"Deconstruyendo la radio en Teruel" (I)
https://www.gorkazumeta.com/2016/07/deconstruyendo-la-radio-en-teruel-i.html?m=0
Curso “Nuevas tendencias de la
radio en la era digital” (Teruel, julio 2016)
La tortilla de patatas y la radio
- “La radio ha cambiado radicalmente su aspecto, pero sigue respondiendo a su esencia”
- Juan Rocha: “La radio online le ha dado el ‘sorpasso’ a la DAB+”
- "A la radio no la va a reconocer ni la madre que la parió"
Nunca sabes qué te puede tocar.
Cuando te enfrentas a un curso abierto, en que los participantes pertenecen al
‘club de los heterogéneos’ aquello
puede resultar genial o, por el contrario, una absoluta castaña. Acudí a Teruel
con las reservas propias de alguien que acumula experiencias de una y otra
naturaleza, lleno de expectación. Y me llevé una gratísima sorpresa: quienes se
habían desplazado a Teruel (a la que, precisamente, no es fácil llegar, para
qué vamos a engañarnos…) buscaban aprender, no les interesaba -como luego se
demostró- ni los créditos valorados, ni la repercusión académica de aquellas
jornadas, ni siquiera el título, sino aprender,
lisa y llanamente. Y esto es lo primero que percibe un profesor cuando llega al
aula y se encuentra con sus rostros enfrente, y te miran, y te dicen, por
comunicación no verbal, “me interesa
mucho lo que me estás contando, no pares”. Y yo no paro, aunque el reloj se
empeñe en darme un sopapo y recordarme que hay más profesores que esperan su
turno y los alumnos necesitan descansar de tanto bombardeo de información. Me entrometí en su tiempo de descanso
(¡disculpas!) pero no encontré reproche en sus miradas… (¡gracias!).
Imagen de un momento del curso, durante la formación del profesor Miguel Ángel Ortiz |
El curso “Nuevas tendencias de la radio en la era digital” había sido organizado
por la Universidad de Verano de Teruel,
campus perteneciente a la Universidad de Zaragoza, por Carmen Marta-Lazo, turolense de nacimiento, profesora de Comunicación
Audiovisual y Publicidad en el Grado de Periodismo, en la Universidad de
Zaragoza. Se iba a desarrollar del 13 al 15 de julio, inmediatamente después de
las ‘Fiestas del Ángel’, que este año
terminaron de luto por la muerte del torero Víctor Barrio. A nadie, por cierto, se le ocurrió ponerle un pañuelico
negro al Torico, como ocurrió hace dicecinueve años por la muerte de Miguel
Ángel Blanco, a manos de la banda terrorista ETA. Inevitablemente, el nombre
del torero va a estar asociada a la ciudad de Teruel, donde concluyó
violentamente su biografía.
Ana Segura, secretaria del curso, y coordinadora de programas de
Aragón Radio, contactó conmigo gracias al chivatazo de un compañero, Juan Rocha, coordinador técnico de la
emisora regional, que hizo de mi embajador.
Me hubiera gustado compartir más tiempo con Juan, pero el ritmo corría una
barbaridad y no pudimos intercambiar más que unas pocas palabras, en las que la
radio digital terrestre, la DAB+ ocupó parte del protagonismo. Juan no cree en
ella a estas alturas, toda vez que “la
radio online le ha dado el ‘sorpasso’”, mantiene. Comparto la afirmación, pero al
mismo tiempo defiendo que ambas son complementarias, pero la radio difundida a
través de internet no es sustitutiva de la DAB+. Rocha defendió la ‘radio
híbrida’, la que recoge lo mejor de los dos mundos: el analógico (FM) y el
digital (online) y conmuta automáticamente la señal de una a otra en función de
la mejor cobertura, para evitar consumo (costes) innecesario de datos. La radio
híbrida es una solución, cómo no, pero también es compatible con la DAB+, en
lugar de la FM, una tecnología del siglo pasado, que todavía arrastramos (en
pleno vigor, es cierto, pero en retirada…).
Un momento de una exposición de los alumnos en el curso de Teruel |
Y me tocó el turno de hablar.
Carmen Marta-Lazo me presentó, con enorme generosidad, tirando de ‘ridículum’ y
calificándome de ‘influencer’. ¡Qué
cosas! ¿Yo, influencer? Lo dicho, una
enorme generosidad, Carmen. Y empecé mi intervención con una fotografía de la
tortilla de patatas deconstruida de Ferrán Adriá. Pregunté si alguien sabía
qué era aquella ‘cosa’ y tras las caras contrariadas por la incomodidad de la
pregunta, surgió la respuesta, de la mano de mi excompañera en la SER, profesora también del curso y amiga, Ana Borderas, a la que por cierto se me
olvidó preguntarle si la había catado.
Y es que había titulado mi charla
“La deconstrucción de la radio del siglo
XX”. Adrià me había inspirado a la hora de estructurar mi breve aportación
al curso. El fenómeno de la ‘deconstrucción’, surgido en la década de los 60
del siglo pasado, en la cabeza del filósofo francés, de origen argelino, Jacques Derrida, propugnaba la acción
de deconstruir para llegar a la esencia de las cosas. El movimiento se extendió
por la literatura, y otras expresiones artísticas, hasta llegar incluso a la
arquitectura, con el deconstructivismo, cuyo ejemplo más claro es el museo
Guggenheim de Bilbao, firmado por el canadiense Frank Gehry.
¿Y qué ocurrió con Adrià y su
tortilla de patatas? Pues que el chef catalán deconstruyó el aspecto
tradicional de esta delicatessen de
la cocina popular española, la licuó, hasta hacerla irreconocible. Pero si uno
se aproxima al jugo, al mejunje propuesto por Ferrán, aquello huele a tortilla
de patata y, lo mejor, es que al probarlo, con cuchara (que no con tenedor) el
sabor se ha intensificado. Las papilas gustativas certifican que el contenido
de la copa es, realmente, tortilla de patata, aunque su aspecto no acompañe en
la detección y etiquetado del alimento.
¿Y qué tiene que ver esto con la
radio? Los ojos atónitos de algunos de mis alumnos aquella mañana de verano
turolense esperaban la respuesta. Y no tardó en llegar. El aspecto de la radio,
con respecto a la que hemos conocido en el siglo XX, ha cambiado radicalmente.
Se ha ‘deconstruido’. Los hábitos que
acompañaban a la escucha de la radio del siglo XX han desaparecido casi por
completo, en beneficio de otros que han torpedeado las coordenadas en las que
se mueve el ser humano y que requiere para funcionar en la vida: espacio y
tiempo. Ha llegado la llamada, por mi amigo Javier Sánchez, la “Radio Martini”, cuyo claim de hace unos años era “donde
estés y a la hora que estés”. Físicamente, de las aparatosas radios de
comienzos del siglo pasado, a los transistores de los 70, los 80 y hasta los
90, se ha pasado a otro, diferente, como es el Smartphone, que además nos
comparte con otro sinfín de funcionalidades con las que la radio se ve obligada
a convivir e incluso a competir.
Un momento de la mesa redonda con todos los responsables de las emisoras locales presentes en Teruel |
“A la radio no la va a reconocer ni la madre que la parió”, dije en
un determinado momento, refiriéndome al hecho, incuestionable, apoyado por la
propia vivencia de cada uno de quienes están leyendo estas líneas y de quienes
tenía delante en el aula de informática de la Facultad de Bellas Artes de
Teruel, que amablemente nos acogió por unos pocos días. ¿Quién ha sido el Adrià
que ha deconstruido la radio? Yo creo
que esta acción tiene muchos padres: Apple, TuneIN, Ivoox, Spotify, y la lista
seguro que sigue en la cabeza de muchos de los lectores.
En definitiva, la deconstrucción
ha hecho que la radio cambie radicalmente su aspecto, igual que la tortilla de
patata de Ferrán Adrià, pero conservando y potenciando la esencia del medio: alguien que cuenta una historia a alguien
que quiere escucharla, apoyada sólo por la fuerza de la voz. O sea, igual
que la tortilla de patata del chef catalán, que logró intensificar el sabor de
este manjar de la cultura gastronómica patria, respondiendo así a la búsqueda
infatigable de la esencia de las cosas.
La radio ha cambiado su relación con el oyente |
En el camino de esta charla, tuve
oportunidad de citar el escenario tecnológico confuso e incierto que rodeó a la
radio hace unos años, cuando no se sabía qué estándar tecnológico iba a
garantizar su paso a la digitalización (DRM, DAB, HD Radio, etc.,) y de
comparar la FM con la radio DAB, o la DAB con la radio online, incluso de
realizar el DAFO de la radio online, además de repasar juntos la evolución de
la audiencia de la radio online, o del audio online, que incluye otras
plataformas como Spotify, la verdadera reina en la actualidad del consumo de
música bajo demanda. O de apuntar las grandes ventajas que, en lo comercial,
presenta la radio online, como son el engagement
o la geolocalización.
La llegada de los profesores a Teruel, en la plaza del Torico |
Abundé también en el futuro de la
radio, soportada en dos grandes elementos técnicos que van a garantizar su
supervivencia: el ya citado Smartphone y el sistema de entretenimiento del
coche, conectado a él. Ya no es ciencia ficción que los coches “nos hablarán”
cuando entremos en ellos, memorizarán nuestros gustos de radio, de música…y
hasta nos ofrecerán alternativas de ocio para acompañar nuestros
desplazamientos y hacerlos más cómodos. Los smartphones nos conocerán mejor que
nuestra propia madre, y ejercerán de cordón umbilical con la música y la radio.
Pero dejé para el final algo que
apoyé gráficamente con la imagen que puede verse en este post. Y es que la
radio, en esa deconstrucción finisecular que ha sufrido, ha cambiado también su
modelo de relación con el oyente. Mientras que en el siglo XX era el oyente el
que se movía alrededor de la radio, en busca de sus comunicadores o programas
favoritos; hoy es la radio la que gira alrededor del oyente (y en su busca),
intentando llegar a él a través de todos los canales y plataformas posibles. Y
por supuesto sin olvidar la trascendencia y eficacia de las redes sociales. Hoy
la radio también está en Facebook, y en Twitter y quien no sea consciente de
este nuevo escaparate está muerto.
Mis alumnos me escuchaban con
atención (¡gracias!). En sus miradas intuía disparidad, contrariedad,
incredulidad, sorpresa.... Ya les advertí que el proceso de deconstrucción que
ha vivido -vive- la radio ha derivado en un nuevo universo, y hasta en una
nueva relación con el oyente. Cada vez más, tanto la industria de la
radiodifusión como los pequeños podcasters, se van a dar cuenta de que “cada oyente será un tesoro”.
Continúa…
Un único "pero" y que ahora, después de unos días pasado el curso, me asalta y es: - no haber grabado las intervenciones y tener archivo sonoro de las mismas y así volver a revivir esos momentos tan ilustrativos. Gracias, a ti, por tus enseñanzas y al equipo docente por su implicación y dedicación. Toni Gómez Casino. Asociación Desarrollo Serranía Celtibérica.
ResponderEliminarToni! Gracias a ti por tu interés, por tu esfuerzo, por tu pasión. Tu actitud, y la de todos tus compañeros de curso, fue nuestro premio. Y por eso fue un gustazo participar, aunque otros compromisos me impidieron quedarme más tiempo. Pero sé que aprovechasteis para descifrar algunos de los pocos jeroglíficos que rodean a este oficio de radiofonistas, tan agradecido como absorbente. No dejéis de pensar nunca en la fuerza imparable de la palabra, como defendía Mario Benedetti:
Eliminar“La palabra pregunta y se contesta / tiene alas o se mete en los túneles / se desprende de la boca que habla / y se desliza en la oreja hasta el tímpano.
La palabra es tan libre que da pánico / divulga los secretos sin aviso / e inventa la oración de los ateos / es el poder y no es el poder del alma / y el hueso de los himnos que hacen patria.
La palabra es un callejón de suertes / y el registro de ausencias no queridas / puede sobrevivir al horizonte / y al que la armó cuando era pensamiento / puede ser como un perro o como un niño / y embadurnar de rojo la memoria / puede salir de caza en silencio / y regresar con el moral vacío.
La palabra es correo del amor / pero también es arrabal del odio / golpea en las ventanas si diluvia / y el corazón le abre los postigos.
Y ya que la palabra besa y muerde / mejor la devolvemos al futuro.