EGM 2ª ola 2018: La radio pierde influencia en España
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Al menos, en las veinte últimas olas del EGM, desde 2012, nunca se había producido un descenso tan acusado de audiencia como en esta ola.
739.000 oyentes le han dicho NO a la radio. La radio hablada ha perdido 551.000 apoyos
- La que más oyentes pierde es la Cope, seguida de la SER, RNE y Onda Cero
- El “Hoy por Hoy” pierde 214.000 oyentes; “Herrera en Cope”, 215.000, “Más de Uno” 195.000 y “Las Mañanas de RNE”, 105.000
- Jaime Cantizano, y su "Por fin no es lunes", en Onda Cero, es el que más pierde: 448.000 oyentes los sábados, aunque compensa algo los domingos
- Las radiofórmulas musicales pierden globalmente 260.000 oyentes, solo suben Radiolé, Kiss FM, Melodía FM, Hit FM, Megastar FM y Europa FM
- De las grandes cadenas de la radio generalista, solo sube Federico Jiménez Losantos, con EsRadio
Si esta ola del Estudio General de Medios fuera la única
del año, y se cerrara con ella la Temporada 2017-2018, los resultados serían
demoledores. Pero por fortuna, la encuesta de la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC)
se corrige a sí misma oleada tras oleada. Y eso es lo que, al menos hasta
ahora, concedía una cierta tranquilidad a los directivos de la industria
radiofónica española: que cuando venían mal dadas, la estrategia consistía en
aguantar el chaparrón del día de la publicación del EGM, con la mejor de las
disposiciones y el imprescindible maquillaje en la presentación de los números,
sacando pecho como fuera, y esperar a la ola siguiente, a ver si había suerte y
se corregían las cifras adversas.
El consumo mayoritario de la radio es España sigue siendo claramente analógico. El consumo digital solo representa un 8 por ciento (Fotografía Pixabay) |
Esta estrategia, que funciona en
la radio, pero no en la televisión, donde sufren la dictadura de los
audímetros, no está funcionando con las últimas olas, pese a que cada cadena de
radio emplata mejor sus cifras,
establece comparaciones idóneas para resultar triunfador, y en definitiva trata
de aguantar el chaparrón mirando de reojo a la competencia, que lo está
pasando, más o menos, tan mal como él. “Mal de muchos, consuelo de tontos”.
Veamos el primer cuadro que me
llama la atención y que, claramente, está marcando tendencias, desde luego nada
positivas:
Las pérdidas de la radio son cuantiosas. Pero no solo en este EGM, sino en las últimas cuatro oleadas de la encuesta de la AIMC. Se trata de una tendencia muy negativa, a la que aporto otro dato comparativo: en la 2ª ola de 2013, hace exactamente cinco años, el número total de la radio española estaba en 25.448.000 oyentes. O sea, 1.625.000 oyentes menos en el último lustro de la reciente historia de la radio en España. En las veinte últimas olas del EGM, desde 2012, nunca se había producido un descenso tan acusado de audiencia como en esta ola.
DIFERENCIA
2ª-1ª
|
2ª ola
2018
|
1ª ola
2018
|
3ª ola
2017
|
2ª ola
2017
|
|
TOTAL RADIO
|
-739.000
|
23.823.000
|
24.562.000
|
24.594.000
|
24.874.000
|
MUSICALES
|
-260.000
|
13.476.000
|
13.736.000
|
13.895.000
|
14.615.000
|
GENERALISTAS
|
-551.000
|
11.576.000
|
12.127.000
|
11.811.000
|
11.649.000
|
Fuente EGM, 2ª ola 2018
Las pérdidas de la radio son cuantiosas. Pero no solo en este EGM, sino en las últimas cuatro oleadas de la encuesta de la AIMC. Se trata de una tendencia muy negativa, a la que aporto otro dato comparativo: en la 2ª ola de 2013, hace exactamente cinco años, el número total de la radio española estaba en 25.448.000 oyentes. O sea, 1.625.000 oyentes menos en el último lustro de la reciente historia de la radio en España.
Pero la industria sigue
practicando la política del avestruz, maquillando los datos, y aplicando
porcentajes ante el sector publicitario, para mantener sus posiciones privilegiadas. Pero no,
el escenario es diferente, claramente diferente, con respecto, tan solo a cinco
años atrás, como hemos visto. ¿Y hace tres años? ¡También! Eran 25.184.000
oyentes, es decir, 1.361.000 oyentes menos con respecto a los resultados de la
2ª ola de 2018, que nos ocupa.
Quiero pensar que este EGM representa tan solo un bache en la reciente historia de nuestra radio. Pero no puedo más que albergar dudas y más dudas de hacia dónde vamos, como no se gire a tiempo
Por primera vez en la nota de la Cadena SER que sigue siendo,
indiscutiblemente, la líder desde hace un cuarto de siglo, se hace referencia
al descenso de la audiencia de radio en España, con este argumento: “Esta segunda oleada del EGM viene acompañada de un descenso
generalizado en el consumo de radio que se explican por un efecto de
estacionalidad, como suele ser habitual en los EGM de verano”.
Es cierto que esta oleada incluye un componente muy marcado de estacionalidad.
Pero no siempre ocurre así. De hecho, en los datos que acabo de apuntar del
global de oyentes de la 2ª ola de 2013, hace tres años, creció la cifra en
390.000 oyentes, y también era 2ª ola. Permítanme que ponga en tela de juicio
este argumento que no es, como hemos visto, infalible. De hecho, no hay razones
claras. Pero sigamos analizando este concepto de la ‘estacionalidad’.
Este trimestre, el comprendido
entre el 4 de abril y el 12 de junio, en que se realizaron las encuestas del Estudio General de Medios, no ha hecho,
precisamente, buen tiempo, que anime a salir y, por tanto, a consumir menos la
radio. Tampoco la actualidad informativa del trimestre ha descendido su
tensión. Ésta es la verdadera ‘estacionalidad’ de la radio hablada: la demanda
que la actualidad genera por el interés y la curiosidad de los oyentes. Les
recuerdo que, desde el pasado 2 de junio España tiene un nuevo presidente del
Gobierno, que se llama Pedro Sánchez, pertenece al PSOE, y ha llegado a La
Moncloa vía moción de censura. Si esto no es tensión informativa, que me lo
defiendan. Sin embargo, las encuestas personales de la AIMC concluyeron el día
5 de junio, poco después, y las telefónicas, el 12. No había, pues, mucho
margen para valorar los primeros días del Gobierno Sánchez. Pero sí los días
previos, y a pesar de este panorama político, ¡y económico: recuerden los
efectos en la Bolsa de la crisis italiana y de nuestro cambio de ejecutivo! Hoy
en día toda la clase media española, con ahorros, tiene una creciente
dependencia de los resultados del Ibex 35. ¡Pues nada! La radio hablada ha
perdido más de medio millón de oyentes, que se dice pronto (-551.000).
Es más que previsible que, con el
nuevo curso político, y transcurridas las vacaciones estivales, muchos de los
oyentes que han dejado de oír la radio regresen, pero el interés radicará en
qué proporción regresa, si compensa esta mala coyuntura o si solo la parchea.
Pero estoy adelantando acontecimientos, aunque formen parte de la dinámica del
EGM.
La SER es, indiscutiblemente, la cadena líder en audiencia, pero cada vez es menos líder, e influyente (Fotografía CadenaSER.com) |
No le ha ido mucho mejor a las
radios musicales. Si seguimos aplicando ese recurrente argumento de la
‘estacionalidad”, que dice que en esta oleada, por el ‘buen tiempo’, desciende
el consumo de radio hablada, y aumenta el de la musical… esta ola se ha
encargado de demoler ese argumento, una vez más. La radio musical, en su
conjunto, ha perdido 260.000 oyentes. Subir, en un contexto tan adverso como
éste tiene mucho mérito, y hay que destacarlo, y premiarlo, aunque luego el EGM
de final de año les vuelva a restar oyentes. Es el caso de Europa FM (que sube en ola 8.000 oyentes,
pero pierde en el interanual 197.000), Kiss FM (+110.000), Radiolé (+124.000), M-80 Radio (+7.000), Melodía FM (+59.000), Megastar FM (+11.000) y Hit FM (+35.000). Me alegro especialmente por
el caso de estas dos últimas, cuyo target
de oyentes es más joven. El resto, pese a lo que digan, han perdido oyentes en
ola, y en el interanual. Insisto: no son buenos datos, pero -lo peor- es que surgen
de una tendencia que, de momento, no se ha invertido, sino que se profundiza en
el descenso.
Este trimestre, el comprendido entre el 4 de abril y el 12 de junio, en que se realizaron las encuestas, no ha hecho buen tiempo, que explique el concepto de estacionalidad
Llegado este punto, y regresando
a la radio hablada, el efecto descenso se tiene que notar en todas las cadenas,
evidentemente. Puede sonar a chiste que el único que sube en este escenario
negativo es Federico Jiménez Losantos,
en su EsRadio (446.000,
+29.000 oyentes). Pero es que es rigurosamente cierto. El turolense ha
aprovechado la coyuntura de la crisis catalana para destacar con alguna que
otra declaración nada disruptiva en su trayectoria, que contiene indudables
tintes de marketing. Pero la competencia ha acusado más la estampida de medio
millón de oyentes.
En este punto, si me apuran, qué
más da si Pepa Bueno y Toni Garrido, de la SER, han pinchado (-214.000
oyentes); si lo ha hecho también Carlos
Herrera, el imán de Cope (-215.000); si también se han dejado oyentes por el
camino Carlos Alsina y Juan Ramón Lucas, de Onda Cero, en su último EGM como ‘pareja de
hecho’ (-195.000); o si Alfredo Menéndez, de RNE,
también ha sufrido el abandono de parte de sus seguidores (-105.000). ¿Qué es lo único que cambia de la oferta de
sus respectivas cadenas de emisoras? El sello ideológico, más o menos presente,
aparte de las voces. Nada más. Las estructuras son gemelas. Y a menudo, también los temas.
La preocupación de casi todos, en
este día de EGM, y solo son tres al año, es quién gana. Y, una vez más, está
claro: la Cadena SER. Sigue siendo la
líder, pero cada vez es menos líder. Por poco se ha quedado al borde de los
4.000.000 de oyentes (4.089.000). Pero no ha sido la cadena amarilla la que más
oyentes se ha dejado en estos últimos tres meses. Por contra, ha sido la Cope, pese a ese motor que algunos creen infalible,
que se llama Carlos Herrera, y que se encuentra estos días realizando el Camino
de Santiago, lejos de la tradicional pelea de cifras de cuando se publica el
EGM. Si la SER ha perdido 146.000 oyentes, la Cope
-la eterna aspirante- se ha dejado 223.000. Los resultados de
la 2ª ola han coincidido con unas recientes declaraciones del CEO de la cadena
de los obispos, Giménez Barriocanal
a El Economista, en las que aseguraba
que la
nueva coyuntura política -la llegada de Sánchez al Gobierno- iba a permitir a
Cope adelantar a la SER. Soñar es gratis, al menos con los actuales
resultados en los que, ambas perdiendo, la SER
aumenta distancia frente a Cope. Paradojas
del EGM. Onda Cero ha perdido 93.000 oyentes, pero sigue en tercera posición. Y RNE 127.000 oyentes.
El lugar donde más radio sigue escuchándose es el coche, aunque todavía la adaptación al smartphone vía bluetooth va lenta, solo con los coches nuevos (Fotografía Pixabay) |
Como siempre prefiero destacar lo
positivo frente a lo negativo, quiero destacar que han alcanzado buenos
resultados de audiencia, insisto, en este escenario claramente adverso, Euskadi Irratia (+25.000), la Radio Galega (+22.000), Radio Principado de Asturias (+ 16.000) y Onda Madrid, que parece se
recupera de sus ínfimos resultados, bajo la nueva dirección de Alipio Gutiérrez (+9.000). El resto,
todas bajan, incluidas RAC1 (-69.000 oyentes) y Catalunya Radio
(-67.000). Está claro que la ‘tensión catalana’
ha perdido impulso. Pero que nadie piense que se van a desinflar.
Independientemente del sesgo ideológico, RAC1
hace una muy buena radio hablada, y de hecho cuenta con uno de los perfiles de
oyentes más bajos en edad de todas las generalistas.
Esta oleada es una de las peores a las que podía enfrentarse la radio en España, se imponen decisiones con valentía y arrojo
Si nos detenemos en los tramos
horarios de la mañana, y pese a las pérdidas generalizadas, y los números
rojos, claramente dominantes, sí que quiero destacar que los únicos que tienen
reductos en positivo, dentro de sus programas son Carlos Alsina (+34.000, de
8:00 a 9:00 horas) y Juan Ramón Lucas (+12.000, de 10:00 a 12:00 h.). También
Menéndez, en RNE, que suman 39.000 oyentes, de 11:00 a 12:00 h.). Si
recuperamos las medias, está claro que estos conductores de programas hubieran
tenido mayores pérdidas de no haber compensado con estos tramos, aunque les ha
lucido muy poco. No obstante, Lucas tiene mérito, porque ganar oyentes de 10:00
a 11:00 h, justo cuando tienes enfrente al ‘buque’ Herrera, crecido en “La Hora de Los Fósforos” (-145.000 oyentes) es un pequeño gran triunfo.
Vayamos con el resto de la
programación. Con las tardes. El EGM ha introducido cambios bruscos en cada una
de las cuatro grandes posiciones vespertinas. “La Ventana” (SER), de Carles
Francino, pierde 58.000 oyentes, pero
continúa en una holgada posición con 784.000 oyentes. Le siguen en el ranquin “Julia en la Onda”, con Julia Otero, en Onda Cero, con 573.000 oyentes (+30.000), “La Tarde de Cope”, que presenta Ángel Expósito, con 395.000 (-135.000
oyentes) y cierra “Esto me suena”,
con Ciudadano García, en RNE, que reúne 330.000, y es el que más
sube, con 46.000 nuevos oyentes. Esto de ir a contracorriente le encantará a José Antonio García, sobre todo cuando
han reducido una hora la emisión de su programa, y compite por tanto en
inferioridad de condiciones. El descenso tan brusco de “La Tarde de Cope” no es normal. Podría argumentar que sus datos
estaban inflados, pero no es creíble, porque la progresión de ascenso que
llevaba era muy buena, equilibrada y contenida. Como siempre, necesitaremos ver
el siguiente dato, pero ya no pertenecerá a Expósito, sino a Pilar Cisneros y Fernando de Haro, los llamados a sucederle, a partir de septiembre.
No hay mal que por bien no venga, dirán en Cope. Este descenso de “La Tarde” nos permite crecer en la 3ª
ola, pensarán… Es posible, o no.
En los grandes informativos
nocturnos, todos pierden, con una excepción: el programa “24 Horas”, de RNE. El
trabajo de Miguel Ángel Domínguez, y
el equipo de los Servicios Informativos
de la radio pública, ha conseguido atraer 40.000 nuevos oyentes, y colocarse en
477.000, batiendo a “La Brújula” de Onda Cero, de David del Cura, que ha perdido 55.000,
y se recoloca en el cuarto puesto de la clasificación de los informativos
nocturnos (372.000), en su última encuesta, antes de cambiar de destino. Por
último, tanto “La Linterna”, de Cope (686.000), como “Hora 25” de la SER, han
perdido el mismo número de oyentes: 14.000.
Pero, claro, la cadena amarilla sigue manteniendo la misma ventaja, en
porcentaje; aunque se queda por debajo del millón de oyentes (995.000). En todo
caso, Colmenarejo se marcha con un muy buen resultado, bastante compartido con
el fútbol, y las ediciones especiales de “Tiempo de Juego”.
Me preocupa el desinterés de los españoles por su radio, que deja entrever esta oleada
Y hablando de los deportivos, la
noche presenta novedades. Insisto que, en este contexto adverso, subir tiene
doble mérito. Por eso quiero destacar las subidas de “El Partidazo”, de Cope, de Juanma Castaño (+35.000 oyentes,
601.000) y también del que fuera su jefe en la cadena amarilla, José Ramón de la Morena, y “El Transistor” (+31.000 oyentes) que
logra su mejor marca en Onda Cero: 412.000
oyentes. El que pierde en esta ocasión es, de nuevo, “El Larguero”, de Manu
Carreño, que se deja por el camino, esta ola, 18.000
oyentes y, lo que resulta más grave, 164.000 en
el interanual. Los resultados descienden desde que Carreño asumió “El Larguero” y partió con un millón de
oyentes, sumando (o intercambiando) la media hora de “Hora 25” (23:30 a 0:00 h.).
Por último, el fin de semana,
donde la criba ha sido importante. Por partes, las mañanas. Hasta Javier del Pino y su espléndido “A Vivir que son dos días”, en la Cadena SER, se ha visto afectado por la
ola de números rojos y ha perdido seguidores. Pierde 291.000
los sábados (1.642.000) y 229.000 los
domingos (1.541.000). Pero sigue manteniendo, con holgura, el liderazgo e la
radio española del fin de semana. Le sigue Pepa
Fernández, en RNE, con su “No es un día cualquiera”, que también pierde
adeptos: 111.000 oyentes los sábados (794.000) y
la friolera de 342.000 los domingos (640.000). A
pesar de estas cifras desorbitadas, el que más oyentes pierde es Jaime Cantizano, en Onda Cero, que solo los sábados se deja 448.000 y suma 422.000, aunque compensa algo los
domingos con una subida de 58.000 nuevos fieles, y un total de 592.000. Por
último, Cope, con “Fin de Semana”, con Cristina López Schlichting, pierde 66.000 los sábados (744.000) y 106.000 los domingos (649.000).
En cuanto a los deportivos, empecemos
por las posiciones bajas de la clasificación. RNE, y su “Tablero Deportivo”, dirigido por Manu Martínez, sube los sábados 113.000 oyentes, y estoy seguro de
que habrá constituido, en la redacción deportiva, y en Rusia, donde se encuentra
desplazado el propio Manu, para cubrir el Mundial, una auténtica fiesta. Pero
la alegría ha durado poco, porque los domingos pierden 217.000
oyentes, y se quedan en tan solo 179.000, un dato bajísimo. Onda Cero juega en este campo con el “Radioestadio’ a cargo de Héctor Fernández, que se mantiene tanto
el sábado como el domingo, en valores similares (400.000 oyentes los sábados y
466.000 los domingos). “Tiempo de Juego”,
de Cope, suma 68.000 nuevos oyentes los
sábados, y se sitúa en los 1.288.000 y pierde la enorme cifra de 473.000
oyentes los domingos, hasta situarse en 1.233.000. Por su parte, “Carrusel
Deportivo”, de la SER, con Dani Garrido, pierde los dos días, 171.000 los
sábados y 262.000 los domingos, pero sigue siendo líder, justito, tanto los
sábados 1.359.000) como los domingos (1.374.000). Pero estas cifras pueden
cambiar drásticamente el próximo EGM, porque ya vemos que las diferencias son
tan colosales como increíbles. Los márgenes de error de la encuesta de la AIMC
se multiplican ante la falta de encuestas, y presentan unos resultados de difícil
aceptación. Pero, como suelo plantear: es lo que hay.
El consumo de podcast no está tan extendido como algunos pretenden, y no explica, por sí solo, lo que puede estar ocurriendo, tan solo, eso sí, una mínima parte, que irá creciendo, poco a poco
En definitiva, esta oleada es una
de las peores a las que podía enfrentarse la radio en España. Insisto en que
nunca se había dado un descenso tan acusado de audiencia global, en casi 750.000
oyentes (739.000), que ha tenido su inevitable reflejo en las audiencias de los
principales programas de prime time
de las cadenas de radio nacionales. La SER ha reconocido, y le honra, el descenso
generalizado de los oyentes de radio, aunque la razón que ha argumentado es
claramente insuficiente. A menudo me preguntan las razones que explican estos
movimientos de tierra, y a menudo explico que me siguen faltando datos
cualitativos (surgirán en las próximas horas) para acercarme con mayor
precisión a lo que ha podido ocurrir. ¿Quiénes han dado la espalda a la radio:
los hombres, las mujeres, los mayores de 65 años, los jóvenes de menos de 24…?
Todo es importante para precisar el análisis. Pero, con lo que hay, me preocupa
el desinterés de los españoles por su radio, que deja entrever esta oleada. El
consumo de podcast no está tan extendido como algunos pretenden, y no explica,
por sí solo, lo que puede estar ocurriendo, tan solo, eso sí, una mínima parte,
que irá creciendo, poco a poco.
De momento, los datos son los que
son, irrefutables en la medida en que van certificados por los Santos Evangelios del EGM, que es lo que
marca las pautas de la inversión publicitaria. Desde el punto de vista de la
industria, 23.823.000 oyentes son muchos oyentes, y sirven para mantener el
statu quo, de momento. Pero harían muy bien en preocuparse por el futuro a
corto y medio plazo, porque no creo que en la 3ª ola de la encuesta de la AIMC,
que conoceremos allá por el 29 de noviembre se compensen los 739.000 oyentes de
golpe. Subirá, pero no tanto. Quiero pensar que este EGM
representa tan solo un bache en la reciente historia de nuestra radio. Pero no
puedo más que albergar dudas y más dudas de hacia dónde vamos, como no se gire
a tiempo.