Luis del Olmo, un cartujo de la radio
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Invitado en el programa "Mi casa es la tuya" (Telecinco), de Bertín Osborne
Si hubiera que recurrir a un solo
adjetivo para calificar el programa de “Mi
casa es la tuya” (Telecinco), de Bertín
Osborne, del pasado viernes 30 de marzo, elegiría “nostálgico”. Se percibía claramente que el cantante
idolatraba a Luis del Olmo, y que había
crecido con él, y su “Protagonistas”,
la marca –no sé si todavía, probablemente ya no- más conocida, y reconocida, de
la radio española. Pero el cariño con que se dirigía al leonés dejaba en
evidencia su admiración, y respeto. Del Olmo se sentía querido, a gusto, y
contó historias, y anécdotas, por otra parte ya desveladas en anteriores
entrevistas, pero que contadas por el maestro siguen teniendo una fuerza
incuestionable.
Fuerza como cuando una señora,
oyente de su programa, sentada en una de las primeras filas de un “Protagonistas” realizado cara al
público, sin dejar de llorar, a la pregunta del propio del Olmo sobre si podía
hacer algo por ella, respondió que venía a pedirle perdón, “porque mi hijo ha sido quien ha querido
asesinarle”. O cuando, en un esfuerzo incontenible de rabia el presentador
calificó a los etarras de “hijos de puta”,
y una señora le llamó por teléfono para contestarle que “bastante tenía ella con tener un hijo en ETA, y que no era una puta”.
Del Olmo replegó su furia y le pidió perdón.
Luis del Olmo, en el sillón de "Mi casa es la tuya", de Bertín Osborne |
Carlos Herrera se atrevió a mirar a cámara para dar detalle de la receta que iba a preparar. Sabe que la televisión es espectáculo, y lo dio
“Mira, yo tengo un montón de premios, pero ninguno tan valioso como cuando se me acercan por la calle –gente de mi generación- y me dicen: ‘gracias señor del Olmo por haberme hecho tan feliz’. Estas frases son las que más valor tienen para mí”, confesaba, convencido, el locutor, mirándole a los ojos a Bertín Osborne, que al principio de programa ametralló a su invitado a base de preguntas cortas, con tiempo límite, y cortante. Luego le dejó hablar. Pero la ‘ficha inicial’ fue casi trepidante. Agobiaba al telespectador y, seguro, a su invitado.
Otro de los momentos en los que
Luis del Olmo logró acongojar al telespectador fue cuando, una vez más, recordó
su diálogo con Jon Idígoras, líder
de Herri Batasuna, a quien le abrió el micrófono de “Protagonistas”, para que acusara al presentador de todo tipo de
cargos, sin juicio de por medio. Al concluir sus insultos, colgó. Y del Olmo,
con toda la frialdad del mundo, le dijo lo que tenía que decirle. Tras esta
entrevista, una escolta de la Policía le acompañó durante veinte años, a él, su
mujer y sus hijos. Al final de estas dos décadas, el leonés se hizo íntimo
amigo, como no podía ser de otra manera, del jefe de su escolta.
ETA intentó matarle, al menos, en
ocho ocasiones y el presentador lograba burlar el asedio mortal gracias a la
suerte y a la pericia profesional de sus escoltas. Pero no cambió su forma de
pensar, no cambió su domicilio fuera de España para calmar las aguas, y
continuó –junto a su familia- al frente de “Protagonistas”.
“Solo he pasado en la radio 58 años”,
le dijo a Bertín Osborne, con sorna.
Los cuatro invitados de Bertín Osborne, en su cocina. La primera parte del programa tuvo a Luis del Olmo de protagonista; la segunda, a Carlos Herrera |
Bertín Osborne no se dejó nada en
el tintero. Los guionistas de “Mi casa es
la tuya” trabajaron a fondo la biografía del ponferradino y el cantante hizo
suyo el cuestionario desde lo más profundo de sus recuerdos del medio. Hablar
de radio en España es hablar de Luis del Olmo, que ya lleva tres años fuera de
la radio, desde que dijo adiós en Radio Nacional de España, adonde volvió
–ahora está claro- para cerrar el ciclo, después de que Punto Radio, su
proyecto más personal, y por el que más ilusión acumuló, fracasara por una mala
gestión de Vocento.
Después de 58 años madrugando en la radio, a Luis del Olmo su propio administrador le robó catorce millones de euros
Bertín le preguntó por el desfalco que protagonizó su administrador de toda la vida, que le robó nada menos que catorce millones de euros, toda una vida de esfuerzo, y de sueños futuros, pensados en su familia, en sus nietos, a los que adora. “Un día vino la mujer de mi administrador a casa y nos confesó que nos había robado el dinero. Luego me dijo que se había divorciado de él. El primer juicio lo gané yo, hace unas pocas semanas, le condenaron a diez años de cárcel y a devolverme el dinero. Pero ahora ha recurrido, y pasarán otros dos años hasta que vuelva a salir el juicio. No sé yo si lo veré. Al que suelo ver es a él, paseando por la Diagonal de Barcelona…”, se quejaba Luis del Olmo de la ineficacia de la justicia española.
Del Olmo fue el invitado de la
primera parte del programa y de la final, del epílogo. La segunda parte de “Mi casa es la tuya” la acaparó Carlos Herrera, que llegó a la casa de
Bertín Osborne, acompañado de su hija, la modelo Rocío Crusset (el apellido de su abuela patena). El tono del
programa cambió radicalmente. A partir de este momento del Olmo se convirtió
casi en un convidado de piedra, con mirada a veces ausente, a veces cómplice,
con los comentarios que oía. No terció en el tema de Cataluña, en el que se
percibió un claro alineamiento de Carlos Herrera con Bertín Osborne con los
constitucionalistas fervientes, mientras que Kike del Olmo y Rocío manifestaban
al menos sus dudas respecto a la necesidad de dialogar, o buscar soluciones
alternativas y viables. Luis del Olmo asistía impávido al rifirrafe dialéctico,
que no fue a más.
Del Olmo recordó episodios esenciales de su vida, personal y profesional |
Carlos Herrera se confesó el más
republicano de todos los presentes. Pero borbonista
en una España que necesita un árbitro por encima de partidismos políticos, que
alimentan la vehemencia patria, tan vulnerable, “aunque no creo que España sea mucho más especial que cualquier otro
país”, añadió el almeriense.
Herrera contó cómo Luis,
involuntariamente, gracias a un inoportuno cólico nefrítico, le dio su
oportunidad en antena, porque no tuvo más remedio que abandonar el micrófono, y
cedérselo a un joven, y prometedor, Carlos Herrera, que llegaba con fuerza,
procedente de Radio Sevilla. A su vuelta, del Olmo le quiso pagar los tres días
al almeriense, a lo que éste se negó. Pero Luis le quiso hacer un regalo: un
reloj Cartier. “A partir de ahora, me
tendrás siempre a tu lado Luis”, le prometió Herrera, enormemente
sorprendido por el generoso gesto de del Olmo. “Ya me dijo mi mujer que tuviera cuidado con este tipo, que me iba a
mandar a hacer puñetas”, reveló el ponferradino al referirse al chef que había seleccionado Bertín
Osborne para ocuparse de la comida.
Lo que pudimos ver, y oír, en el
programa de Bertín Osborne, que no deja de perseguir audiencia, en un canal tan
competitivo como Telecinco, viajaba en el tiempo hacia atrás. Herrera volvió a
contar, con su guasa innata, tan contagiosa, la anécdota del premio Nobel de
Poesía polaco, del que Luis del Olmo quería un poema para abrir “Protagonistas”, faltando pocos minutos
para las nueve de la mañana, y cómo Luis
Cantero se atrevió a inventárselo. Todos reían, entre sorbo y sorbo de buen
tinto del Bierzo.
Bertín Osbone le ruega a Carlos Herrera que deje de meterse con la cocina de inducción de su cocina. "Esto no es una cocina, dice el almeriense; esto es un water" |
Todos los oyentes de Luis del Olmo, hoy, peinamos canas; y seguimos siendo deudores de la radio que nos dedicó. ¡Gracias, maestro!
Es incuestionable que Luis del
Olmo acumula una historia que, todavía, toca de cerca a varias generaciones que
nacimos con él, y crecimos junto a la radio. Pero somos ya mayores quienes le
recordamos y le apreciamos. “Yo reuní a
los mejores humoristas del momento en aquel ‘Debate sobre el Estado de la
Nación’, ¡y les pagaba yo! Porque mi
sueldo me permitía hacerlo”, descubrió del Olmo a Bertín. “Tenía
también a los mejores contertulios, los directores de los principales
periódicos”, añadió. El leonés siempre tuvo fama de pagar bien a sus
colaboradores. Iñaki Gabilondo, que también participó, comentó, risueño, “pienso que Luis se despierta todas las
mañana diciendo ‘buenos días, España’,
porque ha sido la persona, que yo conozca, que ha vivido más intensamente la
radio”.
Luis del Olmo es historia viva de
la radio en España. Un personaje que ha dejado su estela allá por donde ha
pasado, y ha pasado por todas las cadenas, incluida la SER (aunque en Radio Asturias de Oviedo,
en sus comienzos adolescentes). Carlos Herrera trabajó con él, y hoy es sin
duda su discípulo más aventajado. Pero también otro de los nombres que, estoy
convencido, tiene mucho que decir en el actual panorama radiofónico: Carlos Alsina. Todos recuerdan su
enorme celo profesional por hacer bien su trabajo. Si había que despertarle
antes, porque la actualidad así lo exigía, Luis nunca ponía ni un solo
inconveniente. Lo ponía, al contrario, si no le avisaban.
Carlos Herrera acudió a la invitación de Bertín Osborne, acompañado de su hija Rocío Crusset, modelo profesional |