagar los fichajes de profesionales
que cambian de camiseta y de micrófono. Y así nos va…
Me ha gustado mucho el artículo, y me ha gustado mucho las referencias hacia el DAB/DAB+. Creo que tal vez pueda haber una oportunidad para la Radio Digital Terrestre en Andalucía. Ignoro si habiendo reducido de forma transitoria, la cobertura de la radio DAB en España, es factible realizar concursos de radio digital terrestres, cuando se ha dado el caso del concurso otorgado en las Islas Baleares, que no se ha llegado a poner en marcha. Ignoro si en VOX tienen conocimiento de la existencia de los sistemas de digitalización de radio y su implantación en Europa. Pero recientemente el partido VOX propuso 19 puntos para llegar a un acuerdo de mínimos con el PP, uno de los cuales decía:
ResponderEliminar"Punto 6. Radiotelevisión andaluza y libertad de prensa:
- Liberalización del régimen de concesión de licencias de radio y televisión. La regla general debe ser la libertad de frecuencias para quienes cumplan los requisitos técnicos mínimos necesarios. Sólo cuando las solicitudes de licencias excedan al número de frecuencias se establecerá un concurso con criterios calidad y de diversidad para evitar monopolios informativos. - Radiotelevisión andaluza: Compromiso de reducción de costes de al menos el 50%, sin que afecte a los sueldos más bajos. Eliminación de tres de los cuatro canales televisivos. Garantizar su neutralidad política e ideológica. 3 de 6 - Supresión de organismos públicos de control de medios de comunicación, como el Consejo Audiovisual de Andalucía."
Así lo pudimos leer, entre otros medios, en elconfidencial.com Ignoro el recorrido que pueda tener este punto si se llega a elegir presidente al candidato del Partido Popular, pero creo que lo más rápido para conseguir este punto podría venir de la convocatoria del concurso de la radio digital terrestre autonómica. Dejando de lado la radio digital local, los FU-And y el MF- And, podrían permitir sin mayor problema, la llegada de dos múltiplex DAB+ que podrían emitir sin problemas doce señales en cada uno de ellos, es decir, dar el espacio necesario para 24 cadenas en formato digital. Hay 29 ciudades andaluzas que superan los 50.000 habitantes. Dada la cercanía de alguna de estas grandes ciudades a alguna capital de provincia, tal vez no fuera necesario poner postes en todas ellas. Estas 29 ciudades, aun sin contar las pequeñas poblaciones a las que llegarían las ondas, son más del 50% de los habitantes de Andalucía. En caso de que se decida adoptar el punto 6 de la propuesta, es mucho más rápido que abrir concursos de fm, y sería una oportunidad de impulsar el sistema de digitalización de la radio terrestre en España.
Eduardo Martínez