El difícil equilibrio de Gemma Nierga en Catalunya Ràdio
https://www.gorkazumeta.com/2017/09/el-dificil-equilibrio-de-gemma-nierga.html?m=0
Tras su despido de la SER y fichaje por Catalunya Ràdio
La periodista se coloca en el ojo
del huracán de los medios que alimentan el enfrentamiento, de uno y otro lado
- “Si alguien esperaba (polémica en su estreno), se ha quedado con las ganas” (Luis Segarra)
- Acusan a la presentadora de "subirse al carro radiofónico del separatismo” (El Español)
- “Nierga contribuyó en su estreno a blanquear la manifestación de Barcelona” (esDiario)
Dejémosla, ha decidido poner
tierra de por medio, rebajar su exposición pública, seamos respetuosos con una
periodista que nos ha acompañado tantas noches, tardes y mañanas desde la
cadena de radio líder de este país. Salió despedida, fulminantemente, de la que
consideró su casa durante tantos años, desde que entró, muy jovencita, en Radio
Barcelona (SER) y Josep María Martí, uno de los gurús de la radio en España, se fijó
en ella y en su enorme potencialidad. Desde que la vio fue ‘la niña de sus oídos’ y fue uno de los
que más sufrió su partida y, sobre todo, la forma en que se produjo.
Gemma Nierga ha dicho adiós a una parte de su vida, que implicaba
una exposición diaria, e intensiva, ante sus oyentes, sin pedir
permiso, “entrometiéndose” en las casas y los coches de los oyentes de la SER, algunos de los que ahora mismo se
rasgan las vestiduras cuando oyen hablar de que ha fichado por Catalunya Ràdio, la emisora demonizada
por su militancia separatista, teledirigida por una Generalitat victimista que
cataloga a los españoles como los culpables de todos los males de Cataluña.
Gemma Nierga en su nuevo entorno de Catalunya Ràdio,
recién estrenado su nuevo destino
|
Gemma Nierga ha fichado sólo para
hacer una entrevista semanal, de unos 15 a 20 minutos, dentro del magacine
matinal del fin de semana, presentado por Ricard
Ustrell, después de que el
periodista la invitara al programa, tras su salida de la SER y, aún noqueada, tratara de explicar
sus impresiones, e incluso sentimientos. En ese trance, porque no dejaba de
serlo, Ustrell le preguntó si estaría dispuesta “a trabajar en la radio de su país”, y Gemma asintió, varias veces,
como si solo una no le pareciera insuficiente. Convencida. Porque para ella, Catalunya Ràdio era Disneylandia, la misma con la que soñaba Iñaki Gabilondo cuando pasaba, de niño,
por la puerta de Radio San Sebastián y quería trabajar allí dentro, en aquel
mundo mágico.
No sé si, psicológicamente hablando, la opción de Catalunya Ràdio era la mejor posible para Gemma
No tardaron tiempo algunos, los de siempre, los que
emponzoñan la vida, de uno y otro lado, en incluir la pregunta en la respuesta
de Gemma y construir un titular impreciso, que conducía a un calculado efecto
perverso: “me voy a trabajar a la radio
de mi país”. Esto Gemma Nierga nunca lo dijo, al menos en esa entrevista y
que a mí me conste. Pero es que, si lo hubiera dicho, tampoco pasaba nada,
porque, efectivamente, es la radio de su país. Y el mío es el País… Vasco, y no
pasa nada; porque así está recogido en la Constitución, un texto que sirve para
unirnos democráticamente a todos ante un destino común.
Lo que ocurre entre catalanes exacerbados en su nacionalismo
es que utilizan su condición identitaria como arma arrojadiza contra los
españoles igualmente exacerbados en sus posturas, finalmente irreconciliables,
porque suponen, en el plano de los sentimientos, un auténtico choque de trenes.
Suponer que Gemma Nierga participa de estos extremismos es no conocerla, y esto
no lo pueden decir quienes la han seguido durante sus casi treinta años a través
de los micrófonos de la SER, porque han
llegado a conocerla muy bien. Y ella se ha desnudado
a menudo. Este enfrentamiento colisiona frontalmente con un concepto al que la
convivencia obliga: la tolerancia, el respeto a las opiniones ajenas y,
también, a sus sentimientos. Pero ninguna violencia -ni verbal, ni física-
puede estar justificada por diferencias en los sentimientos, que son tan
viscerales como respetables.
Foto de familia de su despedida de Radio Barcelona (SER). En el extremo derecho de la imagen, de pie, con gesto serio, Josep María Martí |
Pero, en todo caso, por sus hechos los conoceréis. Como apunta Luis Segarra, editor de “La Guía
de la radio” (número 1018, de 3 de septiembre de 2017), “Después de la que se ha formado con la
colaboración de Gemma Nierga en “El Suplement” de Catalunya Ràdio sobre si había o no un
mensaje subliminal que podía hacer pensar que la experiodista de la Cadena
SER tenía una determinada
orientación política, había expectación por escuchar si hacía alguna referencia
al tema o si, como en su despedida de la SER, lanzaba alguna carga de profundidad. Si alguien lo esperaba, se ha
quedado con las ganas. Su entrevista ha estado relacionada con la manifestación
post atentado en Las Ramblas. Pero lejos de un enfoque político, que de eso
hemos tenido hasta la saciedad, lo que ha buscado ha sido el ángulo humano,
huyendo de lo fácil que habría sido entrevistar a una víctima directa o
familiar de víctima. Ha entrevistado a Guillem García y Peter Thiemann, los dos
músicos que interpretaron “El cant dels ocells” a violoncello durante la manifestación”.
Ésta sí es Gemma Nierga. Y estoy seguro de que el acuerdo de
Catalunya Ràdio con ella no incluye
que haga suyas proclamas ideológicas afines al separatismo catalán, que la
obliguen a traicionar su manera de pensar, catalana, sí -orgullosa de su tierra
gerundense (¡con razón!)- pero profundamente convencida de que la convivencia
es no sólo posible, sino deseable, y perseguible.
Suponer que Nierga es una extremista es no conocerla, y esto no lo pueden decir quienes la han seguido 30 años a través de la SER, donde se ha desnudado
A menudo, he pensado que este deporte nuestro -tan español- de etiquetar a todo el mundo, para
situarlo en el escaparate público, es uno de nuestros grandes pecados
capitales, y en él reside gran parte de nuestros fracasos de convivencia, como
éste. ¿Alguien es capaz de afirmar que todos los periodistas que trabajan en el
ABC son de derechas? O que ¿todos los periodistas que trabajaban en el
desaparecido Egin eran abertzales violentos? O que ¿todos los periodistas y
trabajadores de Catalunya Ràdio, Cope, El Mundo, Onda
Cero, SER, Radio Euskadi, La Razón,
Radio Galega, etc. se identifican a pies juntillas
con la ideología emanada de quienes dirigen los designios de estos medios? Les
avanzo la respuesta: ¡no!
Con razón, mi colega Carlos
Alsina, reniega de esas etiquetas y se niega a facilitar pistas en torno a
su adscripción ideológica cuando trabaja. Cuando vota es otra cosa; pero cuando
ejerce el oficio y tiene a alguien delante, frente a frente, aplica el primer
mandamiento del oficio: hacer periodismo, preguntar, sin clientelismos ni
enemistades gratuitas o inducidas. Este mismo principio es el que abandera
Gemma Nierga, estoy seguro. Y, si la dejan, disfrutará en Catalunya Ràdio, porque le han dado
una oportunidad para hacer periodismo, con la libertad absoluta de elegir a los
invitados que crea convenientes. Por eso empezó su primera colaboración con los
músicos que tocaron en la manifestación de Barcelona, tras el atentado
yihadista del 17 de agosto.
Señores, los periodistas, como cualquier hijo de vecino,
buscamos trabajo. Pero no se nos puede exigir una identificación milimétrica
con quienes dirigen un medio, y con sus intereses políticos o ideológicos. Ahí,
en el caso de conflicto con un periodista independiente, y honesto, se
producirá un cortocircuito, que habrá que resolver, en ocasiones, es cierto -si
la situación se tensa en exceso-, con respuestas drásticas. Pero sabiendo en
qué lugar se sitúa cada uno. Demos tiempo al tiempo y comprobemos cómo
evoluciona la presencia de Gemma Nierga en Catalunya Ràdio.
“El
unionismo destroza a Gemma Nierga por fichar para Catalunya Ràdio”. Éste era el titular de una información firmada por Marc Villanueva
en www.elnacional.cat, dirigido por José Antich, exdirector
de “La Vanguardia”. “El diario de Pedro J. Ramírez ha
sido el primero en disparar con uno de aquellos artículos que se arrojan a
las fieras para alimentarlas de prejuicios. En El español acusan a la locutora
catalana de "subirse al carro radiofónico del separatismo", le recuerdan que su psiquiatra
le recomendó no aceptar determinadas ofertas, aprovechan para publicar la
edad de ambos (52 ella, 26 él) escandalizándose con la diferencia como si
se tratara de la película ‘El
graduado’, intuyen que
el sueldo de Nierga y Buenafuente será desproporcionado y
acaban recordando la subvención a los medios de comunicación públicos durante
34 años (seis mil millones, según ellos)”.
Gemma Nierga, en su estreno en Catalunya Ràdio,
entrevistando a los dos músicos que participaron en la manifestación del
Barcelona del pasado 26 de agosto
|
No olvidemos que, en
el actual sistema capitalista, el afán mercantilista de los medios no sólo está
permitido, sino que está protegido. Y que su principal intención es obtener
beneficios, réditos de su trabajo y, por supuesto, influencia. De ahí que
alimentar la disputa y el enfrentamiento -insisto, de uno y otro lado de ambos
escenarios- constituye una estrategia que, en este caso, ha puesto el punto de
mira en Gemma Nierga, una periodista que nos ha demostrado, a lo largo de más
de tres décadas, que con su (orgulloso) sentimiento como catalana no pretende
herir a nadie; al contrario, su objetivo siempre ha sido unir. También Àngels
Barceló trabajó en Catalunya Ràdio y TV3 (cierto
que era otra época, menos marcada ideológicamente, pero también con evidentes
tintes nacionalistas), pero hoy es una prestigiosa directora de “Hora 25” en la SER.
(Señores políticos) "ustedes que pueden, dialoguen, por favor", Gemma Nierga, 2000
El digital “esDiario.com” arremete contra la
periodista despedida de la SER: “Gemma Nierga hace un favor a los
independentistas en su debut en Catalunya Ràdio”. “Nierga contribuyó
en su estreno a blanquear la manifestación, ayudada por los
testimonios de Thiermann y Gràcia. La locutora no hizo una sola
alusión a la polémica que se vivió aquella tarde en las calles de la Ciudad
Condal y se limitó a decir que fue una manifestación en apoyo de las víctimas ‘muy
emocionante’ en todo su recorrido”.
¿Pepa Bueno
podría trabajar en Cope? ¿Y Ángel Expósito en la SER?
Probablemente no, porque se han significado mucho ideológicamente, y su
discurso se implica mucho en el devenir político de este país, desde una
determinada posición. Pero ¿y Carlos Alsina en la SER?
Yo no lo veo tan ‘marcado’ como los casos anteriores, si no fuera por su dura
entrevista a Juan Luis Cebrián, mandamás de Prisa, por cierto, a punto
de jubilarse de esta responsabilidad (2018).
¿Gemma Nierga se ha
significado políticamente tanto como estos colegas? Tanto como ellos no, porque
no le ha tocado. Pero en la manifestación de protesta por el
asesinato de Ernest Lluch, en
noviembre de 2000, colaborador de “La Ventana” y fraternal amigo, Gemma se saltó el guion pactado y,
dirigiéndose directamente a los políticos, les dijo: "Estoy convencida de que Ernest, hasta con la persona que lo mató,
habría intentado dialogar; ustedes que pueden, dialoguen, por favor". También
fue muy contestada entonces aquella salida del texto pactado. como si Rosa
María Sardá se hubiera atrevido en Barcelona. Estoy convencido de que esas
mismas palabras siguen estando vigentes en el caso de Gemma Nierga; es decir, la
periodista catalana continúa abogando por el diálogo, inexistente en este crítico
asunto de las identidades, tan enconado, y con muchos intereses alrededor.
Gemma Nierga con Ricard Ustrell, de Catalunya Ràdio |
Gemma Nierga es una
periodista independiente que ha encontrado trabajo en Catalunya
Ràdio. Pero, aparte de no morder la mano de quien te da de comer, la
situación política, especialmente candente e intensa, la ha puesto -y continuará
así mucho tiempo- en el punto de mira de los extremismos. Le guste o no. Y
tendrá que hacer un doble esfuerzo: hacer bien su trabajo y moverse en
un difícil y complicado equilibrio para no regalar argumentos, a uno u otro
lado de la contienda identitaria. No sé si, psicológicamente hablando, la opción
de Catalunya Ràdio era la mejor posible, al menos en esta
desgraciada coyuntura, analizada con microscopio por quienes buscan
rentabilizar el enfrentamiento, que los hay, y poderosos.
De acuerdo, quizá a Gemma no le convenía psicólogicamente fichar por Catalunya Radio, aunque ya se sabía que ella se exponía a eso fichando por la radio autonómica catalana en esta época tan convulsa y tan sectaria. No estoy justificando las descalificaciones sectarias, simplemente las daba por hechas en este contexto sectario en el que estamos desgraciadamente sumidos. Ella no tiene por qué condicionarse ni privarse de nada por prejuicios ideológicos, desde luego, pero también tiene derecho a trabajar con la mayor tranquilidad.
ResponderEliminarTeniendo en cuenta este desafortunado contexto y su trayectoria de más de tres décadas en la primera radio de este país, yo sugiero que debería haber fichado por Onda Cero. O incluso por COPE o RNE. Ergo, debería de haber seguido trabajando en una gran cadena nacional. Tal vez sería lo mejor para ella y para su equipo, aunque podrían acompañarla igualmente las etiquetas y los prejuicios desde determinados rincones y ciertas cavernas. El desprecio y la indiferencia son la mejor medicina contra las infamias. Probablemente, aquí me condiciona el hecho de que no soy catalán ni vivo en esas buenas tierras, pero es que me apena que ya no podamos escuchar a una grande de la radio y del periodismo como Gemma Nierga a nivel estatal. Lógicamente se la puede seguir escuchando gracias a internet, pero francamente no es lo mismo. En primer lugar porque, lógicamente, ella habla en su lengua materna, el catalán, y algunos no la entendemos tan bien como en castellano. Asimismo, creo que hacer un programa como su recordado "La Ventana", más abierto a temas sociales y cotidianos, en una gran cadena nacional sería mucho más cómodo y saludable para ella que su actual labor en Catalunya Radio. Seguro que en Onda Cero podría disponer de un gran elenco de colaboradores (tirando de sinergias con otros medios del grupo Atresmedia, la mayor corporación audiovisual de este país) y ofrecería un producto similar a "La Ventana" recordándonos, de paso, lo mejor del tramo de variedades de "Hoy por Hoy" que dirigió magistralmente desde septiembre de 2012 hasta este pasado verano.
Otra cosa es que ella no quiera tanta visibilidad y prefiera refugiarse en su país, cosa perfectamente lógica y consecuente después de su tumultuosa despedida de la Cadena SER. Al final, aquí se trata de buscar lo mejor para cada uno, al tiempo que se aprovechan las oportunidades profesionales que puedan surgir. Ella ha elegido su destino y ha hecho muy bien, por supuesto. Aunque me resulta verdaderamente sorprendente, y casi inexplicable, que Gemma siga dando que hablar por el mero hecho de volver a trabajar en su país.
Por cierto, Ángel Expósito no creo que pudiera trabajar en la SER porque es un exdirector de ABC, el periódico que se circunscribe en un marco ideológico completamente opuesto al del diario y buque insignia de PRISA, El País. Pero pienso sinceramente que Pepa Bueno sí podría trabajar perfectamente en COPE. La veo plenamente capacitada para hacer un magazine vespertino a imagen y semejanza, aunque salvando las distancias obligadas, de "La Ventana" de Gemma Nierga. No veo a Bueno tan adscrita a un enclave ideológico como a Expósito, amén de que me parece más capacitada para la radio, a pesar de que su hábitat natural sea la televisión, y con un talante informativo más fluido y potente que el del actual director de "La Tarde". Pepa Bueno podría ser una suerte de Julia Otero en COPE y le vendría muy bien a esa emisora para captar oyentes de un perfil ideológico distinto a los que tienen Herrera, Colmenarejo, Cristina y el propio Expósito. Se trata, en resumen, de encontrar un equilibrio similar al que ha encontrado Onda Cero.
Sr Zumeta, con cariño, pero me da la sensación que ustedes hablan de catràdio desde el prejuicio. Hay más pluralidad allí que en cualquier otra emisora. Ustrell (pronúnciese Ustrey, porfa) es particularmente bueno y nada sectario.
ResponderEliminarGemma sabe lo que hace.
Hola Marc, gracias ante todo por el cariño. Pero permítame que dude de la existencia del concepto democrático de ‘pluralidad’ en ninguna cadena pública controlada por el gobierno de turno. Es cierto que, como han manifestado a lo largo de la historia reciente de la aún joven -y permítame, permanentemente inmadura- democracia española varios responsables de RNE- a los gobiernos partidistas les preocupa mucho más la televisión que la radio, pero el control se ejerce siempre que pueden aplicar su rodillo ideológico. No veo por qué Catalunya Ràdio iba a ser diferente. Como me decía Benigno Moreno, exdirector, precisamente de RNE en tiempos de la fugaz existencia de la Corporación elegida por consenso, los españoles (e incluyo a los catalanes no por sentido patrimonialista o unionista, sino con la naturalidad despolitizada de un camino secular recorrido conjuntamente) nos deberíamos sentir cómodos con nuestros servicios públicos -con todos-, exactamente igual que con la Seguridad Social, que no escapa a nuestras críticas, pero nos sentimos orgullosos de ella.
EliminarPor otra parte, nada me agradaría más que compartir su última frase: “Gemma sabe lo que hace”. Ojalá la dejaran en paz, y la borraran del panel de sus críticas. Ella es una profesional como la copa de un pino, trabajadora como pocas, y una magnífica persona, lejos de extremismos. Gracias por molestarse en escribir y más gracias por el seguimiento de la web. Aquí siempre será bienvenido. Las discrepancias no deberían dividir, sino enriquecer la convivencia. Éste es uno de los inspiradores de cualquier democracia madura. Nos queda mucho camino por recorrer, me temo…
Gracias por responder,
ResponderEliminarEl control sobre los medios públicos Es asfixiante seguramente, pero hagan el esfuerzo por ejemplo de mirar los opinadores. Sabia usted que José Manuel García Margallo tiene una hora de micro todas las semanas? Este mismo esfuerzo se ve en transversal en los medios catalanes. Gemma se ha ido a trabajar con Ustrell. Sígale la trayectoria, es buenísimo.