La DGT prescinde de sus seis voces más reconocidas
https://www.gorkazumeta.com/2017/07/la-dgt-prescinde-de-sus-seis-voces-mas.html?m=0
La actual empresa adjudicataria de la subcontrata queda
fuera del concurso por una nueva cláusula que no cumple
¿Justicia o legalidad?
Es difícil determinar, de acuerdo
con la ley, y por tanto con la legalidad, lo que ha ocurrido con los compañeros
que ponían voz a la Dirección General de
Tráfico, cada día, cada mañana o cada tarde, a través de todas cuantas emisoras
de radio les solicitaban su colaboración. De todos es sabido que donde más
radio se escucha es en los desplazamientos en el coche y que en las grandes
ciudades, donde las distancias son mayores, se invierte más tiempo en los
viajes. Y en esos trayectos, incluso antes de coger el coche para salir o
regresar a casa, siempre escuchábamos su voz acompañándonos, e informándonos,
con rigor y, a veces, si les daban pie a ello, una cordialidad de agradecer,
tan inherente al medio.
Los periodistas Alicia Gutiérrez, Carlos Garcinuño, Javier Fernández y Fernando Pérez (DGT) |
El hecho es que durante los
últimos quince años les hemos escuchado todos los días. Y daba igual la emisora
o la cadena elegida. De hecho, ni siquiera haciendo zapping uno ‘se libraba’ de
ellos. En Onda Cero, en la SER, en la Cope, pero también en emisoras de otras
partes del país. Los compañeros de la DGT siempre están dispuestos a responder
a todas las invitaciones, aunque a veces tengan que hacer encaje de bolillos y
soporten un ritmo frenético de conexiones. Y si, en ocasiones, no entraban
cuando les daban paso en antena, en directo, no era por hacer un feo, sino
porque la anterior conexión se había retrasado y el reloj impone un ritmo
rabioso, estresante; probablemente el mismo que soportarán miles de conductores
cada mañana en los atascos, de los que nos advierten.
Alicia Gutiérrez, Anselmo
Mancebo, Fernando Pérez, Carlos Garcinuño, Javier
Fernández de Heredia e Israel Martínez son los nombres de
los compañeros de la DGT que se las saben todas del tráfico. Tratan de cambiar
su discurso y luchar contra la previsibilidad, porque los atascos en el tráfico
se localizan -y se focalizan- por lo general, en los mismos lugares, conocidos
por todos. Pero los accidentes, las obras, modifican el statu quo y provocan problemas en la carretera. Ellos, siempre con
una sonrisa en la boca, cuando hacía falta, a pesar de la rigurosidad exigida a
su labor, respondían con eficacia a los diferentes comunicadores que
solicitaban su colaboración. En este sentido, su disponibilidad, de siempre,
desde que me tocaba conectar con ellos, hace ya algunos años, era proverbial y
meritoria.
Anselmo Mancebo, uno de los integrantes de Nivelamar Comunicaciones |
Pero las cosas cambian, y los
concursos públicos se imponen. ¿No sería más lógico, probada su experiencia, su
profesionalidad, su oficio, su trayectoria, sus evidentes resultados -tan
positivos- modificar la fórmula jurídica de relación contractual con ellos y
establecer un modelo más acorde a su esfuerzo, y a más largo plazo? El concurso
público es, incuestionablemente, un camino justo, de igualdad de oportunidades,
que nadie tiene que poner en duda. Pero en este caso, y a estas alturas,
concurren otras circunstancias que hacen que el proceso, aun siendo legal, se
convierta en injusto.
Al proceso, además, se suma otro
hecho que, cuando menos, introduce un elemento de duda, que en nada beneficia a
la DGT como organismo público contratante. Como denunciaba Israel Martínez, uno
de los integrantes de ese equipo de las seis voces de la DGT, “hemos
ganado el concurso todos los años, pero éste incluyeron en el pliego de condiciones una cláusula que
marca una facturación mínima de la empresa que desgraciadamente no
alcanzamos". Los seis
profesionales son los integrantes de la sociedad Nivelamar Comunicaciones cuyo
único negocio se centra en cumplir con sus obligaciones con la DGT. No hay por
tanto otros clientes, otras cuentas, otros ingresos, más allá de los 170.000
euros del servicio subcontratado por la DGT, que reparten entre ellos, para
intentar vivir con dignidad.
Esta circunstancia no es nueva, ni desconocida por parte de los
responsables de la DGT. La duda aparece cuando se introducen modificaciones de
las condiciones -desconozco las razones, pero puede que vengan impuestas por
los nuevos códigos de la transparencia de la Administración Pública- cuyos
efectos directos, y negativos, como resulta en este caso, se conocen antes de
su aplicación. De hecho, imponer esa cláusula -una facturación mínima de la
empresa- expulsaba a Nivelamar del concurso. Como digo, la generación de
dudas no es buena para nadie, y menos para la administración, que tiene que
utilizar la transparencia como su máxima permanente.
La complejidad en la 'traducción' de la información condensada en estas pantallas, y en tiempo real, en directo, es mucho más complejo de lo que puede parecernos |
La situación, ahora mismo, es que Nivelamar Comunicaciones está
fuera de la DGT. Y que este proceso se produce en el preámbulo de las
vacaciones, con lo que ello comporta en materia de tráfico rodado. Cualquier
profesional que se incorpore a estos puestos carece de la experiencia necesaria
para interpretar los monitores con la soltura con que lo hacían los componentes
de Nivelamar Comunicaciones; esto sin olvidar la puesta en valor de los
años en el puesto y el dominio extraordinario tanto del
fondo como de la forma con que cumplen sus responsabilidades con los compañeros
de las diferentes emisoras que se conectan a su señal.
Alicia Gutiérrez, Anselmo
Mancebo, Fernando Pérez, Carlos Garcinuño, Javier
Fernández de Heredia e Israel Martínez se van a la calle, sin paro. “Estamos
llevándolo mal, claro. Imagínate, después de tantos años nos vemos en la calle,
sin paro, porque no somos trabajadores con nómina", apunta Israel
Martínez. No son funcionarios, es cierto, pero en el fondo están desarrollando
una función pública: informar a los ciudadanos del estado de las carreteras, y
de manera gratuita para todas aquellas emisoras que se lo soliciten. La
situación es muy delicada, y la DGT debería preocuparse por hacer las cosas
bien, no sólo legalmente, sino en justicia, y en conciencia. Lamentablemente,
cuando hablamos de dineros, la ética queda absolutamente supeditada a las
necesidades pecuniarias, pero la Administración está obligada, de alguna
manera, a funcionar si no con ‘corazón’, cuestión harto improbable, sí al menos
como la mujer del César...
"La DGT a punto de perder sus voces"
"La DGT a punto de perder sus voces"
Hola, buenos días:
ResponderEliminarUna verdadera lástima por no decir algo malsonante. Quizás, ¿se podría dar el caso de que la nueva empresa concesionaria del concurso les pudiera contratar?
Algo así ocurre en mi profesión que es la informática o, incluso con empresas concesionarias de servicios de limpieza.
Espero y deseo que se solucione su situación porque ni ellos ni nadie se merece un trato así.
Un saludo.
Ildefonso García.
En España hay cuatro idiomas oficiales. A ver si de una santa vez es capaz la DGT de dar ese servicio en todos los idiomas, que nosotros también pagamos nuestros impuestos.
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