Carlos Herrera: "La radio, una persona habla, otra escucha"
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#LaRadioqueQueremos: Carlos Herrera (Cope)
"La radio será revolucionaria en lo tecnológico"
El “bon vivant” de la radio española
En ese deporte nacional tan hispano de encumbrar para derribar al que triunfa, Carlos Herrera lleva muchos años demostrando que su alma radiofónica es fuerte y poderosa y que, gracias a su determinación, ha logrado reunir cada mañana, alrededor de la radio, a más de dos millones de españoles a los que les apetece despertarse, y acompañarse, de este tipo que destila buen rollo y sentido positivo de la vida. Ya lo comenté en un anterior post, pero el encuentro que he tenido la suerte –el honor- de compartir con él, me ha ratificado lo que siempre he creído de él, desde que le conocí, a principios de los 90, cuando en Radio Madrid había un tipo, bigotudo, alto y con la sonrisa permanente en la boca, que se autogrababa las “Coplas de mi SER”, un programa que ponía a la copla en su sitio, en el parnaso musical patrio.
Carlos Herrera |
Hablando con Carlos Herrera, cara a cara, relajados, en su Sevilla del alma, con una copichuela delante (yo un té…), me lo encontré exactamente igual que hace 23 años. ¡Y lo que ha llovido desde entonces! Como si mi memoria viajara en el tiempo hasta encontrarle en el comedor del fondo de “Casa Perico”, detrás de la Gran Vía, con la servilleta al cuello, degustando con fruición el arroz a lo pobre de la casa, rodeado siempre de buena gente. Y es que Carlos ha sido siempre muy amigo de sus amigos, lo que le enaltece.
Camino de Sevilla, en el AVE, tuve tiempo para pensar. Para recuperar recuerdos de aquel tiempo vivido en los albores de los 90 y hacer balance de un cuarto de siglo dedicado a la radio, del que me siento, discúlpeseme, especialmente orgulloso. En el camino, he conocido a decenas de profesionales que me han enseñado que este medio maravilloso merecía todos los mimos que pudiéramos dedicarle. Y Carlos Herrera era uno de ellos, uno de los que me inculcó, probablemente sin él saberlo, que la radio es la mejor amante que se nos ha podido presentar en esta vida. La cabeza me daba vueltas y no dejaba de preguntarme cómo sería aquel reencuentro, dos décadas después de habernos visto por última vez.
La radio requiere de atenciones, de cuidados, y más últimamente, que anda hecha unos zorros; aunque siempre viva y cercana, cómplice, ejerciendo la compañía que nunca debe faltar a ninguno de sus oyentes, lo sean analógicos o digitales (que esto, ahora, da lo mismo).