Rosana Güiza (Onda Cero): 20 años de radio y parece que fue ayer
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La periodista de Aldeaquemada (Jaén) rememora su tiempo en la cadena de radio de Atresmedia
"Carlos Herrera fue el primero que me dio voz en antena. Gracias a él comencé a amar más, si cabe, la radio"
Esto que voy a contarles es mi historia profesional y
personal a la vez, algo íntimo que sólo algunos saben pero, llegada esta fecha,
también quiero compartir con quien no lo sepa y, cómo no, con quien quiera
leerlo.
El pasado 1 de julio hizo 20 años que empecé a trabajar
en Onda Cero. No siempre quise ser periodista. Mi vocación surgió a
los 16 años, pensé que valdría para ello y decidí venir a Madrid a estudiar la
carrera, -siempre fue mi ilusión estudiar, trabajar y vivir aquí-. En cuarto de
periodismo, -año 1998- me presenté a varias pruebas para hacer prácticas en
verano. La teoría no era suficiente para conocer más sobre la profesión así
que, a pesar de mi timidez, -porque lo era y bastante-, me presenté a las
pruebas para ser becaria en todos los medios que pude. Me llamaron de varios
sitios, entre ellos Onda Cero; la radio me apasionaba, más que la
tele o el periódico, así que decidí hacer mis prácticas aquí. La radio era un
mundo fascinante para mí y, casi sin saberlo, se abrió ante mí el futuro, mi camino
y mi vida.
Rosana Güiza, en uno de los estudios de Onda Cero Radio |
Empecé a trabajar en el programa “La Radio de Julia”,
antecesor del actual “Julia en la Onda” de Julia Otero.
Un verano entero lleno de nuevas sensaciones e ilusiones que tatuaron aún más
en mi interior la idea de ser periodista radiofónica. Llegó septiembre y volví
a la universidad para terminar el último curso de la licenciatura. En el verano
del 99, mis antiguos compañeros de “La Radio de Julia” volvieron
a llamarme, ya sin pasar ninguna prueba, para volver a formar parte de su
equipo en verano. Me conocieron bien, sabían cómo trabajaba y les gusté. ¡No
podía creérmelo! Volvía a la radio, a trabajar en lo que me gustaba, con la
carrera terminada y un futuro incierto. El destino, la casualidad, el buen
trabajo y un conjunto de factores más se aliaron para que, en septiembre, Onda
Cero me contratara para trabajar en el programa “A toda radio”
de Marta Robles, -que sustituyó al de Julia Otero-.
"Estuve a punto de abandonar, de dejarlo todo e irme al pueblo a trabajar en la tienda de mis padres, no soportaba tanto trepa"
Pocas personas saben que, en ese periodo de tiempo, desde
que empecé de becaria, estuve a punto de abandonar, de dejarlo todo e irme al
pueblo a trabajar en la tienda de mis padres. Siempre se cruzan personas
oscuras en nuestro camino que hacen tambalear aquello que tanto te gusta y por
lo que tanto has luchado, no sólo tú, también tu familia, -ya que supuso un
gran esfuerzo para ellos poder costearme una vida universitaria en Madrid-.
Recuerdo que, un día, totalmente desencantada con este mundo, llamé a mi padre y
le dije: “Papá, lo dejo, abandono. No puedo más. No soporto tanto trepa”.
Él me dijo: “hija mía, si quieres dejarlo, adelante, pero piensa en el
esfuerzo, tanto tuyo como nuestro, que hemos hecho para llegar hasta aquí y,
sobre todo, piensa que, vayas donde vayas, siempre vas a encontrar hipocresía y
trepas. Sólo es cuestión de asumirlo y aprender a llevarlo”. Entonces
decidí seguir con lo que más me apasionaba; la radio.
Después de dos emocionantes años con Marta Robles, donde
aprendí a hacer de todo, llegó Carlos Herrera. El entonces Director
de Programas de Onda Cero, el desgraciadamente desaparecido y
adorado por mí, Manuel Marlasca, preparó un equipo para trabajar
con él en su nuevo programa, “Herrera y punto”, -después, por las
mañanas, “Herrera en la Onda”-. En ese equipo estaba yo, Rosana,
la hija de Esteban y Salva, de Aldeaquemada,
un pequeño pueblo de 500 habitantes de la provincia de Jaén. Cuando
me lo comunicaron, a mis 26 años, no puede evitar emocionarme ya que iba a
trabajar con, para mí, el mejor periodista radiofónico de todos los tiempos y
al que siempre había admirado.
Carlos Herrera fue el primero en darme antena,
en darme la oportunidad de hablar, -nunca antes lo había hecho, siempre había
realizado labores de producción y redacción-. A partir de ahí, empecé a amar la
radio más si cabe. Fueron 14 años donde aprendí mucho, más de lo que imaginaba,
disfruté y fui feliz haciendo radio. Los oyentes me dieron la mayoría de esa
felicidad, oyentes a los que estaré eternamente agradecida.
Rosana Güiza trabaja ahora en el programa "Aquí en la Onda", que presenta y dirige Alberto Granados |
Después, todo se esfumó, la magia desapareció y vinieron
meses agónicos, de incertidumbre e inquietudes. La ansiedad apareció en mi vida
y vino para quedarse. Salir de la zona de confort cuesta mucho y no siempre se
supera. Todo cambia; la manera de trabajar, el trato que te dan los demás y
muchas más cosas que no vienen al caso. Trabajar con una estrella tiene sus
consecuencias, dejar de trabajar con ella también; por ejemplo, que mucha gente
se acerque a ti por interés y, cuando la estrella desaparece, ya nadie se acuerda
de ti. Otra consecuencia es que te deja marcada y hay quien no quiere trabajar
contigo por sonar demasiado a lo anterior. Los que pedían favores ahora ni te
saludan. Dejas de existir.
"Yo sigo siendo la misma, pase lo que pase. Muchos aparecieron y me rodearon en lo bueno y casi todos desaparecieron en lo malo. Quedaron sólo los de verdad, muy pocos"
Yo sigo siendo la misma. Seré la misma pase lo que pase en
un futuro, pero aquello sirvió para saber quién está y quién no, como en los
matrimonios, en lo bueno y en lo malo. Muchos aparecieron y me rodearon en lo
bueno y casi todos desaparecieron en lo malo. Quedaron sólo los de verdad, muy
pocos.
Vino para salvarme de esa ansiedad e incertidumbre Alberto
Granados, mi actual jefe, con el que llevo ya tres temporadas haciendo “Aquí
en la Onda”, un programa modesto con información, actualidad, cultura y
ocio que se emite para la Comunidad de Madrid de 19h a 20h de lunes
a viernes. Otros tres años donde he continuado aprendiendo cosas que pensé que
ya sabía, pero no, nunca se deja de aprender en este oficio.
Han pasado 20 años desde aquel 1 de julio pero, al echar la
vista atrás, al recordar, parece que fue ayer cuando entré en esta, mi
casa, Onda Cero, donde he aprendido y madurado como persona y como
periodista, donde he luchado, trabajado y esforzado por ser cada día mejor,
donde he sido feliz, muy feliz, y donde espero seguir siéndolo otros 20 años
más.
Qué razón tienes, Marta Fernández, terminó en Salamanca su carrera con 22 años, estuvo en el Mundo en su ciudad luego Madri !! Ahora está en America en la enseñanza, Marta y sus hijos oyen a Carlos Herreña antes de ir a trabajar. Su gran vocación el periodismo. Te entiendo!! Lo de los trepas!! Un saludo.
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