Fiebre de contenidos o contenidos con fiebre
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Publicado en InnovaciónAudivisual.com
Las cassettes vírgenes, antecedentes de las playlist
- El autor, Raúl Domingo de Blas, reflexiona sobre lo que le queda a la radio para competir en el nuevo escenario de la música a la carta
“Te tragarás la colección de cassettes, de Las San-gri-Las o de Las
Ronettes”, así canta la letra de los accidentados Siniestro Total en su título “Bailaré
sobre tu tumba”. Desconozco la razón por la que aparece la referencia a
estas bandas femeninas icono de los 60´s, lo cierto es que con el tiempo todos
nos hemos tenido que tragar nuestras colecciones de cassettes.
Ya nadie se acuerda de las
cassettes, su desaparición ha sido menos nombrada, rememorada, “o añorada” que
la del vinilo o el CD, el primero porque curiosamente está viendo un
sorprendente resurgir, con crecimientos en ventas de 2 dígitos. Tras su casi
desaparición actualmente las ventas de vinilos superan los ingresos por las
ventas de álbumes en descarga digital y con multitud de artistas que o bien por
motivos nostálgicos, por esnobismo, o diferenciación, están presentando sus
nuevos lanzamientos con cuidadas y exclusivas ediciones en vinilo. Quizá esto
es otra expresión del relato transmediático que hoy se impone en la industria
musical. Si bien esta es otra cuestión.
Las cassettes, un fenómeno
olvidado del consumo de música, jugaron un papel capital para la difusión de
música en el siglo pasado y mantienen su influencia hasta hoy, como ahora
veremos. En su versión original permitieron un acceso a la música a precios más
populares que los vinilos, si bien con inferior calidad de sonido, lo cual no
era un detalle menor en aquellos años. Por otro lado, las cintas vírgenes de
60, 90 y 120 minutos, almacenaban en el menor espacio, la medida de tiempo
ideal para que una buena Selección
Musical o lista clave en recomendación triunfe, también en nuestros días.
Así las cassettes vírgenes con un
volumen de ventas superior a las cintas originales, sirvieron para que cada uno
pudiera crear y recopilar ¡por primera vez! sus selecciones “favoritas”, sus
canciones preferidas, “las canciones que me acompañan siempre”. Cientos de
cintas para utilizar en los momentos, situaciones o estados de ánimo más
apropiados; fiestas, reuniones de amigos, citas románticas y especialmente
largos viajes por carretera. También servían para que los aficionados a la
música pudieran hacer copias de aquellos vinilos que compraban “otros”, o que
no podían conseguir en las tiendas por descatalogación, mala distribución,
etc., en este sentido fueron el origen de un primer modelo de piratería
musical.
Los coches estaban llenos de
cintas de cassettes que solo han desaparecido, a medida que los reproductores
se han eliminado del equipamiento de los automóviles y de los hogares, hecho
que también ha pasado desapercibido para los aficionados a la música. Nadie lo
comenta y nadie lo reclama, ya no se venden coches con reproductores de
cassettes. ¿Podría suceder algo parecido con la FM en el futuro, y sin darnos
cuenta?
Posteriormente los cd´s
sustituyeron el fenómeno de las cassettes vírgenes, poniendo de moda, ya en la
era digital, la creación de cd´s recopilatorios, hasta el momento actual en el
que se presentan en forma de Playlist a través de equipos conectados o sistemas
en movilidad en diferentes formas de compartir música y gustos.
Así las cassettes fueron el
antecedente de una nueva actividad muy relevante en nuestros días: la creación
de Listas de Reprodución o Playslist
se ha convertido en una actividad cotidiana, al alcance de todos y resultan
indispensables para entender los nuevos modelos de consumo. Las llamadas Playlist o listas de reproducción, como
nueva gran plataforma de acceso y distribución de la música. El próximo año
2017 hablaremos mucho de Playlist.
Las playlist podrían guardar alguna similitud con la radio, en cierto
modo también las cintas grabadas en el pasado se pudieron parecer a programas
de Radio musical o fragmentos de estos, emisiones de FM en archivo repetible,
el antecedente del podcast.
Horas y horas grabando de la radio nuestra música favorita, y tratando de evitar las intervenciones de los DJ's (Fotografía TDK) |
Compañías discográficas,
artistas, nuevos lanzamientos, se pelean por conseguir que sus canciones
figuren en la mayor parte de Playlist,
como en el pasado luchaban por colocar sus discos en todas las emisoras, en un
mercado cada vez más multiexpresivo.
Fiestas privadas, bares, tiendas,
personajes conocidos y otros no tanto, marcas comerciales, compañías
discográficas, plataformas de streaming
como generadores más relevantes y por supuesto miles de aficionados a la
música, se afanan en la creación de las Playlist
más exitosas, más atractivas, más interesantes, más influyentes, con más
seguidores y reproducciones.
Este fenómeno ha dado lugar a una
nueva actividad profesional, la de Curador
de Playlist, Creador de Playlist, o
revisor de listas de reproducción, que no dista mucho del trabajo de los
programadores en la Radio Musical, en cuanto a los propósitos de uno y otro;
sin embargo, en las formas de trabajar, en el cómo, se muestran como
actividades muy distintas.
El Curador de Playlist, también llamado Content Curator, curador
de contenidos, (una vez más el inglés impone sus conceptos en los nuevos
entornos profesionales). He de confesar que esta denominación, sea en inglés o
su traducción en castellano, me resulta poco afortunada, y desde luego
difícilmente refleja lo digno, creativo y bello del trabajo de un programador
de música, que es lo que en el fondo da sentido a este nuevo trabajo, en
realidad. El curador de contenidos, o
el Curador de Playlist es ya una nueva profesión para el futuro del audio
digital. Veremos dónde queda en la Radio.
El nuevo acceso ilimitado a la
música, a todo tipo de contenidos, hacen de esta tarea un reto apasionante. Y,
¿cómo curar contenidos musicales?
Si la curación de contenidos
sirve para buscar, agrupar, recopilar, seleccionar, mejorar y filtrar
contenidos, ¿no ha sido esto parte esencial del oficio de periodista desde
siempre?
¿Será que Content Curator, apela a una nueva necesidad?, ¿curación, presupone que están los
contenidos enfermos?, ¿por exceso?, ¿por reiteración?, ¿por falta de
veracidad?, ¿de verificación?, ¿de ética? ¿de valor intelectual? ¿de
profundidad? ¿cuál es la enfermedad de los contenidos?
Y si están los contenidos
enfermos, ¿será esta una nueva enfermedad del siglo XXI?
Para curar contenidos es necesario un profundo conocimiento del medio y
los soportes en los que se va a exponer, en el caso de la Radio, requiere
dominar su narrativa, el lenguaje y el sonido. Un texto debe ser escrito para
ser escuchado, no solo leído, como bien sabe cualquier guionista. El curador de contenidos es el que se
encargará de estimular los sentidos, hacer que a uno se le hiele la piel cuando
le están describiendo un paisaje de invierno. ¿O no es así? ¿Solo filtra,
selecciona y comparte? En el caso de las Playlist
de música además es necesario aportar creatividad.
En una investigación sobre
consumo de música que pude realizar hace ya algunas décadas, se reveló como de
manera más o menos consciente, muchos aficionados jugaban a hacer sus programas
de radio en las listas de sus cassettes.
Hoy las playlist figuran entre las actividades de los grupos de amigos, se
comparten en cenas y eventos. Nuestras listas de reproducción son una fuente de
satisfacción escuchando y compartiendo la música. Es posible que en cierto
sentido también los usuarios ahora estén manteniendo este ejercicio de
programador de Radio, adaptado a los nuevos tiempos, afectado por el carácter y
la influencia social de este cometido.
En el pasado las Listas de
Emisión fueron la base de la programación musical en las emisoras de radio,
como decimos podrían guardar alguna similitud con la actual creación de playlist. Pero las playlist son de usar y tirar, la Radio busca otros ámbitos de
relación.
Spotify ofrece la posibilidad de crear nuestras propias 'cassettes' digitales, con nuestra música... En este nuevo escenario ¿dónde queda la radio? (Captura Spotify) |
La Radio musical, todavía, sigue
siendo medio principal para descubrir nuevas canciones y para el consumo
general de música para la mayor parte de los usuarios, si bien nunca el único.
Cada vez es más compartido y necesitado de ratificar su rol y su presencia en
los diferentes cauces del entorno digital. Y así las Playlist o listas de reproducción son otra fuente de atención y
competencia para la Radio.
La Radio persigue ser algo más
que una lista de reproducción. Las listas de emisión en la radio son mágicas.
La radio crea modelos de programación al servicio de los oyentes, la radio
persigue crear relaciones desde una personalidad, unos valores y unos vínculos
más allá de lo que el consumo puntual o el disfrute que una selección de
canciones pueda generar. En la capacidad de hacer de esto una fuente de valor
está el poder de la radio para adaptarse y convivir con los nuevos modelos de
consumo de música.
Es el momento de fortalecer las
propuestas y formatos de música, de dotarlos de elementos de identificación
únicos que permitan una competencia vivaz y creativa.
Las cassettes vírgenes dieron
origen a una tendencia que el mundo digital convirtió en universal, la música
se vende en forma de canciones, temas aislados, no todas las canciones de un
disco son mis favoritas.
La Radio es la gran especialista
en crear listas de canciones con acento humano.
Me resisto a cerrar, sin una
breve alusión a los datos del último EGM de Radio que se acaban de conocer.
Esta vez el EGM más que una estimación de audiencias, ha resultado sobre todo
una buena revelación sobre la fortaleza de las marcas en Radio.
¡FELICES FIESTAS Y FELIZ AÑO 2017!