Avance: La radio está cambiando. Y más que va a cambiar
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El editor cierra la Temporada 2017-2018 de esta web dedicada a la radio
En paralelo, no hay que dejar de hacer radio para los más mayores del cortijo. Y tienen que hacerla quienes son tan mayores como ellos, cincuentones y sesentones, que han hecho radio toda su vida, y que saben hacerla con un estilo determinado, muy en sintonía y del agrado de quienes les escuchan. Es la radio mal llamada convencional, hoy radio hablada o generalista, que tiene un público principalmente mayor. Que quiere su radio. Que tiene derecho a su radio. Que hace 20 años tenían 30 años, y que hace 30 tenían 20, empezaban escuchando Los 40 Principales, y terminaban escuchando a un joven José Ramón de la Morena, en la SER, que cambió el amarillo por el verde, porque no le querían lo suficiente, y le ninguneaban. Le daban por amortizado.
La radio española se regodea en el cortoplacismo
La radio ya no es lo que era. La radio está cambiando. Hemos asistido a un curso… a una temporada, se llame como se quiera, en que los oyentes se han alejado de la radio tal y como la hemos conocido hasta ahora. Un curso en que los podcast han subido en consumo, pero tampoco una bestialidad. Con los pies en el suelo, los podcast, en España, todavía no son un fenómeno como pueden serlo, por ejemplo, en Estados Unidos. Pero su potencialidad es increíble, y muchos son ya los actores que se están situando en ese escenario: la Cadena SER, que empezó disparando con ‘Podium Podcast’… la Cope, que se ha decidido a poner en marcha también su producción propia en la línea de ficción sonora, y prepara más contenidos para su propia plataforma, Onda Cero, donde hay que centrar toda su producción en torno a la figura de Carlos Alsina, verdadero enamorado de la radio, radiofonista integral y militante, y por supuesto Radio Nacional de España, los únicos que se atreven a representar una ficción sonora en directo, con actores, cara al público. Todo un compromiso, del que salen siempre airosos, y reforzados.
Imagen que ilustra el artículo de José Mª Legorburu "Saber escuchar a la audiencia . El oyente también forma parte de la radio en España", publicado en ElDebate de Hoy |
La radio ha cambiado. Es la radio de siempre, en realidad, pero con otros mantos, con otra vestimenta, pero igual -o más- elegante. Es capaz de atraer a nuevos oyentes, más jóvenes, que no se habían acercado a la radio y que ahora escuchan contenidos de audio a la carta. Y esa nueva radio es capaz de innovar sobre lo que hemos tenido hasta ahora, y en los últimos 30 años. O 40. Desde la muerte de Franco, en que la información lo acaparó todo, para mal de la radio de entretenimiento, pero para bien de la supervivencia del medio, ante la llegada de esa gran embaucadora que se llama televisión, la radio no ha dejado de envejecer, junto con sus oyentes más fieles.
Si somos capaces de generar programas donde se aúnen radio hablada, radiofórmula, radio visual, e interacción, habremos dado un paso gigantesco en la necesaria captación de los jóvenes
En paralelo, no hay que dejar de hacer radio para los más mayores del cortijo. Y tienen que hacerla quienes son tan mayores como ellos, cincuentones y sesentones, que han hecho radio toda su vida, y que saben hacerla con un estilo determinado, muy en sintonía y del agrado de quienes les escuchan. Es la radio mal llamada convencional, hoy radio hablada o generalista, que tiene un público principalmente mayor. Que quiere su radio. Que tiene derecho a su radio. Que hace 20 años tenían 30 años, y que hace 30 tenían 20, empezaban escuchando Los 40 Principales, y terminaban escuchando a un joven José Ramón de la Morena, en la SER, que cambió el amarillo por el verde, porque no le querían lo suficiente, y le ninguneaban. Le daban por amortizado.
Yo soy de los que piensa que no se puede dar por amortizado a nadie, y menos a los oyentes, por muy mayores que sean, o los creamos. En ellos hay que pensar siempre, con respeto sepulcral, y tratar de, desde la honestidad, acercarse lo más posible, de manera que no se les ocurra cambiar de dial, y buscar a otros comunicadores. A la radio no se le deben poner los cuernos. Y si se le ponen, es porque se está haciendo mal. Cuando tenemos una voz a nuestro lado, con la que nos identificamos, llegamos a quererla; y si la queremos, nuestro deseo es que nos acompañe todos los días. El problema viene cuando la falta de paciencia hace que quienes mandan en las radios nos roben esa voz.
Y a lo largo de la reciente historia de la radio, nos han robado muchas voces. Nombres de profesionales que se han paseado de unas cadenas a otras, porque en los despachos, ignorando siempre al oyente, se ha decidido suprimirles, amortizarles… por voces más afines. Cambios, no sé si acertados o desacertados, pero en todo caso siempre son inoportunos para los oyentes que confiaban en esas voces. Un cambio siempre termina siendo una traición. Pero esto no importa. Los oyentes lo aguantan todo… O eso creen algunos.
ESTE MIÉRCOLES, 25 DE
JULIO, LA RADIO ESTÁ CAMBIANDO. Y MÁS QUE VA A CAMBIAR. LA RADIO ESPAÑOLA SE REGODEA EN EL CORTOPLACISMO