La radio universitaria, lo más pegada a la realidad
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El editor reflexiona en torno al modelo de radio universitaria que debería establecerse en las Universidades españolas
¿Y dónde queda, en ese entorno, la radio? Es cierto que la radio no está bien definida, y posicionada, y que, ante la priorización de los medios provistos de imagen, esa gran hechicera, los jóvenes se decantan por soportes visuales. Pero, no hay que olvidar que la radio, hoy en día, forma parte de un conglomerado superior englobado bajo el paraguas del ‘audio’. Y en él se incluye música, podcast, audiolibros, y por supuesto, radio. El escenario, por tanto, a la vista de esta innegable circunstancia, se ha ampliado. Y, como consecuencia de ello, las Facultades deben también contemplar estos cambios y estos nuevos formatos.
Una radio global que sirva a los universitarios y se integre en la sociedad, huyendo de la endogamia
Las Facultades de Comunicación enseñan radio. Instruyen en los secretos de la redacción, realización, producción y emisión radiofónicas. Y, en muchos casos, disponen de unas instalaciones para realizar este trabajo: sus estudios de radio. Curso tras curso, generación tras generación de alumnos, la radio no es la más demandada. Pero así ha ocurrido siempre. Tal vez, en estos nuevos tiempos, la brecha sea mayor, y sobre todo el conocimiento (o desconocimiento) del medio. En varias ocasiones, he comentado este aspecto con profesores amigos de diferentes facultades, y en todos los casos, me confirman que, una vez que los alumnos la han conocido, y sobre todo, la han hecho, es difícil que olviden la radio. Me reconforta sobremanera.
Los jóvenes universitarios que participaron en el programa "Euroconexión", de la Asociación de Radios Universitarias, en el Parlamento Europeo, en Bruselas |
La radio sigue siendo la oveja negra de las Facultades de Comunicación, por medios (la televisión es más cara en equipamiento y su repercusión es, sin duda, mayor, a pesar de su fugacidad), pero también por demanda. Los futuros periodistas se acercan hoy a las Facultades atraídos por el atractivo, incuestionable, del escenario digital, marco de actuación del futuro en el que se mueven con soltura y naturalidad las nuevas generaciones. Lógico que elijan este entorno, porque son nativos digitales. Y no reciclados, como las generaciones más veteranas.
Una radio universitaria tiene que co-existir con las demás emisoras y buscar colaboraciones
¿Y dónde queda, en ese entorno, la radio? Es cierto que la radio no está bien definida, y posicionada, y que, ante la priorización de los medios provistos de imagen, esa gran hechicera, los jóvenes se decantan por soportes visuales. Pero, no hay que olvidar que la radio, hoy en día, forma parte de un conglomerado superior englobado bajo el paraguas del ‘audio’. Y en él se incluye música, podcast, audiolibros, y por supuesto, radio. El escenario, por tanto, a la vista de esta innegable circunstancia, se ha ampliado. Y, como consecuencia de ello, las Facultades deben también contemplar estos cambios y estos nuevos formatos.
La Asociación de Radios Universitarias (ARU) integra a 26 estaciones radiofónicas universitarias que emiten desde 29 universidades españolas, tanto públicas como privadas y que han firmado el Convenio Interuniversitario de Radios Universitarias. Se trata de una organización sin ánimo de lucro, que establece lazos de colaboración entre todas ellas y fomenta los intercambios. El último, muy destacado, ha sido el programa “Euroconexión”, espacio radiofónico coordinado por representantes de las radios de la UNED y la Universitat Jaume I de Castellón, que se ha realizado en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas y que ha contado con la participación de alumnos pertenecientes a 17 radios universitarias españolas, en lo que ha constituido una experiencia sin duda inolvidable para todos ellos. Han entrevistado a siete eurodiputados desde las instalaciones de la Vox Box de la sede del Parlamento Europeo en Bruselas. La experiencia ha sido posible gracias a la organización de la Oficina de Información de España en el Parlamento Europeo.
Este organismo estuvo impulsado desde 2011 por el profesor Miguel Ángel Ortiz Sobrino, director de InfoRadio, la emisora de la Universidad Complutense de Madrid, y desde 2015 por Daniel Martín Pena, de la Universidad de Extremadura. Cada vez se adhieren más radios universitarias, porque se van creando y sumando al proyecto de ARU. La última en llegar ha sido RadiUS, la radio de la Universidad de Sevilla. Y hay otras en gestación, como la de “Radio Activos”, en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Deusto, en su campus de San Sebastián.
La presentación en público de la última radio universitaria en incorporarse a la ARU: RadiUS, Radio Universitaria de Sevilla |
Tuve ocasión en la pasada Semana de la Radio en Barbastro de conocer a Ángel Mancebo, director del CEMAV (Centro de Medios Audiovisuales de la UNED), que nos instruyó, en su ponencia, en torno a la ingente producción radiofónica de la Universidad Nacional de España a Distancia, parte de la cual se emite a través de Radio Nacional de España, lo que da idea acerca de los niveles mínimos de calidad exigibles. Mancebo entonó el mea culpa cuando analizó, en tono autocrítico, el papel de las radios universitarias y comentó que “aunque hay de todo, sí que es cierto que el marco general de la actividad de las radios universitarias es seguir la inercia de lo que ya se hace en las grandes cadenas de radio. En el caso de los programas de radiofórmula, yo personalmente, no les encuentro, aparte de lo que es la práctica del alumno, mayor sentido. Y, sin embargo, sí creo que sería importante innovar en nuevos formatos, tanto desde el punto de vista tecnológico como de contenidos, y es algo que yo echo de menos en el panorama de las radios universitarias”.
Una radio universitaria debe integrarse en el nuevo entorno de producción de cápsulas de audio (podcast)
El hecho de que los universitarios españoles que quieran dedicarse al periodismo o la comunicación dispongan en sus Facultades de emisoras de radio es una enorme ventaja para progresar más allá de la teoría, sin duda necesaria, para evitar caer en errores ya superados. Pero ¿cuál es el papel que observo, desde mi punto de vista de analista, de lo que considero una radio universitaria? He aquí mi reflexión:
Una radio universitaria debe resultar útil a los universitarios. Debe servir de canalizadora de las inquietudes, de la creatividad, de la imaginación de los estudiantes, y debe animarles a profundizar en su lenguaje.
Una radio universitaria debe carecer de límites. No deja de ser una oportunidad magnífica para investigar, para arriesgar, para probar propuestas novedosas, nuevos formatos, nuevas recreaciones y fusiones de géneros, y por supuesto equivocarse y seguir aprendiendo.
Una radio universitaria debe ilusionar. La radio tiene que atraparte, por eso resulta fundamental que el entorno de trabajo de la radio sea favorable a los alumnos, ni se convierta en una barrera a la libertad creadora ni tampoco en una imposición de límites. Los profesores deben instruir, pero no coartar.
Una radio universitaria debe también reproducir el entorno laboral más ajustado posible a la realidad. Tiene que convertirse en un banco de pruebas, lo más real posible, del marco laboral que se van a encontrar los estudiantes cuando se incorporen al mercado de trabajo. Disponer de una tecnología lo más actualizada posible ayuda, sin duda.
Una radio universitaria tiene que co-existir con las demás emisoras y buscar colaboraciones con emisoras comerciales o públicas. Debe huir de la endogamia y abrirse a nuevas experiencias, y colaboraciones con emisoras de la ciudad donde está ubicada. Además de utilizar la plataforma de ARU, debería llegar a convenios de emisión con emisoras locales y/o regionales, lo que al mismo tiempo eleva el nivel de calidad necesario para responder a ese compromiso.
Una radio universitaria debe integrarse en el nuevo entorno de producción de cápsulas de audio (podcast). Debe convertirse también en una productora de contenidos en audio, lo que hoy se conoce como ‘podcast’, y disponer de su propia plataforma de difusión.
Los futuros periodistas se acercan hoy a las Facultades atraídos por el atractivo, incuestionable, del escenario digital
Una radio universitaria debe aspirar a lograr audiencia entre los propios universitarios. Debe por tanto producir contenidos que interesen a este colectivo, facilitando su presencia y participación en la antena (streaming o podcast).
En definitiva, la radio universitaria tiene que servir a los universitarios. Puede parecer una perogrullada, pero no siempre ocurre así. Todos los futuros profesionales del periodismo, o la comunicación, deberían pasar por la radio. Para aprender. Pero sobre todo para dejarse impregnar por su magia.
En definitiva, las radios universitarias deben responder a las expectativas de los alumnos, tanto de los que aspiran a vivir de este medio profesionalmente, como de los que, optando por otros medios, deben también conocer sus resortes más destacados. No puede haber barreras a la creatividad, debe fomentarse la innovación y, en última instancia, debe facilitarse que el alumno se sienta absolutamente libre para, con los recursos del lenguaje radiofónico, pueda producir el contenido que realmente le apetece, siempre siguiendo, como es lógico, las pautas de su profesor, que actuará como un incitador a la creación y no como un fiscalizador de su actividad.
Toda la ayuda que pueda prestarse a la radio seguirá siendo poca, pero si los jóvenes que la prueban se aficionan, perseveran, y crecen dentro de ella en las radios universitarias, tendremos un gran camino recorrido, necesario e imprescindible, para garantizar la continuidad del medio, tan en entredicho, al menos como lo conocemos hoy en día.