¿Hacia dónde va -o debería ir- la radio musical?
https://www.gorkazumeta.com/2018/02/hacia-donde-va-o-deberia-ir-la-radio.html
El futuro de las radiofórmulas musicales, ante la irrupción de las ofertas de audio online
En muchos casos, lo que denominamos ‘radiofórmulas musicales’ ya no lo son
Hace unas semanas, Juanma Ortega reflexionaba en ‘InnovaciónAudiovisual.com’ en torno al futuro de este formato de radio y lo hacía desde un post en el que rompía algunos esquemas meditados y asumidos, profundamente enraizados en la tradición, origen y esencia, de la radio musical, desde sus comienzos. Comentaba Juanma que: “El reto en la radio (musical) está en dar valor añadido a la escucha de música que podría escucharse en cualquier plataforma de streaming (Spotify o Youtube)”. Creo que en esto no hay nadie en desacuerdo, en la medida en que ir en contra de este argumento supondría la eliminación, directamente, de la radio musical por desinterés. Donde surge la discrepancia es en la definición, y cuantificación, de ese “valor añadido”.
Rafael Revert, el creador y fundador de Los 40 Principales, la primera radiofórmula musical de la radiodifusión española, surgidos en la SER |
La supervivencia de la radio pasa por la búsqueda de nuevos formatos y contenidos, que atraigan, y arraiguen, en nuevas generaciones de oyentes
Según cuenta en su blog el propio Juan de Dios, la programación inicial prevista de aquellos “40 Principales” de fines de los 70, ya con entidad propia, y pronto red de emisoras, comenzaba a las 8 de la mañana, hasta la 1 de la madrugada, en que se apagaba, literalmente, y todos se iban a casa. Hoy, algo impensable. La siguiente generación de DJ’s fueron José Antonio Abellán, que llegó en el 78 a Radio Madrid FM, Fernandisco, Yolanda Valencia, luego el propio Juanma Ortega, llegado de Radio Barcelona, inspirador de esta reflexión, Luis Vaquero, etc. Eran auténticos ídolos, y reunían en cada convocatoria pública, a miles de fans que acudían atraídos, tanto por los artistas que actuaban/sonaban, como por el imán que ejercían sobre ellos estos grandes nombres de la radio musical española de aquellos años.
Eran los tiempos en los que la radio musical era imbatible. Los tiempos en que los nombres citados tenían un enorme poder mediático, y atractivo popular entre sus oyentes; sus opiniones tenían tanta fuerza que el hecho de que alguno de ellos recomendara tal o cual canción, hacía que el single se vendiera por miles y miles de ejemplares. La prescripción era la esencia misma de la radio musical de aquellos años. La industria musical eligió este medio para mostrar sus novedades y el dinero corría a espuertas… La rentabilidad de las Musicales era mucho más alta que la radio generalista. Aún lo sigue siendo. Pero entonces era poderosa. Y hoy ya no tanto, sin ser tampoco anecdótica, como mantienen otros.
Dos referencias, y referentes, en Los 40 Principales de los 80: Fernando Martínez -Fernandisco- y Joaquín Luqui |
Cuando un DJ de los 80, de Los 40, recomendaba un single, hacía que se vendieran miles y miles de ejemplares
En un determinado momento, a alguno de estos especialistas se le ocurrió la brillante idea de pensar que los oyentes no querían interrupciones en la música emitida e incorporó a la programación la estrategia ‘diez temas sin publicidad’, que aún hoy siguen practicando algunas emisoras. Fue el principio del fin, la gran equivocación de la radio, porque perdió, deliberadamente, su apellido ‘radio’ y se convirtió en un 'hilo musical', en el que molestaban hasta los locutores, que pasaban a mejor vida, al convertirse en meros comparsas de los ordenadores, que llevaban la programación musical en su base de datos, sin posibilidad de cambio o modificación, y por supuesto sin aportación posible.
El camino de la radiofórmula musical en España le abocó a la cuasiautomarginación, en cuanto surgieron, con fuerza, los nuevos actores del escenario musical global, hablo de Spotify, o Youtube, entre los más solicitados. ¿Qué ventaja puede encontrarse entre escuchar música por la radio, la que te ponen –ellos deciden- o escucharla, y tenerla, en tu móvil (smartphone) y pincharla a voluntad? Está clara la elección. Pero si la radio no hubiera dejado de ser radio, no hubiera renunciado a una imagen potente de sus DJ’s, sólida, construida alrededor de su figura, henchida de credibilidad y prestigio, esculpida en prescripción, la radio musical no lo estaría pasando como lo está pasando. De hecho, atribuyo, en parte, a esta variable, la recuperación de la audiencia de Radio 3 de RNE, que no perdió nunca las esencias. Los consultores, está claro, reforzaron el corto y medio plazo, pero han perjudicado a la larga la esencia del medio, y lo han debilitado ante la irrupción de las nuevas ofertas de audio o vídeo online.
Juanma Ortega en sus tiempos en Los 40 Principales, hoy una voz más que autorizada para reflexionar sobre la radio musical en España |
De hecho, uno de los atractivos de la radio es el apego de la audiencia a sus comunicadores preferidos, lo que aumenta su fidelización. En la radio musical española no hay referentes del peso específico de aquellos grandes nombres de Los 40 Principales de los 80, que eran capaces no solo de saberse la vida y milagros de Elton John, The Police o Michael Jackson (nombres que triunfaban en aquella década); sino de demostrarte por qué su música merecía la pena ser escuchada, y disfrutada, tal era la pasión que le echaban, aparte de oficio. Yo recuerdo que mis compras de discos primero, y CD después, eran consecuencia directa de la escucha de aquella radio que marcaba pautas.
El principio del fin de la radio musical en España fue la introducción del formato 'música sin interrupción', porque perdió su apellido y se convirtió en un 'hilo musical'
Es cierto que la competencia de Spotify o Youtube, o Apple Music, hubiera minado la influencia de la radio musical española, pero estoy convencido de que no al mismo nivel, porque nunca podrían haber competido contra una prescripción de la solidez de la apuntada.
No he concluido la relación histórica de lo que considero el camino que ha seguido la radio musical en España. Con la llegada de internet, la radio se asustó y ante la facilidad con la que se podía acceder a la música online, y a su casi infinito catálogo, decidió que la alternativa, ahora, pasaba por la radio musical hablada, pasaba por rellenar la parrilla de programas, los morning shows sumaron una hora más de emisión (de 6:00 a 11:00 h.) entre otras cosas para recuperar posiciones perdidas en el EGM, ante la debilitación sufrida por el bajón de audiencia. Los morning se reforzaron con los afternoon y nigth shows… y la fórmula musical quedaba circunscrita a los tramos de menor audiencia potencial. Pero la precariedad laboral no iba en consonancia con este cambio de planes y, con algunas excepciones, las cadenas musicales no dedicaban muchos recursos a desarrollar equipos fuertes para responder a estas nuevas parrillas.
En el fondo, sin querer reconocerlo, la radio musical española estaba cambiando su chip como formato, intercambiando la radio musical, por una radio de contenidos prioritariamente musicales, pero no solo musicales. La enorme accesibilidad existente hoy día a cualquier tipo de contenidos, incluidos los sonoros, ha hecho que las coordenadas de la radio musical también varíen, y se vuelvan más laxas con la auténtica esencia de este formato: la música.
Documento cronológico de Los 40 Principales de los 80 en España. Solo continúa Tony Aguilar. |
Estamos hablando de crear otro puente de acceso de los más jóvenes al consumo de radio, a través de nuevos productos, creados ex profeso para ellos
Tal vez, en el fondo, habría que hablar de equivocación de los formatos, y de que la radio musical española evolucionó en otra cosa, diferente a la que había sido su esencia; pero en lugar de cambiar de nombre del contenedor, optaron por mantener su identidad primigenia –radiofórmulas musicales- y echar para adelante. Radio 3 de RNE, sin embargo, ha permanecido fiel a sus orígenes y, con los lógicos cambios generacionales de comunicadores, provocados por el paso inexorable del tiempo, continúa organizándose de manera similar a como lo hacía antaño: en torno a programas musicales, sin ser, de ninguna manera, una radiofórmula musical y por tanto teniendo mucho más criterio y desde luego, libertad, a la hora de programar la música en la antena.
No son pocos los directivos de emisoras musicales en España que reconocen, a la vista de los acontecimientos, y su evolución, que la radio cavó su propia fosa cuando se convirtió en un simple hilo musical y renunció a ser radio. Pero la desorientación en que ha sumido a la radio musical la irrupción de internet todavía no le ha permitido encontrar un nuevo camino alternativo a la ‘música a la carta’, que ofertan Spotify o Youtube, las bestias negras para la radio musical mundial.
Tony Aguilar, con Cristina Boscá detrás, en el estudio de Los 40 en el que él estrenó el 'Anda Ya" (1995-98) y luego dejó paso a Juanma Ortega (1998...) |
Puedo coincidir con la visión de Juanma Ortega, pero también con una visión contraria, que apunte a una radio hablada con música. Como también apuntaba en Twitter, Xavi Rodríguez, de Kiss FM, otro ex40, sentenciaba “in medium virtus” (La virtud está en el medio”). Ciertamente. Pero no pueden, como mantengo, denominarse igual: una radiofórmula musical es lo que es, una sucesión de temas musicales, uno tras otro, presentados y servidos por un DJ. Lo otro, la sucesión de programas en la parrilla no puede encuadrarse bajo el mismo paraguas. Es… otra cosa, igualmente válida. Pero si hablamos de radiofórmulas –Kiss FM, M80, Melodía, Máxima, Hit FM, Dial, Los 40, etc.- su esencia es la que es: la música.In medium virtus (creo)... abrazos a todos!— Xavi Rodríguez (@XaviRodriguez) 2 de febrero de 2018
"Yu, no te pierdas nada", con Dani Mateo, ¿es un programa, un programa musical, o un programa con música? Este programa abre una nueva senda que habría que seguir |
Ya existen embriones de nuevos formatos dirigidos a los más jóvenes, donde la combinación del humor, la música, incluso el deporte, resultan contenidos 'imanes'
La supervivencia de la radio pasa por la búsqueda de nuevos formatos y contenidos, que atraigan, y arraiguen, en nuevas generaciones de oyentes. Y está claro, por ejemplo, que hay un contenido que funciona, y no es otro que el humor. “La vida moderna”, en la SER, en la que David Broncano, junto con Ignatius Farray y Quequé dan rienda suelta a su creatividad, es un producto que funciona, y que atrae audiencia (no tanto en radio, pero sí en redes sociales;o sea, el caladero donde hay que pescar oyentes más jóvenes...).
Una radio hablada, con presencia musical –pero no dependencia, cuidado- en la que se combinen contenidos como el humor, la información, el servicio público, las nuevas tecnologías, los videojuegos, las redes sociales; en suma la nueva realidad que viven hoy las nuevas generaciones, partiendo de los 30-35 años hacia abajo; o sea, justo el target que más necesita la radio para sobrevivir. Es más fácil que se pasen de este producto al generalista. Estaríamos hablando, por tanto, de crear otro puente de acceso de los más jóvenes al consumo de radio hablada, y sobre todo –y más importante- al hábito de escucha.
La tecnología, por otra parte, condiciona la evolución. Y es más que posible que nos reserve agradables sorpresas de cara al futuro como la customización. Ahora mismo vivimos el tiempo de las radios prêt-à-porter, pero pronto llegará, anuncian, la radio "a medida", construida a base de los datos (metadatos) que los oyentes se van dejando por el camino. Las nuevas generaciones son más tecnológicas, ¡qué duda cabe! Y la radio debe aprovechar, también, esta circunstancia. Una radio para cada oyente... Pero no nos olvidemos, por favor, que, salvo los frikis, la audiencia se mueve no por gadgets, sino por contenidos. Esa radio 'a medida' tendrá que convencer.
La tecnología, por otra parte, condiciona la evolución. Y es más que posible que nos reserve agradables sorpresas de cara al futuro como la customización. Ahora mismo vivimos el tiempo de las radios prêt-à-porter, pero pronto llegará, anuncian, la radio "a medida", construida a base de los datos (metadatos) que los oyentes se van dejando por el camino. Las nuevas generaciones son más tecnológicas, ¡qué duda cabe! Y la radio debe aprovechar, también, esta circunstancia. Una radio para cada oyente... Pero no nos olvidemos, por favor, que, salvo los frikis, la audiencia se mueve no por gadgets, sino por contenidos. Esa radio 'a medida' tendrá que convencer.
David Broncano, junto con Ignatius Farray (izq.) y Quequé (der.), artífices de "La vida Moderna" |
Hola Gorka.
ResponderEliminarTenía ganas de opinar en tu excepcional página web. Y para los que me conocen por la blogosfera (más como Axwell) saben que no dejo pasar la ocasión de hablar de mi sueño no realizado que es la radio musical.
Desde mi experiencia vital, en mis poco más de 30 años, yo también fui oyente de Los 40 (creo que en el futuro cada vez se oirá menos esta expresión) de 1998 a 2001. Lo que me enamoró de esa radio no fueron sus programas hablados (cuando los necesitaba los encontraba en la radio generalista) por los que tanto se aboga, sino su extenso a la par que ecléctico repertorio musical. Me fascinaba que en una radio conviviesen Depeche Mode, Pedro Guerra, Metallica o Shola Ama, por mencionar grupos de estilos diferenciados. No digo que los Guetta o Maluma de turno dejen de sonar, pero es una pena como se ha enterrado el producto variado y ecléctico que con tanto mimo parió Rafael Revert. Donde antes había una vasta cultura musical, ahora sólo encontramos restricciones del tipo "es que a los jóvenes de ahora no les gusta el rock" o "el country y el jazz están desfasados", etc. De todas maneras, todo se resume en una comparativa numérica (porque los números no mienten). En 1987, pasaron por la lista de los40 un total de 765 canciones. Treinta años después, en 2017 han sido 134 los temas que han entrado en el celebérrimo conteo. Los nuevos tiempos dicen algunos. Juanma Ortega habla de la especialización. Para mí solo tiene un nombre: destrucción de la cultura musical. Como melómano empedernido, me da pena. Mucha.
En lo que respecta a los programas hablados, yo no me identifico con ninguno. Y es que debido a un cumulo de horas de conducción, he tenido la oportunidad de poder dedicarles tiempo y no hay nada que me convenza en su totalidad. Sólo retazos. La encuesta absurda de Javi y Mar, algo de Marcial Sánchez, algo del tiempo divertido de las Mañanas Kiss. O sea algo que no molesta o sonroja al oyente como las ínclitas bromas telefónicas. Yo sólo he conocido a una persona capaz de realizar un programa de humor en una radio musical sin apenas usar música, consiguiendo captar mi atención durante la emisión completa del espacio, y responde al nombre de Alfonso Arús. Pero claro, estamos hablando de un genio. Y de estos aparecen con poca frecuencia.
En definitiva, no sé a donde podría ir la radio musical. Me gustaría decir que volveremos a navegar por aguas eclécticas, pero es complicado "reeducar" musicalmente al oyente musical. Sin embargo, es triste que echemos a perder la cultura musical de las generaciones venideras. En lo que a mi persona respecta, sumido en un afán "juanpalomesco" me dedico a escuchar las novedades musicales con los innumerables recursos que nos ofrece la web. Gracias a ello pude dar forma a uno de mis dos hijos (https://totalmussic.wordpress.com/) al que espero convertir el día que junte la valentía suficiente, en lo que ya podemos la cantera más certera de la radio: el podcast. Por cierto, mi otro hijo internauta, en el click de mi seudónimo. En fin, muchas gracias por dejarme expresar mi parecer sobre dicha temática, y mucha suerte en la vida maestro Gorka.
Saludos Musicales.
Mil gracias por tu reflexión, tan amigable, y positiva, a pesar de las circunstancias que está atravesando la radio musical, atemorizada por la irrupción de las nuevas formas de consumo de audio online. Te animo a que sigas leyéndome, y participando con tus reflexiones. Será un placer recibirte en ésta tu casa.
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