La antesala de la Temporada de radio 2018-2019

Los hábitos no han cambiado: la batalla se libra en las mañanas 

Los nombres son Carlos Alsina y Juan Pablo Colmenarejo en Madrid 

• La dirección de RNE impone un ritmo trepidante de ceses y nombramientos que destapa unas prisas impropias de una jefatura provisional
• Carlos Alsina prepara un magacine para su "Más de Uno" unificado repleto de nuevas y originales propuestas, tamizado por el humor
• Colmenarejo inicia su maratón en Onda Madrid, dispuesto a plantar batalla a los grandes, pero consciente de las limitaciones
• Cope se ha buscado un duro competidor en Madrid que aspira a atraer a su audiencia. Despedir a Colmenarejo no les ha resultado un buen negocio
• La SER opta por la continuidad de su programación y comunicadores, a la espera de resultados

Retirarse prudentemente del escaparate de las redes sociales, y observar, incluso de contener la natural tendencia a responder y seguir participando en ellas, te conduce a un extraño estado indescriptible, que te permite someter la adicción y reposar el pensamiento y el análisis; algo tan necesario hoy en día. Es un ejercicio que procuro desarrollar, y alimentar, durante la época estival, pero que tal vez debería cultivar más a lo largo del curso, insisto, para relajar mi excesiva exposición en las redes sociales y tal vez la premura y la impaciencia a la que inevitablemente te arrastra el ritmo, casi siempre trepidante, marcado por Twitter o Facebook, no tanto por Linkedin.

La radio encendida siempre aporta (Fotografía Moinzon Pixabay)

El maestro Iñaki Gabilondo responde siempre, cuando le preguntan por la razón de su ausencia en las redes sociales, que es consciente de que su tiempo se va agotando, y que dedicar recursos, a Twitter, o a Facebook, le robaría demasiado esfuerzo, que prefiere dedicar a otros menesteres. ¡Y tiene toda la razón! Las redes sociales te obligan a invertir a menudo demasiado tiempo. Despegarse de ellas, siquiera en períodos puntuales, te libera de obligaciones que no lo son, pero tú has hecho que lo sean. Todo en su justa medida.

La Cadena SER sigue embarullada en su propio destino. Su objetivo no es otro que recuperar fuerzas, tanto en audiencia neta como en influencia

Y he estado observando, con detenimiento, con paciencia, con curiosidad, lo que se extendía por redes sociales, relativo a la radio y a su entorno.

Este verano no está siendo muy diferente a los anteriores. La programación de la nueva Temporada -2018/2019- está clara en las grandes cadenas, porque ya la han adelantado. Tal vez lo más llamativo sea la asunción, por parte de Carlos Alsina, en Onda Cero, de toda la mañana de la cadena verde, asumiendo el tramo de magacine, ya veremos con qué fortuna. Alsina es un radiofonista inteligente, y hábil; pero los resultados hay que sumarlos día a día, minuto a minuto. Y adentrarse en el terreno del magacine encierra sus riesgos. Sus autopromociones -ese whatsapp reventado- ya adelantan el tono que busca Alsina: original, creativo, simpático y divertido.

Cope ha perdido fuelle inicial. Comienza la carrera con cambios sensibles, que van a afectar, indefectiblemente, a los resultados en el EGM. La salida, traumática, de Juan Pablo Colmenarejo, de “La Linterna”, y su sustitución por el recurrente Ángel Expósito, comodín de todos los tramos, trabajador infatigable y animoso profesional, van a hacer que los datos de audiencia de la cadena de los obispos se resientan, sobre todo en “La Tarde”, porque los recién llegados –Fernando de Haro y Pilar Cisneros- miembros de una plantilla sin relumbrón, por la que habitualmente no apuestan las cadenas radiofónicas, que se dejan deslumbrar por los rostros televisivos, en lugar de por voces consolidadas procedentes de su propia cantera, tendrán que iniciar casi de cero la recolección de oyentes. Y, pese a contar con la locomotora Herrera, Carlos, la situación será difícil.

Carlos Alsina asume esta temporada toda la mañana. Onda Cero apuesta claramente por él (Fotografías Alberto Espada)

Quienes siguen dando palmas, son, por este orden, Julia Otero, de “Julia en la Onda”, Onda Cero y Ciudadano García, de “Esto me suena”, de Radio Nacional de España. Porque la recolocación de “La Tarde” de Cope, hará que ¿algunos, muchos, unos cuantos? oyentes, ante la nueva oferta de la cadena azul, decidan probar fortuna en la competencia y zapear. Es cierto que Julia Otero tiene bastante más carga ideológica (divergente de la línea editorial de Cope) que José Antonio García, y que los oyentes de Cope –y es un punto a favor de gran peso de la cadena radiofónica de los obispos- son, si no los más fieles (que tal vez…), sí unos de los más fieles hacia la marca. Pero, igualmente, la accesibilidad técnica ha cambiado tanto (sobre todo en los coches, el lugar donde más radio se consume), que el zapping se ha multiplicado tanto que las fidelidades se están resintiendo. Además, los magacines vespertinos incluyen contenidos más ligeros (menos densos), menos ideologizados, y tratamientos más relajados que los propios de los primeros tramos de la mañana, marcados claramente por la actualidad. Mientras que la prioridad por la mañana es estar informado, por las tardes es estar acompañado.

Cope ha perdido fuelle inicial. La salida traumática de Juan Pablo Colmenarejo les va a pasar factura. De entrada, ahora se han buscado con él un nuevo competidor en Madrid

Por si fuera poco, en esa inevitable guerra de las audiencias que mantienen todas las grandes cadenas, “Julia en la Onda” se erige en el segundo gran programa de la tarde, tras “La Ventana” de la Cadena SER, y en algunos tramos horarios supera los resultados logrados por Carles Francino, pero “La Tarde” de Expósito se estaba acercando (hasta el último EGM, en que perdió 135.000 oyentes de golpe) y amenazaba cuando menos el segundo puesto a Onda Cero. Ahora, hasta que las fichas se recoloquen, el EGM reflejará algunos cambios. Y todos sabemos ya, a estas alturas, lo que cuesta consolidar un programa y a su comunicador, o comunicadores. Mucho tiempo, y paciencia, por parte de quienes les apoyan desde los despachos.

En ese marco virtual ha destacado por encima de otras ofertas, la apuesta doble de Cope por el formato podcast, mucho más modesto que el de la SER con Podium Podcast, pero muy bien armado, y resuelto en redes: ‘Sin mi identidad’ y 'Voyag3r'. Dos ofertas, muy diferentes, pero ambas repletas de interés. La primera, magníficamente bien ambientada, con alguna carencia en la interpretación, y el guión, mantenía sin embargo el interés, y esto ya es un gran logro en la primera ficción de Cope. En cuanto a la segunda oferta -'Voyag3r'- de Isabel Lobo y Javier Sierra, como cabezas, y ‘voces visibles’, me gustó el formato. El contenido podría haberse presentado de una manera convencional y probablemente, por el tema abordado, hubiera presentado un gran interés. Pero la fórmula elegida no solo superaba ampliamente lo previsible (un punto ya a su favor), sino que, además, lograba atraer la atención del oyente sorprendido, ante un Javier Sierra permanentemente inspirado, y siempre eficaz. Me agradó encontrarme con la voz de Primitivo Rojas que, como el Rey Midas, todo lo que toca lo convierte en radio. No obviemos que los temas más demandados en el universo podcast tienen que ver con todo lo desconocido o inexplicable, y ahí Sierra tenía mucho que contar. Aplaudo, en todo caso, más allá de los resultados, la apuesta de Cope por construir su propio Universo podcast y hacerlo con la calidad que le es exigible, por posicionamiento y marca.

Isabel Lobo y el escritor Javier Sierra, artífices del podcast 'Voyag3r', una atractiva propuesta de Cope

La Cadena SER sigue embarullada en su propio destino. Su objetivo no es otro que recuperar fuerzas, tanto en audiencia neta como en influencia. Pero para ello, ha apostado por la paciencia, la tranquilidad, demorando las prisas que nunca son buenas consejeras. Desde el Gobierno de Pedro Sánchez, el inesperado, están buscando aliados, se están tendiendo puentes para recuperar el feeling perdido. Y el regreso de Daniel Anido como director de los Servicios Informativos va en esta dirección, aunque el PSOE que él conoció ha desaparecido prácticamente y, en algunos casos, hasta los barones han perdido fuerza y predicamento, en beneficio de los nuevos nombres que forman parte del club de confianza del nuevo secretario general que sigue desconfiando de fidelidades impostadas tras su llegada a La Moncloa.

Aplaudo, en todo caso, más allá de los resultados, la apuesta de Cope por construir su propio Universo podcast y hacerlo con la calidad que le es exigible, por posicionamiento y marca

La noticia de este verano en la Cadena SER no se ha referido a los posibles cambios en sus mañanas, sino a la puesta en marcha de un nuevo programa de madrugada, que antecede al “Hoy por Hoy”, que van a presentar Aitor Albezua y Marina Fernández, un vasco y una gallega, jóvenes, periodistas, procedentes de los Servicios Informativos, dos voces de la nueva -¡y tan necesaria!- nueva hornada. El título: "De buenas a primeras". Objetivo: ganar audiencia para el magacine matinal. El esfuerzo de Cope con Carlos Moreno, “El Pulpo”, en “Poniendo las calles”, que logró superar a la (casi) imbatible Cadena SER, les puso las pilas. Con la llegada de la crisis económica, varios programas desaparecieron de la parrilla de la cadena de Prisa Radio, uno de ellos el recordado –recordadísimo- “El Cine de Lo que yo Te Diga”, recolocado en una versión menos pretenciosa llamada “La Script”, con María Guerra, por quien siento devoción (a la que siguen ayudando Antonio Martínez y Elio Castro); y el “Si Amanece nos Vamos”, del siempre eficaz Roberto Sánchez, con quien he tenido el gusto de reencontrarme no hace mucho, que logró marcas de audiencia impensables hoy en día, muy superiores a los 200.000 oyentes y que ahora se recupera, con otro nombre, contenido y equipo. La repetición –en la parrilla se denomina ‘redifusión’- de “El Larguero”, en la era de los podcasts, no tiene mucho sentido; aunque admito la excepción que me señalaba Jordi Basté en su entrevista, y que tenía que ver con los ‘oyentes perezosos’, que prefieren dejarse llevar, ¡que también los hay! 

Pepa Bueno y Toni Garrido. Durante varias semanas, el máximo responsable de Prisa Radio España, Daniel Gavela, ha tomado personalmente las riendas de ambos programas y se ha escuchado lo que ha hecho falta para, desde su ajustado análisis, apostillar y recomendar cambios de fondo, y forma, en ambos tramos, sobre todo en el magacine de Garrido, un profesional de una creatividad desbordante, que sin embargo no logra conectar con el target mayoritario de oyentes de ese tramo, ni en lenguaje ni en propuestas. Siempre lo he dicho, me gusta la radio made in Garrido, pero no la veo bien ubicada en las mañanas. Como también debo reconocer que me ha gustado, y mucho, Pablo González Batista, procedente de la Factoría de RNE que me ha regalado un verano muy entretenido y bien conducido. Formó parte del equipo de Toni Garrido en el "Asuntos Propios", en las tardes de la radio pública, igual que Ángel Carmona, con el que trabajó luego en "Hoy empieza todo", en Radio 3. Carmona no oculta su admiración por Pablo. Este fue el momento de la despedida de Pablo del programa de Carmona. En breve tendremos la oportunidad de disfrutar de una entrevista con él.

Pablo González Batista, en su estreno como presentador del "Hoy por Hoy" este verano (Fotografía CadenaSER.com)

Varios confidenciales han insistido en los últimos meses, a raíz de los resultados del EGM, y sus pérdidas de oyentes acumuladas, en airear la rumorología de los ‘necesarios’ cambios que iba a introducir la Cadena SER en sus mañanas, deportando a Pepa Bueno y Toni Garrido, pero todo ello sin confirmación. No me gusta ese juego. Los rumores no alcanzan el rango de noticia hasta que se confirman. Y no ha sido el caso. Pero sí que he denunciado en esta web la falta de coherencia de la Cadena SER con su línea editorial progresista, tan maltratada en los últimos años a causa de su dependencia económica y financiera. 

De este verano, destaco la labor de Pablo González Batista al frente del tramo de magacine del "Hoy por Hoy" de la SER: seguro, sólido y cercano 

El puesto de director de la SER, que ejercía Antonio Hernández Rodicio antes de su reciente salida, camino de los despachos corporativos, lo ha asumido, al menos de momento, el propio Gavela, conocedor sesudo de los intríngulis de la radio, por experiencia y vocación. Gavela está liderando por tanto las nuevas coordenadas de la Temporada 18-19. Pero con una actitud templada, como corresponde a un directivo de su recorrido. Cesar a Pepa y a Toni es lo más fácil que le hubiera tocado, de atender a los sabios que se empeñan en diseñar estrategias ajenas desde los confidenciales. Pero ambos profesionales siguen siendo un activo de Prisa Radio hasta que se demuestre lo contrario. Un golpe de efecto en las mañanas hubiera confirmado, implícitamente, el fracaso de la SER en su estrategia de mantenimiento del liderazgo. Pero no. Tras los ajustes, las reuniones, los análisis, las nuevas directrices, surgidas del estudio concienzudo de los perfiles de la audiencia, Gavela prefiere arrancar, remover, cambiar, observar y, finalmente, medir. La SER sigue siendo mucha SER, aunque no puede permitirse el lujo de recortar excesivamente sus márgenes respecto del programa de Carlos Herrera, el mejor comunicador, el más completo y experimentado, de todos cuantos pueblan el escenario de la radio española contemporánea, pero -no lo olvidemos- con fecha de caducidad.

Así que paciencia. La Cadena SER seguirá ofreciendo sus mañanas de radio partidas, en el tramo informativo, a cargo de Pepa Bueno y el tramo magacine, a cargo de Toni Garrido. Veremos si continúan siendo compartimentos estancos. Los resultados serán los encargados de establecer la estrategia a futuro. No será la primera vez que, tras la Navidad, la radio introduce cambios sensibles en su programación. El EGM de diciembre (3ª ola del año, y 1ª de la temporada) resultará determinante. Los recambios de Javier del Pino y de Àngels Barceló siguen ahí. Del primero se recelaba por su excesiva independencia, mientras que a la catalana se le ha maltratado. En lugar de cuidar de su patrimonio, la anterior SER se ha empeñado en ponérselo difícil a aquellos que no comulgaban con su línea editorial, y obviaban las directrices.

Las nuevas voces, y caras de Onda Madrid, que se estrenan esta temporada: Felipe Serrano, Félix Madero y Juan Pablo Colmenarejo

Mientras la Cadena SER intenta reorientarse, otra marca intenta recolocarse en el escenario radiofónico, en este caso madrileño: Onda Madrid. Su director, Ángel Rubio, está decidido a plantar batalla ante la competencia, en un mercado muy saturado, no lo olvidemos, y con grandes fidelidades. Para ello, ha recurrido, como en el fútbol, a la política de fichajes. Y como cabeza de cartel ha elegido a Juan Pablo Colmenarejo, recién expulsado del templo de Cope. Al exdirector de “La Linterna”, que ocupará la mañana –toda la mañana-, se suman Félix Madero, experimentado radiofonista curtido en Onda Cero, y Punto Radio, que se ocupará del informativo nocturno y mi siempre admirado Felipe Serrano, que se situará al frente del informativo de las dos de la tarde. Confían en Onda Madrid en el ‘efecto arrastre’ de Colmenarejo, pero no será tarea fácil. Con sus números tan bajos de partida en el EGM (15.000 oyentes, 2ª ola 2018) resultará fácil remontar, pero de ahí a posicionarse en el pódium será complicado. Eso sí, robarle oyentes a Carlos Herrera, del que será respetuoso competidor ahora, se los va a robar. En esas extrañas alianzas formadas por los intereses empresariales, la SER se verá beneficiada de la incursión de Colmenarejo en Madrid, porque previsiblemente contribuirá a minar las fuerzas de “Herrera en Cope”, ¡cosas veredes...! Y la importancia del mercado de Madrid para Cope es muy sensible.

La SER manda y recela, Cope aspira, Onda Cero apuesta, Onda Madrid arriesga y Radio Nacional de España no sabe, no contesta. Espera. Aguarda

¿Y qué decir de Radio Nacional de España? Las potencialidades de la radio pública están intactas. Si me apuran, cada vez son mayores, pero necesitan de directivos valientes, y convencidos de la res publica, que empujen y apoyen. Y en esta interinidad, previa a la resolución del concurso público que culminará con la elección de un nuevo presidente de la Corporación, lo recomendable era no mover muchas fichas, para no condicionar la gestión del nuevo equipo, que entrará en Prado del Rey, se supone, en breve. Pero no. 

Han dado la sensación, tal vez presionados por la opinión pública, de que había mucha prisa por firmar los cambios. Y esa misma sensación se acrecentaba por el ritmo de los nombramientos y cambios de silla, tantos que Comunicación de RTVE iba relajando su publicación, no fuera que se diera la imagen de que el nuevo equipo iniciaba una carrera trepidante de ceses, un "revanchismo" tácito, denunciado por uno de los grandes comunicadores de la radio pública, que me decía prefiere permanecer en el anonimato. 

Han partido la mañana, cuando Onda Cero acaba de unificarla en torno a Alsina. Íñigo Alfonso se ocupará del tramo informativo (6:00-10:00 horas) y Alfredo Menéndez del tramo de magacine (10:00-13:00 horas), con la particularidad de que absorberá el tramo de 12:00 a 13:00 horas del programa "España Vuelta y Vuelta", de Manolo HH. que se queda en puerto, sin destino conocido, recién superada, con éxito, una grave intervención quirúrgica.  

Han cesado a los editores de los tres grandes informativos diarios. No pongo en duda la profesionalidad de los recién llegados; es más, valoro mucho el trabajo realizado en la época de Benigno Moreno como director de RNE, de Íñigo Alfonso y Ana Sterling; pero dudo de la oportunidad de un cese masivo de estas características, que indica que todo, absolutamente todo, estaba manipulado por el rodillo del Partido Popular, incluido Miguel Ángel Domínguez, editor del informativo nocturno "24 Horas", que ha sido sustituido por el corresponsal en Bruselas, Antonio Delgado. Hasta una personalidad de la talla de Eduardo Sotillos, exportavoz del Gobierno socialista de Felipe González, y tan poco sospechoso, agradeció su trabajo, vía Facebook.

Las formas no han sido las mejores, desde luego. Se critican de uno y otro lado. Los cambios son producto de decisiones del nuevo equipo. Pero su ritmo ha pecado de excesivamente acelerado, a pocos días por cierto del comienzo de la nueva Temporada 18-19, y por tanto con nula capacidad de maniobra para preparar los contenidos y engrasar los equipos. Menéndez tenía confirmada la continuidad en septiembre. Pero pocos días después le trasladaron que Informativos, con Raúl Heiztmann a la cabeza, ya no confiaba en él. Y partieron la mañana. 

Fernando de Haro y Pilar Cisneros, los nuevos presentadores de "La Tarde" en Cope

El caso es que el propio Menéndez, José Antonio García o Pepa Fernández, profesionales solventes, han hecho una labor más que digna en estos últimos años en los que la motivación no abunda en esa casa, ni las coordenadas, ni las estrategias, ni el necesario apoyo que deberían recibir por parte de la dirección. Sabían que continuaban por inercia. El ambiente en el que se ha vivido en la Casa de la Radio ha sido penoso, deprimente. Solo superado por los niveles de profesionalidad de quienes hacen hoy, con mayor o menor acierto, la radio pública. No se merecían este trato, la verdad. Tampoco Manolo H.H. Y las circunstancias, al menos en Programas, tal y como me han comentado, no han mejorado mucho...

En la antesala por tanto de la nueva temporada radiofónica, la 2018-2019, los puntos de partida no son los mismos. Hay diferencias en comunicadores y planteamientos, pero las posiciones siguen siendo las mismas desde hace varios años: la SER manda y recela, Cope aspira, Onda Cero apuesta, Onda Madrid arriesga y Radio Nacional de España no se sabe, no contesta. Espera. Aguarda. Y mientras, el Universo Podcast seguirá creciendo una temporada más, porque los oyentes han descubierto la posibilidad de elegir y seleccionar libremente sus contenidos preferidos, al margen de las obligaciones y el servilismo del directo, y los directivos. Se inicia la cuenta atrás…