José María íñigo: "Yo moriré en el escenario", por Gorka Zumeta
https://www.gorkazumeta.com/2018/05/se-ha-ido-jose-maria-inigo-pero-nos-ha.html?m=0
José María Íñigo ha fallecido esta pasada madrugada en Madrid, a la edad de 75 años
Hoy me he enfadado porque, como Andrés Aberasturi, me parece muy poco afortunado despedir a José María Íñigo como “la voz de Eurovisión”. Este reduccionismo bisoño, propio de quien carece de memoria, o desconoce atrevidamente la historia, demuestra que es muy necesario, imprescindible, que esta España nuestra de las envidias, en la que el deporte nacional es la crítica, cuanto más despiadada mejor, se acerque un poco al ejemplo francés, y trabaje por encumbrar a sus grandes nombres, y agradecerles su trabajo. Esto era lo que escribía en 2012, cuando José María Íñigo cumplía sus primeros 70 años, y entraba en el club de los septuagenarios, del que forman parte también varios de sus compañeros en “No es un día cualquiera”, el programa de RNE, en el que tuvimos la suerte de disfrutar de su impronta, tan marcada.
Repasando la participación de José María Íñigo en el programa, de RNE, "Siluetas", el 20 de marzo de 2014, he encontrado dos frases premonitorias de su vida, y de su muerte, que me han llamado poderosamente la atención: la primera dice, "yo vivo la vida viviéndola, como viene", y la segunda, "yo moriré en el escenario". Y así fue. Cumplió su palabra. En silencio. Discretamente.
También, a continuación, incluyo el podcast con algunos de los momentos vividos, con intensidad, en la edición de “No es un día cualquiera”, de este sábado, en el que ha decidido marcharse. Pepa Fernández abre el podcast con una voz rota por el forzoso desencuentro. No tengo nada más que añadir.
José María Íñigo fue un referente para muchos, para toda mi generación, anterior y posteriores. Lástima que los grandes nombres no perduren en el tiempo, disfruten de la inmortalidad, como ejemplo para la nueva savia. Pero la vida es igual para todos. Igual de exigente. Igual de irreversible. Pero no nos pongamos melancólicos, porque a él no le gustaría. Él no lo fue y no debemos serlo con él.
Piluca Íñigo: “Lo único que quiero es que se le recuerde siempre y nunca caiga en el olvido. Él ha sido un referente para todos”
Madrid, 5 de mayo de 2018. Es muy difícil comenzar a escribir en un folio en blanco sobre alguien que se ha ido y no volverás a ver ni a escuchar nunca más. Es muy difícil superar el ánimo roto y poner la máquina de la memoria a funcionar, seleccionando los mejores momentos compartidos con este monstruo de la comunicación, que empezó en la radio, triunfó en la televisión, pero regresó pronto al medio en el que nació. Es muy difícil escribir, pero más difícil es hablar, conteniendo la emoción, como le ha ocurrido hoy a Pepa Fernández, al abrir “No es un día Cualquiera”, en RNE, la casa que le acogió en los últimos años. Pepa ha tenido que dar la noticia de la muerte de un amigo, compañero, confidente. Se ha ido José María Íñigo. Pero nos ha hecho muy felices.
José María Íñigo ha fallecido en Madrid esta pasada madrugada a la edad de 75 años |
Su carácter gruñón, siempre irónico, indómito, inteligente, oportuno, sabio, a menudo políticamente incorrecto, pero siempre respetuoso, le hacía granjearse el cariño de los oyentes de su programa del fin de semana en la radio pública. “Era un moderno” -comentaban esta mañana en “No es un día cualquiera”. Es que era ¡tantas cosas! que resulta imposible reunirlas todas en un folio. Siempre comentaba aquello de que había sido ¡hasta domador de elefantes! En el circo de Ángel Cristo. Pero esto es solo una anécdota. Como tantas otras que le rodearon y engrandecieron. ¡Qué más da que no supiera freír un huevo, o que no se hubiera acercado nunca, por vocación, a la lavadora o el lavavajillas! A veces pienso que José María Íñigo no era de este tiempo. Era un hombre del Renacimiento, un Leonardo da Vinci de la radio y la televisión, que lo hizo todo, y bien. Fue un hombre de éxito. Aunque lo perdió por el camino. O el éxito se olvidó de él, y padeció el ostracismo. Y tuvo que buscarse la vida, ingeniándoselas para sacar adelante a su gran familia. Y volvió a reencontrarse con el éxito, o éste le buscó, porque le había perdido la pista.
Era un tipo bondadoso como pocos, que se enfundaba el traje de duro cada mañana, para poder resistir los embates de la realidad, tan poco bucólica
Yo le conocí muchos años atrás, en una comida, en la que -¡felices casualidades/regalos de la vida!- nos pusieron juntos. No recuerdo qué comí, ni el resto de detalles de la invitación, pero sí recuerdo la conversación que tuvimos, en la que la SER, la casa en la que nació, allá por Radio Bilbao, y la mía también estuvo muy presente. Teníamos viejos conocidos comunes, a los que admirábamos, y enseguida surgió el feeling. José María era un tipo bondadoso como pocos, que se enfundaba el traje de duro cada mañana, para poder resistir los embates de la realidad, tan poco bucólica.
Cuando la buena gente se marcha surgen a borbotones los recuerdos y vivencias. Él quiso que su marcha de este mundo fuera una fiesta, como las que celebran en Nueva Orleans, al son del dixieland en los funerales, tan nutridos como festivos. Y si ese era su deseo no seremos nosotros los que le llevemos la contraria. Porque llevarle la contraria a José María era para valientes. Tenía una sorna que nunca sabías si estaba de un lado o de otro. Hablaba a menudo en código, incomprensible para muchos, y entrelíneas. Su madurez fue un regalo para los oídos.
Con sus compañeros de "No es un día cualquiera", en RNE. |
Repasando la participación de José María Íñigo en el programa, de RNE, "Siluetas", el 20 de marzo de 2014, he encontrado dos frases premonitorias de su vida, y de su muerte, que me han llamado poderosamente la atención: la primera dice, "yo vivo la vida viviéndola, como viene", y la segunda, "yo moriré en el escenario". Y así fue. Cumplió su palabra. En silencio. Discretamente.
Escucha el programa completo de "Siluetas" (RNE) con José María Íñigo, clicando aquí
He querido recuperar en esta web, y pueden localizarse en la home, dos momentos especiales: su participación en “La Radio que Queremos”, una iniciativa que, sin pretenderlo, reunió a más de doscientos profesionales de la radio de España y Latinoamérica, donde reconocía que “la radio no tiene horizonte”, y el retrato que le hice, en dos entregas, en 2012, cuando cumplió 70 años, y al que antes me refería.
He querido recuperar en esta web, y pueden localizarse en la home, dos momentos especiales: su participación en “La Radio que Queremos”, una iniciativa que, sin pretenderlo, reunió a más de doscientos profesionales de la radio de España y Latinoamérica, donde reconocía que “la radio no tiene horizonte”, y el retrato que le hice, en dos entregas, en 2012, cuando cumplió 70 años, y al que antes me refería.
También, a continuación, incluyo el podcast con algunos de los momentos vividos, con intensidad, en la edición de “No es un día cualquiera”, de este sábado, en el que ha decidido marcharse. Pepa Fernández abre el podcast con una voz rota por el forzoso desencuentro. No tengo nada más que añadir.
José María Íñigo fue un referente para muchos, para toda mi generación, anterior y posteriores. Lástima que los grandes nombres no perduren en el tiempo, disfruten de la inmortalidad, como ejemplo para la nueva savia. Pero la vida es igual para todos. Igual de exigente. Igual de irreversible. Pero no nos pongamos melancólicos, porque a él no le gustaría. Él no lo fue y no debemos serlo con él.
“El Gruñidero”, “El hombre del saco”, “El mundo es un pañuelo”, la inevitable “cucharilla de Uri Geller”, el “¿aquí qué se come?”, “¡Hablemos en español, leches”, todos nombres, momentos, relacionados con su intensa, y envidiable, trayectoria. Su querida hija Piluca, me respondía esta misma mañana a un whatsapp con las palabras que ocupan el lugar del titular de este obituario, y quería terminar con él, porque si bien procede reivindicar sus aportaciones profesionales, la visión personal que ofrece Piluca no la puede aportar nadie más que su familia, quienes le tuvieron más cerca. Parafraseando al maestro, me atrevo, estoy convencido de que como profesional -todos lo reconocemos- fue excepcional, un referente; pero como padre ¡fue la leche! Descanse en paz.
¡Don José María! Mire cómo se le recuerda:
Como defensor de la lengua española, José María Iñigo era un gran defensor del latín. "Sit tibi terra levis", José María. Todo el equipo de Pepa Fernández y los escuchantes de @NEUDC_RNE estamos de luto. pic.twitter.com/U3wl7PPQfq— Emilio del Río (@emilio_delrio) 5 de mayo de 2018
Nos ha dejado un referente del periodismo y la comunicación. Fuerte abrazo a familiares, amigos y compañeros. D.E.P José María Iñigo. pic.twitter.com/aUVy8eLPe8— Antonio Banderas (@antoniobanderas) 5 de mayo de 2018
Buen viaje amigo. Leyenda de un tiempo. Amigo del misterio y de la Nave. Hasta siempre!!— ikerjimenez.com (@navedelmisterio) 5 de mayo de 2018
Muere José María Íñigo a los 75 años https://t.co/bgAZxQDaeh vía @elpais_tele
Hoy no es un día cualquiera. Ha muerto José María Íñigo. Fue un grande. Y punto. #Íñigo@NEUDC_RNE— Isaías Lafuente (@IsaiasLafuente) 5 de mayo de 2018
Qué tristeza. Nos ha dejado José María Íñigo, el bigote de @rtve el presentador de los momentos históricos en TVE, comunicador total, cariñoso gruñón de @NEUDC_RNE , amante de la buena comida, de la música, vengador de anglicismos... Gracias y descansa en paz pic.twitter.com/l2HuuaGMDS— PUEBLA (@jmanuelpuebla) 5 de mayo de 2018
Antes de que nadie hiciera nada José María Iñigo lo hizo todo. Buen viaje maestro.— Toni Garrido (@garridocoronado) 5 de mayo de 2018
Llevo años diciendo "Al Pasado Respeto"... Y hoy, despertamos con la triste noticia del fallecimiento de un compañero, maestro y leyenda de la comunicación. D.E.P. Jose Maria Iñigo.— Tony Aguilar (@TonyAguilarOfi) 5 de mayo de 2018
Reducir a José María Íñigo a "locutor" en el día de su fallecimiento es deshonrar su memoria.— Max Pradera (@maxpradera) 5 de mayo de 2018
Fue un grande de la tele, historia del medio en nuestro país.
Le recordaré siempre.👏👏👏 https://t.co/bRc2vCmC0c
Ha muerto José María Iñigo. Mi adolescencia está marcada por sus programas de radio y televisión, y por sus artículos en “Mundo Joven”, una revista legendaria. Uno de los grandes, sin duda. Descanse en paz. pic.twitter.com/peFkLzGqvh— Antonio San José (@asanjoseperez) 5 de mayo de 2018
Desolado,unido a su familia y a su eterno recuerdo.Jose Maria Iñigo que inmensa fortuna tuve de conocerte.Gracias por tus consejos y tu compañía.— Goyo González (@Goyo_Gonzalez10) 5 de mayo de 2018
Mi sentido pésame a la familia y amigos de José María Íñigo, un gran locutor y comunicador inconfundible, de dilatada experiencia y estilo propio; un maestro para muchos. Descanse en paz. MR— Mariano Rajoy Brey (@marianorajoy) 5 de mayo de 2018
Consternado por la marcha de Josemaria Iñigo. Maestro de maestros. Amigo inolvidable— carlos herrera (@carlosherreracr) 5 de mayo de 2018