Jordi Basté: “La radio representa el pim, pam, pum de la credibilidad”

Entrevista al director de “El món a RAC1” (I) 

“El titular lo tienen ahora las redes sociales. La radio, ahí, ha perdido por goleada” 

Jordi Basté es el periodista al que más escuchan, y siguen, los catalanes. Empezó haciendo deporte (“Creo que algún día regresaré”) y ahora conduce, con éxito, las mañanas en RAC1 (Grupo Godó). Es líder en audiencia. Y, como tal, es un profesional especialmente responsable. No es el ogro independentista que unos han dibujado, ni el aliado secesionista que otros han dado por hecho. Basté es independiente. Si se me apura, transversal. Honestamente catalanista. A pesar de la tormenta desatada, aboga por la calma –“Tranquilos todos, porque todos podemos hablar de este país”- y crítico con la DIU –“Catalunya no puede permitirse cometer ningún error más”-. Defendió a los independentistas encarcelados -"No entiendo que la política y el periodismo no salgan en masa a reclamar la libertad de esta gente. Pienses como pienses, sean independentista o unionista"- pero tiene claro dónde tienen que estar los catalanes, cualquiera que sea su opción política en esta dualidad de posiciones enfrentadas -“Somos herederos del discurso del violoncelista Pau Casals ante las Naciones Unidas, hace 45 años"-. Dirige y presenta “El món a RAC1’ que ha logrado en el último EGM un dato histórico, difícilmente revalidable si no continúa la tensión y el enfrentamiento político, de 729.000 oyentes (961.000 oyentes en total RAC1) y ostenta, con plenos honores, la condición de radiofonista, por la que le he invitado a este modesta pero apasionada web dedicada a la radio. Es un honor contar con Jordi Basté y, bien sabe él, nos ha costado mucho tiempo concluir la entrevista. Pero ha merecido la pena. Y si no, juzguen ustedes mismos.

Jordi Basté es uno de los periodistas más influyentes en el ámbito catalán (Fotografía RAC1)

-Más de veinte años en Catalunya Radio haciendo radio deportiva, y hoy eres líder de la radio informativa de la mañana en Cataluña. ¿Te consideras una ‘rara avis’?

-Al contrario. Me siento uno más de los muchos radiofonistas deportivos que hemos dado el salto a la información total. Carles Francino, Antoni Bassas, Xavier Bosch e incluso Andreu Buenafuente salimos de la radio deportiva y hacemos o hemos evolucionado a nuevos territorios. Siempre he pensado que la radio deportiva es una magnífica semilla de la radio total.

-¿Una buena escuela?

-¡Sin duda! Es una universidad de la improvisación, de la rápida reacción, del nervio del directo.... 

 

-“Si no tienes un alien dentro, el bicho de la radio, dedícate a otra cosa. Es un alien maravilloso, pero es un alien”, es tu frase respecto de la vocación que se necesita para trabajar en la radio. ¿Cómo está tu alien de salud?

-En perfecto estado de revista. Ahora me he tomado unos días de fiesta y me muevo por todas partes escuchando la radio y, sobre todo, programas que, por horario, no puedo. Me he puesto a Mònica Terribas, a Pepa Bueno, a Carlos Herrera, a todos. He ido zapeando, aprendiendo, buscando los errores cometidos, sus buenas ideas y me he preguntado: ¿por qué no las he tenido yo antes? Escucho la radio de noche ahora como antes, como compañía. No creía en las repeticiones y cada vez creo más.

-Pero, ¡están los podcast!

-¡Es cierto, Gorka, hay podcasts! Pero también hay mucha gente -mucha más de las que nos pensamos- que, por edad, por vagancia, o porque de noche no quieren tener conectado un teléfono o un ordenador, escuchan aquello que no han escuchado antes con el transistor en la almohada. Quizás es porque yo soy uno de estos, pero que me repitan los programas deportivos, o los de humor, de madrugada, me parece una buena decisión. 

“A la radio ahora le compramos toda la línea de ‘productos cosméticos’: que si cámaras, que si estudios con gradas para el público, que si redes sociales..."

-“Los territorios de la radio: el medio ha perdido la inmediatez, ya no es la más rápida y ya no es el primer medio de comunicación al que se recurre para enterarse de una noticia”, defiendes. ¿Qué territorio le queda a la radio?

-Adaptarse -y lo estamos haciendo- a los nuevos tiempos. El titular lo tienen las redes sociales. Ahí hemos perdido por goleada. Pero el desarrollo del texto aún lo tenemos los de la radio. Cuando pasa algo, aguantas refrescar tres veces Twitter, cuatro… pero cuando al titular le añades tres fotos y un video, necesitas a alguien que te lo cuente. ¡Y ahí emerge, estupenda, la radio! 

-Te he oído decir que: “internet es tan rápido, que corre más que la radio”. Pero ¿la radio no corre el riesgo de diluirse en la red, ahora que le quieren sumar la transmedia (imágenes, video, fotos, textos…). Porque tú también defiendes, con vehemencia, que “la radio es radio; e internet, internet”. Y también mantienes, ante la manía/costumbre de incluir cámaras en los locutorios, “al final, con esto, terminaremos haciendo televisión”. ¿Qué puede -y debe- hacer para reivindicar y defender su esencia?

-Dime "vintage" pero la radio de los ochenta fue maravillosa. Es cierto que la fotografía de la vida se encuentra en la adolescencia y quizás ahí escuché la mejor radio y, desde los diez años que corro por los estudios, he crecido viendo (y escuchando) a maestros. En Radio Joventut a Jordi Estadella, Josep María Bachs, Agustín Rodríguez, Alfonso Arús, José Maria Pallardó. Escuchaba en Radio Barcelona a Cuní, a Jordi González, a Rosa Badia, a Castelló Rovira, a Puyal, los deportes en Radio Sport de la SER y la música en RJ2.

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 -¡Menudos nombres has citado, Jordi! Profesionales admirados, y admirables, de la radio catalana.

-Pues esa radio, Gorka, se hacía con poca gente, con muchísima imaginación, con un micro y unos auriculares. Ahora a la radio le compramos toda la línea de ‘productos cosméticos’: que si cámaras, que si estudios con gradas para el público, que si redes sociales.... Defendamos la esencia de la radio: emisor/receptor - hablar/escuchar. El ‘Barrio Sésamo’ de la radio. Ver es un verbo televisivo.  Cada vez que veo a Joaquim Maria Puyal le digo lo mismo y nos reímos mucho. Yo soy fan de las transmisiones de la radio deportiva. Me entusiasman.

 

-¿Zapeas?

-¡Totalmente! Pero es que las bandas sonoras de los campos de futbol ya son iguales. O de las pistas de baloncesto. Hace años (no muchos) -le cuento a Puyal- una victoria del Barça en Moscú en el campo del Spartak era épica. Era Rusia o la URSS, muy lejos de casa, se jugaba a una hora poco habitual, con un frío del carajo. Escuchaba a Puyal con el sonido que correspondía a un campo a quince bajo cero y a cuatro mil kilómetros. Sonido de lata de Coca Cola, entrecortado, sonido telefónico. Ahora un partido en Moscú o en Serbia suena igual que jugar la liga en Ipurúa o en Balaidos. ¡Pues no! Ahí me rebelo frente a los nuevos tiempos. Moscú está igual de lejos, hace el mismo frío, es un lugar desconocido para la mayoría y el sonido debe ser como nos imaginamos Moscú: lejano. Pero ya lo sé, soy raro…

"La radio deportiva es una universidad de la improvisación, de la rápida reacción, del nervio del directo..."

-Te entiendo perfectamente, el sonido también añadía información, incluso ubicaba al oyente. El progreso tecnológico ha hecho que todo esté cerca ahora. Pero ya casi nadie cuestiona este aspecto.

-Ya te digo, soy raro.

-Te concedieron el Premio de Radio Rey de España, por la cobertura de los atentados de París, por realizar “un magnífico ejemplo de la radio informativa en directo, que crece con el desarrollo de los acontecimientos”. ¿Éste es un camino para reforzar la naturaleza y el posicionamiento de la radio: la credibilidad?

-La credibilidad va por barrios. Y en estos momentos somos, seguramente, con razón, el pim, pam, pum de la credibilidad.

-¿Por qué?

-Porque intentamos que la gente nos crea (hay muchos que sí), pero estamos en una época en que las nuevas generaciones tienen opiniones sólidas y muchas veces inamovibles. Intentamos ser creíbles, hay veces que lo conseguimos. Por suerte, otras veces no. Y ese debate es muy interesante. 

 

En este caso, defendiste que RAC1 no es una radio tan potente, en medios, como la SER o RNE, pero sin embargo, no todo son medios… lo fundamental son los equipos…

-¡Siempre! Mi equipo, mis amigos, mis hermanitos pequeños. Levantarse a las 4.15 de la mañana debe ser maravilloso para las congregaciones religiosas (y lo dudo) para una persona que le gusta más la noche que el día es un suplicio intolerable. Ese saco de insultos que se crea entre la cama y la ducha a esa hora es terrorífico, pero cuando llegas al trabajo y observas el buen humor de esta gente, se te pasan los malos pensamientos. 

Continúa…