La Cope reconoce que emite desde postes ilegales
https://www.gorkazumeta.com/2018/07/la-cope-reconoce-que-emite-desde-postes.html?m=0
El caótico ordenamiento radiofónico español (I)
Fernando Giménez Barriocanal apunta a que el resto de sus competidores se encuentran en la misma situación de ilegalidad que Cope
Durante el Festival de Cine de mi
querida, y siempre añorada, San Sebastián, en septiembre de 2015, el director
de cine Fernando Trueba recogió su Premio Nacional de Cinematografía, de
manos del entonces ministro de Cultura, Íñigo
Méndez de Vigo y, para sorpresa de muchos, en su discurso nos regaló el
titular del mes: “Nunca
me he sentido español”. Para qué queríamos más… Las redes
sociales escupieron contra él, y sus palabras, toda la bilis de que es capaz la
bajeza humana, en lugar de preguntarse seriamente por el proceso intelectual,
desde luego crítico, que había conducido al director de “Belle Époque” (Óscar de Hollywood, triunfo patrio donde los haya) a
provocar de esta manera al personal, porque aquello era, directamente, y Trueba
era más que consciente de ello, una auténtica provocación. Pero pocos, muy
pocos, fueron al fondo de la cuestión, y se quedaron mirando al dedo que señala la luna.
Fernando Giménez Barriocanal, presidente de la Cope, en su comparecencia en el Foro de la Nueva Comunicación (Fotografía ElEspañol.com, de esta información) |
No todo lo que construimos los
españoles está bien construido, y denunciarlo no te hace sospechoso de nada,
sino intelectualmente crítico. Durante muchos años la literatura asumía este
rol. Toda la Generación del 98 surgió
al socaire de uno de los peores momentos históricos de esta España de nuestros
amores y desamores, cuando se desinflaba y perdía, humillada por la derrota
ante unos Estados Unidos crecidos, sus últimas colonias.
La Administración no vela por el cumplimiento de la ley, y no lucha contra las emisoras ilegales
¿A qué viene esta introducción,
tal vez algo críptica, en una web que se dedica a la radio? Pues, precisamente,
porque existen algunos capítulos de este sector de los que, como español, no
solo no me siento orgulloso, sino que siento vergüenza ajena, porque en foros
internacionales, nuestro país es un bicho raro, que -lo peor de todo esto- no
hace nada por remediarlo, y convive con sus rarezas con absoluta naturalidad.
Me refiero al incumplimiento manifiesto, flagrante, de nuestra propia
legislación, y al caos que reina en el paisaje radiofónico nacional.
El pasado 31 de mayo, en el Foro de la Nueva Comunicación, ante
ilustres personalidades, el no menos ilustre presidente de Cope, Fernando
Giménez Barriocanal, reconoció que su cadena
de emisoras infringía la ley. En información del
ElEspañol.com, firmada por el periodista Fernando
Cano, se recogía que el máximo dirigente de la cadena de los obispos,
utilizó, como único argumento para defenderse de la acusación de emitir desde
postes sin licencia, el “¡y tú más!”,
y aquí no pasa nada. Giménez Barriocanal reconoció: "Cope está exactamente en la misma posición que están el resto de
nuestros competidores”.
En
la misma información se detalla que Cope, según datos recopilados por
ElEspañol.com del propio Estudio General
de Medios (EGM), realizado por la Asociación
para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC), que en su momento
decidió no medir la audiencia de los postes no incluidos en el Plan Técnico
Nacional (por tanto ilegales), posee
99 postes irregulares. Según estos mismos registros oficiales, 21 emisoras son
de Cadena 100, 30 de Cope, 16 de Megastar y 32 de Rock FM.
La industria radiofónica necesita certidumbres para acometer su labor en los próximos años, y conocer de antemano el marco legal es imprescindible |
Cope, efectivamente, como denunciaba la
información de ElEspañol.com, y reconocía implícitamente el presidente de la
cadena azul en su respuesta, no es la única empresa que integra en su red emisoras ilegales. El
propio EGM, fuente de la que obtenía la información el periodista Fernando
Cano, señalaba que también se contabilizaban: “38
emisoras de Fun Radio, 30 postes de EsRadio, 25
de Gestiona Radio, 15 emisoras de Radio Marca, 14
de Intereconomía, 13 frecuencias de Onda Cero y
así hasta 294 frecuencias denominadas “Emisora Ilegal Baja”. Este organismo
también mantiene otras 370 emisoras locales independientes registradas, pero
bajo la categoría de "Emisora Ilegal".
Pero hay más: desde hace muchos años, una de las batallas más intensas que impulsan desde la Asociación Española de Radio Comercial (AERC), que integra al sector radiofónico privado, ha sido la lucha contra la piratería. A menudo, denunciaban que la existencia de más de 2.400 postes ilegales, amenazaba seriamente la viabilidad de la industria que pagaba religiosamente sus impuestos, y que emitía desde la legalidad más absoluta. Está claro que los miembros de la AERC, cuando firmaban estos comunicados conjuntos, eran conscientes de que su respeto a la ley no era ‘tan absoluto’, como querían hacernos creer, a tenor de los datos que el propio EGM -y no la Administración, que por cierto es la encargada de velar por el cumplimiento de la ley vigente- recoge.
Pero hay más: desde hace muchos años, una de las batallas más intensas que impulsan desde la Asociación Española de Radio Comercial (AERC), que integra al sector radiofónico privado, ha sido la lucha contra la piratería. A menudo, denunciaban que la existencia de más de 2.400 postes ilegales, amenazaba seriamente la viabilidad de la industria que pagaba religiosamente sus impuestos, y que emitía desde la legalidad más absoluta. Está claro que los miembros de la AERC, cuando firmaban estos comunicados conjuntos, eran conscientes de que su respeto a la ley no era ‘tan absoluto’, como querían hacernos creer, a tenor de los datos que el propio EGM -y no la Administración, que por cierto es la encargada de velar por el cumplimiento de la ley vigente- recoge.
Los concursos públicos de frecuencias a menudo están contaminados por simpatías y antipatías ideológicas entre el Gobierno de turno y los solicitantes
Giménez
Barriocanal se permitió ironizar, tal y como recoge la información de
ElEspañol.com, en torno a la escasa suerte que corren sus
solicitudes de emisoras en los recientes concursos públicos de FM. “Será que
hacemos muy mal nuestras propuestas”, dijo en el Foro de la Nueva Comunicación, no sin cierta arrogancia. Su
malestar por las emisoras concedidas al Grupo Cope quedaba de manifiesto. Y,
probablemente, con parte de razón. De todos es sabido el proceso que se sigue
en nuestro país, de lo que tampoco nos podemos sentir orgullosos, en la
concesión de frecuencias de radio por la Administración. Numerosos concursos
han sido denunciados, y algunos repetidos, por las irregularidades que
contemplaban, inspirados, la mayoría de los casos, en filias y fobias
ideológicas de los solicitantes con el Gobierno de turno. No es casualidad que
cuando ha gobernado el PSOE ha sido más ‘sensible’ a las solicitudes de Prisa; y que
cuando lo ha hecho el PP, su actitud ha sido similar con la Cope. O no. Y así
nos va, claro.
Las cadenas de radio, también lo
he comentado en más de una ocasión, tienen que tejer una red de postes emisores
por toda España para completar la geografía del país y poder ofrecer así a sus
anunciantes una cobertura total del mercado nacional. Carecer de una emisora en
un punto estratégico destacado significa, al medir el conjunto, un agujero que
puede hacerles perder muchas cuentas. Asimismo, si se carece de frecuencias en
FM y se emite solo a través de OM, el problema empieza a ser de supervivencia.
Es preferible asumir un riesgo, y emitir por un poste ilegal, que desaparecer, o morir. Estos, y otros casos, han sido los que han movido a las grandes, y
pequeñas cadenas, operadores locales y comunidades de todo tipo, a delinquir.
Pero, en España, la Administración no persigue con suficiente contundencia a
las radios ilegales, porque tendría que enfrentarse, también, con las grandes
cadenas y sus intereses. Y, no nos olvidemos, las cadenas hablan -bien o mal-
de los Gobiernos, y no creo que sea necesario sugerir mucho más…
La concesión de frecuencias mediante concurso público incluye la ubicación desde la que debe emitirse la señal de radio |
La propia Administración, piensan
algunos directivos de radio, es la culpable de lo que está ocurriendo,
porque no concede los postes solicitados por las grandes cadenas, y éstas
se han visto obligadas a infringir la ley para poder completar su red de
emisoras y garantizar su supervivencia; como si la Administración estuviera
obligada a satisfacer las demandas de un grupo empresarial
determinado, al margen de la oferta que presentan al concurso, y que debe
evaluarse con independencia y objetividad, condimentos ambos que escasean entre
nuestros políticos y sus intereses partidistas. La radio española es una enorme
pescadilla que está mordiéndose la cola permanentemente.
El doble rasero de la industria radiofónica española al solicitar al Estado la lucha contra las emisoras pirata
Sigo. Y aporto un nuevo titular
para la reflexión: “Las
radios alegales piden una regularización masiva”. Una nueva información de ElEspañol.com: “Representantes
de estas emisoras se han reunido con miembros de la Dirección General de
Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información”. Desde la Asociación para la defensa de
las emisoras locales de Andalucía (ADELA), “una
de las entidades que ha acudido al ministerio a pedir la convocatoria urgente
de procesos de adjudicación de licencias”, se establece una
diferenciación entre emisoras ‘alegales’,
y emisoras ‘pirata’. Las primeras,
mantiene ADELA, llevan 40 años pagando sus impuestos religiosamente y las
segundas no. Desconozco a qué tipo de impuestos se refieren los que se agrupan
en el apartado de radios alegales, pero intuyo que se referirán a los impuestos
de actividades económicas, o al IBI municipal, pero nunca a las tasas por
reserva del dominio público radioeléctrico, que sí deben abonar las emisoras
que han sido legalmente concedidas en concursos públicos, cuya convocatoria
compete a las comunidades autónomas. Tenemos, pues, diecisiete criterios e
intereses dispares para concederlas. Esta circunstancia sobre la alegalidad y
el pirateo, de nuevo, me parece inaudita, increíble: que se exija el pago de
impuestos a una empresa sin verificar cuál es la razón de su actividad
económica, salvo que vuelvan a utilizarse artimañas, como dedicarse a la
radiodifusión online, en cuyo caso no hay necesidad de concurrir a una
licitación. Pero, está claro, debería comprobarse.
En España no se persiguen las emisoras ilegales, o alegales, si admitimos
el matiz. Tan solo si existen sólidas denuncias de interferencias, y no
siempre. ¿Por qué no hay una parte fiscal que denuncie de oficio todo esto?
¿Acaso no es flagrante? La Generalitat
de Catalunya ha sido de las pocas administraciones autonómicas que ha ejercido
la fuerza y retirado títulos habilitantes, cerrando postes por considerar que
no cumplían con los pliegos del concurso de licencias. ¡Qué casualidad
que la cadena afectada fuera la Cope, situada ideológicamente en las
antípodas del nacionalismo catalán! No hacemos más que sumar despropósitos, uno
tras otro.
Todo esto, lo que nos ocurre en torno al ordenamiento del espectro
radiofónico nacional, no es más que fruto de la auténtica falta de cultura
democrática que tiene interiorizado el país. La concesión, como digo, debe
realizarse con criterios objetivos, y no basándose en amiguismos y afinidades
ideológicas con el poder/partido de turno. De igual manera, la ilegalidad de
incumplir la ley, y saltársela a la torera, implica una corrección
administrativa en forma de sanción económica, tal y como recoge la legislación vigente.
Continúa…
El primero de los errores es de definición. En España tenemos redes nacionales públicas (las de RNE) pero no redes privadas. Tenemos redes autonómicas públicas (las radios autonómicas) pero no privadas. Tenemos radios municipales de gestión DIRECTA (por los ayuntamientos) y SI tenemos lo que el ministerio llama emisoras locales privadas locales.
ResponderEliminar¿Alguien ve el problema? Al no haberse diseñado unas redes de frecuencia nacionales y regionales para sacar a gestión privada, las radios privadas no han visto más remedio que ir en los concursos a por las radios privadas locales, y si no a golpe de talonario, o cogiendo licencias de pueblos de provincias que trasladan a las capitales incumpliendo parámetros, potencia y ubicación de los postes. De esta manera se han cerrado casi el el 99% de radios privadas de proximidad en España.
Y por otro lado están los concursos, que ya de por si están mal diseñados. ¿Por qué esperar a un concurso si quedan frecuencias libres? ¿Por qué no abrir una convocatoria unica por esa licencia? Y luego que no se otorgan por criterios tecnicos, por no hablar de que luego nadie (solo el CAC) fiscaliza que se cumplan los criterios y compromisos adquiridos en los proyectos. Además que no deberían depender de la Consejería tal del gobierno autonómico de turno. Bastaría una entidad técnica como la CNMC. Además hay distintos criterios autonómicos. Hay comunidades como Extremadura y Rioja muy ordenadas y otras como Andalucía, Comunidad Valenciana o Madrid donde impera el kaos, e incluso otras como Castilla y León o Euskadi donde no valoran ni sacar los concursos (Euskadi quizá ahora de vea obligado a adjudicar el último convocado en anterior legislatura).
Coincido en que hay un problema de diseño al no existir las licencias de radio FM de ámbito nacional. Pero eso no soluciona todo problema. En TDT hay licencias nacionales, autonómicas y locales, pero eso no ha solucionado la ilegalidad, tampoco evita que se formen cadenas para configurar mayor cobertura de la original.
ResponderEliminarI cannot but agree that this question should be reconsidered. Thank you for sharing your experience!
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