Roberto Sánchez (SER): “Hay que arriesgar más en este negocio"

Entrevista al subdirector de "La Ventana", de la Cadena SER 

“La madrugada abre un campo para la exploración y para experimentar con nuevos lenguajes" 

Roberto Sánchez y un servidor entramos juntos en la SER en el año 1988. Él en Radio Barcelona, y yo en Radio San Sebastián. Y ambos terminamos en Radio Madrid, crisol de la cadena amarilla. Durante muchos años, la central se alimentaba, y se enriquecía, de personal que llegaba de emisoras, bregado en mil y una historias, y todos, como reconoce el propio Sánchez en la entrevista, con el ‘veneno de la radio’ inoculado en la sangre. Roberto ha hecho de todo, y todo bien, es un hombre orquesta, de la cantera, forjado en el micrófono amarillo, bombero-torero, de los que ha sacado de más de un problema a la SER, cuando había que hacer programas especiales, rellenar cuando no había fútbol, sustituir a una estrella cuando se va de vacaciones, e incluso poner en marcha nuevas emisoras, como gestor. Pero su gran logro fue “Si Amanece nos vamos”, un programa de madrugada, que todavía hoy, pasados seis años desde que decidieron cerrarlo, sus oyentes más fieles recuerdan con nostalgia de la buena. Roberto Sánchez ha sido primer espada -con su programa- y ahora es segunda. Y no solo no pasa nada, sino que Roberto forma parte de esos nombres de profesionales de la SER cuya sola presencia garantiza la calidad de lo que haga, sea lo que sea. El cine español, por establecer el símil, no hubiera sido el mismo, de no ser por el genial plantel de actores secundarios; hoy llamados ‘de reparto’. Pues bien, Roberto Sánchez es un excepcional profesional ‘de reparto’ de la SER, que también tuvo la suerte (y no todos la tienen) de ser protagonista, y cuando lo fue, se llevó un montón de premios. El reencuentro es, simplemente, un gran placer. Y además, se estrena en su faceta de escritor, con su primera -y exitosa- novela: "Asesinos de series". Nadie mejor que él para abrir Temporada, la 18-19 de esta web..

Roberto Sánchez, radiofonista y, ahora, escritor

-¿Por qué elegiste la radio, y te encaminaste hacia ella… Radio Cadena España, RNE, Cope Sabadell, hasta que llegó la Cadena SER (1988)? 

-Había hecho radio antes de estudiar periodismo. Con menos de 16 años empecé a colaborar en pequeñas emisoras que surgían en los 80 en el boom de la FM que se dio especialmente en Catalunya. Llevaba el veneno inoculado de tal forma que la principal razón de cursar periodismo era porque en Tercer curso se abrían las opciones de hacer una beca de verano en la SER. Ya iba con esa idea. Yo quería trabajar en Radio Barcelona y formarme y aprender en Radio Madrid.

“En los tiempos del podcast, emitir un programa en ‘redifusión’ es difícilmente explicable”

-¿Cumpliste tu sueño?

-Tuve esa suerte, sí, Gorka. Desde luego, la experiencia de las horas de vuelo en las emisoras locales fue fundamental para poder acceder a la SER.

-Tú mismo celebraste no hace mucho en Twitter tus 30 años de carrera radiofónica en la SER: ¿es verdad que, como dice el tópico, se te han pasado volando, o te ha dado tiempo a degustar cada minuto de radio que has hecho?

Portada de la novela

-El tiempo es un estado psicológico, relativo, muy subjetivo, sí. Hay momentos en los que tengo la sensación de que ha sido un suspiro. Por ejemplo, ahora, que nos vemos tú y yo después de no sé cuánto tiempo, y es como si hubiéramos estado compartiendo redacción y antena ayer mismo. Aunque, lo cierto es que, sí, echo la mirada atrás y rememoro todo lo que he tenido la suerte de hacer ante el micrófono amarillo. Me hago muy mayor... Y, en cualquier caso, lo he disfrutado como un loco de la radio.

-Cómo lo eras en junio de 1988.

-Absolutamente.

-¿Te has dado cuenta de que más de la mitad de esos 30 años los pasaste en “Si Amanece, nos vamos”? ¿Por qué volverías a las madrugadas con este programa ya de culto?

-Sí volvería, sí. Sin ningún género de dudas. Volvería, porque creo que fue un enorme error acabar con lo que la SER, no yo ni el equipo, había conseguido.

En la presentación de su novela en la FNAC de Madrid, que lideró Carles Francino

-Claro, las carreras de fondo, en la radio, a las que se suma un magnífico trabajo, terminan por arrojar los mejores resultados. Cuando tenías sembrado el campo, de buenas a primeras, dejas de cultivarlo…

-Fue renunciar a un patrimonio que no había logrado trabajar ninguna otra emisora. Después de seis años, es el programa por el que más me preguntan y recuerdan.

“Llevo inoculado el veneno de la radio desde los dieciséis años”

-Llegasteis a tener 250.000 oyentes, según el EGM, cifras que no se estilan en la madrugada…

-Sí, pero Gorka, se hace una lectura engañosa si se piensa que, en el mejor de los casos, conseguimos esa cifra, que, por cierto, estaba cerca del 55 por ciento del total de la audiencia a esa hora.

-¿Por qué lo dices?

-Es que esos oyentes eran cíclicos. Cambiaban de un día para otro, porque las horas así invitan a hacerlo. No todas las noches tienes servicio de noche o no todos los días tiene todo el mundo insomnio, ni tiene que pegarse un madrugón para viajar. Es decir, que el valor estaba en hacer a una hora intempestiva un producto que pudiera hacer ganar cada día unos pocos adeptos. Un gran escaparate.

-Y para sustituiros recuperaron “El Larguero”, para emitirlo en ‘redifusión’; o sea, claramente para rellenar una hora y media, sin abordar seriamente ese tramo horario.

-En los tiempos del podcast, emitir un programa en ‘redifusión’ es difícilmente explicable.

-Menos mal que la SER ha cambiado de estrategia esta Temporada y ha recuperado la madrugada. La redifusión, en estos tiempos, como dices, es desconsiderar al oyente.

-En la fase de preparación del programa "De buenas a primeras" hablé con Aitor (Albizua) y Marina (Fernández) y comentamos las particularidades de la radio de madrugada. Llegan con muchas ganas...  

La presentación de su novela en Barcelona, con Gemma Nierga

-Tus mayores reconocimientos -un Ondas, un micrófono de plata y una antena de oro- te llegaron gracias a “Si Amanece…”. ¿La nostalgia sirve para algo?

-Cuando hablo del ‘Si Amanece’ no me dejo llevar por la nostalgia. Nunca lo he hecho. ‘Rentabilidades pasadas no aseguran las futuras’. Esa es una leyenda que me he marcado siempre. Ya que no invierto en bolsa, me sirve para el trabajo del día a día.

“Con ‘Asesinos de series’ (su primera novela) espero estar a la altura de lo que me exigen mis lectores”

-¿Los oyentes de la noche son más… especiales?

-Los oyentes por la noche son más escuchantes que a ninguna otra hora del día. Más fieles. Más críticos, también. La madrugada abre un campo para la exploración y para experimentar con nuevos lenguajes. Más que nostalgia, Gorka, hablo de futuro. Hay que arriesgar algo más en este negocio. Da sus réditos.

 -De alguna manera, ¿tu novela “Asesinos de series” te ha valido para revivir el “Si Amanece…”?, porque la historia nace del programa… de sus “Noches de detectives”…

-En realidad, en los juegos de los detectives nace mi ejercitación en crear tramas. Fueron unas 1.200 las que pusimos en antena. Algunas eran de los oyentes, otras del equipo. Pero muchas, mías. Era de las secciones que me gustaba guionizar y desarrollar yo. Así me las creía más cuando las tenía que defender en antena. De ahí parte la técnica adquirida para buscar paradojas, subtramas, anzuelos que parecen ser una cosa y son todo lo contrario, los diferentes caminos para llegar al mismo final... 

Roberto Sánchez es un profesional admirado y querido en la profesión, aquí con un grupo de amigos/colegas, en la presentación de su libro en Barcelona

-El éxito de “Asesinos de Series” presagia ya nuevas entregas… En la radio jugabas con los oyentes… ¿en el libro también intentas jugar a desorientar al lector?

-No intento ser tan perverso.

“La mayor aportación, que ha hecho mejorar la orfebrería del producto, es la llegada de la edición digital”

-En el sentido literario, más positivo, de desviar la atención del lector hacia caminos imprevisibles y sorprendentes…

-Sí, más que a desorientar, jugamos a encontrar una sintonía de complicidad. Sería un engaño, o un fraude, igual que en aquellas intrigas de la radio, si se viera el percal a las primeras de cambio. Los lectores y los oyentes buscan retos. Y exigen que sean de cierto calibre. Ellos se ponen a prueba. A mí me gustaría estar a su altura. En eso es en lo único que he de disimular; en eso consiste el único ‘engaño’.

-Planteas un debate en la novela muy propio de… psicópatas: el asesino utiliza para matar las mismas tramas de algunas de las series más populares. O sea, los guionistas son cómplices involuntarios de asesinato…

-No, es un homenaje a ese formato que ha triunfado tanto y ha entrado en nuestras vidas, en el consumo de ficción y en la cultura popular. Los guionistas nos han enseñado a matar, a morir y a ser investigadores. Gracias a las series se han resuelto muchos casos por la colaboración ciudadana de, por ejemplo, una limpiadora de un parque de Sevilla, fan de CSI. En la novela, la Policía contacta con quien le puede ayudar a resolver la trama de los “Asesinos en serie”: los que más saben sobre series. 

Roberto Sánchez, toda una vida dedicada a la radio

-Cambio de tercio, si te parece. Treinta años son muchos para un joven que se inicia en la radio y llega a la madurez en el mismo micrófono: De todo lo que ha cambiado en estos años, ¿qué te parece una gran aportación del futuro y qué nos podríamos haber ahorrado?

"Va bajando el suflé de creernos que el mundo es Twitter"

-La mayor aportación, que ha hecho mejorar la orfebrería del producto, es la llegada de la edición digital. Lo que nos podíamos haber ahorrado es la manera febril de cómo hemos creído que teníamos que competir con el vecino de enfrente, que puede tener una web, pero no tiene ni la capacidad, ni la profesionalidad, ni los postes de radio que tiene el sector. También va bajando el suflé de creernos que el mundo es Twitter.

-Sí, el moderno ‘mito de la caverna’ de Platón, hoy son las redes sociales, que ejercen de sombras que proyectan una realidad tergiversada. Hablando de Twitter precisamente, uno de tus tuits recientes más simpáticos es aquel que decía “después de 10 meses sustituyéndonos, ya era hora que nos tocara”, en referencia a que vosotros no sois los sustitutos del verano, sino que vosotros sois los titulares en plaza, y las estrellas ‘os sustituyen’. ¿Qué nivel de sorna, o ironía, hay en ese tuit? Mari Carmen Juan, subdirectora de “Julia en la Onda”, me contestaba, a una pregunta similar: "Ser 'segunda' no es un demérito. Ante todo, somos un equipo".

-En mi caso solo intentaba hacer un chiste sin ninguna carga de ironía maledicente. Quien me conozca sabe que es simplemente eso: buscar una manera de decir lo que siempre decimos. Estoy un poquito harto de mensajes manidos, de argumentativos clásicos y de obviedades. Quizás buscaba una chispa humorística. No tenía ninguna otra intención ácida.

-Hablando de equipo, quien no tenga claro que la radio es labor de un colectivo, ¿mejor que se dedique a la poesía…?

-O que se haga ermitaño tendente a la misantropía, sí señor.

-Completa la frase, por favor: “La radio es para mí…”

-…y para todos!