"La parte comercial es lo más complicado para sacar adelante una emisora”
https://www.gorkazumeta.com/2016/11/la-parte-comercial-es-lo-mas-complicado.html?m=0
Repaso a la “Guía Definitiva de la Radio Online” de Javier Jiménez (y II)
“Desconfíe de los proveedores de streaming que ofertan verdaderos chollos"
Además, el autor trata de resolver una polémica en torno a la terminología que se refiere a la audiencia del programa. Sin aludir expresamente a Pepa Fernández, la directora del programa del fin de semana en la radio pública “No es un día cualquiera” que ha sido la que ha popularizado el término “escuchante” frente a “oyente”, Jiménez dice: “esto aclara en cierto modo la discusión que en los últimos tiempos se ha generado entre algunos profesionales de la radio. ¿Oyente o escuchante? Para la RAE, escuchar no es más que “prestar atención a lo que se oye” sin que esto suponga haber entendido el mensaje. Así que nosotros buscamos oyentes, personas que entiendan lo que les estamos trasmitiendo”.
Si en el caso de los softwares de directo, Javier Jiménez apuesta por
el Sam Broadcaster Pro,
en el caso de los automatizadores (para preconfigurar la programación
de nuestra emisora cuando no emitamos en directo) la elección también es clara:
ZaraStudio. “Se trata de una
completa aplicación de escritorio que no depende de ningún servidor adicional
para funcionar lo que simplifica su instalación y, desde luego, su mantenimiento.
Además, es sumamente estable por lo que puede tenerla en funcionamiento
ininterrumpidamente. Entre sus múltiples ventajas destaca el que no sea necesario
convertir los audios ya que ZaraStudio
admite todos los formatos”.
“Desconfíe de los proveedores de streaming que ofertan verdaderos chollos"
- “El silencio forma parte del lenguaje radiofónico y, por tanto, es capaz de expresar, narrar y describir”
- “Lo más económico sería adquirir una consola de producción o grabación. Por ver la diferencia económica, una consola de grabación se sitúa en torno a los 150 euros, mientras que una de directo serían cerca de los 2.000 euros"
- “Tras probar unos cuantos softwares, hace ya un tiempo que tomé la decisión de utilizar Sam Broadcaster Pro"
“Radio
Online: la guía definitiva”, escrita por Javier Jiménez, no olvida ninguno de los aspectos relacionados con
la radio difundida a través de la red, pero tampoco de los que forman parte de
la propia naturaleza del medio, independientemente de su manera de distribución.
“A nadie se le escapa que la radio tiene su propio lenguaje. No porque
utilice un idioma distinto o una jerga particular, sino porque ha creado un
código de comunicación a partir de los elementos con los que cuenta para hacer
llegar sus mensajes a la percepción sonora e imaginativa de sus oyentes”. Resulta
muy interesante, además de práctico, leer los conceptos que traslada en su
libro Jiménez en torno a las características del lenguaje radiofónico, y a sus
implicaciones en la antena a la hora de producir contenidos para este medio.
Algunos aspectos comentados, no por evidentes son menos importantes: “El
lenguaje radiofónico debe facilitar al oyente todos los elementos que le
permitan la comprensión inmediata de los temas sobre los que se le informa”. Pese
a que muchos lectores pueden pensar que esta frase no deja de ser una
perogrullada, lo cierto es que todavía existen muchos profesionales del medio
que leen o hablan muy rápido y, además de estresar a sus oyentes, pierden la
eficacia de sus mensajes, por cuanto no dan tiempo material a procesar la
información que suministran.
"No hay nada que ayude más a corregir errores que escucharse a uno mismo tantas veces como sea necesario"
Llegado este punto, Javier Jiménez realiza un recorrido en torno a los
elementos que conforman el lenguaje radiofónico, comenzando, como no podía ser
de otra forma, por la voz, seguida de la música y uno de los elementos
fundamentales en la expresión oral correcta -los silencios, las pausas- que en
la radio cobran un mayor protagonismo. “El silencio forma parte del lenguaje
radiofónico y, por tanto, es capaz de expresar, narrar y describir”. Pero
no cualquier silencio. Un silencio bien gestionado y controlado en su duración.
Si lo forzáramos, y lo hiciéramos excesivo, daríamos la sensación de que la
emisión se ha cortado. La introducción de silencios en el habla cotidiana, y más
cuando hablamos en público, facilita la comprensión del mensaje, le añade pues
eficacia y sirve de recurso para quien habla en la búsqueda de tiempo para
articular su discurso, en lugar de las más que frecuentes coletillas del tipo ‘ehhhh’
o ‘ahhh’. La radio acentúa su valor, pero su gestión aquí es más crítica.
Sin embargo, Javier Jiménez no contempla en su guía otro de los elementos fundamentales en la composición del lenguaje radiofónico, como son los efectos especiales. Un elemento éste, por cierto, que se está introduciendo no ya en programas o radioteatros, donde forma parte de los contenidos para situar al oyente y provocar un ejercicio de imaginación, sino en los mismos informativos para ilustrar determinadas noticias, en las que se cuenta con sonidos que podríamos identificar con efectos especiales, sólo que en este caso reales, grabados in situ: sonido de ambulancias, sirenas de policía, muchedumbre, ráfagas de disparos, etc.
“Radio
Online: la guía definitiva” continúa, tras el repaso a los diferentes
elementos que conforman el lenguaje radiofónico, con uno de los elementos que
sirve de armazón de los contenidos de un programa o un informativo: hablamos
del guión. “La importancia del guión es vital en un programa de radio. En él
se encuentra fielmente reflejado de forma secuencial y ordenada, todo lo que
ocurrirá durante el programa y, por tanto, debemos distinguir dos tipos de
guión: el literario, por el que se guiará el locutor y que tendrá los
contenidos desarrollados todo lo posible; y el técnico donde se establecen las
instrucciones necesarias para la correcta realización técnica del programa”.
En definitiva, se trata del documento escrito donde se recogen la formulación
esencial de los contenidos que van a ser abordados en el programa o informativo.
En éste, como en muchos órdenes de la vida, la improvisación no es buena
consejera a la hora de organizar la estructura de un período radiofónico.
Sin embargo, Javier Jiménez no contempla en su guía otro de los elementos fundamentales en la composición del lenguaje radiofónico, como son los efectos especiales. Un elemento éste, por cierto, que se está introduciendo no ya en programas o radioteatros, donde forma parte de los contenidos para situar al oyente y provocar un ejercicio de imaginación, sino en los mismos informativos para ilustrar determinadas noticias, en las que se cuenta con sonidos que podríamos identificar con efectos especiales, sólo que en este caso reales, grabados in situ: sonido de ambulancias, sirenas de policía, muchedumbre, ráfagas de disparos, etc.
El estudio que tiene montado Joaquín Guzmán, para producir radio online en streaming |
Este libro, “Radio
Online: la guía definitiva”, se adentra después en uno de los terrenos más
pantanosos en algunos casos; más brillantes en otros, en lo que respecta a la
eficacia del medio radiofónico. No sólo nos deben contar buenas historias,
atractivas, curiosas, llamativas, sorprendentes. Es que, además, nos las tienen
que contar bien contadas. De ahí la importancia de los locutores y su papel. “Antes
de nada, le aconsejo que se provea de una grabadora. No hay nada que ayude más
a corregir errores que escucharse a uno mismo tantas veces como sea necesario.
Es más, yo diría que no estaría de más llegar al hastío. A falta de quien nos
corrija o asesore, debemos aprender a encontrar nuestros fallos y eso no se
consigue sin repetición”. Sabio consejo. Hasta que uno no se da cuenta, de
manera consciente, de sus errores, es imposible que pueda corregirlos. No
hablar rápido, vocalizar correctamente (sin que lleguemos a una dicción
perfecta de otros tiempos que nadie va a reclamar, y que nos sonaría, hoy, a
pedantería), entonar bien cada palabra confiriéndole el valor que tiene,
alterando los ritmos de lectura sin caer en la temida monotonía, o en una
cadencia demasiado relajada (como en los famosos documentales de La 2). Todas éstas
son recomendaciones que se hacen en la guía, con gran profusión de detalles.
"¿Oyente o escuchante? Para la RAE, escuchar no es más que “prestar atención a lo que se oye” sin que esto suponga haber entendido el mensaje"
Además, el autor trata de resolver una polémica en torno a la terminología que se refiere a la audiencia del programa. Sin aludir expresamente a Pepa Fernández, la directora del programa del fin de semana en la radio pública “No es un día cualquiera” que ha sido la que ha popularizado el término “escuchante” frente a “oyente”, Jiménez dice: “esto aclara en cierto modo la discusión que en los últimos tiempos se ha generado entre algunos profesionales de la radio. ¿Oyente o escuchante? Para la RAE, escuchar no es más que “prestar atención a lo que se oye” sin que esto suponga haber entendido el mensaje. Así que nosotros buscamos oyentes, personas que entiendan lo que les estamos trasmitiendo”.
Hemos hablado de cómo organizar los contenidos de un programa, pero ¿cómo
organizamos la estructura de contenidos de una emisora? Es el turno de hablar
de la ‘Programación’. “Hablaremos de programación para referirnos a la
previsión de programas a emitir. Pero en la parrilla, junto a los programas que
la vertebran, conviven una serie de elementos que son imprescindibles. Unos porque
nos identifican -los indicativos-, y otros porque significan la financiación de
la emisora si finalmente decidimos hacer de ella nuestro modo de vida -la
publicidad-. En esa ‘parrilla’, que no es otra cosa que un ‘reloj’, donde
se sitúan en el tiempo los programas de que consta una emisora, se van
estructurando los contenidos y la publicidad.
Y en este capítulo, Javier Jiménez desarrolla toda la información
referida a los tipos de contenidos que ofrece la radio: programas, e
informativos. Una división que, en otro tiempo, trajo consigo un
enfrentamiento, en ocasiones violento, entre los integrantes de una u otra
sección. Cuando los chicos de informativos llegaron, y desplazaron a los
de programas (a fines de los años 70) ¡”se armó la marimorena”! La
clasificación, dentro de ‘programas’, se complica bastante por las muchas
inspiraciones que presentan (musicales, deportivos, magacines, etc.). Jiménez
se detiene también, con detalle, en la explicación de términos como ‘jingles’,
‘cuñas’, ‘patrocinios’, ‘menciones’, ‘indicativos’, ‘cortinillas’, etc.
El libro del que hablamos... |
Este libro, tan práctico, “Radio
Online: la guía definitiva” no hurta, al lector ávido por conocer cómo
funciona el sector, ninguna información de interés. ¿Qué haría una emisora si
no dispusiera de un estudio de producción, o de directos? Javier Jiménez añade
una premisa, a la hora de comentar en su libro, el equipamiento necesario para
montar un estudio de radio, y es que piensa en que la ubicación va a ser el
domicilio de su promotor. O sea, su intención es abaratar costes y ponerlo fácil.
“Antes de nada, hay que elegir el lugar que vamos dedicar a nuestro estudio.
El espacio que necesitará, en un principio, es el equivalente a una mesa de
despacho por lo que cualquier lugar es bueno, aunque le aconsejo que tenga sea
lo más tranquilo posible y si está exento de ruidos, tanto mejor. Por otro
lado, y esto no siempre es posible, que sea una zona lo menos común posible. (…).
En ese caso, si decide aprovechar la idea de este libro que no es otra que
montar el estudio en casa, consensúe este extremo con su familia. Ellos serán los
primeros sacrificados, al menos durante la emisión de su programa”. Nada se
deja a la improvisación. El autor de esta guía dedicada a la radio online se
detiene incluso en el tipo de silla que debe acompañar a un ‘estudio’ de radio,
porque no podrá levantarse durante la emisión de su programa, deberá ser, por
tanto (cuando menos), cómoda.
La guía avanza con paso firme, y minucioso en torno a los diferentes elementos que componen un estudio de radio “doméstico”, que no tiene por qué ser malo. Los precios se han reducido y ajustado mucho y ya no constituyen una barrera para enfrentarse a este oficio. En primer lugar Javier Jiménez habla de la mesa de mezclas, el corazón del estudio: “Lo más económico sería adquirir una consola de producción o grabación. Como su nombre indica se utilizan para la creación de programas, grabar anuncios o piezas que se puedan “enlatar”. Es cierto que también se utilizan en algunas emisoras como consola de transmisión, pero carecen de híbridos (para incluir llamadas telefónicas), sistemas de muting y otras particularidades propias de los estudios de radio. Por ver la diferencia económica, una consola de grabación, más que aceptable, se sitúa en torno a los 150 euros, mientras que deberíamos alzar esa cifra hasta cerca de los dos mil euros si pretendemos hacernos con una consola de transmisiones normalita”.
La guía avanza con paso firme, y minucioso en torno a los diferentes elementos que componen un estudio de radio “doméstico”, que no tiene por qué ser malo. Los precios se han reducido y ajustado mucho y ya no constituyen una barrera para enfrentarse a este oficio. En primer lugar Javier Jiménez habla de la mesa de mezclas, el corazón del estudio: “Lo más económico sería adquirir una consola de producción o grabación. Como su nombre indica se utilizan para la creación de programas, grabar anuncios o piezas que se puedan “enlatar”. Es cierto que también se utilizan en algunas emisoras como consola de transmisión, pero carecen de híbridos (para incluir llamadas telefónicas), sistemas de muting y otras particularidades propias de los estudios de radio. Por ver la diferencia económica, una consola de grabación, más que aceptable, se sitúa en torno a los 150 euros, mientras que deberíamos alzar esa cifra hasta cerca de los dos mil euros si pretendemos hacernos con una consola de transmisiones normalita”.
“No mostraré preferencias en cuanto al ordenador. Cualquiera le ofrecerá suficientes cualidades para realizar sus emisiones”
Pero si la consola es el ‘corazón’ del equipo, el ‘cerebro’ es el micrófono.
”Es sin duda la parte más importante del equipo. Ninguna de las piezas que
lo componen funciona por separado, pero sin micrófonos no habría forma de
recoger la voz y, en consecuencia, no sería posible hacerla llegar al oyente”.
Jiménez se detiene en los tipos de micrófonos y en sus características y
prestaciones. ¿Qué deberemos comprar: micrófonos uni, omni o bidireccionales?
Todas estas dudas las resuelve el autor, igual que la información relativa al
tipo del ordenador que necesitaremos para emitir con calidad y garantía. “No
mostraré preferencias en cuanto al ordenador. Cualquiera de los modelos que
existen hoy en el mercado le ofrecerán suficientes cualidades para realizar sus
emisiones”.
Y después de recorrer estos aspectos, el propio Javier Jiménez, autor de esta guía práctica sobre la radio online, titula el siguiente capítulo: “La Hora de la verdad”. Hay que contratar los servicios de streaming (un servidor para la difusión de nuestra señal) y hay que dotar a nuestro ordenador del software más adecuado para los objetivos que nos hemos planteado. Hay servidores gratuitos, y el propio autor recomienda que pueden utilizarse en los comienzos; pero como su intención es atender a la profesionalización de la emisora, y huir del pasatiempos, hay que contratar un buen servicio. “Desconfíe de los proveedores de streaming que ofertan verdaderos chollos. Algunos de esos precios bajísimos están directamente relacionados con retrasos en la emisión, cortes en la misma, un número máximo de oyentes tan bajo que en cuanto se descuide la mitad de su audiencia desaparecerá al no poder escucharle”.
Si no contamos con un buen servicio de streaming, los cortes y
los problemas de la emisión se le volverán en su contra, provocará mucha
frustración y, en suma, abrirá usted mismo la puerta a sus potenciales oyentes
para que abandonen la escucha de su programa, o emisora. Era lo que ocurría al
principio con los servidores de las grandes cadenas (¡no hace tanto!), que
fallaban más que una escopeta de feria. “Entre los factores que me llevaron
a decidirme por mi actual compañía proveedora de servicios de streaming está
que se encuentra en (…) que disponga de servicio técnico con atención
telefónica, la facilidad para escalar tanto si crece como si disminuye el
número de oyentes y, por último, que me permita decidir si quiero realizar mi
programación en IceCast o en ShoutCast”. Sobre este último aspecto Jiménez
también profundiza, igual que en el software que debemos instalar en nuestro
ordenador.
“Tras probar unos cuantos softwares, hace ya un tiempo que tomé la decisión de utilizar Sam Broadcaster Pro. Si en el caso de los servidores quise dejar al margen a la compañía que me da servicio para no influir en su decisión de compra, creo que en este caso sí le debo aconsejar sobre el uso de esta herramienta. Para mí sigue siendo la más completa, con un servicio de actualizaciones que hace que no se quede atrás de las últimas tecnologías. Además, su relación calidad-precio hace que sea una compra obligada para quien quiera dedicarse a la radio por Internet”. Realmente no es difícil de percibir la pasión que le echa el autor a la defensa de este software de emisión de radio online, aunque destaca, como debilidad, que sólo está preparado para trabajar con equipos que cuenten con sistema operativo Windows, así que los Apple quedan fuera de rango. Pero, por contra, destaca sus enormes prestaciones, entre las que destaca, por ejemplo, saber en todo momento cuántos oyentes tiene tu emisión en directo, en cada momento.
Y después de recorrer estos aspectos, el propio Javier Jiménez, autor de esta guía práctica sobre la radio online, titula el siguiente capítulo: “La Hora de la verdad”. Hay que contratar los servicios de streaming (un servidor para la difusión de nuestra señal) y hay que dotar a nuestro ordenador del software más adecuado para los objetivos que nos hemos planteado. Hay servidores gratuitos, y el propio autor recomienda que pueden utilizarse en los comienzos; pero como su intención es atender a la profesionalización de la emisora, y huir del pasatiempos, hay que contratar un buen servicio. “Desconfíe de los proveedores de streaming que ofertan verdaderos chollos. Algunos de esos precios bajísimos están directamente relacionados con retrasos en la emisión, cortes en la misma, un número máximo de oyentes tan bajo que en cuanto se descuide la mitad de su audiencia desaparecerá al no poder escucharle”.
Captura de 'La Radio del Golf", de la que es fundador y director Javier Jiménez, premio European Podcast Award (2012) |
“Tras probar unos cuantos softwares, hace ya un tiempo que tomé la decisión de utilizar Sam Broadcaster Pro. Si en el caso de los servidores quise dejar al margen a la compañía que me da servicio para no influir en su decisión de compra, creo que en este caso sí le debo aconsejar sobre el uso de esta herramienta. Para mí sigue siendo la más completa, con un servicio de actualizaciones que hace que no se quede atrás de las últimas tecnologías. Además, su relación calidad-precio hace que sea una compra obligada para quien quiera dedicarse a la radio por Internet”. Realmente no es difícil de percibir la pasión que le echa el autor a la defensa de este software de emisión de radio online, aunque destaca, como debilidad, que sólo está preparado para trabajar con equipos que cuenten con sistema operativo Windows, así que los Apple quedan fuera de rango. Pero, por contra, destaca sus enormes prestaciones, entre las que destaca, por ejemplo, saber en todo momento cuántos oyentes tiene tu emisión en directo, en cada momento.
Otro de los libros firmados por Javier Jiménez |
Como no podía ser de otra forma, esta guía práctica dedicada a la
puesta en marcha de una emisora online aborda, con profusión de datos, el fenómeno
del podcast. De hecho, se hace eco de una leyenda que circula en torno
al origen del término: “Algunos autores siguen empeñados en relacionar la
palabra podcast con el acrónimo formado por las palabras iPod –en referencia al
producto de Apple- y broadcast, entendiendo que eran programas de radio realizados
exclusivamente para ser reproducidos en los aparatos de la empresa de Cupertino”.
Está claro que no es así. En realidad, el término está relacionado con el “pod”,
aquel mote con el que se conocían los reproductores de mp3, que llegaron a popularizarse
tanto a principio de los años 2000.
Aquí también Jiménez -en el capítulo de servidores de podcast- se
permite defender su opción preferida: Ivoox.
“Por varios motivos. Sobre todo, porque se ha convertido en la mayor comunidad
de audio a la carta en castellano, lo que hace que cuente con miles de usuarios
que acceden a una amplísima variedad de podcast de todo tipo sin necesidad de
estar suscritos. Además, es gratuito tanto para el oyente como para el
podcaster, y no pone limitaciones ni de almacenamiento ni de transferencia”.
También es mi opción. Ivoox es un servidor magnífico para alojar audio, que
cuenta con millones de visitas.
“Apuesto por Ivoox por varios motivos: sobre todo, porque se ha convertido en la mayor comunidad de audio a la carta en castellano, y además es gratuito"
Y así, Javier Jiménez va desenredando la madeja de la radio online,
añadiendo transparencia a todos los elementos que la componen. El final del
libro se centra en varios ‘casos de éxito’ que animan sin duda al lector a
emprender su propio camino. “La Radio del Golf”, la emisora online
responsabilidad del autor, es uno de los casos estudiados. “No le voy a
engañar, la parte comercial es la parte del león. Lo más complicado en la lucha
diaria por sacar adelante la emisora”. Si leemos la guía con la misma
intención del autor -pensar en un proyecto profesional- concluiremos que la
rentabilidad, o monetización, es el auténtico caballo de batalla. Pero los
casos que señala en el libro confirman que es posible obtener resultados
positivos.
El libro concluye con un ‘Glosario de términos radiofónicos’, y se echan de menos unas conclusiones que resuman los aspectos esenciales que constituyen los ‘santos evangelios’ de la puesta en marcha de una emisora de radio online. En cualquier caso, hacerse con este texto -la “Guía Definitiva de la Radio Online”, que se puede comprar en Amazon en versión Kindle por poco más de 5 euros o en versión impresa por menos de 9 euros, es altamente recomendable si estamos pensando en montar nuestra propia emisora. Guiará nuestros pasos.
El libro concluye con un ‘Glosario de términos radiofónicos’, y se echan de menos unas conclusiones que resuman los aspectos esenciales que constituyen los ‘santos evangelios’ de la puesta en marcha de una emisora de radio online. En cualquier caso, hacerse con este texto -la “Guía Definitiva de la Radio Online”, que se puede comprar en Amazon en versión Kindle por poco más de 5 euros o en versión impresa por menos de 9 euros, es altamente recomendable si estamos pensando en montar nuestra propia emisora. Guiará nuestros pasos.