El culebrón Carlos Herrera (I)
https://www.gorkazumeta.com/2015/03/el-culebron-carlos-herrera-i.html
Tras el portazo de Onda Cero...
Ahora, ¿Cope sí o sí?
Ahora, ¿Cope sí o sí?
Mis
mayores me enseñaron que lo importante –en periodismo- no es tanto dar la
noticia el primero, cuanto darla bien. Por
eso todo lo que se ha ido publicando en torno a los cambios de programación que
la radio avanza para la Temporada que viene (¡y todavía faltan dos EGM’s de
ésta…!) guarda, en algunos casos, muy poca relación con la realidad. Los
hechos, cuando se vayan produciendo, confirmarán las fuentes de unos y la
intoxicación de otras. No es mi tarea, desde luego, criticar a nadie. Cada uno
sabe perfectamente dónde juega y qué se juega…
En
este contexto de permanente marejada en el sector, la radio española ha registrado
varios movimientos de tierras en los últimos años, provocados por la salida de
nombres muy destacados, que ya figuran con mayúsculas en la reciente historia
del medio, que abrieron las puertas a nuevas generaciones. Formas de hacer
radio que han pasado a la historia, sin duda dejando huella, pero que han sido
superadas por otras escuelas, ni mejores ni peores, simplemente diferentes. Más
pegadas a los nuevos tiempos.
Carlos Herrera, el 'bon vivant' de la radio española... |
Cuando
Iñaki Gabilondo y Luis del Olmo abandonaron el micrófono
del día a día, y dejaron de encarnar, y de liderar, una manera de hacer radio,
heredada de los ochenta (¡y los setenta!), la radio no tuvo más remedio que
refrescarse… actualizarse con profesionales formados en otro tiempo, con otras
referencias culturales e incluso otra manera de hablar. La llegada de Carles Francino al ‘Hoy por Hoy’
(que nunca debió
abandonar) constituyó un auténtico hito en la reciente historia de la radio
española. Todavía son muchos los que siguen echando de menos a Iñaki en las
mañanas de la SER,
pero ni siquiera el arquitecto canadiense Frank
Gehry, por poner un ejemplo ajeno al medio, un auténtico revolucionario de su oficio, lograría ser original
siempre, sin caer en su propia repetición.
Los
tiempos cambian, y la radio no hace más que adaptarse. Matías Prats padre tuvo
su tiempo. Joaquín Prat el suyo. E
Iñaki Gabilondo disfrutó (y nosotros con él) del suyo. Ahora es tiempo de otras
voces… De otras formas de pensar. De otros esquemas mentales. Pero de los
mismos formatos…
Su sentido de humor, aplicado a la vida, es proverbial, y muy apreciado por sus oyentes |
Ésta
–la de la repetición incesante de los formatos- es una cantinela que achacamos
a la radio profesionales que hemos trabajado en ella durante muchos años. Nos
llaman profesionales “de largo recorrido”,
lo que quiere decir –digan como lo digan- que tenemos muchos años encima y
hemos vivido, hecho y escuchado, mucha radio. Es así, sin más ambages que
dulcifiquen la semántica. Para qué negarlo. Sin embargo, esos mismos formatos
han hecho que la radio se mantenga fuerte en nuestro país. Que sobrevivan a sus
profesionales y que sirvan de escenario rutinario a tantos cientos de
profesionales, pertenecientes a distintas generaciones, que coinciden a pesar
de todo en el mismo paisaje radiofónico español y han ejercido con pasión, y
eficacia, en el medio.
Cuando
horas después de recalar Luis del Olmo en la Cope, procedente de RNE, donde se había despedido de Fernando G. Delgado, entonces director de la radio pública, para
ganar más dinero (nunca lo negó), sufrió un cólico nefrítico que le alejó del
micrófono varios días, quien se hizo cargo de “Protagonistas” fue un joven tan alto como él, veinte años más
joven, que le había conocido con trece haciendo el programa “La Nueva frontera”. Se llamaba Carlos y se apellidaba Herrera. Ahí nació otro mito de la
radio española.
Años
más tarde, Carlorrera llegó a la SER de (Jesús
de) Polanco, y sustituyó también a Iñaki Gabilondo varios veranos. De los
dos, del ponferradino y del donostiarra, Herrera se llevó algo, como si de un roba almas se tratara. Como reconoce en
su blog el propio Herrera, “Luis ha sido siempre como un hermano mayor (para mí): me ha enseñado, me ha ayudado, me ha tenido a su lado, me ha protegido, me ha querido… Nos tenemos una lealtad recíproca absoluta”. Sobre Iñaki la admiración es similar. Pero su
procedencia, y sus referencias culturales, están más próximas a del Olmo que al
vasco. Carlos Herrera, en sus orígenes, prioriza la radio de espectáculo,
frente a la radio informativa, al contrario que Iñaki. Pero en los dos géneros,
hoy en día, se mueve con soltura, aunque la credibilidad de uno y otro es
diferente en cada ámbito que reúne la mañana.
A
Carlos Herrera se lo llevó Javier
González Ferrari, su amigo y gran valedor, a RNE para ocuparse de las mañanas, en 1997,
después de pasar dos años en Canal
Sur Radio y antes en Cope y SER. Y levantó la audiencia hasta casi
duplicarla. Cuatro temporadas más tarde, fichó por Onda
Cero, para ocuparse
primero de las tardes, porque las mañanas las lideraba Luis del Olmo. Cuando
éste volvió a hacer las maletas para poner en marcha su ilusionante, pero
fracasado, proyecto de Punto Radio, Carlos Herrera asumió las mañanas con su “Herrera en la Onda” (septiembre de 2004).
Javier G. Ferrari ha quedado tocado en esta negociación. El hombre que más ha luchado por la continuidad de Herrera. |
Desde
entonces, millones de oyentes de radio han oído su voz en todas las frecuencias
de radio más importantes del país. “Por
si acaso la última siempre es la mejor” –me dijo en Sevilla-. Su marca está
conformada por su tono inconfundible, su timbre tan embaucador, su fina ironía
y sus ideas tan claras…, tanto que por ahí se ha producido el desencuentro con
una casa en la que ha estado muy a gusto, pastoreado por un Javier González
Ferrari que sabía que “al líder”
había que tenerle contento, aunque no ha podido controlarlo todo…
El
contexto fue cambiando. Onda Cero se convirtió en el microuniverso
ideológico ideal por el que apostaba el desaparecido José Manuel Lara: una cadena de radio caracterizada por la variedad
de pensamiento, donde Herrera podía liderar las mañanas y criticar a los
socialistas y, por la tarde, Julia Otero
podía defenderles. Todo en la misma cadena, sin necesidad de cambiar de dial.
Lara amplió esa política de la dispersión ideológica a la televisión cuando
compró La Sexta y decidió mantener las dos líneas de pensamiento, como
principal argumento empresarial para atraer público de uno y otro lado del arco
ideológico de este país tan vehemente siempre.
A
Carlos Herrera le hubiera gustado echarse
al monte más de una vez, pero no podía hacerlo porque le obligaba la
fidelidad a una marca que, paradójicamente, le oprimía cada vez más, y le hacía
sentirse incómodo, no sólo por las críticas que recibía su ex mujer, Mariló Montero, en La Sexta, sino por
las que concentraba él mismo, directa o indirectamente. Carlos es sin duda un
hombre de fidelidades. Pero si esas mismas fidelidades se fracturan del otro
lado, él se considera liberado del compromiso.
Una única voz y muchos rostros, éste es Carlos Herrera |
Es
lo que ha ocurrido en este episodio donde el almeriense, criado en Mataró, fue
reconvenido varias veces, y no con los mejores modos, por los jefazos de
Atresmedia, a pronunciarse “a la mayor
brevedad posible” sobre su postura de aceptar o no la oferta que la Cadena de Ondas Populares de España (Cope) le hizo ya para la Temporada 2013-2014
y que el propio Lara y Silvio González,
CEO, se apresuraron a cortar de raíz porque Herrera seguía teniendo su contrato
en vigor con la cadena de San Sebastián de los Reyes. Y se lo recordaron. ¡Vaya
si se lo recordaron! Éste fue, tal vez, el principio del desencuentro. Cuando
se destapó la batalla de los cuchillos.
Ese
“aviso a navegantes” que recibió Carlos
Herrera por parte de su jefes en Atresmedia, que hizo recular a la Cope, y a él postergar la decisión a mejor
ocasión, no gustó nada al promotor de ‘Los
Fósforos’. Poco podía hacer Javier González Ferrari, salvo intentar
apaciguar el fuego, sin mucho éxito, pese a que al principio de esta batalla
apostaba, seguro, por la continuidad de Herrera al frente de las mañanas de Onda
Cero.
Carlos Alsina y Juan Ramón Lucas para sustituirle, partiendo la mañana. Cualquiera de los dos podrían asumir toda la mañana. Uno de ellos ya lo ha hecho, con éxito, en RNE. |
Ahora,
esos mismos jefes que le leyeron la
cartilla a Herrera han movido ficha. Si tú no te pronuncias, lo vamos a
hacer nosotros. “El que da primero, da
dos veces” –dice el refranero español-. Y parece que ésta ha sido la
estrategia puesta en marcha por el staff
de Atresmedia: prescindir unilateralmente de Carlos Herrera (su contrato
finaliza esta Temporada –en junio- y no ha sido renovado) y presentar a sus
nuevas voces: Carlos Alsina y Juan Ramón Lucas, como los nuevos responsables de la mañana.
Por
si había alguna duda, los responsables de Atremedia han arrojado a Carlos del templo.
Es cierto que el almeriense lleva mucho tiempo deshojando la margarita y que no terminaba de decantarse por la
suculenta oferta de la Cadena de los Obispos, frente a la rutina de Onda Cero, pero ahora ya no cabe vuelta de hoja,
ni regreso al pasado. De momento, lo que puede afirmarse con rotundidad es que
Carlos Herrera no volverá a las mañanas de Onda
Cero en la Temporada
2015-2016. Si cabía alguna posibilidad de que prolongara su vinculación con
Atresmedia, por pequeña que fuera, han terminado por barrerla.
Teatro Calderón de Valladolid a rebosar con Carlos Herrera y su troupe |
¿Quién
tenía más que perder en esta historia? El nombre de Carlos Herrera, a estas
alturas de la película, está mucho más por encima, en los títulos de crédito,
que el león de la Metro Goldwyn Mayer.
Su valor en el mercado es tan alto que justifica el precio que pretenden pagar
por él. No sé si serán ocho millones de euros, como afirmó PR
Noticias, y se ocupó de
desmentir el propio Carlos a través de su cuenta de Twitter; o seis, como rebajó días después el diario “El Mundo”. Pero en todo caso, no es un dinero que
vaya a ingresar en su cuenta corriente, sino en la de su empresa, que se
encarga de pagar a su equipo de colaboradores. El mismo modelo que estableció
en el mercado su maestro Luis del Olmo y que se negó a suscribir Iñaki
Gabilondo.
Ahora
Carlos tendrá libertad ¿absoluta? para criticar a quien estime oportuno desde
el púlpito de la Cope.
Podrá ser más fiel a su ideario. Pero en la negociación trata de lograr la bula papal frente a la Consultora Radio Intelligence que parece marcarlo
todo con su púrpura rosada. A estas alturas, con el recorrido acumulado por
Carlos Herrera, con su intuición transformada en ciencia, con su escatología
catártica colectiva, con su savoir faire,
tiene mucha más experiencia en el oficio que todo el cuadro de asesores de la
consultora sueca.
Su foto de perfil de Twitter |
No
es fácil el reto de Carlos. Sobre todo porque intenta reeditar el trasvase de
oyentes de una cadena a otra, como cuando Del Olmo se fue de RNE a Cope, que se los llevó; o García emigró de la SER a Antena 3 Radio, que se los llevó. Pero
el ponferradino lo intentó de nuevo en su paso de Cope a Onda Cero, y no lo logró en la misma medida y, en
última instancia, intentó repetirlo de Onda Cero a Punto Radio, con peores resultados…
sobre todo porque quien le sustituyó en la cadena de Atresmedia fue Carlos
Herrera. Y muchos se quedaron. ¡Claro!
Ahora
lo veremos. “Los Fósforos” harán la
maleta con él. De esto no hay duda. Pero no sólo de hooligans viven las estrellas de la radio. Hay quienes mantenemos
que existe la fidelidad a la marca por encima de las personas. Ahí está Paco González y su “Tiempo
de Juego”, y el
‘efecto rechazo’ que provoca la cadena de los obispos en muchos de sus antiguos
oyentes en la SER.
Pero la marca Carlos Herrera es tan poderosa, hoy por hoy, que me reservo mi
opinión hasta ver los resultados del EGM, tan denostado y criticado por el
propio Herrera y que ahora, paradojas, resultará determinante para certificar
su éxito o fracaso en esta nueva aventura que emprende, que constituye “su
último cartucho”. Ahora deberá someterse al EGM, le guste o no.
Continúa...