Dani Moreno: "Aunque me he cuidado bastante, he tenido una vida un poco crápula"

Entrevista a Dani Moreno en Gonzoo

"Hace trece años las discográficas mandaban mucho"

Dani Moreno (Badalona, Barcelona, 1972) empezó a trabajar en un pub para poder pagarse la primera mesa que tuvo, donde mezclaba. Ya por entonces, la radio era algo más que una fantasía en la que acomodar su futuro. Se hizo gallo en Máxima FM pero jugó la Champions League en 40 Principales con la camiseta de 'Anda ya!'.

Dani Moreno hace el número cinco de los directores del 'Anda ya!' (Fotografías Los40)

Gonzoo. Por Carlos H. Vázquez. 01.02.2016. La figura del locutor de radio ha cambiado (para bien y para mal, según se mire) y han ido surgiendo prescriptores, flores de un día o nombres inolvidables e incuestionables. El caso de Dani Moreno es algo más complejo, pues es una persona con una personalidad marcada que no tiene reparos en enseñar sus cartas (lo justo para no desvelar la jugada). El que fuera anotador de Máxima FM cada fin de semana por la noche ha pasado a ser el despertador de un país que escucha 40 Principales para iniciar la jornada. Experimentado en la elección y certero con los comportamientos (sobre todo en las entrevistas), Dani habla de la radio como medio de existencia dejando claro quién manda en este corral de gallinas ponedoras.

GONZOO: ¿Te han dicho alguna vez eso de "mucho gallo para tan poco corral"?

DANI MORENO: Buena pregunta para comenzar jajaja. Lo del gallo y el corral va ligado y ya sabes que en un corral grande hay muchas gallinitas, pero el corral suele estar hecho para el gallo. En este caso, el corral está hecho a medida para mí. Yo tenía un programa en Máxima FM que se llamaba El gallo máximo. El corral era pequeñito, porque estábamos tres personas, pero ahora el corral es mucho más grande y, a veces, somos doce o trece personas en el programa. No creo que me venga ni muy pequeño ni muy grande; está hecho a mi medida, a mi entorno. Yo creo que lo controlo bastante.

Dani Moreno en la terraza de Prisa
 Radio, en la Gran Vía madrileña

G.: Empezaste en radios muy pequeñas y pasaste a 40 Principales de Barcelona para luego irte a Máxima FM y "volver" después a los 40 Principales, pero ya en Madrid. ¿Pensaste que alguno de esos corrales te iba grande?

D.M.: Hombre, sí. El momento en el que me ha venido un poquito grande ha sido con el aterrizaje en 'Anda ya!'. Yo venía de un sitio en el que controlaba todo y estaba a mi medida y no se me escapaba absolutamente nada. Pero en 'Anda ya!' no he llegado a controlarlo al ser un equipo entre diez y quince personas donde cada uno tira por un sitio. Con un equipo grande, las cosas no las controlas tú.

G.: ¿Manejas tanto como para poder delegar?

D.M.: No me gusta delegar mucho. Quiero tenerlo todo controlado. No nos conocíamos cuando aterricé en 'Anda ya!' y había que montarlo. Tenía que delegar aunque no quisiera.

G.: Llegaste a un programa con unos oyentes acostumbrados a otro presentador…

D.M.: Claro. Es mucha responsabilidad y mucho peso, pero también es como una ficha de dominó: se cae una y se reemplaza por otra. Es ley de vida y pasa en los medios de comunicación cada día (radio, televisión…). En la radio no hay nadie imprescindible. Yo, cuando empecé, pensaba que sí, pero luego vi que no. Las fichas se cambian automáticamente y a las tres semanas nadie se acuerda de ti. La radio es muy efímera y la fama pasa rápido.

G.: ¿Y si te tiras un año fuera, por lo que sea?

D.M.: Probablemente sería muerte súbita. Es muy difícil recuperar.

El equipo es fundamental en el 'Anda ya!'

G.: ¿Nunca pensaste en apartarte un tiempo?

D.M.: No. Yo soy un animal de radio.

G.: Hablando de ser un animal, te has comparado con un murciélago. ¿Por qué no con un búho?

D.M.: Porque el murciélago es más crápula que el búho. Aunque me he cuidado bastante, he tenido una vida un poco crápula. He estado trabajando casi veinte años por la noche todos los fines de semana y he visto absolutamente de todo… pero con unas normas. Siempre me las he marcado porque si no es imposible compaginar el mundo-radio con el mundo-noche. Es imposible. Para mí, el trabajo de noche era un plus aparte de la radio. Para conseguir llegar a ese plus y ver que al final de mes he estado currando y que había valido la pena, había que seguir unas normas y unas pautas. Si yo trabajaba viernes y sábado y el viernes tenía que estar en Málaga y el sábado en Santiago de Compostela (o en Zaragoza un día y en Sevilla al otro), tenía que seguir unas pautas, porque era imposible aguantar así quince años.

G.: ¿Eso no te hace pensar que la radio es un lugar menos apropiado para la noche?

D.M.: Sí… Bueno, lo que siempre he pensado es que me tengo que portar bien porque si no, la radio puede desaparecer. Una cosa se come a la otra y yo quería mantener las dos.

G.: ¿Ha cambiado la radio?

Todos en plena acción en el programa

D.M.: Ahora es totalmente distinta.

G.: ¿Y es distinta porque la gente que te pedía canciones antes ya no escucha la música que suena ahora en 40 Principales?

D.M.: Hace trece años, el mercado discográfico era diferente al de ahora. En ese momento, las discográficas mandaban mucho porque tenían unos artistas y siempre han querido que sonaran en las emisoras de radio, creándose un vínculo muy fuerte en el que las radios, a veces, tenían que tragar con algunas cosas para que las discográficas estuviesen bastante aliadas con esa emisora. Te voy a poner un ejemplo claro. Imagina que tal discográfica quería que X sonase en 40 Principales. Piensa que esa discográfica llevaba también a La Patrulla X, por ponerte otro ejemplo sin dar nombres. Entonces, si tú querías que X sonase en 40 Principales, tenías que poner a La Patrulla X en un bolo de verano. Es un pack. Realmente es un negocio.

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