Carmen Juan: "Hay quien piensa que imito a Julia Otero"
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Subdirectora de “Julia en la Onda”, Onda Cero (y II)
-Volvamos a tu trayectoria, tu vida profesional cuando conoces a Julia Otero, con la que llevas vinculada profesionalmente casi treinta años. ¿Cómo se produjo esta joint venture, Carmen, con “La Luna”, de TVE?
"Aquí está la radio, sin acabar de morirse, pero con varios achaques"
- "La primera vez que nos confundieron fue la madre de Julia por teléfono en Radio Miramar. Trabajar juntas ha estrechado el parecido, es inevitable"
- "Ser 'segunda' no es un demérito. Ante todo, somos un equipo"
- "Cuando yo tuve la oportunidad de escoger entre seguir haciendo mi programa o trabajar para Julia, escogí volver con Julia"
- "La radio es lo que me despierta cada día, en sentido literal y figurado"
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Carmen Juan, en Onda Cero (Fotografía Onda Cero.es) |
Nos conocimos en los años 80 en radio Miramar, ella tenía más experiencia que yo, había pasado por Radio Sabadell. Después, yo me fui a montar Radio Hospitalet, a Radio Cadena Española y a la Agencia Efe. A finales de los ochenta nos reencontramos cuando le encargaron a Julia un programa informativo en Radio Miramar y me propuso sumarme. Era un matinal de 7 a 9 que abandonó para presentar el 3x4 en TVE y en el que me quedé yo. Era un lujo. En la redacción estaba Gloria Serra, por ejemplo. Cuando Julia recibió el encargo de “La Luna” -primero fue “La Lluna” en catalán- me volvió a llamar. Yo defino nuestra relación como de ‘fija discontinua’. He participado en buena parte de sus proyectos, ha sido una suerte para mí, he podido hacer cosas con ella que no estaban a mi alcance en solitario, prime time en TV, prime time en radio. Un lujo. Pero ella ha hecho también cosas sin mí y yo cosas sin ella, quizá ese sea el secreto, tener en común proyectos atractivos sin renunciar a tener proyectos propios.
-A mí me sorprende el grado de simbiosis que habéis alcanzado trabajando juntas, incluso el timbre de voz, y el acento, coinciden. ¿En el día a día el trabajo es tan fácil entre vosotras y el equipo como parece?
-La primera vez que nos confundieron fue la madre de Julia por teléfono en Radio Miramar. Mi madre cree que ella se parece a mí. Jajaja! El parecido existe. Somos mujeres con un timbre de voz parecido, de edad aproximada y criadas en la misma ciudad, así que el acento también es similar. Trabajar juntas ha estrechado el parecido, es inevitable y, como es lógico, la gente piensa que yo me parezco a ella, porque a ella le ponen cara, es alguien muy popular y conocida.
Carmen Juan a finales de los 80, cuando estaba en Radio Barcelona, en una imagen de El País |
-Pero cuando no trabajabas con ella ¿también te confundían?
-¡Sí, sí! Parece mi sino. Hay quien piensa que la imito, pero no se puede imitar a alguien tres horas cada día en directo, no puedes dejar de ser tú durante tanto rato. Yo trabajo muy a gusto con Julia, me gusta lo que hacemos, me siento cómoda en la cocina del programa, es una persona exigente, también consigo misma y eso siempre es un reto. A pesar de los años y la confianza, no hay zona de confort, cada día hay que intentar hacerlo mejor.
-Hay un aspecto que siempre he destacado con honores, porque me parece ejemplo de una humildad que a menudo no es habitual en el mundo de la comunicación, donde los egos tienden a dispararse: me refiero al papel de “los segundos”. En el cine se pasó de denominar a los ‘actores secundarios”, “actores de reparto”…, como sabes, precisamente por el carácter peyorativo de ‘ir de segundo’. Sin embargo, hay profesionales que ocupan este puesto, como tú, en “Julia en la Onda”, y antes en “La Radio de Julia”, que, sabiendo dónde estáis, y hasta dónde podéis llegar, hacéis una radio que no sólo igualáis al líder, sino que a menudo lo superáis; pero el reconocimiento y la visibilidad no son los mismos. ¿Cómo se administra esta situación, Carmen, sin que provoque cortocircuitos en la autoestima?
"En la radio tenemos la ventaja de que escribimos pensando en cómo suena, pero tenemos la desventaja de que no usamos el lenguaje no verbal"
-¡Mi autoestima está bien, gracias! Creo que los problemas de autoestima los tienes si crees que tu reconocimiento no está a la altura de tus expectativas, pero yo me siento reconocida y estimada en mi trabajo. Tengo la suerte de que Julia es un monstruo de la comunicación y sigo aprendiendo de ella, así que ser “segunda” no es un demérito. De todas formas, yo no soy amiga de poner ordinales. Somos un equipo, ella lo encabeza, pero ¿si yo soy su segunda, hay un tercero, hay un cuarto?... ¡No! Somos un equipo que se coordina para trabajar en un proyecto común, cada uno con su especialidad, su talento, sus mejores habilidades y en el lugar en el que más puede aportar al proyecto final, que, en este caso, es un programa de radio que presenta Julia. Cuando he liderado mis propios equipos en mis proyectos personales he pensado lo mismo. Somos un grupo y de vez en cuando haces de solista.
-¡Pero ser una estrella llega a convertirse en un oficio!
-Es que no es fácil serlo, es un trabajo a tiempo completo y permanentemente expuesta. Tiene sus ventajas, obviamente, pero también algunos inconvenientes. Debes tener muy claro si estás capacitado para esa responsabilidad, si la quieres asumir y si ésa es una prioridad en tu vida. Cuando yo tuve la oportunidad de escoger entre seguir haciendo mi programa o trabajar para Julia, escogí volver con Julia. Fue una decisión muy meditada y fructífera. Trabajar con ella ha sido y sigue siendo un reto profesional muy enriquecedor y que se ajusta a mis prioridades.
-¿Y el ego?
Casi una fotografía histórica: Julia Otero y Carmen Juan, juntas en el locutorio, en directo (Fotografía Onda Cero.es) |
-En la comunicación existe, pero no lo considero un defecto, me parece una virtud, igual que la ambición… ¿Te imaginas a un comunicador que creyera que su opinión no le interesa a nadie? Pero egos y ambiciones hay para todos los gustos...
-Pasemos a otra de tus facetas, en la que también te sientes muy cómoda: la formación. Te invito a que veas este video en Youtube, en el que estudiantes de la Universidad Pontificia de Salamanca responden a la pregunta de si escuchan o no radio. Como comprobarás, sus respuestas no apuntan nada bueno para el futuro de la radio. ¿Tú cómo lo ves: eres de las de la ‘media botella llena’ o de la “media botella vacía’?
-La radio se está muriendo desde que el video mató a la estrella de la radio allá por los ochenta, y aquí estamos, sin acabar de morirnos pero con varios achaques. Comparto la idea de muchos de estos jóvenes de que la radio es un medio que tiene asociada una imagen antigua. Yo soy botella medio llena. Creo que no existe un medio más versátil y con mayor cintura para reinventarse que la radio, pero es cierto que las nuevas generaciones nos lo van a poner muy difícil, no solo a la radio, también a la tele, a la prensa… Tengo una hija de doce años que solo ve la tele o escucha la radio si estamos juntas. Ella solo usa la tablet, se baja sus programas o sus series a la carta.
"Hay que encontrar una sintonía generacional mayor de la que hay, quizá deberíamos escucharlos más a ellos, en lugar de estar solo hablándoles"
-La tecnología les permite decidir. Nosotros no tuvimos esta oportunidad.
-Son consumidores que discriminan, que buscan contenidos específicos y que es difícil seducirlos, porque es difícil llegar a ellos. Pero no creo que todo esté perdido. Nuestro target de programa, por ejemplo, tiene un amplio segmento de jóvenes de entre 14 y 24. Pero no hay que ser complaciente, empresas y profesionales tendrán que hacer un sobreesfuerzo para modernizar la imagen y los contenidos de la radio. Hay que encontrar una sintonía generacional mayor de la que hay, quizá deberíamos escucharlos más a ellos, en lugar de estar solo hablándoles. No hace muchos años, en la radio catalana se generó un fenómeno insólito, un programa de radio que arrasó entre los adolescentes. Se llamaba “Prohibit als pares” (Prohibido a los padres) y generaba movidas enloquecidas de fans. El programa lo presentaba un jovencísimo Josep Lobató. Es un buen ejemplo. Aprovecho para enviarle a Josep un abrazo porque se está recuperando de una gravísima enfermedad que lo tiene retirado del micrófono.
-Claro, los jóvenes marginan a la radio, porque la radio les margina a ellos. Es una especie de círculo vicioso, del que hay que salir, está claro. Si te pidiera un ejercicio de concisión en torno a los dos-tres conceptos básicos e imprescindibles que transmites a tus alumnos, futuros profesionales de la radio, ¿cuáles serían?
-Entusiasmo, formación y sentido crítico.
En la redacción, hace algunos años |
-En una Master Class en la EAE Business School, una escuela de negocios, les dijiste que “En comunicación, debemos mantener siempre las ganas de aprender, la ilusión por el trabajo y la curiosidad por lo que nos rodea”. El mundo de la empresa está muy necesitado de comunicación. Hasta ahora se han priorizado las competencias profesionales, pero no las habilidades de comunicación. Y dicen los expertos que la fórmula mágica es C+HxA (o sea, competencias más habilidades por la actitud). ¿La comunicación es una ‘asignatura pendiente’ en el mundo de la empresa?
-He impartido clase de formación de portavoces y comunicación en la Escuela de Formación Política para mujeres de la Diputación de Barcelona, durante varios años. La empresa y la política tienen graves problemas de comunicación, y en el caso de las mujeres se agrava por su especial prurito profesional, que creo que es un defecto de género. No todos los periodistas son buenos comunicadores, pero tienen algo ganado, saben articular un discurso, saben lo que es un sujeto, verbo y predicado y saben ordenar ideas por orden de importancia, crear un relato (quiero creer que todos los periodistas son capaces de hacerlo, al menos los que yo conozco sí). En la empresa y en la política se ve la comunicación como algo ajeno, el enemigo y no un arma poderosísima de seducción y de creación de reputación. En la radio tenemos la ventaja de que escribimos pensando en cómo suena, pero tenemos la desventaja de que no usamos el lenguaje no verbal.
-Vamos terminando, ¿qué te sigue sorprendiendo cada tarde en “Julia en la Onda”?
-Que, a pesar de saberme el programa de antemano, me entretiene mucho como oyente y a veces logra sorprenderme.
Fotografía de campaña de Onda Cero |
-Me gustaría que valoraras, brevemente, la aportación del ‘Universo Podcast’ a la radio.
-Me parece un gran invento, quizá la salvación de la radio venga por ahí. No solo por bajarse contenidos emitidos, sino creando productos específicos para el podcast.
-Me parece un gran invento, quizá la salvación de la radio venga por ahí. No solo por bajarse contenidos emitidos, sino creando productos específicos para el podcast.
-Me comentó Carlos Alsina que la diversidad ideológica es la marca de Onda Cero, frente a otras cadenas ideológicamente más uniformes. En este sentido, ¿cómo se produce la convivencia, Carmen? A pesar de las diferencias, entre unos y otros, ¿sentís que hay un camino común o cada uno se maneja en su territorio?
-Es cierto que en Onda Cero conviven diferentes líneas editoriales, con total libertad y pluralidad. Me entristece que eso sea un hecho diferencial y agradezco trabajar en una cadena tan abierta.
-Por último, completa la frase: La radio es para mí…
-…lo que me despierta cada día, en sentido literal y figurado.