La "gamberrada" de 'A Vivir que son dos días"
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Isabel Gemio, competidora de "A Vivir" durante catorce años, ha sido la invitada de Javier del Pino
La SER contraprograma a Onda Cero con dobles sentidos...
Onda Cero quería cambiar sus fines de semana. Está claro. Pero el acuerdo entre ambas partes contó también con unas declaraciones de la propia Isabel Gemio en las que reconocía que había llegado el momento de cerrar una etapa. En la cadena verde no se explican muy bien el cambio radical de la presentadora extremeña. Siempre será mejor una salida pactada, aunque salida al fin y al cabo, que un despido fulminante como el citado antes de Gemma Nierga.
La reacción, inmediata, natural y sincera de Javier del Pino hizo sonreír a todos en el estudio, y en el control. Unos se reían desde la superficialidad del comentario, sin darle mayor trascendencia, al desconocer el contexto en que se mueve el periodista madrileño, la cuerda floja en la que se tambalea cada fin de semana y otros lo hacían con una media sonrisa, como atribuyendo a Javier, tal vez su jefe, unas razones, unos hechos, una intrahistoria que diría el libérrimo don Miguel de Unamuno, que apuntan en ese camino. El verano pasado Carlos Herrera difundía una imagen en su Twitter en la que se le veía junto a Javier (¡dos grandes!) bajo el comentario “todavía no hemos renovado nuestros contratos”. Herrera ya lo ha renovado con Cope. Falta Javier.
También, estoy seguro, que Isabel Gemio se sorprendería al recibir la llamada de la productora de “A Vivir que son dos días” para invitarla al programa, justo en el primer día en que ella no presentaba su “Te doy mi palabra” en Onda Cero, y se estrenaba Jaime Cantizano (“es muy guapo”, es el único adjetivo que Gemio le ha dedicado en la entrevista en “A Vivir”).
Antonio Castelo: ¿No tienes curiosidad en escuchar qué es lo que está haciendo ahora Cantizano en Onda Cero”
J.P.: Perdona… perdona…
No creo que nadie, a estas alturas, se sorprenda (‘Sorpresa, sorpresa’) de la presencia de Isabel Gemio, y de otros profesionales de la radio, que han sido competencia directa de la SER, en el ‘A vivir que son dos días” dirigido por Javier del Pino. En la primavera del 17 volvimos a escuchar de nuevo por los micrófonos amarillos a un José María García pletórico, en una entrevista con mucha enjundia.
Antonio Castelo, Isabel Gemio, Javier del Pino, Quique Peinado y Ana Morgade, fotografiados en el estudio A1 de la SER (Fotografía CadenaSER.com) |
Hoy sábado ha sido Isabel Gemio, una periodista que, aunque nació profesionalmente en la SER, hoy está en las antípodas de la radio que se hace en esta cadena propiedad del Grupo Prisa. Sin embargo, del Pino, aparte de propiciar un ‘zasca’ en las orejas a Onda Cero en el estreno de Jaime Cantizano en la franja horaria que ocupó Gemio, contraprogramar, se ha apuntado un tanto al volver a centrar el interés de sus oyentes, y de los exoyentes de la periodista extremeña, en un despido que, según propia confesión, le ha “dolido” mucho. Y ha vuelto a reiterar su deseo de regresar a la radio, o a la televisión, después de un tiempo invertido en su familia, y en ella misma.
Este episodio tuvo sin embargo una prehistoria bien distinta a la que hoy ha denunciado, otra vez, Isabel Gemio, en la antena de la SER. La salida de esta profesional de Onda Cero fue en sus orígenes un acuerdo entre ella y la dirección de la cadena de radio de Atresmedia. El director general de Onda Cero, Ramón Osorio, mostró en aquel momento, septiembre del año pasado, su agradecimiento a Isabel Gemio a través de un comunicado: "La capacidad de comunicación y compromiso de Isabel la convierte en un todo un referente”. Pero hoy la periodista dice otra bien distinta: de acuerdo nada, aunque agradece a la cadena verde “estos catorce años de radio que me han permitido hacer”.
Hay un indicio que nos lleva a pensar en que, efectivamente, se trató de un acuerdo, y es que Isabel Gemio comenzó temporada en septiembre de 2017. Si Onda Cero hubiera estado decidida a prescindir de ella, como hizo la SER con Gemma Nierga el año 17 (mucho más bruscamente), no hubiera tenido esta oportunidad, que culminaba por cierto, con la campaña de Navidad en beneficio de la Fundación que lleva su nombre, y que se ocupa de la investigación de Enfermedades Neuromusculares, Distrofias Musculares y otras Enfermedades Raras. La dirección de Onda Cero tuvo el detalle de facilitarle este colofón profesional, que ayudaba a generar ingresos a su Fundación. Ambos entonces acordaron una salida pactada “por motivos personales” de la presentadora. Pero algo le hizo cambiar de estrategia cuando se vio fuera.
Onda Cero llevaba meses trabajando en el sustituto de Isabel Gemio, y Jaime Cantizano no fue la primera opción. Entre sus objetivos, está claro, darles otro aire a sus mañanas del fin de semana, rejuvenecerlas, reducir su índice lacrimógeno e introducir más humor. Hoy se estrenaba Cantizano, en medio de críticas de sus oyentes, leídas en antena, que le echaban en cara que “no interactuaba con los oyentes” y presentando a sus colaboradores estrella, entre ellos Bibiana Fernández, que rogaba un poco de paciencia a los oyentes de este “Por fin no es lunes”, “hombre, esto es una primera vez, y las primeras veces no suelen ser las mejores, el primer beso no es el mejor, ni la primera vez que lo haces...". Tienen razón. Nunca se puede valorar un programa por su primera edición. La radio es, siempre, una carrera de fondo.
Isabel Gemio volvía a hablar delante de un micrófono amarillo. Comenzó en Radio Extremadura de Badajoz, su ciudad natal y luego fue "la chica de la radio" de Radio Barcelona (Fotografía CadenaSER) |
A pesar de la indudable polémica que ha generado esta salida de Isabel Gemio de Onda Cero, el tema no ha sido objeto de atención y detalle en la entrevista, pero sí ha provocado un momento especialmente curioso, por la reacción de Javier del Pino:
-Isabel Gemio: Me da pena haberlo dejado, sinceramente.
-Javier del Pino: Dices “haberlo dejado”… es una expresión verbal, ¿no?
-I.G.: Bueno… no; “haberlo dejado”, no. La realidad ya la he aclarado. Y tampoco hay que darle demasiado dramatismo al tema (a su despido). Les pasa a muchísimas personas en este país…
-J.P.: ¡Hombre, me va a pasar a mí cualquier día, ya te lo digo” (risas).
Dos grandes reunidos en torno a una mesa, para hablar de radio, algo que les apasiona a ambos: Carlos Herrera y Javier del Pino (Fotografía CH Twitter) |
Este periodista madrileño, de trayectoria impecable, nos tiene acostumbrados a unos contenidos desde luego nada convencionales, me consta que éste es, precisamente, uno de sus objetivos principales a la hora de seleccionar los temas que presenta en su “A Vivir que son dos días”, siempre tan bien condimentados. Llevar a “Butano” García a Gran Vía 32 para decir lo que dijo, que se intuía fácilmente, incluido el detalle de que del Pino fue la primera elección de la SER para sustituir a Iñaki Gabilondo (que inútilmente Javier le pedía que omitiera), cuando finalmente llegó Carles Francino, era un riesgo que, sin embargo, el periodista decidió correr con tal de contar con él. Ahora, con Isabel Gemio, se ha vuelto a mostrar un travieso impenitente dentro de la SER, donde disfruta de una autonomía y una capacidad decisoria en la elección de temas que desde luego sorprende. Estoy seguro de que a los directivos de la planta noble no les hizo mucha gracia escuchar algunos de los improperios de García, dichos en su propia casa. Ni tampoco que Isabel Gemio, y el tipo de radio que representa, visite su programa estelar de los fines de semana, para elevarse en un publirreportaje.
Del Pino junto a uno de sus referentes en el mundo del periodismo, José Martí, en San Sebastián (Fotografía Cadena SER) |
-Isabel Gemio: Nunca he dicho que no a un compañero que me ha pedido una entrevista. Te agradezco mucho, Javier, el detalle de haberme invitado en el primer sábado que no trabajaba y en el mismo horario…
-Ana Morgade: …¡hombre! Como detalle es una mierda, porque era tu primer sábado libre, y te lo acabamos de estropear.
Invitar a Isabel Gemio a la sección de “Cómicos”, dentro de “A Vivir que son dos días”, con tres pesos pesados como Antonio Castelo, Quique Peinado y Ana Morgade también suponía sumar un punto de vista diferenciador en la orientación de la entrevista: el tamiz del humor, la ironía, también la verdad sugerida, o la verdad a medias… que es lo que hemos escuchado. Y hemos deducido. La Gemio no se ha cortado y ha dejado entrever su carácter. También ha vivido situaciones incómodas, de las que ha sabido salir airosa:
El equipo de 'A Vivir que son dos días', sin el jefe, recogiendo el Ondas 2015 (Fotografía Cadena SER) |
Isabel Gemio: No tengo ninguna curiosidad, pero vosotros sois dueños de vuestro espacio”
Javier del Pino: “¡Que te crees tú eso, ya me gustaría a mí! (risas).
Entre la verdad y la gracieta. Entre la media verdad y la media mentira. Pero los comentarios de Javier del Pino en esta “gamberrada” (que así ha definido la invitación a Gemio) no tienen desperdicio. Y él lo sabe. Y muchos de sus oyentes, también. Las dobles lecturas ya no constituyen ni siquiera ironía. Son mensajes lanzados al aire para que los recoja quienes los entienden. Quienes disponen de la información previa suficiente como para establecer la correspondencia entre el hecho y su consecuencia.
-Javier del Pino: Isabel, te agradezco mucho la entrevista, creo que te hemos enviado un taxi, te hemos tratado muy bien…
-Isabel Gemio: Me habéis tratado divinamente, bueno, ¡como debe ser! ¡Hombre! Un taxi no es nada del otro mundo…
Javier del Pino en acción, disfrutando de la radio, como a él le gusta: bien hecha, en su punto (Fotografía Cadena SER) |
I.G.: Que yo sé que la SER tiene mucho poderío…
Antonio Castelo: …¡Ya no tanto, eh!
I.G.: ¡Taxi teníamos en Onda Cero!
No sé, la verdad, si Isabel Gemio, se ha dado cuenta, ha sido consciente, de que en determinados momentos de la entrevista actuaba como comparsa de los humoristas, y de sus juegos envolventes. Incluso de la ironía contenida del propio Javier del Pino (lo del taxi… portarse bien con ella…). Pero a mí me ha dado esa sensación. Aunque, conociendo a Javier, sé que incomodar a sus invitados no forma parte de su decálogo del buen periodista, del que ha dado sobradas muestras a lo largo de estos últimos treinta años de radio. Confiamos, quienes le seguimos y le admiramos, que sean muchos más, para bien de la SER, de la radio y, sobre todo, de sus oyentes, entre los que me cuento por vocación, militancia y cariño.