Nuevo golpe de timón en Kiss FM
https://www.gorkazumeta.com/2014/10/nuevo-golpe-de-timon-en-kiss-fm.html?m=0
A
nadie, a estas alturas, puede sorprender la forma de dirigir una empresa,
cuando el propietario se llama Blas
Herrero. En primer lugar, diré, por si nadie se ha parado a reflexionar,
que está en su derecho, de acertar o de equivocarse, porque la empresa es suya.
Bien es cierto que las noticias más habituales, y abundantes, relacionadas con
el propietario de Kiss FM son las ubicadas
en los tribunales más que en la propia radio. Aunque la mayor parte de las
ocasiones, las sentencias dejan en entredicho la legalidad de sus decisiones,
como el último caso surgido del despido
del anterior director general de la compañía, Juan Cepeda, Herrero se empeña en tomar decisiones a contracorriente.
A
comienzos de esta temporada tomaba otra decisión, cuando menos, llamativa. Eliminaba,
de golpe y porrazo, el morning show,
“Las Mañanas Kiss”, y prescindía de Cristina Lasvignes tras cumplir su
contrato. A Cristina le acompañó en la salida, semanas después, otro
histórico de la casa, al que le salieron los dientes casi en Kiss FM, y que dedicó incluso la investigación
de su doctorado al fenómeno radiofónico que sin duda constituyó Kiss FM desde luego en otro tiempo. Me refiero
a Alfredo –Fredy- Arense, autor del
magnífico libro “Las
3 emes”, surgido de su investigación académica, que recomiendo desde
estas líneas de nuevo.
Blas Herrero, propietario de Kiss FM |
Blas
Herrero no se quedó ahí. Reestructuró completamente la emisora, suprimió los
programas, por llamarlos de alguna forma, que habían conformado la cadena
musical de los ‘oldies’ en otro
tiempo, y dio un golpe de mano, insisto, que a estas alturas de la película no
puede sorprender a nadie. Su modo de proceder siempre ha sido el mismo. Tal vez
sea, del sector de medios de comunicación, el empresario que más funciona
dejándose llevar por su intuición, pese a quien pese, se llamen consultores o
tendencias.
Varias
han sido las consultoras que han pasado por Kiss
FM y que han supuesto altos costes para las arcas de esta cadena musical.
Históricamente la mayoría han sido extranjeras. Pero ahora son españoles, con
la empresa On
Demand, presidida por Javier
Pons, exconsejero delegado de Prisa
Radio y ex director de TVE, y Eva
Cebrián, hija de Juan Luis Cebrian
y ex alto cargo en TVE, con una larga trayectoria en medios de comunicación, como
asesores principales de esta firma.
Vaya
por delante que creo más en consultoras españolas que en extranjeras, no porque
sepan más o menos de radio, cuestión que es fácilmente evaluable; sino porque
una consultora española conoce mejor no solo el mercado español, sino sobre
todo la idiosincrasia hispana, lo que –pese a lo que argumenten en contra los
consultores extranjeros- determina buena parte del análisis a la hora de
establecer las recomendaciones más inteligentes que pueden hacerse de cara a
lograr los mejores resultados de una compañía. Éste era el mismo sentido que le
daba a sus palabras, hace unas semanas, en este mismo blog, José Antonio Abellán, al
referirse a los consultores y afirmar que no creía en ellos, “a mí que no me venga un tipo que no sabe qué
es una siesta, un tinto de verano, y que no sabe lo que es una terraza a las
cinco de la mañana a decirme lo que le tengo que contar a la gente”
–afirmó-.
La alegría de Marta Ferrer, Alfredo Arense y Cristina Lasvignes no ha servido para reforzar su continuidad |
Se
supone que Blas Herrero se hace rodear de consultores que le aconsejen para,
aparte de pagarles, seguir sus consejos y acertar más con las tendencias del
mercado. De hecho Kiss FM constituyó en su
momento una auténtica revolución en el sector cuando descubrió un nicho en la
audiencia española que le hizo crecer por encima del millón de oyentes en muy
poco tiempo, cifra, por cierto, que todavía no ha recuperado del todo después
de sus desatinos con una fórmula un tanto críptica. Y lo hizo con la ayuda de los
consultores.
En
un momento en que las tendencias del mercado de las radiofórmulas apuntan a una
resurrección de los programas frente a la simpleza de una sucesión de temas
musicales que ya cada uno puede autoprogramarse en su Smartphone o diseñarse en
forma de lista personal en Spotify,
por ejemplo; en un momento en que, no solo eso, sino que las emisoras
convencionales empiezan a relajar su tono e introducir formatos mixtos, a medio
camino entre la gravedad informativa y el morning
show (“La Mañana” de
la Cope sería el último ejemplo); en un
momento, en definitiva, en que se buscan nuevos formatos radiofónicos, y también
comerciales, como las inteligentes propuestas de “Yu, no te pierdas nada”
(Los 40 Principales) o “Un lugar llamado Mundo”
(Europa FM), ambos con Toni Garrido por detrás, uno de los
tipos más creativos en la radio actual en España, en un momento como éste, que
nos está tocando administrar, la radio necesita orientación experta, y no
comportamientos surgidos fruto de la intuición o la improvisación.
Javier Pons, conocedor profundo del negocio radiofónico |
Kiss FM sigue desorientada, aunque es curioso:
tiene dentro unos tipos que tratan de orientar, desde la experiencia. Ese
comportamiento de Blas Herrero atiende también, deduzco, no solo a la aparente
vehemencia en la toma de decisiones, sino también a las cifras del EGM. Los
resultados de “Las Mañanas
Kiss”, que ahora lidera Enrique
Marrón, todavía con menos medios que el equipo anterior, no llegaron a las
cifras que, en ese mismo tramo horario, ocupaba Kiss
FM años antes, cuando alcanzaba el medio millón de oyentes. Era lógico
deducir que el objetivo de la puesta en marcha de este morning show, con unos costes mucho mayores que la modesta inversión
en un DJ, era superar ese punto de partida, y sin
embargo, no se logró.
Cabían
dos posibilidades en esa decisión, y me da la impresión de que, una vez más, se
ha elegido la menos arriesgada, la más conservadora y eficaz en el corto plazo,
pero no en el escenario del medio y, sobre todo, del largo plazo. Cabía suprimirlo
–por la que ha optado Herrero- y cabía, por el contrario, reforzarlo, aunque
dudo, a estas alturas del producto, si los esfuerzos hubieran obtenido buenos resultados,
después de tres temporadas intentando hacerse un hueco con más buena voluntad
que medios y una orientación, como he dicho en otra ocasión, muy timorata con
los contenidos.
Tiremos
de metáfora: cuando un corredor intenta ganar una maratón y no lo consigue, la
culpa no es del circuito, sino de que él no se ha preparado lo suficientemente
bien como para responder ante el reto. Algo parecido le ha ocurrido a Kiss FM en esta temporada: si los resultados
alcanzados por “Las Mañanas
Kiss” no han sido los perseguidos, no nos carguemos el programa o lo
reduzcamos a su mínima expresión, sino potenciémoslo, reforcemos su producción
y ampliemos la promoción. Insisto: la
marca Kiss FM es su principal y más
envidiable patrimonio, y está siendo cada vez más dilapidado.
Enrique Marrón ha asumido "Las Mañanas Kiss" |
Pero
no, Blas Herrero, con todo derecho, pero acierto dudoso, ha optado por suprimir
todos los programas que habían puesto en marcha en la temporada anterior, y
recuperar la radiofórmula que tanto éxito le reportó en otra época. Y subrayo
lo de “en otra época”, porque los tiempos han cambiado, ¡y de qué forma! Y en cuanto a la denominación de ‘programas’
para describir lo que había por las tardes (Rocío Moreno) y por las noches (Enrique Marrón), soy tremendamente
generoso. Destaqué en su momento más el oficio y el esfuerzo de sus
presentadores, que los resultados alcanzados. No voy a repetirme, pues ya lo he
dicho en anteriores post dedicados a Kiss FM,
pero para hablar de ‘programas’ tienen que darse una serie de circunstancias
que en este caso no concurrían más que en “Las Mañanas
Kiss”, y no del todo.
Kiss FM ya no puede vivir de rentas. Ni
siquiera Los 40 Principales, que tan bien
conoce Javier Pons, han sabido hacer frente al descenso de oyentes. Y no ha
sido solo un problema del defenestrado Xavi
Rodríguez, que no conseguía atraerlos, sino de la propia evolución del
mercado radiofónico, más desgastado, y de la aparición, cada vez con más
fuerza, de otros senderos paralelos para disfrutar de la música, bajo demanda,
alojados en internet. Lo mismo ha ocurrido aquí. Ni Cristina Lasvignes, Alfredo
Arense o Marta Ferrer han tenido la
culpa de no alcanzar el objetivo prediseñado. Al contrario, para los medios de
que disponían y las directrices que les marcaban (y atenazaban), han hecho un
programa más que digno, pero no lo suficientemente atractivo como para seguir
captando el apoyo de una audiencia que reclamaba –por el target histórico de Kiss, adulto contemporáneo- mayor apuesta por
los contenidos, en calidad y cantidad.
Como siempre, el cliente decide. Quedo emplazado al EGM, pero no al inmediato, sino al segundo de 2015, que marca el final de temporada, y abarca, en acumulado, la lectura de nueve meses de trabajo. Entonces Blas Herrero confirmará si se ha equivocado o no. Pero recuerdo lo de los plazos. Aunque suba, o mantenga, resultados, en la carrera radiofónica hay que contar, ineludiblemente, con el escenario online. Y, si se sabe actuar bien, todavía es posible convertir la posible amenaza en una gran oportunidad.
Blas Herrero |