La radio online, radio generacional
https://www.gorkazumeta.com/2014/11/la-radio-online-radio-generacional.html?m=0
Los jóvenes que en 1993 tenían dieciocho años, hoy están al borde de la cuarentena. Entonces eran oyentes de “Los 40 principales” y se acercaron tímidamente a la Cadena SER a través del deporte de “Carrusel Deportivo”, entonces con Paco –“Paquito”- González a la cabeza, y aquel “El Larguero”, que despuntaba, fresco y vigoroso, con un José Ramón de la Morena que desbancaría poco después, en 1995, a José María García, el ‘Rey de las Ondas’. La SER estaba fuerte, pero había recibido un duro mazazo con la incursión de una Antena 3 Radio que demostró que la radio de Prisa no era imbatible.
El primero, de pie, José María García, perdió su liderazgo por José Ramón de la Morena |
Como
he contado en las entradas anteriores, la Cadena
SER, a comienzos de los
90, reorientó y reforzó su presencia en la banda de frecuencia modulada, tras la fusión (o más bien absorción) con la
cadena del Conde de Godó. Ya
disponía de algunas emisoras en FM que correspondían con nuevas concesiones,
pero las grandes capitales solo contaban con potentes y costosos postes
emisores de onda media, que languidecían de oyentes, atraídos éstos por la
banda de frecuencia modulada y su variada oferta, que cuadruplicaba a la OM y sonaba tan bien.
Todas las OM perdían oyentes, pero el caso de Radio Barcelona era el más
llamativo y sangrante, y urgente de resolver.
Aquel
movimiento nacido a partir de 1993, con las “Doses”, que luego se transformaron en las nuevas FM de las emisoras
de la SER, que gozaban del privilegio de
apellidarse como las ciudades a las que servían (Radio Valladolid, Radio
Murcia, Radio Sevilla, etc.) resultó proverbial. Sin él, a buen seguro, la
cadena radiofónica de Prisa no se situaría, hoy, a las puertas de 2015, en el liderazgo
de la radio española.
Una
visión forzada por la realidad, adelantada en el escenario catalán (barcelonés
para más detalle), surgida en un contexto favorable como fue la absorción de
las emisoras de Antena 3 Radio, favoreció la toma de decisión más inteligente
que podía adoptar la SER de cara a su futuro. A esto se sumó una también inteligente
política de alianzas con pequeños empresarios locales de radio, que se sumaron
a la SER, a través de las fórmulas jurídicas de
la ‘emisora asociada’ o ‘emisora afiliada’ (mayor o menor grado de vinculación)
que lideró mi siempre admirado Sergio
González Otal, responsable de la expansión.
Sergio González Otal, director de Expansión de la SER durante décadas, la hizo muy grande y poderosa |
Los
colores de la SER
atraían tanto que emisoras locales, situadas ideológicamente en la acera
contraria a la de Gran Vía 32, prefirieron traicionar sus postulados para
arrimarse a la cadena de Prisa. Por eso, la labor
desarrollada desde la dirección de expansión, que aunaba intereses tan
variopintos, merecía mi admiración. Pero es que, no puede obviarse, que la SER era la SER, y que su proyecto intelectual
aglutinaba miles de almas, convencidas y orgullosas de su pertenencia a esta
casa que, ante todo, ideologías al margen, era RADIO. Por eso, me ha dolido
especialmente, que Iñaki Gabilondo,
uno de mis maestros, reconozca ante “El Extrarradio”, que ese sentimiento de casta se ha perdido con la
crisis. Qué noticia más
triste y desde luego menos sorprendente.
Si
la expansión de la SER se movía en esas coordenadas a principios de los 90, con la
irrupción de las ‘Doses’ y lo que
supusieron, no hay que olvidar que entre los objetivos prioritarios establecidos
estaba el de atraer oyentes de la banda de FM, ahora que jugaban en la misma
liga. Y ocurrió así. La SER logró rejuvenecer, sobre todo gracias al deporte y, en
menor medida, a la creatividad y al desparpajo de Javier Sardá en ‘La Ventana’,
el perfil de sus oyentes, cosa que ansiaban también la Cope y sobre todo RNE, pero no consiguieron.
¡Cuánto
han cambiado las cosas! A las puertas del siglo XXI, tanto RNE como la SER disfrutarían apagando una gran parte de
sus postes de Onda Media (¡no todos!) para ahorrarse gastos ante la enorme
subida del ‘precio del oyente OM’. RNE ya comenzó la carrera cargándose
Radio Exterior de España en Onda Corta,
aunque su nuevo presidente, como hemos visto, ha confirmado la marcha atrás. La
cadena radiofónica de Prisa también está intentando deshacerse de algunas emisoras
deficitarias, vendiéndoselas ‘al enemigo’, y entre ellas, en el catálogo, se
incluyen algunas de OM, pero los compradores, que no son tontos, saben del
gasto que suponen y lo poco que aportan hoy en día, si no se acomete la urgente
e imprescindible digitalización (DRM) que las resucitará algún día... pero hoy
por hoy…
La
carrera de expansión de la radio española, a estas alturas, y hablamos no ya
del corto plazo, sino del medio y del largo, ya no se juega en analógico, sino
en digital. El proceso que se sigue con la radio online sí es un proceso
irreversible. Basta mirar a nuestro alrededor para darse cuenta, sin necesidad
de profundos estudios sociológicos, de que la radio online es una radio de
marcado signo generacional. Los jóvenes de hoy en día, y no hablo de los de
espíritu joven, entre los que puedo incluirme, sino de los cronológicamente
jóvenes de verdad, de los nativos de internet, no saben qué es un transistor a
pilas. No entienden cómo podíamos perder el tiempo zapeando por la banda de FM
en busca de nuestra emisora, cuando a través del ordenador, o del Smartphone,
se puede acceder directamente a ella con solo un clic. No hace mucho me
contaron que en una Facultad de Comunicación española, de prestigio, se encargó
un trabajo a los estudiantes que consistía en navegar por la banda de FM e ir
identificando las emisoras y sus diales. Y los alumnos plantearon cuestiones
tan peregrinas como que dónde se compraban los receptores o “cómo se hacía
eso”.
Esta
nueva generación, si accede a la radio, lo hará a través del entorno digital. Insisto,
si accede a la radio. Yo confío en que lo haga, siquiera porque los que somos
amantes convencidos de las bondades de la radio como medio hemos tratado de
inculcar a nuestros hijos el mismo amor por ella. Y, como nosotros, en aquellos
momentos en que eran oyentes cautivos (principalmente en los viajes largos en
coche) disfrutaron de las historias que les contaron en la radio, e imaginaron
y sonrieron, y se informaron, con ella.
Pero,
lo preocupante, es que la sienten lejana. Incluso antigua. Ciertamente, puedo
coincidir en la elección de este último adjetivo, si atendemos a la evolución
que ha seguido el medio en los últimos veinte o veinticinco años en España. El
resultado, siendo objetivos, es descorazonador. Se sigue haciendo la misma
radio que en 1988 u 89, básicamente. No voy a insistir en una cuestión que ya
he analizado, y comentado, en otros post, pero que ha llegado a forjar una
imagen negativa del medio ante las nuevas generaciones que cuentan con otros
elementos de dispersión, y de ocupación de su tiempo de ocio, que van desde la
consola, hasta el Smartphone, pasando por el ordenador o la PSP o la Nintendo.
¿Dónde queda la radio en este catálogo de recursos para ocupar el tiempo libre?
La radio tendría que pensárselo.
No
es de extrañar, por tanto, que, como otras muchas voces, mi admirada Ángeles Afuera, la jefa de Documentación de la Cadena
SER, me reconociera en
este mismo blog que “el
reto de la radio es interesar a las nuevas generaciones”. ¡Claro! Igual que la llegada de la FM
musical hizo agotar todos los stoks
de sintonizadores de radio (tanto de grandes como de pequeños aparatos) en los
70 y 80, hoy, en 2015, deberíamos ir pensando en qué es lo que realmente les
atrae a las nuevas generaciones como para que se acerquen a la radio sin
prejuicios y se paren a escucharla con devoción.
No
es fácil el reto. Tampoco imposible. Los oyentes de la OM van desapareciendo, y
algún día esta banda quedará desierta y desamparada (si no la digitalizan). La
FM no. Todavía está robusta. Pero, irremediablemente, cuando la radio online
despegue definitivamente en los coches, y las empresas de telecomunicaciones de
transporte de datos garanticen la cobertura y un gasto razonable (la radio
online camina hacia la gratuidad, dicen, ¡ojalá!), la FM irá apagándose, pero
creo que coexistirá todavía muchos años. La puntilla a la FM se la están dando
ya los grandes fabricantes de tecnología: muchos smartphones se venden ya sin sintonizador de FM. Quedan por tanto a expensas de la radio online. Y la verdad
es que la radio se sigue escuchando en estos nuevos ‘transistores digitales’.
Yo,
por mi parte, seguiré con mi labor pedagógica con mis hijos en pro de la radio
y de sus contenidos, intentando demostrarles que la radio, pase el tiempo que
sea, renueve o no sus formatos, sigue pegada a la vida, a lo que ocurre en
nuestro barrio, ciudad, país o planeta, a las pequeñas y a las grandes cosas,
extendiendo su manto de sonidos en nuestro imaginario colectivo y personal, lo
que la sigue haciendo imbatible en el catálogo de medios. La radio ha demostrado
que su mímesis le ha llevado a adaptarse al entorno digital como un guante.
Ahora, lo que hace falta es que los oyentes naturales de ese entorno la acepten
como suya. La radio se lo tiene que currar.
Hola Gorka.
ResponderEliminarEn 1993, José Ramón de la Morena todavía no había superado a José María García. Le supera por primera vez en el primer EGM de 1995. Mientras Paco González si le había
superado en su primera temporada al frente de Carrusel Deportivo en el año 1993.
Saludos.
Te agradezco el dato. Aunque no afirmo que ese hito se produjo en 1993, lo cierto es que el tiempo verbal sí induce a error. Ya he corregido y precisado más el dato, enlazándolo con un artículo de El País en el que se habla de este episodio, fechándolo, como afirmas bien, en abril de 1995.
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