A la radio se llega como al buen vino
https://www.gorkazumeta.com/2014/12/a-la-radio-se-llega-como-al-buen-vino.html
La autora de este texto, la profesora de la Facultad de Comunicación de la Universidad Pontificia de Salamanca, Chelo Sánchez Serrano, invitada habitual, y por derecho, en esta bitácora, reflexiona en torno a lo que la radio debe hacer, de cara al futuro, para subsistir, e interesar a las nuevas generaciones. La docente parte de un estudio realizado por un grupo de estudiantes que debe hacernos reflexionar, muy seriamente, sobre lo que los adultos no somos capaces de ver cuando analizamos la radio generalista que se sirve hoy día en el dial. Algunas afirmaciones profundizan en la endogamia del medio y sus oyentes habituales, que constituye en ocasiones un coto cerrado de comprensión para quienes se acercan esporádicamente a ella, atraídos no se sabe por qué razones.
Chelo Sánchez Serrano |
Hace ya unos cuantos años Javier González Ferrari, periodista de largo recorrido en la radio
y actual Presidente ejecutivo de Atresmedia Radio, me hizo una reflexión sobre la radio y su
consumo a la que siempre vuelvo cuando me topo con la cruda realidad de que los
jóvenes no escuchan, en términos generales, la radio. Ferrari utilizó entonces una comparación relacionada con el
mundo del vino, tan de moda en la actualidad: piensa en qué hacías tú cuando
eras muy joven y con pocas posibilidades económicas, ¿qué bebías?, cerveza, vino barato, sangría…
y según vas haciéndote mayor y con posibilidades, vas conociendo, descartas y eliges, prefieres
tomarte un buen Ribera del Duero a tres vinos peleones, porque ya sabes mejor
lo que quieres… Con la radio pasa lo mismo: a la radio generalista se llega
como se llega a muchas otras cosas de la vida, por evolución, por madurez, por
descarte y por elección. Y esta es la idea a la que, como digo, vuelvo siempre
que me atasco en la idea negativa de que la radio no va a tener futuro si no
espabila.
Y lo cierto es que a la radio se acaba llegando,
bien por madurez, por funcionalidad, por cambios en los ciclos e intereses
vitales, porque viajas mucho en coche, porque te gusta el deporte, porque eres
insomne, por una impactante campaña de marketing del medio (¿la verán nuestros
ojos?) o porque alguien de referencia para ti te prescribe un contenido
radiofónico en las redes sociales… Se acaba llegando, pero no llegan, o no llegamos,
todos. Y es importante que la industria y los estudiosos del medio nos sigamos
haciendo la pregunta de por qué más personas, especialmente los más jóvenes, no
eligen la radio hoy, cuando la radio ya no se tiene que escuchar necesariamente
como antes. Ahora existen múltiples maneras: a través de los receptores
tradicionales y también a través de los nuevos sistemas de difusión radiofónica,
a través de la TDT, del ordenador, de las tabletas, de la telefonía móvil, etc.
La radio, la que se sigue haciendo para su canal tradicional y la que se hace
nueva para la red, se escucha y consume donde quieres, cuando puedes y cómo
quieres.
En este nuevo escenario de consumo de radio a
través de múltiples canales, nos topamos con algunos datos que avalan esa idea
que me trasladaba Javier González Ferrari de que la radio es “cosa de edad”. Según datos publicados recientemente por IAB, el
71 por ciento de los oyentes de radio online en España tienen entre 25 y 54 años y según
se refleja en la última oleada del EGM (mayo 2014), en la amplia franja de edad
entre los 20 y los 64 años el porcentaje de oyentes de radio diaria se sitúa en
el 60% (entre el 64 y el 59,6%), el más alto. Bien es cierto que de ese
porcentaje una parte muy grande de oyentes lo serán de la radio temática o lo serán
de manera compartida.
Al vino se llega tarde (Pixabay) |
- Es una radio muy repetitiva
- No hay variedad de programas, ni de temas, ni oferta alternativa
- Los programas matinales son excesivamente largos y a veces lentos
- Si no eres oyente habitual, no sabes qué escuchar: te pierdes en la marea de la linealidad
- En muchos programas hablan para ellos: sobre lo que ellos saben, de lo que ellos entienden y de lo que son sus temas de conversación comunes, mientras las conversaciones de los ciudadanos a veces van por otros derroteros
- El deporte los fines de semana sí era una dieta habitual de los chicos, fundamentalmente, desde pequeños. Muchos gracias a sus padres y otros solo por su afición al fútbol
- El importante papel pedagógico de muchos padres y madres que han hecho que sus hijos, hoy universitarios, conozcan y valoren la radio porque su sonido ha formado parte de su día a día en casa: “Mi madre se levantaba con la radio y se acostaba con ella”
- La importancia de la prescripción a través de las redes sociales: escuchan entrevistas, secciones o incluso programas sueltos porque alguien de su entorno los comparte en una red social o grupo privado.
- La radio a la carta es más fácil de seguir para los jóvenes: autoselección
- El coche sigue siendo el lugar de consumo de radio de forma tradicional: ahí no se puede hacer otra cosa y la compañía de la radio es fundamental
- La radio generalista se cree algo propio de personas adultas y por eso se hace para gente mayor (y por profesionales de más edad): ¿Está la imagen de marca bien definida?
Y por último saqué una conclusión que vengo
acumulando desde hace casi tantos años como imparto clases en una facultad de
Periodismo: que acercarse a la radio, conocerla y aprender sobre ella les hace
escucharla y valorarla de otra manera. Y esto me lleva a una idea que igual
tiene mucho que ver con el razonamiento de Ferrari que contaba al principio y
con eso que todo el mundo dice que es importante trabajar para que las personas
descubramos a veces el mundo a nuestro alrededor: la curiosidad y el gusto por.
Por el teatro, por la naturaleza, por la música, por lo manual, por el arte,
por las cosas bien hechas, etc… y por la radio. Sí porque para que alguien
elija un Ribera de Duero, antes alguien ha tenido que dárselo a probar y
explicarle sus características. Y si la persona no es un sumiller, que pocos lo
somos, su decisión de volver a beberlo dependerá básicamente de dos factores:
haberlo conocido y que le haya dejado buen sabor de boca.
La radio generalista tiene hoy en internet y en las
redes sociales unos aliados extraordinarios para dar a conocer sus
características y para ir dejando poso, buen sabor de boca. Para ello me atrevo
a apuntar dos acciones estratégicas importantes e imprescindibles de cara al
futuro a corto-medio plazo:
- Crear contenidos específicos para su difusión y viralización a través de la red, por ejemplo, buenos reportajes o series de impacto como la famosa serie americana "Serial"
- Y apostar por la diferenciación.
El bien más preciado de la radio: su credibilidad |
Si el periodismo de corta y pega ha muerto según escribía recientemente Miguel Angel Bastenier (nunca debería haber vivido y sobrevivido tanto tiempo, dicho sea de paso), la programación de la radio generalista española debe dejar también de ser una programación por imitación y arriesgar en forma y en fondo. ¿Se imaginan aquí un "This American Life" producido por la radio pública española y difundido a través del extraordinario portal de RTVE y con posibilidad de difusión en diferentes radios locales, comunitarias o autonómicas? Estas dos acciones me parecen fundamentales, como también que la industria radiofónica y los operadores independientes entiendan que por encima de cada una de sus marcas está la marca Radio y aquel “lo ha dicho la radio” que se decía antes, que igual en el futuro será “lo ha dicho tal podcast”, solo se consigue siendo una piña. ¡Vamos, como las denominaciones de origen!
Chelo Sánchez Serrano
Profesora de Radio
Facultad de Comunicación
Universidad Pontificia de Salamanca
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