El radiobús, un gran aliado para formar a niños y jóvenes madrileños
https://www.gorkazumeta.com/2018/12/el-radiobus-un-gran-aliado-para-formar.html
Una iniciativa de M-21, la emisora municipal del Ayuntamiento de Madrid
Un primer paso, que debería desarrollarse como actividad en sí misma
Un primer paso, que debería desarrollarse como actividad en sí misma
De entre las noticias del sector que logran sensibilizarme, y atraerme a su causa, la iniciativa del Ayuntamiento de Madrid, puesta en marcha a través de su emisora municipal M-21 -desarrollar un radiobús para recorrer los colegios del municipio, extendiendo este nuestro gran medio entre los chavales- me parece, sin dudarlo, una de las más destacadas e ilusionantes. Sobresaliente.
Ha sido un proyecto complejo y complicado. La empresa ASPA, especialista en broadcasting, fue la ganadora del concurso de equipamiento del autobús de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid, la popular EMT. El caso es que hace varios meses que su trabajo concluyó sin que se tomara la decisión última de ponerlo en marcha, al parecer por problemas importantes, a juzgar por los responsables de prevención y seguridad en el trabajo del Ayuntamiento, que detectaron irregularidades que hubo que corregir.
Fotografía del radiobús distribuida por la emisora municipal M-21 a través de su cuenta de Twitter |
Una actividad como la del radiobús puede tener una gran demanda, mayor, en cualquier caso, que la restringida a alimentar dos programas semanales de radio de una hora de duración
Ahora, prácticamente con dos años de retraso sobre la fecha inicial prevista, el radiobús es una realidad, estéticamente envidiable y, confiemos, con un futuro por delante intenso y provechoso para los escolares madrileños. La prioridad deben ser ellos, las nuevas generaciones, y su mejor formación y, en este sentido, la aportación de la radio como herramienta pedagógica es una de las más eficaces. No hace mucho, lo comentaba en esta web, a propósito de una iniciativa planteada por SantillanaLab, que reunió en Madrid a un grupo de profesores y de profesionales de la radio y el podcast, entre los que tuve la suerte de contarme, para intercambiar ideas y experiencias.
Lo que hoy presento, este radiobús escolar promovido desde el Ayuntamiento de Madrid, a través de la radio municipal M-21, es una brillante aportación para desarrollar este aspecto: el de la formación de nuestros jóvenes. A nadie se le escapa que para hacer radio hay que hacerlo en equipo -lo que implica socialización-, hay que documentarse para abordar los temas con seriedad -lo que implica investigar-, hay que saber hablar bien y construir y estructurar bien los discursos mentalmente -lo que implica un desarrollo de las habilidades de comunicación, la oveja negra de los españoles, gran carencia- y hay que tratar y recibir bien a los invitados -lo que implica una mejora en las relaciones públicas-, entre otras grandes ventajas, si es que éstas no son suficientes como para justificar su inclusión en los centros educativos.
Las dos emisoras públicas de la Comunidad de Madrid, Onda Madrid y M-21 dedican sendos programas a los escolares, vinculándoles directamente con la radio, lo que convierte a esta autonomía en una de las líderes, en lo que a medios de comunicación públicos se refiere, en la promoción de la radio como herramienta pedagógica en los colegios. La primera, Onda Madrid, lo hace de la mano de un gran profesional, como es Daniel Ortuño, y su programa “La Radio del cole”. Y también M-21, que a sus programas “Alumnos Radio Activos” y “Cero en conducta”, suma ahora la gestión de este flamante radiobús municipal, con el que recorrer los colegios del municipio de Madrid.
Un colegio madrileño disfrutando de las instalaciones del radiobús de M-21. Fotografía M-21 (Vía Twitter) |
Ambos programas dependen de un mismo equipo profesional: la periodista Beatriz Lucas, profesora de radio informativa en la Universidad Carlos III de Madrid; el gestor cultural y educador especializado en el trabajo con infancia en las enseñanzas artísticas y medios audiovisuales, José María Jiménez y la técnica de sonido Paz López. Desde la cuenta de “Cero en conducta” se explicaba: “Llevamos dos años trabajando con los chavales en el colegio: de momento casi un centenar de centros #RadioActivos ya han pasado por los estudios y más de 1.300 chavales ya han hecho su programa”. Son una magníficas cifras las que expone este equipo. A sus medios se suma ahora el radiobús. Sin duda, este nuevo estudio rodante se beneficiará de la experiencia acumulada por el equipo que lidera Beatriz Lucas. No es partir de cero, sino, al contrario, sumar más medios para seguir creciendo.
El radiobús: una brillante idea que, de habérsele ocurrido a la oposición, hubiera sido ‘magnífica’, sin duda, y la discusión por el mismo asunto se hubiera realizado desde trincheras diferentes
Mi duda, creo que razonable, se refiere a los medios. Los técnicos ya los conocemos. La empresa ASPA se encargó de publicitar el equipamiento que había instalado en el autobús. Pero, sin embargo, los humanos y los económicos, no están tan claros. Respecto a los humanos, desde M-21 se anuncia que quien se encarga de gestionar las peticiones y coordinar la actividad del radiobús es el equipo mencionado en líneas precedentes. “Cero en conducta”, por ejemplo, es un programa que se emite los martes y los jueves de 18:00 a 19:00 horas y, hasta ahora, lo ha hecho desde los estudios de la emisora municipal. Se intuye, por tanto, que la actividad del radiobús se circunscribirá, lógicamente, a las necesidades de programación del equipo. Y aquí es donde pongo mis reservas, que más bien son reflexiones abiertas: considero que la actividad del radiobús debería ser independiente, en lo que a producción se refiere, de los mencionados programas, aunque adscrito a ellos, claro está. ¿En qué medida? Una actividad como es la de pasear un estudio móvil de estas características, con tanta versatilidad y atractivo en sí mismo, por los colegios del municipio de Madrid, puede tener, pienso, una gran demanda, mayor, en cualquier caso, que la restringida a alimentar dos programas de radio de una hora de duración (que en total producen cinco horas semanales).
Y aquí es donde entra el punto de los recursos económicos. El planteamiento del radiobús debería ser independiente de la radio, disponer de su propio equipo, y de su propia gestión, dinamizar la radio como herramienta pedagógica en los colegios, disponer de una jornada para impartir una charla-conferencia en el centro, explicar qué es la radio, qué es el podcast, y posteriormente grabar un programa con el grupo de chavales elegidos por los coordinadores de los centros. Y, con ese material, montado, editado -por tanto, con lo mejor de lo mejor- abastecer los programas mencionados de M-21. El radiobús, así, se constituiría en un departamento más de la radio municipal, cuyo reflejo se escucharía en “Cero en conducta”, y “Alumnos Radio Activos”, pero estaría a disposición de los colegios de Madrid, como un servicio público más que presta el Consistorio de Madrid a los centros educativos, gracias a un consorcio financiero constituido por la propia emisora, la Consejería de Educación e Investigación (para extenderlo a la Comunidad) y la Concejalía de Educación del Ayuntamiento de Madrid. Pero para esto hacen falta recursos económicos.
Imagen del radiobús que recorrerá los colegios de Madrid para hacer radio con los escolares |
Estamos hablando no sólo de hacer un programa de radio, sino de beneficiarse de todas las circunstancias que lo rodean y que he enumerado antes. Entiendo, a la vista de las competencias que desarrolla, que la radio es una inmejorable herramienta pedagógica para formar a nuestros niños y jóvenes, y en este cometido, por coherencia, deberían participar la Consejería y la Concejalía de Educación de ambas administraciones.
Las dos emisoras públicas de la Comunidad de Madrid, Onda Madrid y la municipal M-21 dedican sendos programas a los escolares, vinculándoles directamente con la radio, lo que convierte a Madrid en líder de la promoción de la radio como herramienta pedagógica en los colegios
Pero no estamos en Disneyland, soy consciente. En sus orígenes, desde la oposición a la alcaldesa Manuela Carmena, principal impulsora -recuperadora, más bien- de la radio municipal, se criticó duramente, con desconfianza, el posible desvío ideológico partidista a favor del Gobierno municipal. No ha sido así. Y cuando la oposición ha visto que el planteamiento de M-21 ha sido puramente profesional y no ideológico, ni Manuela Carmena dispone de un programa semanal para arengar a sus acólitos, la estrategia ha cambiado por otras argumentaciones: la audiencia -cierto, minoritaria, pero no es deber de una emisora de estas características buscar la audiencia por la audiencia, ni equipararse con las cadenas comerciales- o, más reiterado, el presupuesto. Este titular de La Razón asocia ambos argumentos: “Carmena sobrepasa el presupuesto de 1,2 millones para una radio con 396 oyentes”.
No voy a entrar en discusiones acerca de si se han gestionado bien o no, porque carezco de datos económicos, pero sí apunto dos consideraciones: la primera, que la emisora municipal no ha sido invento de Carmena, sino que nació en tiempos de Tierno Galván como alcalde de Madrid, con fines culturales, y que el PP la mantuvo, eso sí, con bajo rendimiento y presencia, casi arrinconada, hasta los tiempos de Alberto Ruiz Gallardón, en que obtuvo algo más de apoyo por parte del Gobierno municipal, sin exageraciones; hasta que él mismo tomó la decisión de cerrarla, eran tiempos de crisis económica. Y, además, la gestión del PP respecto de la emisora municipal -Onda Imefe- presentó irregularidades todavía no suficientemente aclaradas, tal y como denunció en su día la portavoz municipal Rita Maestre, y recogió La Vanguardia. La propia Maestre cifró en 197 los alumnos que se han formado en M-21, procedentes de universidades públicas, la Agencia para el Empleo o el Programa de Garantía Juvenil. Y, siguiendo con los números, y para neutralizar y desautorizar las críticas de la oposición, aportó datos de escucha: “en total han escuchado la radio municipal 781.823 oyentes, 331.816 de ellos descargando podcast y 181.002 mediante streaming además de los 181.002 que lo hicieron mediante la plataforma Ivoxx en 2017”. Particularmente, pongo en duda tanto estas cifras, más expansivas, como las de La Razón, los ridículos 396 oyentes, que supera hasta una radio comunitaria. Entraríamos en una guerra de cifras, de ésas que tanto les atrae a nuestros políticos y que periodismo de datos se ocupa hoy día de demoler con tanta eficacia, para escarnio de la clase política.
Equipamiento del radiobús instalado por la empresa ASPA (Fotografía ASPA) |
La segunda consideración se refiere a la labor de servicio público que debe desarrollar, vocacionalmente, una emisora de radio municipal, de claro servicio a la comunidad. Y el radiobús es, insisto, una brillante idea que, de habérsele ocurrido a la oposición, hubiera sido ‘magnífica’, sin duda, y la discusión por el mismo asunto se hubiera realizado desde trincheras diferentes. Pero no, la idea ha sido del equipo de Carmena, al César lo que es del César, lo que no justifica de ninguna manera una gestión económica manirrota ni el nepotismo como norma de contratación del personal (que no ha ocurrido en este caso). Que el radiobús podía haber tardado menos de dos años en ponerse en circulación, que en lugar de ser un autobús contaminante debía haber sido eléctrico, para fomentar las energías verdes y renovables entre nuestros jóvenes, ¡pues también! La crítica debe ser, si no objetiva (no creo en ella), sí al menos honesta y el camino hasta llegar hasta aquí ha sido lento, y ha incurrido en algunos errores. Pero no deja de ser una magnífica idea, que bien podría extenderse a otras ciudades y comunidades. ¡Ojalá!
En definitiva, este radiobús, que ha merecido el aplauso y el apoyo de cientos de personas en Redes Sociales, profesionales del sector, profesores y ciudadanos anónimos, es una alegría para quienes defendemos que la radio es un instrumento formativo espectacular para desarrollar las competencias y los conocimientos de nuestros niños y jóvenes. Pero no solo eso, despertarles a la radio es una labor que debería también apoyar la industria, porque sería una imprescindible inversión a futuro que garantizaría, si luego encontraran programación específica para ellos (que no la hay) el hábito por la escucha y las vocaciones, como ya hemos podido comprobar en algunos casos, como el de mi querido, tristemente desaparecido, Gonzalo Estefanía.
Nos están pidiendo información del proyecto desde otras ciudades de Europa y América Latina. Ojalá avance el proyecto y sea imitado en muchas ciudades. Eso sería un triunfazo para el mundo de la radio.— Jacobo Rivero (@sputnikjkb) 12 de diciembre de 2018