Eduardo Sotillos: “No nos engañemos, al poder le interesa la televisión, después la radio”
https://www.gorkazumeta.com/2017/11/eduardo-sotillos-no-nos-enganemos-al.html
Extracto de la entrevista al periodista y exdirector de RNE, Eduardo Sotillos, incluida en el libro "Disculpen que les hable de la radio", de Javier Tolentino
"La radio vive del periodismo"
-Y nombraste a Fernando G. Delgado, como primer director de Radio 3, un intelectual chicharrero, escritor
y poeta y, sobre todo, bien conectado con todo ese mundo cultural y de
vanguardia que dices.
"La radio vive del periodismo"
- "En España la radio, sociológicamente hablando, es punto y aparte"
- "A mí siempre me han puesto a parir por cargarme el 'Cuadro de Actores' de RNE y el 'Ángelus'
- "El soporte favorito de la música es la radio. La música no es imprescindible verla, hay que escucharla. Pero a Josep María Flotats hay que verle, no escucharle"
"Probablemente él lo negará, pero Eduardo Sotillos Palet ha sido el hombre con mayor poder en la radio pública española, quizás porque estaba tan habituado a tomárselo en la radio nacional española de la Dictadura que, cuando se vio por dos veces dirigiendo Radio Nacional de España, lideró los cambios que llevaron a la actual concepción de la radio, y la organizó, más o menos, tal y como hoy la conocemos. Él puso la numerología de Radio 1, Radio 2, Radio 3, Radio 4 y Radio 5. Dirigió también Radio Exterior de España, creó la concepción de la radio total en su primera etapa (1981-1982), interrumpida porque tras la victoria del PSOE en 1982, Felipe González le llamó para que fuera su portavoz, y lo fue con rango de Secretario de Estado. Creó Radio 3 para que se convirtiera en una radio para las élites intelectuales, un territorio de la cultura de vanguardia, donde los nuevos pensadores como Javier Sádaba, los cineastas como Pedro Almodóvar, los músicos como Jaime Urrutia y creadores como Ouka Lele propusieran su discurso. Para ello puso al frente a un buen amigo y compañero en las tareas de locución, el canario Fernando G. Delgado. Sin embargo, y también lo negará, Radio 3 se les fue de las manos. No se limitó Radio 3 a ser la niña pija, burguesa, socialdemócrata y bien vestida que habían diseñado. Las ventanas de la creación y de la libertad se abrieron en la radio y los Jesús Ordovás, Ramón Trecet, Carlos Faraco, Federico Volpini, Aurora de Andrés, Carlos Tena, Manolo Ferreras, Gloria Berrocal, Javier Macua, Juan Francia, Jesús Beltrán, Jesús Vivanco, Inmaculada de la Cruz y muchos otros compañeros que fueron incorporándose evolucionaron el modelo de radio hasta convertirse en un verdadero quebradero de cabeza habitual para la dirección de Radio Nacional de España, que no lo fue más porque como el mismo Eduardo Sotillos nos cuenta en este agradable encuentro en su casa". Javier Tolentino.
-La vida en realidad. Para mí ha
sido fundamental, sobre todo porque yo no he tenido una historia vocacional de
la radio. Llegué a ella por casualidad. Llegué a la radio y me enamoré de ella.
Estaba estudiando Ciencias Políticas, acompañé a un amigo de la facultad que
quería ingresar en Radio Juventud y fui con él. A la entrada de la emisora
rellenó la solicitud y mientras lo hacía estaba hablando con él, tomando nota
me dijo: «Pero si eres tú el que tienes
una buena voz, ¿por qué no te apuntas?» Entonces miré alrededor y vi que
había mucha gente joven, unas chicas muy guapas; y de repente me dije que esto
de la radio podía ser divertido. Y me apunté. Y lo que siempre pasa con estas
cosas, mi amigo no pasó y yo sí.
-¿A la radio, le sienta bien el periodismo?
-¿Cómo que si le sienta bien? La
radio vive del periodismo. La radio se ha mantenido gracias a él y, sobre todo,
en España es realmente una singularidad frente a otros modelos de radio en todo
el mundo. Hubo un momento en el que se pensaba que la radio desaparecería o que
se quedaría como un instrumento musical. La tentación, realmente, fue esa. De
hecho, hay miles de emisoras que son fórmula musical. Manuel Martín Ferránd, por ejemplo, tuvo uno de los aciertos más
grandes de la radio española, y hay que reconocérselo. Cuando surgió la
frecuencia modulada, la tendencia en todos los sitios, dada su mejor calidad de
sonido, era reservarla para la música y que la palabra se quedara en la onda
media. Pero Martín Ferránd, que se encontró con que tenía que gestionar unas
licencias de frecuencias moduladas, hizo la apuesta de traducirlas en emisoras
informativas y en tan solo dos días, dos días se dice bien, se vio compitiendo
con ellas con la SER y con RNE. Porque sabía que la base de la radio
en España era la información.
"No ha habido otro como Iñaki Gabilondo, entendió a la perfección la credibilidad como patrimonio sagrado del periodista"
-Ahora que citas a Manuel Martín Ferránd, primer director de ‘Hora 25’ en la Cadena
SER, ¿crees que ‘Hora 25’ ha sido el informativo más
importante que ha tenido la radio española?
-No. No lo creo. Lo que sí fue es
que, a pesar de las grandes limitaciones de la Dictadura, Manuel Martín Ferránd lo
convirtió en un informativo de referencia por el estilo. Cambió el tono y el
decir de las cosas. Modificó el lenguaje de la radio. Las informaciones podían
ser las mismas pero el modo de ‘Hora 25’
y de Martín Ferránd emanaba libertad. No transgredían, pero sí transgredieron la
propia formalidad de la radio. Eso pasó también en Radio Nacional donde yo competía con ‘Hora 25’ con un informativo que se
llamaba ‘Última edición’ y que tenía
un techo de libertad que no tenía la radio en las otras horas del día, y nunca
sabré la razón de eso, y mira que lo estoy investigando porque yo era el primer
sorprendido de nuestra propia independencia.
-Recuerdo ese informativo, llevabais el programa al domicilio de
intelectuales que comentaban las noticias, en lo que supongo, para 1976, que era
toda una novedad.
-Efectivamente, que lo era. Ese
informativo se hizo, por ejemplo, desde Cadaqués, desde la casa de Salvador Dalí, y Dalí comentaba las
noticias del día, convirtiendo el estilo y el tono en otra cosa.
Eduardo Sotillos en sus tiempos en TVE como presentador de telediarios (Fotografía RTVE.es) |
-El gran cambio de la radio, de la Dictadura a la democracia, ¿vino, en
principio, por el cambio de estilo?
-Mira, estoy seguro, no lo he
podido investigar; pero, creo que fue una operación montada. Falleció la
persona que me lo podría haber contado, José
de las Casas, que fue quien tuvo la absoluta responsabilidad del cambio en
la radio, y que yo adjudico a un grupo pequeño de personas del régimen que
sabían que la Dictadura ya era prácticamente inviable, lo sabían. Sobre todo,
los políticos de Franco que estaban en el exterior, embajadas y consulados y
los ministros que viajaban continuamente. Como lo sabía Carrero Blanco, que tenía los servicios de información a sus
órdenes…
-Y en la televisión, ¿también se dio esa apertura?
-Para nada. La televisión era lo que más les importaba, pero no
se dieron cuenta, ni siquiera en el 23-F, que la radio en España tiene
muchísima influencia.
-Mucha más que en el resto de Europa.
-No tiene nada que ver. En
España, la radio, sociológicamente hablando, es punto y aparte.
"En la SER ha habido un cambio de postura: ahora es la empresa la que controla la línea editorial de la radio, no los directores"
-Y tú, Eduardo Sotillos, eres el que creas el nuevo ordenamiento de las
emisoras de Radio Nacional de España
tal y como las conocemos hoy día. Radio 1 para la cadena generalista de la
radio pública, Radio 2 (Radio Clásica) para la música clásica, Radio 3 para la
cultura, Radio 4 sería la radio de las autonomías y Radio 5 para el proyecto de
radio municipal que nunca se llevó a efecto. La sexta cadena de la radio
pública sería para onda corta, la señal internacional de Radio
Nacional de España, denominada
como Radio Exterior de España. Y en el camino se quedaron algunos proyectos
importantes, salieron otros como el de Radio
5 Todonoticias, se pudo mantener la sede histórica de Prado del Rey, RNE se
fundió con Radio Cadena Española, algo que le costó el puesto a Sotillos, se
regaló Retevisión, se vendieron los estudios del Paseo de La Habana, etcétera.
Toda una historia, toda una vida que con los tiempos modernos y de la
democracia empezó prácticamente contigo.
-Yo lo que intenté llevar a cabo
fue la radio total, que era para mí básico, era mi gran proyecto. La radio
desde los estudios y en la calle, la radio conectada con la sociedad de su
tiempo, con medios, con recursos y con un estilo abierto y libre.
-Mi radio siempre ha sido Radio 3, ahí empecé y, aunque he colaborado
con todas las cadenas, fue Radio 3, por su estilo y por el territorio de la
cultura, la que ha ocupado mi vida profesional. ¿Qué querías tú que fuese Radio
3?
-Mi idea de Radio 3 era que se
convirtiera en la radio cultural que diera paso a las nuevas ideas de la
cultura, que estuviese conectada a las tendencias y a las nuevas corrientes de
la literatura, del arte, del cine y de la música.
Fernando G. Delgado, el primer director de Radio 3, nombrado por Eduardo Sotillos (Fotografía RTVE.es) |
-A Fernando G. Delgado le conocía
bien, éramos amigos y compañeros, conocíamos el Tercer Programa (precedente de Radio 3) y le di total libertad para
que la pusiera en marcha, sabía que él podía hacerlo. Era un intelectual, como
ha demostrado serlo, sobre todo, posteriormente.
-¿Y se os va de las manos? Radio 3 comienza desde esos parámetros y va
evolucionando hacia una radio clave en los movimientos sociales y en el
escenario de radios libres, influye decisivamente en una década de los ochenta,
en los que la música se va independizando de las casas de discos y es Radio 3 la
que abre esa vía.
-Bueno, sí y no. Hubo un momento
en el que a Radio 3 tuve que decirle que el espíritu del 68 se había acabado,
que era un movimiento ya antiguo y que yo no quería que Radio 3 se quedara ahí,
en un espíritu muerto. ¿Que quizás esa rebeldía del 68 estuviera latente?, bien,
como el espíritu latente que aún llega a nuestros días de la generación del 98.
Pero no era el espíritu que yo quería para Radio 3.
"Nadie llama al teléfono de la dirección de RNE, preocupadísimo por saber qué está pasando en Radio 3. El follón viene por lo que se diga en los informativos de RNE"
-¿Y pasarás a la historia por decir que Radio 3 era la emisora de presos y maricones? Las hemerotecas citan
un periódico de Málaga y recuerdan una Radio 3 encendida y a un Fernando
Poblet que dice algo tan fuerte como «no puedes enseñar a leer a un comisario
político».
-Eso es falso, rotundamente
falso. No voy a entrar en las cien mil declaraciones que se hicieron en Radio
3, pero yo fui el fundador y creador de Radio 3 y mi primer director para esa
emisora fue una persona maravillosa a la que no le pregunté su condición de
homosexual o heterosexual.
-Radio 3 os dio mucha guerrita,
¿no?
-Yo debo confesar que siempre he
creído en Radio 3 y para lo que fue creada, para que sirviera de portavoz y de
agitación en los territorios de una cultura de élite, fuera de la cultura
oficial o establecida, sigo creyendo en ese proyecto y creo que esa es la
línea. Dicho esto, tengo que decir lo mismo que diría honradamente cualquier
director de RNE, que de lo que está
pendiente es desde donde te vienen las bofetadas o los éxitos y eso es Radio 1.
Nadie llama al teléfono de la dirección de Radio
Nacional de España, preocupadísimo por saber qué está pasando en ‘Caravana de hormigas’, ‘Tris Tras Tres’
o en ‘El séptimo vicio’. El director
de RNE que tiene un follón enorme lo
tiene por el informativo ‘España a las 8’,
por ‘Los desayunos de Radio 1’ o por
el ‘Diario de las 2’. Y es ahí donde
tiene que estar más atento. Porque luego, cuando se te mide por EGM, lo que
miran es Radio 1, lo mismo que hace la SER
y lo mismo la COPE. No vamos a ser hipócritas,
es lo que hay.
-Tú has aglutinado más poder en la radio pública que ningún otro
director, tú has pasado por el Consejo de Ministros, tú has vivido momentos,
supongo, que decisivos en momentos cruciales. Tú, mejor que nadie puedes
decirnos ¿cuál ha sido el peor momento que has pasado en esos pulsos que la
radio ha vivido con el poder político?
-Yo fui un director feliz
dirigiendo la radio cuando Fernando
Castedo fue director de RTVE. Y fue en ese momento cuando nos llamó Pío Cabanillas para almorzar juntos,
Fernando Castedo, Iñaki Gabilondo y
yo. Nos pidió dejar de sacar tanta huelga en los informativos. El conflicto
social era fuerte y las tensiones a flor de piel, y le respondimos que no, que
no podíamos. Y poco después nos volvió a llamar y nos dijo que en el consejo de
ministros ya estaban completamente hartos de ver a un país levantado, y que
tenía dos opciones tan solo, o irse él o que nos fuéramos nosotros. Entendimos
perfectamente el mensaje, dimitimos nosotros y, repasando hoy las hemerotecas,
me doy cuenta de la enorme trascendencia que tuvo aquel acto, la televisión y
la radio transmitiendo en directo la salida de los despachos y las portadas de
la prensa. Creo que ese fue un día especialmente tenso en ese pulso con el
poder que dices. Y ahí me enviaron a Lisboa como corresponsal.
"Manuel Martín Ferrand transgredió el lenguaje de la radio imperante en la época, emanaba libertad, a pesar de la censura"
-La radio pública ¿lo ha tenido más difícil que la privada?
-No.
-¿No crees que Radio Nacional lo tiene más difícil que la SER?
-En el pasado puede que sí. Ahora
ya no. Veo a Radio Nacional bien
ubicada y en la SER, evidentemente, ha
habido últimamente una toma de posición y de postura diferente. Como lo hemos
visto en el diario ‘El País’. Con un
control por parte de la empresa, no ya de los directores. Ahora es la empresa quien
traza la línea editorial del periódico y de la radio. Radio Nacional se va defendiendo bien,
aunque el futuro debe ir por una profundización de la democratización de los
medios, una auténtica democratización que debería pasar por una separación de
la dirección de RNE del consejo de
ministros. Aún sigue siendo válido el modelo de la BBC y en España sigue
pendiente, es el único país que sigue sin tener un consejo de lo audiovisual
potente que marque las prioridades del ciudadano en materia de comunicación.
-¿Y que afecte tanto a empresas de titularidad pública como a privadas?
-Por supuesto. No olvidemos que
las privadas emiten porque tienen una licencia, una concesión, pero el espacio
es público.
-¿Eres optimista para llegar a ese mundo feliz de la independencia de
las empresas de comunicación?
-Yo creo que sí, lo cual no
significa que sea ya y que sea fácil. La sociedad despacito va rompiendo
costuras y la prueba es que los medios de comunicación no son tan determinantes
como la gente cree. Yo pienso que los medios son relativamente determinantes.
Mira el ejemplo de la Dictadura, un control férreo sobre los medios y cuando
acaba el régimen explotan centenares de siglas, de partidos políticos, de
medios de comunicación, ¿dónde estaba esa sociedad latente? Y si nos vamos al
presente, ¿cuántos medios vaticinaron el 15-M? Ninguno lo vio venir, sí, luego
se subieron todos, pero, eso, luego. En el 15-M fue la sociedad quien derribó
la puerta, ni la sociedad política y en menor medida la periodística. Y ahora,
que el mundo ha cambiado visceralmente, que un jovencito, desde su casa, emita,
cree y dirija canales de televisión desde las redes sociales y además que le
sigan millones de personas es la gran revolución.
-La influencia de los medios de comunicación, no es determinante.
-No, no lo es.
-Se te ha acusado en muchas ocasiones de facilitar que la radio se
quede en manos de los periodistas, en detrimento de los que siempre han creído
que la radio debe estar en manos de la creación.
-A mí siempre me han puesto a
parir. Yo soy consciente de esa crítica y me han señalado como dices, como el
artífice de esa apropiación periodística de la radio.
-¿Y lo volverías a hacer?
-Por supuesto. Y conste que ese
enfrentamiento me ha dejado heridas profundas, incluso por cicatrizar.
Comprende que RNE tenía hasta su cuadro
de actores, había personas y un estadio lleno de sensibilidad y emoción. Lo que
yo estaba haciendo era una blasfemia para ellos, como lo fue también la
retirada del «Ángelus».
-Te hiciste con ejércitos de críticos, solo faltaba la Iglesia.
-Mi dolor fue siempre más fuerte
con los actores, eran muy buenos pero a mí el mundo radiofónico me estaba
diciendo que por esa línea, en España, no iba la radio. Que la ficción era algo
de la imagen y de la televisión, y hasta la SER
que en su momento era de lo que vivía, de los grandes seriales de la SER, de Guillermo Sautier Casaseca, Matilde Vilariño, Pedro Pablo Ayuso, Juana
Ginzo. No, la radio no iba por ahí. ¿Qué le vamos a hacer? Y la SER desmanteló su cuadro de actores, ese
tiempo había pasado. Yo tomé esa decisión y me costó disgustos y amenazas de
muerte y agresiones.
"Mi gran proyecto de radio era llevar a cabo la radio total, la radio conectada con la sociedad"
-Pero el teatro en la radio, en directo y aplicando el lenguaje sonoro
es delicioso, y aún seguimos haciéndolo y los espacios se llenan.
-Sí, sí, ya lo sé. Somos muy
buenos, podemos hacerlo. Vale. Pero esa no es la radio que quiere la gente. No
es la que demanda. El teatro no se puede hacer en la radio y el cine tampoco.
Sí ya sé que se puede hacer de todo, hasta transmitir películas y tablas de
gimnasia. ¿Y qué? Por ahí no iba y no va la radio. Puede ser una forma para conocer
exhaustivamente el lenguaje radiofónico, pero mantener cuadros de actores, con
lo costoso que es, se hace imposible. Y además habrá que definir cuáles son los
canales expresivos para cada cosa. Como la música, por ejemplo, la gente ve los
conciertos por televisión, pero el soporte favorito de la música es la radio.
La música no es imprescindible verla, hay que escucharla. A Josep María Flotats hay que verle, no
escucharle. Lo siento mucho, es mi opinión y si tengo que decidir, yo soy de
los que decido.
Javier Tolentino, autor de esta entrevista |
-¿Quién ha sido para ti el más grande en la radio española?
-Creo que en el campo del
periodismo radiofónico no ha habido otro como Iñaki Gabilondo, cuando alguien
se ha ganado el respeto que se ha ganado él será por algo. Iñaki entendió
perfectamente el lenguaje y el tono de la radio y, sobre todo, la credibilidad,
patrimonio sagrado de cada periodista. Pero si tengo que hablar de la creación
radiofónica, nadie como Raúl Matas.
Ya, ya sé que es un histórico, pero habrá que tener perspectiva.
-¿A Jesús Quintero no le incluirías?
-No. Como innovador no. Quintero
siempre me pareció un hombre muy brillante, con mucho ingenio y que ha hecho
muchas cosas positivas, sobre todo, en la radio. No me llega la estética de ‘Los ratones coloraos’.
-Una última pregunta que ya se ha ido deslizando a lo largo de esta
conversación, pero te pido una reflexión final. ¿Por qué un poder democrático
no quiere medios de comunicación libres?
-Pues, querido Javier Tolentino,
porque es muy duro levantarte todos los días y escuchar, en la misma radio en
la que tú nombras a sus responsables, como te insultan.
-¿Y tienes nostalgia de la radio?
-No te puedes hacer una idea de
lo que me gusta la radio y un micrófono, sigo colaborando esporádicamente, pero
sé que mi tiempo se fue.
Extracto de la entrevista a Eduardo Sotillos incluida en el libro "Disculpen que les hable de la radio", de Javier Tolentino, ediciones Caníbal y Ocho y Medio. Por gentileza del autor.
La Mejor época la dirigió
ResponderEliminarEl Gran Eduardo ..os olvidasteis de Jaime Romo http://www.rtve.es/m/alacarta/audios/30-aniversario/30-aniversario-ciempies-01-07-09/535707/?media=rne