La marcha de Carlos Herrera, lo mejor para Onda Cero
https://www.gorkazumeta.com/2017/01/la-marcha-de-carlos-herrera-lo-mejor.html?m=0
Nada tiene que ver la posición en
el ranquin del EGM con las cuentas de resultados
¿Por qué RNE tiene que seguir en el EGM?
- La deuda de Prisa y los gastos de Cope contrastan con la estabilidad de Onda Cero
Las grandes cadenas de radio en
España tienen una preocupación que les delata: ganar la batalla de las
audiencias. Cuanta más audiencia, mayores ingresos publicitarios. Ésta es la
correspondencia que se establece, y que marca los objetivos de todas las
cadenas de radio comerciales en nuestro país. Sin embargo, no está tan claro.
Al final, todo se reduce a los libros de contabilidad, y a las cuentas de resultados |
En esta carrera, que hace años no
tenía variaciones en el ranquin, se produjo no hace mucho un cambio sustancial
en la segunda posición. En diciembre de 2015, tras la llegada de Carlos Herrera a Cope,
procedente de las mañanas de Onda Cero, se produjo un trasvase casi millonario de
oyentes de la emisora verde a la azul. Y todo por culpa del periodista
almeriense. Un
hito, como comenté en su día en esta web.
Pero hablo de la segunda
posición. Porque la primera está cubierta por la misma cadena -la SER- desde tiempos inmemoriales. De hecho,
han nacido varias generaciones sin conocer otra radio como líder de
audiencia en este país. Y fuera de nuestras fronteras, no
entienden muy bien cómo es posible -se preguntan- que una sola cadena de radio
no sólo sea líder absoluta de audiencia, a distancia, de la segunda, durante más de quince años; sino que
también lo sea en todos los tramos horarios de su parrilla.
Así las cosas, en el ranquin que
ha dejado el último Estudio General de Medios (EGM) la cadena generalista de Prisa Radio sigue en cabeza; la Cope le sigue, Onda
Cero ocupa el tercer lugar y por último RNE
hace lo que puede. Aquí están los números:
CADENA
|
AUDIENCIA GLOBAL
|
DIFERENCIA
|
|
1
|
Cadena SER
|
4.267.000
|
|
2
|
Cope
|
2.631.000
|
-1.636.000
|
3
|
Onda Cero
|
2.012.000
|
-2.255.000
|
4
|
RNE
|
1.208.000
|
-3.059.000
|
Datos oficiales EGM, 3ª ola 2016
La comparativa que hemos
establecido se refiere a la diferencia que mantienen con el líder.
Pero introduzcamos otro elemento
de análisis comparativo entre estas cadenas, dejando en principio al margen a RNE, en tanto que radio pública y alejada
de la pelea encarnizada, pero claramente delimitada por otra parte, que
mantienen las cadenas comerciales entre sí; no sin antes analizar, muy
someramente, la oportunidad o inoportunidad de la presencia de RNE en el
Estudio General de Medios.
“Me voy, porque no me sacan bien en la foto”
La participación, como socio, de
la radio pública nacional (y/o las autonómicas) en la AIMC (Asociación para la Investigación de Medios
de Comunicación) de cara a su control trimestral de audiencias (con
excepción de los meses de verano) no debe inspirarse de igual manera que el
resto de cadenas, cuya supervivencia depende de los ingresos publicitarios. En
el caso de las públicas, dependen, bien de los Presupuestos Generales del
Estado (PGE), bien de sus correspondientes presupuestos regionales.
A lo largo de los años,
diferentes presidentes de RTVE han cuestionado la oportunidad de la presencia
de la radio pública en el EGM. Y es curioso: la duda siempre se ha producido
cuando la encuesta reflejaba malos resultados para RNE. “Me
voy, porque no me sacan bien en la foto”, podría ser la frase-explicación de esta actitud. Un
poco infantil, si me permiten. Quedaría incluso mejor aludir al coste de la
encuesta para las arcas públicas y a “lo
poco que aporta el estudio”... (por poner una mejor excusa).
Onda Cero, la tercera cadena española en audiencia, y la más saneada |
Pero el ciudadano tiene perfecto
derecho a saber no sólo cuánto se gasta en las radios públicas (que él paga de
sus impuestos), sino qué resultado -o, dicho de otra forma, qué apoyos-
obtienen de los españoles, a los que supuestamente sirven. El EGM en este
sentido ofrece, es cierto, la ‘foto finish’
del trabajo realizado por la radio pública. Y, a juzgar por los datos
certificados por la encuesta, a la radio pública nacional no le va bien; es
decir, los ciudadanos no le prestan los apoyos necesarios. En cuanto a la radio
autonómica, con excepciones, le va peor.
Podríamos argumentar también que
la radio pública no tiene por qué entrar en la guerra de las audiencias por las audiencias, que éste no es su
objetivo; sino el de ofrecer una programación de calidad, en todos aquellos
contenidos que incluya: desde la información, el entretenimiento o la
formación. Pero no deja de ser un test a RNE,
y a las cadenas públicas (que deberían ser más hermanas, por cierto, y aprovechar más las sinergias) que viene
bien a oyentes/ciudadanos, y a los propios profesionales, a los que les
proporciona información acerca de la validez o eficacia de sus esfuerzos.
"El objetivo de la radio pública no tiene que pasar por la guerra de las audiencias"
Lo perverso del modelo llega
cuando, de forma recurrente, se comprueba que las radios públicas se han
convertido en altavoces ideológicos manejados por el poder político de turno.
Tan triste como esto. Y, como el ciudadano no es tonto, pese a que algunos
políticos se crean lo contrario, suelen dar la espalda a lo ofrecido. Y el EGM
lo certifica. Cuando se han introducido elementos correctores de ese control
doctrinal, es cuando la radio pública ha obtenido mejores resultados de
audiencia. Y el EGM, pese a sus evidentes imperfecciones, no hace otra cosa que
reflejar la opinión de los españoles que escuchan radio en este país.
Defendiendo, por tanto, la
presencia de la radio pública en el Estudio General de Medios, como termómetro
de su trabajo y de sus resultados, quiero introducirme ahora en el ámbito de la
radio comercial española.
Foto de Familia de la SER en la Temporada 16-17. Sigue manteniendo grandes diferencias respecto de la competencia, pero su situación financiera es complicada |
Los resultados económicos y los
de audiencia no se corresponden. Quiero decir, alcanzar una mejor posición en
el ranquin de audiencias de las grandes cadenas de radio nacionales no comporta
automáticamente una cuenta de resultados más abultada, o saneada. Este
resultado depende más de la gestión que de las audiencias.
La Cope,
después de atravesar durante cinco años el vía
crucis de las pérdidas, por
fin ha entrado en beneficios, pero a costa de qué. A costa de afrontar unos
gastos elevadísimos, consistentes en tres grandes pilares: el equipo de
deportes, liderado por Paco González;
el alquiler de las extintas emisoras de Punto Radio al Grupo Vocento -que
ahora, paradójicamente, sacan beneficio, y no lo consiguieron durante su
explotación directa- y el millonario pero, al parecer, rentable, de momento,
fichaje de Carlos Herrera. O sea,
preguntado de otra manera: ¿cuánto le ha costado a la Cope alcanzar la segunda posición en el ranquin
de audiencia de la radio española? Muchos millones. Otra pregunta que me surge:
¿ha merecido la pena? Y ahora, a Cope, le ha
caído en gracia el canal de televisión
13TV, con el que van a poner en marcha una -lógica- política de sinergias. Ya
se habla de la
participación de Carlos Herrera en la televisión. Pero, señores, el
contrato es el que es, y la carga de trabajo es la que es. Dicho con otras
palabras: "si queréis más, renegociamos", y no parecen estar en esta línea los
obispos. ¿Qué ocurrirá? Que 13 TV, si quiere a Herrera, tendrá que alimentarse
de las ristras de “Herrera en Cope”,
igual que la
última hora de este programa. La verdad es que hay que reconocer que nadie
aprovecha tanto su producto como Cope…
"Onda Cero ha salido muy airosa de una situación adversa que se presentaba muy negra en sus comienzos"
Y sin embargo, Onda Cero, navega tranquila, y en
beneficios. Ya
en el primer ejercicio de la cadena verde propiedad de Atresmedia, tras la
marcha de Herrera a la cadena azul, su cuenta de resultados alcanzó beneficios.
Y es que la carga del contrato del periodista almeriense era tan alta que
condicionaba las cuentas. Por supuesto, ahora mismo nadie cobra lo que Herrera.
Pero los números salen. Onda Cero ha perdido
su segunda posición, pero, sin embargo, su cuota de mercado, con sus tres
cadenas o productos -Onda Cero, Europa FM y Melodía FM- se
sigue manteniendo, pese al sorpasso
de la cadena de los obispos, en torno al 20 por ciento del mercado. Es
cierto que ha pasado de los casi 5 millones de oyentes en 2014 hasta los poco
más de 4,5 millones de 2015, pero lo hasta cierto punto sorprendente es que su
atractivo comercial no ha descendido en la misma proporción. Puede
considerarse, a todas luces, una salida muy airosa a una situación adversa que
se presentaba muy negra en sus comienzos.
Y por fin, el líder, la Cadena SER, propiedad de Prisa Radio. Ya
está de nuevo en beneficios, porque el comportamiento del mercado publicitario experimentó
una mejora sustancial. Los ingresos en la SER mejoraron en 2015, por ejemplo, un 8,1
por ciento, hasta alcanzar los 29 millones de euros. Pero, a pesar de la vuelta
a los números negros, la audiencia desciende (las dos últimas olas así parecen
confirmarlo, hasta que no se altere la tendencia), el ambiente no acompaña a
las cifras, y en la SER se
temen nuevos movimientos de la empresa para seguir recortando gastos (fundamentalmente
personal, la tensión es palpable otra vez…) no ya para lograr beneficios, en
los que ya están, sino para aumentar su margen, y poder responder mejor a la
deuda contraída por el Grupo, preocupación que torea el Presidente ejecutivo, Juan Luis Cebrián, que en
breve estudiará las ofertas de compra presentadas para deshacerse de Santillana,
la empresa madre de Jesús de Polanco
de la que surgió el Grupo tal y como hoy lo conocemos. Me gusta esa comparación
en economía doméstica que utilizo para explicar lo ocurrido en Prisa: un
matrimonio en el que ganan muy bien los dos cónyuges se compra una casa en la
playa y reforman la casa del pueblo. Pero, por desgracia, la mujer pierde el
trabajo, los ingresos disminuyen sustancialmente, pero tienen que seguir
amortizando la hipoteca y se ven obligados a paralizar las obras de reforma. Pero
llegará un momento en que tendrán que vender la casa del pueblo, que se llama ‘Santillana’…
José Luis Pérez, Carlos Herrera y Javi Nieves, de Cope. Herrera ha devuelto a beneficios la Cope, pero ha costado caro |
Ésta es la situación de las
grandes cadenas de radio española. En 2015, sólo Onda Cero ganó
doce millones de euros, frente
a los 5,3 millones de beneficios de todo Prisa. Si me preguntan ¿cuál va
mejor? Pues, paradójicamente, la última de las tres grandes cadenas: Onda Cero, perteneciente al Grupo
Atresmedia. No tiene una deuda que hipoteque sus cuentas de resultados, ni
tampoco unos contratos millonarios de estrellas y emisoras que las condicionen.
¡Que en el ranquin ocupa el tercer puesto, que no va en cabeza, y que ha
perdido hace poco la posición finalista? ¡Que me den a mí el tercer puesto con
doce millones de euros de beneficio! Al final, lo mejor que le ha podido pasar
a Onda Cero es que se marchara Carlos Herrera.
Su traspaso ha permitido potenciar la cantera de la cadena, y en este sentido Carlos Alsina es, y lo mantengo, uno de
sus principales activos, de presente y, sobre todo, de futuro.
Por eso decía al comienzo que,
pese a las alharacas del EGM, la trastienda de las grandes cadenas de radio
comerciales en España es una historia bien diferente. Y el escenario que parece
llegar no es el mejor para quien más deuda y gastos tiene. La reorientación de
la inversión publicitaria, con especial dedicación a internet, va a suponer en
los próximos años un auténtico vuelco dramático de ingresos de la radio tradicional,
que -de continuar la tendencia descendente de las audiencias, que no se
renuevan- va a ver claramente reducida su presencia, y fortaleza, ante
anunciantes y agencias de publicidad. Pero, claro, la gallina sigue dando
huevos, ¿hasta cuándo?
¿Ranquin con Q? Que yo sepa se escribe "Ranking"
ResponderEliminarGrafía propuesta por la Real Academia Española: http://lema.rae.es/dpd/srv/search?id=uCwIEArj6D63VYtxqA
EliminarO sea, termino para evitar usar el anglicismo, que ya cansa tanto términos británicos, viva el castellano
Eliminar