El día que pisé el control de ‘Julia en la Onda’
https://www.gorkazumeta.com/2017/04/el-dia-que-pise-el-control-de-julia-en.html?m=0
Un relato de Borja Terán
"Me enganché a 'La Radio de Julia'"
Mi abuelo tenía un transistor. Un señor transistor de esos grandes, con unas rejillas plateadas y una antena telescópica, que se abría hasta el infinito. Él era de Radio Nacional de España y, probablemente, le fastidiaba que le zapeara en la onda modulada. Pero yo lo hacía, pues ya era de la generación que nació con un mando a distancia bajo el brazo.
Mi abuelo tenía un transistor. Un señor transistor de esos grandes, con unas rejillas plateadas y una antena telescópica, que se abría hasta el infinito. Él era de Radio Nacional de España y, probablemente, le fastidiaba que le zapeara en la onda modulada. Pero yo lo hacía, pues ya era de la generación que nació con un mando a distancia bajo el brazo.
Fotografía de Joan Quintanilla al control (de espaldas) y Julia Otero en el locutorio de Onda Cero Barcelona (Fotografía Borja Terán) |
Me gustaba jugar con la ruedilla de aquella radio para ir
cazando programas, la mayoría engolados, algunos incluso con locutoras muy enfadadas,
que me llamaban la atención por su indignación constante con el mundo y que hablaban
desde púlpitos que parecían de una realidad de una alcurnia marciana. Era magnético
todo, sí, hasta que un día me paré en un dial en el que se miraba y escuchaba
los grandes pero también los pequeños detalles que construyen nuestra realidad.
Allí me quedé. Aquel programa se llamaba “La Radio de Julia” y me enseñó que se
podía conseguir un magazine interesante y, a la vez, inteligente en una época
en la que mandaban otros contenidos mediáticos, más impostados y más atados a
las vísceras ajenas. Me enganché a esa radio, que fluía de otra manera, sin
necesidad de grandes intensidades musicales ni rimbombancias narrativas.
"El quid de la cuestión: la complicidad que desprende el equipo del programa y que se mantiene intacta si te cuelas en el control"
Ha pasado un tiempo, mucho tiempo, y hace unas semanas tuve
la oportunidad de agazaparme en el control de la segunda vida de ese programa
de radio con el que tanto me identifiqué, me sigo identificando e hizo
descubrir (y querer tanto) la radio a este abducido por la tele.
Y corroboré que Julia en la Onda, Jelo para los más fieles,
es un formato que ejemplifica la esencia del porvenir de la radio, aprendiendo
de su pasado pero con la intuición suficiente para tomar el pulso a los
compases que vienen. Un programa que rompe con clichés y ha dado un impulso a
las narrativas radiofónicas, con un lenguaje consciente de su tiempo (algo que
es menos habitual de lo que parece en la radio española). Un programa que
escucha, se moja y consigue hacer al espectador partícipe sin medias tintas ni
parafernalias.
He ahí el quid de la cuestión: la
complicidad que desprende el equipo del programa y que se mantiene intacta si
te cuelas en el control. De hecho, yo llegué para un rato y me quedé todo el
programa, ya que pocas veces he estado en un estudio de radio...
-Continúa leyendo este artículo de Borja Terán en FalsoDirecto.com
Borja Terán |
Borja Terán (Santander,
1981)
Mostró desde muy pequeño
una clara pasión por las entrañas de los medios de comunicación en general y la
televisión en particular. Con apenas diez años ya grababa, en cintas VHS, todo
lo que se cocía en la tele. Poco después, sus padres cometieron la imprudencia de
regalarle una videocámara. Adicto a ella, Borja no paraba de jugar con las
imágenes y montar sus primeras piezas. Al cumplir la
mayoría de edad, decidió estudiar Periodismo en Salamanca. Desde entonces, ha
centrado sus intereses en el universo mediático, la comunicación periodística
en cualquiera de sus vertientes y el análisis de medios de comunicación y
redes sociales.