¿Se acercan nuevos (y mejores) tiempos para RNE?
https://www.gorkazumeta.com/2016/11/se-acercan-nuevos-y-mejores-tiempos.html?m=0
El momento político, inédito, nos conduce irremediablemente a un nuevo marco basado en el consenso
La oportunidad para la radio pública española
Mariano Rajoy, presidente del Partido Popular, repite
en cargo, con todos sus errores, con todo su pasado vergonzante en muchas
páginas. Pero la persistencia del ‘no es
no’ de Pedro Sánchez, del que
volveremos a oír mucho otra vez -no me queda la menor duda- nos abocaba al
ridículo internacional y al más que previsible sorpasso del PSOE, por parte de
Podemos, la nueva formación política morada que ha provocado que el socialismo
español, que abrazaba la moderación del centro para ganar elecciones, se
escorara hacia la izquierda, para ser más podemitas que los propios seguidores
de Pablo Iglesias.
El equipo directivo de RTVE con Mariano Rajoy, de izquierda a derecha, Javier Pons, director de TVE, Rajoy, Luis Fernández, presidente de la Corporación RTVE y Fran Llorente, director de los Servicios Informativos de TVE (Fotografías RTVE.es) |
El caso es que Rajoy, y los
suyos, han repetido en Moncloa, pero con fuerzas muy limitadas. Carecen de los
apoyos parlamentarios necesarios para seguir aplicando el rodillo y haciendo lo
que les daba la gana, como esa polémica ley educativa, la Lomce, que ha tenido
que empezar a desmontar el presidente, como signo de buena voluntad.
Personalmente pienso que España está ante una situación inédita, es cierto;
pero que puede ser -si sus señorías están a la altura- un momento histórico
inapreciable para lograr que el consenso constituya la norma de funcionamiento
habitual a la hora de hacer avanzar al país: la sanidad, la educación, las
pensiones, aguardan los movimientos del Parlamento y los españoles, hartos de
este año de impasse, de dimes y diretes y de enfrentamientos personales,
estamos deseando que la maquinaria se ponga de nuevo en marcha.
Luis Fernández inició el modelo del consenso en RTVE |
Y en ese camino, los medios de
comunicación públicos también esperan. El caso de Radio Nacional de España (RNE) es por todos conocido. Tras la patada enrabietada del actual Presidente
de RTVE, José Antonio Sánchez -en su
anterior etapa al frente de la televisión y la radio públicas- que propinó al
EGM, abandonando
la AIMC en 2003, a través de su director de RNE de entonces, José Antonio Sentís, para
volver a decir lo mismo en 2015, sin confirmar su salida en esta ocasión, la
impresión que ofrecían los responsables nombrados por el Partido Popular en el
Gobierno era que la razón que argumentaron para la salida, “que
no reflejaba la calidad de su programación”, era sólo una excusa para
no reconocer su propio fracaso, por no saber acertar en su conexión con los
oyentes de la radio pública. A
quien le tocó anunciar, pocos años después, que RNE regresaba al EGM fue al
periodista Pedro Piqueras.
Santiago González, director de RNE y luego de TVE |
Entre esos dos períodos de José
Antonio Sánchez al frente de RTVE hubo un gran y prestigioso paréntesis
protagonizado por una figura tan inédita como la formación del actual Gobierno
de Mariano Rajoy: la elección del Presidente de la Corporación RTVE por consenso
entre los dos grandes partidos del Parlamento: el PP y el PSOE. Así llegó al
primer despacho de Prado del Rey Luis
Fernández, mi exjefe en la SER, con
una tarea complicada: reorganizar el antiguo Ente y renovar la confianza
perdida de los telespectadores y oyentes. Así, en RNE se apoyó enseguida en un hombre que
había conocido, precisamente, en la SER:
Santiago González, al que nombró
primer ejecutivo de la radio pública. Y éste nombró poco después a José Ángel Esteban como director de
programas. Tras una fructífera gestión de éste, aunque complicada por diversos
capítulos, e incluso la oposición de los potentes sindicatos de la casa,
Santiago González cesó a Esteban y nombró a un técnico de gran predicamento en
la casa, Benigno Moreno, para el
mismo cargo de director de programas. Moreno llegó precedido de su ‘carácter dialogante, y de la confianza
de los sindicatos, lo que apaciguó la situación.
Benigno Moreno, director de RNE |
Santiago González pasó a la
dirección de TVE, tras la salida de Javier
Pons y, en la mudanza de despachos, de un edificio a otro, dejó caer -por
el buen servicio que había realizado- el nombre de Benigno Moreno para asumir
la dirección de RNE, que había dejado atrás. Luis
Fernández ya se había marchado, por motivos que aún hoy se desconocen, y en
su lugar el Gobierno nombró al exministro Alberto
Oliart, que fue quien firmó
el nombramiento de Moreno al frente de la radio pública. Sólo fueron dos
años de ejercicio, pero todavía se recuerdan en la Casa de la Radio por el
talante y la cintura que demostró.
En la antena, Juan Ramón Lucas se ocupaba de las
mañanas, Toni Garrido renovó las
tardes con su ‘Asuntos Propios’ y Pepa Fernández seguía, incombustible,
en las mañanas del fin de semana. Estas tres patas de la nueva radio pública,
surgida del consenso, primero con Santiago González y después con Benigno
Moreno, recuperó su presencia en el EGM y, sobre todo, la motivación interior.
Y eso que no fue un camino de rosas. Garrido
tuvo un enfrentamiento con los sindicatos por unas declaraciones poco
afortunadas, a pesar de que su programa logró un indudable éxito de
audiencia, certificado por el EGM. Otras fuentes equilibran algo más las culpas
con los sindicatos de trabajadores de RNE,
especialmente los técnicos, por las difíciles relaciones que establecían con el periodista
mallorquín.
En cualquier caso, y mientras en
TVE, con Fran Llorente al frente de
los Servicios Informativos –“el mejor director de Informativos de TVE”,
dicho por Luis Fernández- los Telediarios
recuperaban el liderazgo perdido, las mañanas de la radio pública, con Lucas al
frente de “En días como hoy”,
recuperaban el tercer puesto en el ranquin de cadenas generalistas, superando a
la Cope y a Punto Radio (¡aquí estaba Luis del Olmo!) con casi un millón y
medio de oyentes (1.429.000, 2ª ola 2012), a más de 500.000 oyentes de la
cadena de los obispos.
Benigno Moreno atendiendo a los entonces Príncipes de España, en la inauguración de la exposición de los 75 años de RNE |
La radio pública se recuperaba.
TVE se recuperaba. La Corporación vivía uno de sus mejores momentos en un período
que marcaba evidentes distancias respecto de mandatos anteriores, bajo
inspiración del Partido Popular. José
Luis Rodríguez Zapatero, presidente socialista, con muchos errores en sus
dos Legislaturas, sin duda (entre ellos su voluntad de no querer reconocer la
llegada de la crisis económica) tuvo, sin embargo, un gran acierto a la hora de
impulsar un nuevo modelo para RTVE. Benigno Moreno, el segundo director de RNE, con ZP, carecía de adscripción política,
y respondía más a un perfil técnico que político. A pesar de ello, su gestión
resultó un éxito, en resultados de audiencia, y en el ambiente que logró crear
en la Casa de la Radio.
Él mismo reconocía, en
una entrevista en el diario La Razón: “Cuando
llegué a la dirección de programas, lo primero que pedí fue un conocimiento
real del suelo que tenía. Dónde estábamos, cómo se nos percibía. Y el panorama
era desolador. No entraba un oyente nuevo en Radio Nacional desde hacía años”. La
anterior RNE, la liderada por un hombre
de la casa, Javier Arenas, era
percibida como “vieja, del Gobierno”.
Y no lo digo yo, sino el periodista Sergio
Casquet, quien firmaba la entrevista a Moreno en La Razón, un diario que
desde luego no lleva la etiqueta de ‘progresista’.
Juan Ramón Lucas, Pepa Fernández y Toni Garrido |
En julio de 2012, tras dos años y
siete meses al frente de la dirección de RNE,
el nuevo Presidente de la Corporación, Leopoldo
González Echenique, nombrado a propuesta del PP un mes antes, rompiendo la
fórmula del consenso, cesó a Benigno Moreno, quien regresó a su cometido de
siempre: la técnica, con absoluta naturalidad, consciente de que ese momento
estaba al caer, tras la llegada al Gobierno de Mariano Rajoy. De hecho, durante
su mandato al frente de la radio pública, Moreno no había querido perder
el contacto con quienes fueron sus compañeros de viaje en la compañía: “Después de comer, me subo un rato con mi
antiguo equipo, para que me enseñe lo que está haciendo. Lo que más me divierte
es hacer programas”, reconocía
Moreno en esa entrevista. González Echenique barrió del mapa a Lucas y a Garrido y a punto estuvo de hacerlo con Pepa Fernández, tanto que la periodista llegó a pensar que estaba cesada, ante una incertidumbre agobiante, que tardaron en disipar.
La radio pública (al igual que la
televisión) ha vivido este período de indefinición política, en que no había
Gobierno firme, con una política programática de continuidad, basada en una
rutina obligada por unas circunstancias que les impedían progresar. No se podían
afrontar nuevos proyectos, cambios sustanciales, aprobación de desviaciones presupuestarias o
nuevas líneas de programación. Los administradores de RTVE tenían las manos
atadas, al igual que el Gobierno en funciones. En este panorama, la nueva
Temporada 16-17 comenzó tal cual, como si no hubiera habido parón vacacional.
Uno de los nuevos estudios de RNE |
Y no sólo la radio pública debería
acometer reformas en sus programas, para dotarles de una mayor pátina de
transparencia informativa, alejada de las directrices llegadas desde el
Gobierno. La radio pública se encuentra sumida en una grave situación
financiera en la que los recursos, sobre todo humanos, son escasos, hasta tal
punto de que los equipos son tan reducidos que muchos programas tienen serios problemas
para afrontar las vacaciones, porque no hay personal para asumir las
sustituciones. No hay personal técnico suficiente tampoco los fines de semana
en los centros territoriales como para afrontar la producción de programas nacionales
en directo desde otras sedes, aparte de Madrid. En definitiva, las limitaciones
que establecen los reducidos recursos de la radio pública están afectando a la
calidad de su producto, y al ánimo de sus trabajadores, en algunos casos.
El
Congreso de los Diputados acogió en octubre de 2015 un rifirrafe entre el
entonces portavoz del PSOE, Antonio
Hernando y la vicepresidenta del Gobierno popular, Soraya Saénz de Santamaría, en que ambos se reprocharon malas
prácticas en la gestión de los medios públicos. Las
acusaciones de ‘manipulación informativa’, referidas a TVE, se repetían de
manera recurrente, aunque parecía que la radio no estaba tan en el ‘ojo del
huracán’ como su hermana ‘mayor’, la televisión. Pero el cambio de modelo de
elección del máximo responsable de RTVE por consenso, pese a que el PSOE sigue
manteniendo el modelo antiguo de gestión unilateral
en las autonomías donde gobierna, en pura incoherencia con lo que defendió a
nivel nacional en la etapa Zapatero, fue la puntilla que terminó por arruinar
la credibilidad y el prestigio de los medios públicos.
Al presidente Rajoy le toca liderar un proceso en el que el consenso resurja como herramienta de regeneración de los medios de comunicación públicos |
Como digo, la radio pública tiene
una auténtica oportunidad de recuperar el merecido protagonismo que debe tener
en la sociedad a la que sirve. Debe olvidar los partidismos y directrices y “ante la duda, hacer buen periodismo”,
como me enseñaron mis mayores. Sólo así, desde una verdadera auctoritas, puede reconstruirse RNE. Los políticos tienen una tendencia natural a tratar de dirigir, e incluso
manipular, los medios de comunicación, de uno y otro lado del arco ideológico,
me da igual. Por eso me alegra leer reflexiones como las que plantea el senador socialista y vicepresidente de la Comisión de Control de RTVE, Óscar López Agueda, que reclama un Pacto de Estado para garantizar la despolitización de la Corporación. No sería mal camino equiparar la cuestión del modelo de radio y televisión públicas con otras cuestiones trascendentales como la educación o la sanidad. Pero hay un hecho meridianamente claro: sólo cuando dejan trabajar a los profesionales, y les dejan hacer, atendiendo, única y exclusivamente, a sus criterios apoyados en su olfato y
oficio, es cuando los medios brillan con luz propia.
Por unos medios de comunicación públicos
verdaderamente independientes… del poder político. Llega la oportunidad.