Alfredo Menéndez (RNE): “Cuando me llamaron para “Las Mañanas” pensé que era una broma”
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ENTREVISTA A ALFREDO MENÉNDEZ (RNE)
Director de "Las Mañanas de RNE"
-Además,
toda la competencia ha partido sus
mañanas en dos tramos y dos conductores y RNE sigue manteniendo la misma estructura
ómnibus heredada del ‘Protagonistas’, de Luis del Olmo… ¿Es que no hay
profesionales capaces de asumir con eficacia las seis horas del programa de la
mañana? ¿O por qué crees que se produce este desdoble?
Continúa…
Director de "Las Mañanas de RNE"
La radio posee una
cualidad tan exclusiva como peligrosa: te muestra tal cual eres. Como el
algodón, “la radio no engaña”. Y pese
a las imposturas y las afectaciones, al final quien sale retratado en la antena
es la auténtica personalidad de quien habla a los oyentes desde el micrófono,
intentando convertirse en una costumbre para ellos. El caso de Alfredo Menéndez, al frente de “Las Mañanas” de RNE, el programa estrella de la radio
pública, el que encumbró a Luis del Olmo
e hizo ‘cotizar en Bolsa’ a Carlos Herrera, a dos de los más
grandes, me parece muy sintomático de la radio que se hace hoy día: de cómo se
habla, de cómo se estructuran las frases, de qué expresiones se utilizan más. Alfredo
pertenece a otra generación y su forma de hacer radio, como él, ha
evolucionado. Quienes le conocen, subrayan de él que es “atento, cariñoso, receptivo y un cachondo. Humilde y buena gente”. Es, justo, el retrato que corrobora la radio.
E insisto, la radio no traiciona nunca al oyente, es transparente con todos sus hijos, para bien y para mal. Si
analizamos su forma de trabajar “se
desprende entusiasmo (de ella),
profesionalidad y amor rotundo y absoluto por la radio”, -me dicen-. Y todo
esto se nota. Y los lectores de este blog conocerán en esta entrevista las
fuentes de donde bebió Menéndez y de quién ha aprendido esa Escuela que
defiende a cada minuto. RNE, hoy en
día, suena muy diferente. La hace gente más joven. En el caso de Menéndez un
tipo de 42 años que, cuando estudiaba en la facultad, ya escuchaba del Olmo y a
Gabilondo en la radio, y soñaba con
llegar tan alto como ellos. De momento ya se ha sentado en la silla de las mañanas de la radio.
-¿Cómo se define mejor a Alfredo Menéndez: como un periodista, como un periodista de
radio o como un radiofonista?
Alfredo Menéndez, un nuevo estilo para la radio pública |
-No soy especialmente
mitómamo con los términos. Supongo que entre profanos, prefiero definirme como
periodista –y con mucho orgullo- y entre colegas, como periodista de radio.
Pero no tengo mucha manía al respecto. La radio es el apellido, el nombre, es
el periodismo.
-Trabajaste
en el ‘Protagonistas’ de Luis del Olmo, ¿tener la escuela tan cerca, imagino que sería un lujo…
Luego llegó Carlos Herrera… Has
tenido a los grandes muy cerca? ¿Qué tres cosas te llevaste de ellos?
-No sé si me llevé nada
;-) en todo caso lo intento día a día de lo que vi. De Luis el olfato. La
puesta en antena. El saber rodearse de gente que aporta. El equilibrio entre
información y entretenimiento. De Carlos me gustaría llevarme la energía, la
ironía, el ritmo, el sentido del humor, las ganas de reír. Pero hay más: de Carlos Alsina que también tuve esa
suerte…
-…no me lo
digas! El respeto por el medio!
-Exacto, el amor por la
radio bien hecha (lema de Antena 3 Radio por cierto), la importancia de las
sintonías, la pausa… En fin. Tanto de tantos que me gustaría poner en práctica.
-Tú has
experimentado un salto enorme de
micrófono: de la programación local de Madrid en Onda Cero al liderazgo de la radio matinal
en RNE. ¿Cómo recuerdas el día en que
te dieron la noticia? ¿Con vértigo? ¿Cómo un reto?
De sus tiempos en Onda Cero, donde se encargó, en la última etapa, de la información local de Madrid |
-Pensé que era una
broma. Creía sinceramente que estaban buscando una posible terna para incluir
mi nombre en una candidatura de tres nombres. Y no: era para ofrecérmelo tal
cual. El vértigo total porque cuando dejé la radio en mayo de 2013 pensaba que
no iba a volver a hacer radio nunca más. Pero ya ves: te alejas de la radio y
si la radio quiere, vuelves. Y en mi caso, vuelves por la puerta grande.
-¡Y tan
grande! Ahora resulta que Carlos (Herrera) se ha marchado de Onda Cero (o le han marchado), y llegan Carlos Alsina y Juanra Lucas y –parece- tendrás enfrente, en la Cope, a Carloherrera… Va cambiar el
paisaje. La única que
mantiene su oferta es RNE. ¿Qué
¡reflexión te merece enfrentarte a tus compañeros/competidores en este nuevo
escenario?
-¡Jeje! No deja de tener
su gracia que en septiembre, si se confirman todos estos cambios, el más
veterano haciendo el programa de la mañana sería yo. Sería mi tercera temporada
y mis competidores se estarían estrenando o apenas llevarían un trimestre. En
fin: no tiene más importancia que la del chascarrillo, pero me hace gracia
porque me sigo considerando “el nuevo” en todo esto.
Entrevistando al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy |
-Hacer seis horas no
tiene más mérito que saber cambiar de registro del tramo más informativo al
tramo de mayor entretenimiento. Creo que hay muchos profesionales capaces de
asumirlo y a mí me ha tocado intentar demostrar que soy uno de ellos. No sé por
qué el resto de cadenas opta por partir el tramo: sus razones tendrán. En mi
caso estoy encantadísimo de tener que hacer todo el formato porque mi
curiosidad es insaciable y así no tengo que renunciar a nada.
-A un buen
político se le evalúa cuando estructura y defiende bien sus réplicas, ¿a un
periodista se le puntúa más en las repreguntas?…
porque tú acostumbras a hacerlo. Y bastante a menudo…
-La repregunta no es más
que una pregunta que no ha sido respondida. Así que el mérito, como todo en la
radio, está en escuchar el doble de lo que se habla. Si has preguntado algo y
no ha sido respondido, de una manera elegante y educada, debe ser repreguntado.
No creo que haya que mitificar la repregunta, ni la entrevista a modo
interrogatorio.
-¿Qué es
entonces una entrevista para ti, cómo la concibes?
En directo, con Javier Capitán e Iñaki Anasagasti |
-Una entrevista es una
charla con dudas y certezas; y si un entrevistado - a la tercera - no quiere
responder, su silencio o su evasiva es otra clase de respuesta a veces incluso
más contundente. No necesariamente supone que el que pregunta esté de acuerdo
con el que responde.