'Popcasting', el primer 'podcast' musical en español entra en la adolescencia
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Jaime Cristóbal, músico y profesor de inglés de Pamplona, lo puso en marcha el 15 de mayo de 2005
“Seguiré haciendo 'Popcasting' muchos años, es casi una necesidad vital”
-Sobre todo porque me gusta mucho hacerlo. Siempre sacas un par de ratos para algo si estás motivado, y me sigue apeteciendo grabar nuevos programas igual que cuando empecé. Además, la frecuencia quincenal fue un acierto, porque no supone una presión agobiante. Y siempre, hasta en los momentos más agobiantes de la vida, se me ocurren diez o doce canciones que poner.
-Sí, la verdad es que a veces parece que casi no se distingue entre una cosa y la otra, la frontera se está difuminando. A mí el consumo asíncrono no me resulta tan extraño, desde siempre me grababa programas en cinta y los escuchaba después, incluso los programaba con uno de aquellos temporizadores que conectabas a un enchufe. De todas formas, yo creo que sigue habiendo algo único en algunos podcasts “puros”, un cierto ambiente caótico, informal, o íntimo, que en la radio es imposible de conseguir. Y pienso que eso seguirá existiendo siempre. Era el espíritu de muchos de los primeros podcasts musicales que hubo en EEUU, como Tracks Up The Tree, donde los presentadores decían muchas tonterías, o se emborrachaban durante el programa. Ese aire informal sigue vivo en propuestas actuales, como Sassfactor, el efímero podcast de Emmy The Great y Elizabeth Sankey, que es algo que no tendría cabida en una radio. Un podcast grabado en la habitación de una casa tiene algo único, al igual que un disco grabado en un dormitorio será siempre diferente a uno grabado en un estudio.
-En relación a eso, ¿te han
hecho proposiciones desde la radio?
“Seguiré haciendo 'Popcasting' muchos años, es casi una necesidad vital”
‘Popcasting’ nació cuando nadie sabía que era un podcast. Influenciado por la radio musical que escuchaba, y reforzado por su condición de músico, se hizo con un equipo de grabación y empezó a grabar sus propios programas de radio. Hoy han transcurrido casi 14 años y sigue fiel a su cita, y por muchos años, dice. He recuperado un reportaje de ElPeriódico.com y una entrevista en Jeneasispop.com de hace unos años, para conocer mejor su trabajo. Pero lo realmente interesante, como en todos estos casos, es disfrutar de ‘Popcasting’, el podcast musical más veterano de todos cuantos se han producido y realizado en español. Cristóbal fue un pionero que sigue al pie del cañón, enamorado, como el primer día, de este nuevo formato de audio, que por aquel entonces nadie conocía.
Jaime Cristóbal en su casa, grabando una edición de 'Popcasting' |
Nando
Cruz, Barcelona, ElPeriódico.com, 18.05.2015.
Causa auténtico vértigo recordar que hace solo diez años no existían las redes
sociales, que descargar un archivo de 40 megas podía llevarte una noche y que Youtube
aún estaba en periodo de pruebas. En aquel contexto tecnológicamente tan
precario, Jaime Cristóbal inició, el
15 de mayo de 2005, las emisiones de 'Popcasting', un programa
quincenal que ofrecía una selección de canciones únicamente a través de
internet. Vamos, lo que hoy conocemos como un podcast.
“Me gustaban Juan de Pablos, Diego A. Manrique, Danny Baker o Lauren Laverne. Llevaba varios años grabando recopilaciones en CD para amigos prácticamente cada mes"
Lo insólito del caso es que,
después de insistir con su empeño durante una década, este músico y profesor de
inglés nacido en Pamplona ha resultado ser un pionero del formato. En 2004
apareció el primer podcast en España, impulsado por el
periodista y experto en internet y nuevas tecnologías José Antonio Gelado. El propio Gelado afirma que ‘Popcasting’ fue,
meses después, el primer podcast musical de España y,
probablemente, el primero en español. «Entre julio y septiembre de 2004, en
todo el mundo habría 20 podcasts, y ninguno, en español», calcula Gelado.
Cristóbal siempre quiso tener su
programa de radio. «Me aficioné a la música escuchando la radio
y siempre sueñas con emular a los que presentan los discos»,
reconoce. Algunos de sus referentes fueron el programa Oldies but
goldies de la Cadena SER de Pamplona, y, en Radio 3, Juan de Pablos y Diego Manrique. Conforme empezó a tocar en los grupos The
Brillantina's y Souvenir, fue acumulando aparatos con los que intuía que,
además de canciones, podría grabar su programa de radio.
Micrófono y tarjeta de sonido
«Cuando empezó internet yo ya
tenía un modesto estudio de grabación que era básicamente un micrófono, una
tarjeta de sonido y algún programa. El potencial estaba allí, pero la
tecnología no había avanzado tanto», recuerda. Cristóbal ya llevaba
desde 2002 grabando cada mes un CD recopilatorio para escuchar en el coche o
regalar a sus amigos. «Era mi selección mensual de los discos que
compraba o me bajaba de internet», explica. Esos CDs eran casi un
programa de radio. Ya solo le faltaba encontrar cómo difundirlos.
En la Semana Santa de 2005,
durante unas vacaciones en el sur de Francia, Cristóbal compró la revista de
tecnología Wired. El artículo de portada era El fin de la
radio y explicaba cómo, a través de un ordenador, se podía elaborar y
distribuir un programa por internet. «Fue el momento de decir: '¡eureka!'»,
afirma. El 15 de mayo emitió el primer ‘Popcasting’ y en junio
ya lo distribuía en iTunes. Diez años después, ‘Popcasting’ suma
más de 250.000 descargas y sigue desenterrando gemas ocultas de todas las
décadas y escarbando entre miles de novedades, fiel aún a su periodicidad
quincenal.
“Creo que todavía hay mucha más gente que conoce mis grupos que la que conoce ‘Popcasting’. Respeto los gustos de la gente, y a quien le guste más mi faceta divulgadora pues me parece magnífico, lo mismo que al contrario”
‘Popcasting’ es un
ejemplo de pasión por el pop en un sentido amplio: del afrancesado al
electrónico y del rockabilly al sonido disco. Más que matar a la radio,
el podcast traslada la radio al nuevo entorno donde sucede
todo, internet, y renueva el rol del asesor musical. Y ahí Cristóbal es un
ejemplo de vocación divulgativa y de cultura musical abrumadora. También, de
modestia: jamás ha querido pinchar canciones de sus grupos.
-Cada 15 días fiel a la cita.
Como mucho has retrasado puntualmente la subida de algún programa un par de
días y siempre avisando a tiempo. ¿Cómo has conseguido ser tan constante?
-Sobre todo porque me gusta mucho hacerlo. Siempre sacas un par de ratos para algo si estás motivado, y me sigue apeteciendo grabar nuevos programas igual que cuando empecé. Además, la frecuencia quincenal fue un acierto, porque no supone una presión agobiante. Y siempre, hasta en los momentos más agobiantes de la vida, se me ocurren diez o doce canciones que poner.
-¿Y en ningún momento se te
pasó por la cabeza dejarlo?
-La verdad es que no, nunca.
-Cuando empezaste con el
programa en 2005, el mundo de los podcasts estaba muy poco desarrollado,
especialmente en España. ¿Tenías algún referente, aunque fuera en la radio
convencional? ¿Tenías claro lo que querías hacer con ‘Popcasting’ desde el inicio o tu idea ha ido evolucionando?
-Bueno, siempre he tenido
locutores musicales favoritos. Juan de
Pablos obviamente; es un lujo que todavía podamos seguir disfrutando de sus
programas. Siempre me encantó el sesgo autobiográfico y sentimental con el que
conduce ‘Flor De Pasión’. De Diego A. Manrique siempre me encantó su
falta de prejuicios al elegir canciones y lo bien que aporta datos sobre el
artista o la obra. Pero también me gustaban locutores ingleses que escuchaba en
XFM o en la BBC, gente como Danny Baker
o Lauren Laverne. Yo creo que mi
idea la tenía bastante clara. Llevaba varios años grabando recopilaciones en CD
para amigos prácticamente cada mes. Al dárselas a veces comentaba detalles de
las canciones, algún dato, por qué me gustaba ésta o aquella… siempre he sido
un poco “pesado” con eso. De alguna manera ‘Popcasting’
nació como una evolución de esa mixtape
periódica, pero incorporando los comentarios.
Jaime Cristóbal fotografiado delante de una parte de su discoteca privada |
-¿Habías hecho radio antes o ‘Popcasting’ ha sido tu primera
experiencia?
-Sí, a finales de los 90 había
hecho un programa en una radio pirata de aquí en Pamplona, Eguzki Irratia,
junto a un amigo. Un programa semanal en el que poníamos música y comentábamos;
no duró mucho, dos o tres meses, creo recordar. Me encantó hacerlo, eso sí, y
yo creo que me quedé con las ganas. Así que con la llegada de internet estuve
dándole vueltas varios años a cómo hacer algo parecido en la red.
-En estos años, hemos visto
cómo muchas radios han convertido los programas de sus parrillas en podcasts
para un consumo asíncrono. Al mismo tiempo, muchos podcasts alcanzan niveles de
calidad técnica y de contenido muy grandes. ¿Es la frontera entre programa de
radio y podcast ya invisible? En tu experiencia, ¿hay algo que te parezca
diferenciador para unos u otros?
-Sí, la verdad es que a veces parece que casi no se distingue entre una cosa y la otra, la frontera se está difuminando. A mí el consumo asíncrono no me resulta tan extraño, desde siempre me grababa programas en cinta y los escuchaba después, incluso los programaba con uno de aquellos temporizadores que conectabas a un enchufe. De todas formas, yo creo que sigue habiendo algo único en algunos podcasts “puros”, un cierto ambiente caótico, informal, o íntimo, que en la radio es imposible de conseguir. Y pienso que eso seguirá existiendo siempre. Era el espíritu de muchos de los primeros podcasts musicales que hubo en EEUU, como Tracks Up The Tree, donde los presentadores decían muchas tonterías, o se emborrachaban durante el programa. Ese aire informal sigue vivo en propuestas actuales, como Sassfactor, el efímero podcast de Emmy The Great y Elizabeth Sankey, que es algo que no tendría cabida en una radio. Un podcast grabado en la habitación de una casa tiene algo único, al igual que un disco grabado en un dormitorio será siempre diferente a uno grabado en un estudio.
Un músico y profesor de inglés enamorado por el podcasting desde hace casi 14 años (Foto: Mikel Muruzábal para Atonal.net, en este artículo) |
-Pues no, la verdad.
-Los seguidores de tu programa
sabemos que tienes oyentes en los lugares más insospechados. ¿Qué relación
tienes con tu público? ¿Interactúan contigo? ¿Dan su opinión? ¿Recomiendan
canciones? ¿Te ha servido Popcasting para descubrir nueva música o lo ves como
una relación más unilateral?
-Hay un grupo de oyentes que se
comunican con regularidad. Algunos son amigos, a otros los he conocido a través
del programa, y sí, suelen recomendarme canciones, ponerme sobre aviso de
cosas… es algo que se agradece mucho. Y a través de ‘Popcasting’ he descubierto cantidad de música, claro, porque de
hecho el programa es el acicate que tengo para seguir oyendo cosas nuevas o
investigar cosas viejas. Cuando lo empecé también tenía eso en la cabeza, había
momentos en los que tenía la sensación de que me daba más pereza enfrentarme a
nuevos discos, así que intuía que comenzar con ese proyecto me ayudaría a no
descolgarme. ¿Viste ese estudio que encargó Spotify
y que decía que a los 33 se dejaba de escuchar nueva música? Pues yo empecé ‘Popcasting’ justo con 33 años, jaja.
Retrato de Jaime Cristóbal |
-Ahora que citas a Spotify,
parece que no pero han cambiado muchas cosas. ‘Popcasting’ es, por ejemplo, anterior a la explosión de las redes
sociales o a las plataformas de streaming. Siempre has estado atento a todo
esto y la presencia del programa ha sido rápida, pero, ¿te han entrado dudas
con respecto a la vigencia del formato podcast?
-No tengo dudas, creo que las
redes sociales o las plataformas de streaming complementan muy bien al mundo
podcast, pero cada una ofrece cosas diferentes. A través de una red social se
puede también compartir una decena de canciones y comentarlas, pero es algo más
efímero, que se pierde conforme el muro se desliza hacia abajo, y que no te
puedes llevar para escuchar mientras das un paseo o vas a correr, por ejemplo.
-Siempre he tenido dudas en
relación a cómo grabas el programa. Hablas en todo momento con fecha del día de
subida, pero no sé si los grabas mucho antes o justo en el momento previo. Ni
tampoco si los grabas a trozos o todo del tirón. O, lo más importante, si
escuchas las canciones enteras mientras lo estás grabando.
-Uff, respecto a cuándo lo grabo
depende mucho. Casi siempre es uno o dos días antes de subirlo, pero puede ser
antes. Eso sí, lo grabo del tirón en el 99% de los casos, y escuchando las
canciones enteras. Me gusta hacerlo así porque creo que queda mucho más
auténtico, estoy seguro de que sonaría diferente, más falso, si grabase por
separado las voces y luego lo montase todo. Cuando acabo edito mínimamente
algún fallo o silencios entre canciones que hayan quedado excesivamente largo,
ajusto los niveles… esas cosas.
"Sigo defendiendo todo lo que he puesto en todo este tiempo. Al contrario, si tengo algún remordimiento es por canciones que iba a poner, no encajaban, y dejé de lado"
-Cualquier oyente habitual de
tu programa sabe que tienes una profesión, una familia y no pocas aficiones. En
absoluto es un podcast personalista, pero sí que das la información necesaria
para que podamos entender por qué una canción es especial. Sin embargo, hay que
hilar fino para saber que tienes varios proyectos musicales de bastante
importancia, lo cual es algo muy profesional por tu parte. ¿Dónde pones el
límite de lo que quieres contar y lo que no?
-Jaja, bueno, no me lo planteo
mucho, creo que instintivamente sabes hasta dónde puedes contar sobre temas
personales. Normalmente es suficiente con una pincelada para contextualizar por
qué pones una canción. El tema de mis grupos la verdad es que desde el
principio me apeteció separarlo bastante de lo que es el podcast. Supongo que
quería que quien lo escuchase lo valorara en sí mismo, porque es algo totalmente
diferente, que podría haber acabado haciendo igualmente aunque no hubiese
llegado a tener ningún grupo.
-Uno de los signos de
identidad de ‘Popcasting’ desde los
inicios es un manifiesto orgullo en la variedad de estilos. En un programa
cualquiera es normal empezar con algo de pop electrónico actual, pasar al folk
británico, meter algo de country y rock’n’roll, de ahí a unas pinceladas de exótica,
un toque de doo-wop, otro de jangle y ya rematar con una torch song
crepuscular. Aun así, ¿dejas algo de lado? ¿En alguna ocasión has intentado
meter una canción que, por lo que fuera, no había manera?
"Creo que sigue habiendo algo único en algunos podcasts “puros”, un cierto ambiente caótico, informal, o íntimo, que en la radio es imposible de conseguir"
-Hay géneros que casi nunca
suenan porque no me gustan, pero hasta en eso hago excepciones si hay causas
justificadas… como cuando puse una canción de Poison porque había sonado en una
fiesta y había sido un momento sensacional, o cuando sonó otra de Anvil porque
había visto la peli y me había encantado. Casi siempre que se quedan canciones
fuera es porque no me pegaba en la secuencia del programa, no aportaba nada
interesante. Si sigue sin encajarme en el siguiente programa casi siempre se
quedan sin sonar. Por el propio planteamiento de ‘Popcasting’ no me gusta que suene algo sin más. Por ejemplo,
durante unos meses hice una especie de sección llamada Alfabeto Musical en la que cogía un disco de mi colección (que está
ordenada alfabéticamente) siguiendo las letras del abecedario. Pero algo tan
aleatorio no acababa de encajar bien nunca, y al final dejé de hacerla.
Un recurso habitual de ‘Popcasting’ es solventar injusticias y
seleccionar una canción que debería haber sonado hace cuatro años, pero que se
quedó a las puertas y, al recordarla o volverla a escuchar, viste que era
imperdonable. Mucho más difícil sería hacer lo contrario, eliminar canciones
cuya selección, vista hoy, podrías considerarla un error. ¿Te atormenta alguna
canción de algún programa que, con el tiempo, has acabado odiando?
-Jaja… ¡no, creo que no! Sigo
defendiendo todo lo que he puesto en todo este tiempo. Al contrario, si tengo
algún remordimiento es por canciones que iba a poner, no encajaban, y dejé de
lado. O por canciones tan clásicas y tan buenas que da uno por sentado y nunca
se te ocurre poner. Por ejemplo, casi no han sonado los Beatles en estos 10
años, y no es muy explicable.
-Por último, la pregunta
inevitable. ¿Cómo ves los próximos 10 años de 'Popcasting?
-Uff, sería como predecir mi
propia vida, no sé por qué derroteros va a transcurrir. Sí puedo decir que
seguiré haciéndolo por muchos años, es casi una necesidad vital. Hay tanta
música genial que nunca ha sonado… y por supuesto siempre habrá nuevas
canciones maravillosas que habrá que reivindicar.