Benigno Moreno: “Lo de ser jefe me producía cierto rechazo"
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Entrevista a Benigno Moreno, exdirector
de RNE (I)
“Me parecía que los jefes no eran los que hacían las cosas, que es en
realidad lo más divertido”
- “Me parecía algo mágico que el trabajo de alguien pudiera ser contar cosas para que yo, en la soledad y silencio de mi habitación, las escuchara”
- “Miguel Ángel Coleto y yo éramos los “Electroduendes”. Así nos bautizó el gran ‘Yeyo’”
- “Compartí promoción en la Complutense con Yolanda Flores y Manolo Lama, entre otros”
- “Una de las mejores cosas de mi época de directivo en RNE es la relación que establecí con Santiago González”
Benigno Moreno es un hombre de RNE. Criado en los pechos de la radio pública, firme convencido de la necesidad de contar con unos medios de comunicación plurales y representativos de todas las sensibilidades de un país, representadas entre sus ciudadanos. A ellos, y sólo a ellos, deben servir; y no, como entienden algunos, al partido de turno que se permite manejar los hilos de RTVE a su libre antojo. Sin quererlo ni beberlo, se vio aupado a la dirección de programas de RNE y, poco después, a la dirección de esa misma casa, siendo un técnico, amando la técnica, la realización, el montaje musical y en definitiva el riquísimo y evocador lenguaje radiofónico. Su etapa como máximo responsable de RNE todavía se recuerda, fueron dos años muy celebrados, y también muy contestados. Pero nuestro invitado demostró que se pueden hacer bien las cosas, atendiendo únicamente a criterios profesionales, alejados de toda etiqueta ideológica. Por eso me interesaba contar con su opinión, y experiencia. Hoy, Benigno ha regresado a la ‘Ficción Sonora’, que vive en la radio pública una nueva etapa dorada. Dispongámonos a aprender con él, y de él. Les dejo en buena compañía.
Benigno Moreno en su tiempo como director de RNE |
-Yo
era muy joven y no dormía muy bien, me ponía una radio por la noche para escuchar todas las emisoras, incluidas las
extranjeras. Me parecía algo mágico que el trabajo de alguien pudiera ser
contar cosas para que yo, en la soledad y silencio de mi habitación, las
escuchara, aprendiera, conociera, entendiera al ser humano y la actualidad más
variada del mundo en el que vivimos, pero sobre todo me sentía acompañado hasta
que el sueño me ganaba.
-¡Querías conocer la radio! ¡Acercarte a
ella! ¡Pisar un estudio!
-¡Claro!
Tenía mucho interés por conocer ese lugar, un estudio, imaginado por mí tantas
veces y donde sucedían todo tipo de cosas. Y también me apetecía conocer a esas
personas que dedicaban su vida a hablarme a mí, que no era más que un
estudiante con poco sueño. ¿Se puede hacer algo mejor en la vida pensaba yo en
aquél tiempo?
-Desde luego, tengo que coincidir
contigo… Al empezar la carrera, y un poco como aventura, y para acercarte a un
estudio de verdad, decides presentarte a las oposiciones de RNE. En la primera convocatoria, sacas una nota
espléndida en el teórico, pero ¿qué te ocurre en el práctico? ¿Te ayudaron los
técnicos de la Casa de la Radio? ¡Y luego fuiste su jefe! ¡Qué vueltas da
la vida!
Moreno en la inauguración de la exposición dedicada a los 75 años de RNE |
-Pues la verdad es que sí. Si me llegan a
decir esto cuando estaba estudiando la carrera, hubiera dicho que era una
locura. Jamás se me había pasado por la imaginación poder llegar a ser el
máximo responsable de mi emisora preferida, incluso lo de ser jefe me producía
cierto rechazo, porque me parecía que no eran los que hacían las cosas, que es
en realidad lo más divertido.
-Ésa es
una idea, probablemente un prejuicio, muy generalizado, y desde luego injusto,
porque -como en botica- hay de todo. ¿Cuál era la parte que más te atraía a ti
dentro de la radio, Benigno?
-¡El sonido! Era un poco friki de Barquillo (la antigua calle del sonido en Madrid). Me
gustaba conocer los equipos nuevos y ver sus características. Me enteré de las
oposiciones a técnicos de RNE, me dieron el temario y para descansar cuando
estaba estudiando y en mis ratos libres me fui preparando punto por punto el
teórico, haciendo apuntes para el futuro y sobre todo aprendiendo por mi cuenta
en libros de sonido, acústica, electrónica, etc. Hice la oposición y saqué una
buena nota, pasando al práctico.
-¿Y
cómo fue el práctico?
Imagen de uno de los antiguos estudios de RNE |
-¡Hombre!
Eso es relativamente fácil…
-…¡Claro! Para un profesional, sí, Gorka;
pero para mí imposible. ¡No había tocado una mesa de sonido, ni un plato profesional,
ni un magnetofón en mi vida! Los había visto en fotos. Cuando entré en el
estudio me dije: yo quiero trabajar aquí. Y empecé a tocar cosas con cuidado: ¡si
levantabas la regleta se arrancaba el plato! Alucinante para mí…
-¡Jajaja!
¡Claro! Tanto el plato como el magnetofón, los famosos Revox, eran de arraque
automático desde mesa…
-Qué bien pensado, me dije. ¡Justo! También
pasaba con los magnetofones, pero yo no sabía poner la cinta… Pasados cinco
minutos me dijo la persona que vigilaba el examen que si me quería retirar y yo
le dije… Para nada… ¿Cuánto tiempo tengo? Sólo te quedan 25 minutos y le dije: “pues me quedo, lo estoy pasando muy bien y
aprendiendo mucho, no he entrado en un estudio en mi vida”. Y el técnico,
sin entender qué hacía allí (me gustaría saber quién fue para darle las
gracias), me enseñó a poner las cintas, a colocar el plato con el famoso
retardo de los EMT, arrancar la palabra, meter un corte… Al irme me dijo: “eres muy joven, igual te veo por aquí otra
vez cuando aprendas”.
-Buenos profesionales, y buena gente hay
en todas partes… Entras en RNE y empiezas como técnico ¿de grabaciones? ¿de
continuidad?
-En la carrera empezamos a hacer unas
prácticas simulando como si fuéramos una emisora de verdad, todo en directo y
sin parar para nada, una mañana a la semana durante cuatro horas. Yo hacía un
programa de una hora, pero también hacía de técnico en otras horas. Allí
estaban Yolanda Flores y Manolo Lama, entre otros.
Durante el ensayo de una Ficción Sonora de RNE, de izquierda a derecha, con Alfonso Latorre, Mayca Aguilera, Benigno Moreno y Miguel Ángel Coleto |
-Nombres
de profesionales hoy consagrados…
-Nos lo tomamos muy en serio. De alguna
manera, nos lo creíamos y eso es la mejor práctica. Estudiando segundo saqué
finalmente la oposición para técnico de sonido. Al ser libre (sin contrato
previo) me mandaron a Zaragoza. Trabajaba los fines de semana para librar dos
días entre semana y poder venir a Madrid a seguir las clases como podía. A los
dos años regreso a Madrid, termino un par de asignaturas que me faltaban por
ser presenciales y concluyo la carrera. He trabajado en todas las funciones de
los técnicos de sonido, tanto en grabaciones, continuidad, control central,
servicio exterior y grabaciones musicales. Es el mejor aprendizaje, que hoy por
criterios de especialización no se hace y me parece un error muy grave.
-Coincido contigo, sólo de pensar que te puedes dedicar toda una vida profesional a grabar crónicas de un minuto sin corte, me produce vértigo…
-Es que mejoras como profesional y además la
variedad es muy divertida. En el año 92 saco una plaza de promoción interna
para realizadores, dos plazas para Madrid y me incorporo al equipo de ‘Programas Especiales’, a propuesta de mi
compañero y amigo Miguel Ángel Coleto,
amistad que después de mucho camino recorrido continúa hoy. Yeyo (Eugenio González Ladrón de Guevara), a quien quiero hacer
un modesto homenaje público, se inventó un cariñoso mote para Miguel Ángel y
para mí: los “Electroduendes”. Decía
que siempre la estábamos liando con los equipos.
-Coincido contigo, sólo de pensar que te puedes dedicar toda una vida profesional a grabar crónicas de un minuto sin corte, me produce vértigo…
Santiago González, director de RNE |
-Vuestro
trabajo se sigue desarrollando, hasta que llega a RNE Santiago González y os
encarga un cambio de identidad de la radio.
-Exacto. Santiago González decidió renovar y
modernizar el sonido corporativo de Radio Nacional, su sello sonoro, sintonías,
promociones, etc. y se lo encargó al equipo de ‘Programas Especiales y Promociones’ en el que yo estaba en ese
momento. Poco a poco el trato con Santiago González fue más directo y habitual.
Hablamos mucho de radio, de programación de audiencias potenciales, de
objetivos para captar oyentes nuevos, de contenidos, de personas, de estilos,
de todo. La confianza mutua se transformó en amistad que perdura hasta hoy y
que es de las mejores cosas que me han quedado de esa época.
Continúa…