La radio en tiempos de posescucha, por Chelo Sánchez Serrano
https://www.gorkazumeta.com/2017/11/la-radio-en-tiempos-de-posescucha-por.html?m=0
Profesora de la Facultad de Comunicación de la
Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA)
“Señores de la radio: diseñen un menú radiofónico para
escuchar bajo demanda, pero con su prescripción”
“La radio se produce en la fragmentación, se recrea en
cada oyente y cada oyente es el notario de esa realidad suya, intransmisible.
La radio es inabarcable porque la rehace en sí quien la escucha. Y por
silvestre”. Es una de mis citas preferidas sobre radio y no en vano
llevo años encabezando mis apuntes de radio con ella.
La radio que hemos conocido hasta ahora se ha deconstruido, mantiene la profesora de la UPSA |
La cita del profesor Pedro Barea tiene
tantos años como vigencia y actualidad, incluso diría yo que Barea se anticipó
con su descripción del proceso de la comunicación radiofónica a la radio del
siglo XXI, una radio que se produce, se difunde, se comparte y se consume de
manera más fragmentada que en el siglo pasado. La radio, escuché decir en un
congreso a Javier Gallego, está en la cabeza de cada uno. “Cada persona es una emisora con patas”.
Ciertamente la radio se posproduce más en la actualidad y su
proceso de producción se realiza muchas veces por partes, partes que luego
podemos juntar, montar, empastar, pulir y embellecer gracias a los programas de
edición de audio. La radio hoy se difunde y redifunde por las propias empresas
también de manera fragmentada, fuera de la antena, en paquetes de audio más
pequeños, extraídos del total de un programa de radio de siete horas, cuatro o
incluso de seis minutos. Empresas y ciudadanos compartimos en redes sociales
muchos pedacitos de radio, programas desmenuzados, más fáciles de reenviar,
radio seleccionada y con carta de recomendación incluso, para escuchar por
primera vez o para volver a escuchar, como se leían una y tres veces los
artículos que recortábamos, archivábamos y volvíamos a leer de vez en cuando o
compartíamos con quien pudiera manifestarnos su interés por el tema. Es una
radio fragmentada, asincrónica, reprogramada, seleccionada para un nuevo
tiempo, incluso para una nueva forma de escucha: la posescucha. Una
radio que se consume a demanda, desde la parte, más que desde el todo.
"La posescucha conlleva siempre un proceso más activo y consciente de recepción y se utiliza para verificar el nivel de comprensión"
Esta radio deconstruida en partes o
fragmentos más pequeños, consecuencia de la cultura digital en la que hoy
convive y se produce la radio tradicional, en el fondo bebe de su propia
historia y de una forma de hacer radio en la que la conversación planificada de
una emisora con sus oyentes se basa en macroestructuras –la marca radiofónica,
las temporadas, la parrilla de programación- que necesariamente se van
construyendo a partir de fragmentos y piezas más pequeñas –los programas de
radio (planificados o especiales). Estas estructuras intermedias igualmente se
conforman a partir de secciones y microespacios, tiempos a su vez definidos y
diferenciados, más pequeños, dentro un programa radiofónico más amplio. Partes
de un programa de radio de duración variable (hay secciones de 1 hora y otras
de 1 minuto y medio), que suelen tener autoría reconocible, independiente del
conductor principal del programa, que pueden organizarse por contenido, género,
por estilo o función comunicativa… Como los fragmentos de radio a la carta
-podcast- que hoy comparten o colocan en su “nueva parrilla” las emisoras de
radio. Esos fragmentos ya independizados de la emisión requieren de un
empaquetado y un etiquetado reconocible en el contexto digital, que le pueda
facilitar la vida autónoma: la radio fuera de la radio, la radio
posradio…
Los podcast son la manifestación de la radio deconstruida |
Esa radio que se produce en la fragmentación es, sin
embargo, mucho más que una radio hecha a base de pedacitos de historias
sonoras. Es sobre todo un ejercicio de recepción y percepción individual, de
decodificación sui generis, un acto de la voluntad humana en cuanto
a atención e intencionalidad. Y si antes, cuando hablábamos del canal
radiofónico, identificábamos siempre claramente sus fortalezas pero también sus
debilidades, hoy esas debilidades se transforman muchas veces en oportunidades
en la “antena” digital del canal internet, en buena medida porque los sistemas
de radio a la carta y el podcasting
nos permiten volver a escuchar o posescuchar, una palabra de uso infrecuente en
radio frente a la utilización habitual y cotidiana del término y de la función
de preescucha, entendida ésta como la escucha previa o la
verificación de un sonido o señal antes de su salida a antena. El término posescucha es,
sin embargo, de uso común en el aprendizaje de idiomas o en el análisis de
discursos orales. En esos contextos se habla de tres fases o secuencias en el
proceso de escucha: preescucha, escucha y posescucha. Cada una de
ellas conlleva objetivos distintos en el proceso de enseñanza-aprendizaje. En
concreto, la posescucha conlleva siempre un proceso más activo y
consciente de recepción y se utiliza para verificar el nivel de comprensión.
¿Nos pasa igual cuando volvemos a escuchar un contenido radiofónico en formato
podcast? ¿Escuchamos distinto, escuchamos mejor, comprendemos más, disfrutamos
más de la escucha, conseguimos retener mejor en nuestra memoria a corto plazo
los elementos importantes del discurso, si la escucha de radio bajo demanda es
más fácil y placentera, si me permite rebobinar y volver a escuchar cuantas
veces quiera generará esto mayor interés o deseos de escuchar? Hay una línea de
trabajo e investigación, o varias, muy interesantes a partir de estas
preguntas.
La autora de esta reflexión |
Que la radio se produce en la fragmentación y se recrea en
cada oyente, y que esa fragmentación, la de los contenidos y la de la
audiencia, es una de las grandes riquezas del medio lo demostró
magníficamente Toni Garrido en su primer arranque al frente del Hoy por Hoy, encadenando
momentos y voces de la SER de todos los tiempos para recordar de dónde venimos.
Señores de la radio, den ustedes un paso adelante y empiecen
a diseñar un menú radiofónico para escuchar bajo demanda, pero
con su prescripción. Historias sonoras para disfrutar, por ejemplo, el fin de
semana. O contenidos solo para fans del volver
a escuchar…